Pasajeros en el Beagle


Existen muchas cosas que desconocemos. La historia de la humanidad es la aventura de un grupo de seres que llegamos desnudos a un lugar extraño y hostil, acerca del cual, la mayor parte del tiempo no entendemos más que lo que nos comunican los sentidos después de haber pasado por los filtros de nuestra intuición y de las interpretaciones que otros hacen por nosotros. Conforme transcurren las generaciones la ausencia de evidencias hace que las interpretaciones antiguas vayan adquiriendo tal fuerza de realidad que se llegan a considerar como certezas, convirtiéndonos en esclavos de nuestros propios errores.

Pero, de vez en cuando, llegan algunos viajeros dispuestos a emplear a fondo su intelecto para derrumbar las interpretaciones que ya no soportan el peso de la realidad, colocando en su lugar nuevas estructuras de pensamiento capaces de desafiar la fuerza de la intuición con el respaldo de la evidencia.

Hace 200 años llegó a nuestro barco uno de esos raros viajeros. Traía en su equipaje una mente inquisitiva y una gran sed de entendimiento. Observó la realidad y le buscó una nueva explicación. Hace 150 años nos regaló una elegante interpretación de la realidad que ha soportado el peso de la evidencia de manera abrumadora.

Gracias Señor Darwin.

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