El pez-castor y el terror católico
La suprema verdad, la suprema belleza y el supremo bien son atributos teológicos derivados del platonismo y aplicados a los supremos fantasmas de los monoteÃsmos históricos. Una derivación estética, ética y argumental, por lo tanto, pero en la que subyace la necesidad inherente de toda religión por dotarse de imágenes motoras con capacidad para hechizar. La ofensiva antisocial del clero y el discurso terrorista utilizado, su aspiración a un nuevo Medievo o el substrato irracional de sus posiciones dependen, sin embargo, menos de una visión ilusoria que de su tendencia a ignorar la realidad y a impregnarla con el lodo de su idealismo mágico. La "razón" católica evade cualquier aproximación a la verdad, y su "moral" se ha opuesto siempre a cualquier ética autónoma o humanista. Pero la engañosa apariencia lógica de su lenguaje no hace más que seguir las normas de su barroquismo estético. Durante mucho tiempo, para no crear problemas dietéticos a las poblaciones de América del Norte, la Iglesia católica consideró que el castor era una especie de pez y, por lo tanto, un alimento permitido en los dÃas de Cuaresma. Para su liturgia, el sÃmbolo es el objeto. El castor es un pez en el mismo sentido en que la hostia es el cuerpo de Cristo. Ética, razón y estética se conjugan, en lenguaje religioso, bajo la forma de parodias: moral bovina, imposición doctrinal y juegos de artificio verbal.
En dÃas pasados, el teólogo del Vaticano Angelo Amato tildó de “terroristas†a los Parlamentos que aprobaran “leyes contrarias al ser humanoâ€. La última deposición pública de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de la inminente marcha sobre Roma en homenaje a sus mártires azules, achaca al ateÃsmo la “inaudita†violencia que arrasó a España en la década de los 30 del siglo pasado, esa ideologÃa totalitaria que pretendÃa hacer realidad por la fuerza las utopÃas terrenas. "El testimonio de miles de mártires y santos ha sido más fuerte que las insidias y violencias de los falsos profetas de la irreligiosidad y del ateÃsmo", añadió MartÃnez Camino con sobrada satisfacción. Por su parte, Monseñor César Franco, Consiliario Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, relataba hace unos dÃas que "el terrorismo no sólo busca la muerte de seres inocentes", asegurando que "nacido del más radical nihilismo ateo, busca también sembrar la desesperanza y el odio en el corazón de los hombres". Tres ejemplos recientes de la extorsión con la que el clero manipula la historia y el lenguaje. Ocupando el lugar de las vÃctimas, reivindicando con santÃsima hipocresÃa la defensa de la vida y demonizando a crÃticos y discrepantes, los hechiceros del neo-catolicismo, de nuevo, y como siempre, nos regalan a los ateos con el sambenito del “enemigo público número unoâ€. Tres ejemplos del artificio antes mencionado y de la curiosa “razón†que les anima. ¿O es que acaso esas ideologÃas totalitarias que conocemos como religiones no pretenden imponer por la fuerza sus utopÃas celestiales?
Santa y apostólica Iglesia, amenazada y mártir, denostada, vilipendiada y acusada… Su estrategia agresora contra los cuerpos y contra la realidad pasa por esa usurpación de papeles. De ahà la novedosa fundación de la Catholic Anti-Defamation League (CADL) la primera asociación que busca coordinar una estrategia común para defenderse de los ataques al Catolicismo. Cuenta con la simpatÃa del Vaticano (Messori es un Ãntimo de Ratzinger), y quiere combatir “un proceso que está intentando cancelar la religión de un modo artificial, pintándola como una enfermedad socialâ€. Nuevos cruzados para enfrentar la blasfemia, la violencia verbal, la sátira o la provocación. Ni Voltaire imaginó tan audaces a sus censores coetáneos…
El periodista Horacio Verbitsky relató recientemente en Buenos Aires el contenido de una entrevista que le hizo al oficial naval Antonio Scilingo, condenado en España. Éste le afirmó que el método atroz de arrojar personas vivas al mar habÃa sido consultado con la jerarquÃa eclesiástica, que lo aprobó por considerarlo “una forma cristiana y poco violenta de muerteâ€. Ante tanto amor por la sufriente humanidad, uno no puede, como mÃnimo, sino asentir cuando León Ferrari afirma que la Iglesia no es perseguida, sino perseguidora. Y añadir además unos cuantos y certeros epÃtetos.
La memoria sigue viva. Tened cuidado.
En dÃas pasados, el teólogo del Vaticano Angelo Amato tildó de “terroristas†a los Parlamentos que aprobaran “leyes contrarias al ser humanoâ€. La última deposición pública de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de la inminente marcha sobre Roma en homenaje a sus mártires azules, achaca al ateÃsmo la “inaudita†violencia que arrasó a España en la década de los 30 del siglo pasado, esa ideologÃa totalitaria que pretendÃa hacer realidad por la fuerza las utopÃas terrenas. "El testimonio de miles de mártires y santos ha sido más fuerte que las insidias y violencias de los falsos profetas de la irreligiosidad y del ateÃsmo", añadió MartÃnez Camino con sobrada satisfacción. Por su parte, Monseñor César Franco, Consiliario Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, relataba hace unos dÃas que "el terrorismo no sólo busca la muerte de seres inocentes", asegurando que "nacido del más radical nihilismo ateo, busca también sembrar la desesperanza y el odio en el corazón de los hombres". Tres ejemplos recientes de la extorsión con la que el clero manipula la historia y el lenguaje. Ocupando el lugar de las vÃctimas, reivindicando con santÃsima hipocresÃa la defensa de la vida y demonizando a crÃticos y discrepantes, los hechiceros del neo-catolicismo, de nuevo, y como siempre, nos regalan a los ateos con el sambenito del “enemigo público número unoâ€. Tres ejemplos del artificio antes mencionado y de la curiosa “razón†que les anima. ¿O es que acaso esas ideologÃas totalitarias que conocemos como religiones no pretenden imponer por la fuerza sus utopÃas celestiales?
Santa y apostólica Iglesia, amenazada y mártir, denostada, vilipendiada y acusada… Su estrategia agresora contra los cuerpos y contra la realidad pasa por esa usurpación de papeles. De ahà la novedosa fundación de la Catholic Anti-Defamation League (CADL) la primera asociación que busca coordinar una estrategia común para defenderse de los ataques al Catolicismo. Cuenta con la simpatÃa del Vaticano (Messori es un Ãntimo de Ratzinger), y quiere combatir “un proceso que está intentando cancelar la religión de un modo artificial, pintándola como una enfermedad socialâ€. Nuevos cruzados para enfrentar la blasfemia, la violencia verbal, la sátira o la provocación. Ni Voltaire imaginó tan audaces a sus censores coetáneos…
El periodista Horacio Verbitsky relató recientemente en Buenos Aires el contenido de una entrevista que le hizo al oficial naval Antonio Scilingo, condenado en España. Éste le afirmó que el método atroz de arrojar personas vivas al mar habÃa sido consultado con la jerarquÃa eclesiástica, que lo aprobó por considerarlo “una forma cristiana y poco violenta de muerteâ€. Ante tanto amor por la sufriente humanidad, uno no puede, como mÃnimo, sino asentir cuando León Ferrari afirma que la Iglesia no es perseguida, sino perseguidora. Y añadir además unos cuantos y certeros epÃtetos.
La memoria sigue viva. Tened cuidado.
(Editorial del BoletÃn Digital FIdA nº 120. 02/05/07. 587 suscriptores)





























