Las propiedades emergentes
De vez en cuando sale a relucir el tema de las propiedades emergentes. En una entrada antigua los comentarios fueron por esos derroteros (véanse a partir del 16). Más recientemente, en el Otto Neurath intervine en una discusión sobre el tema. Resumo aquà mi posición.
Primero seleccionaré una definición de propiedad emergente que sea operativa. Es decir, que esté lo suficientemente bien definida para poder aplicarla allá donde presume que puede ser aplicada. Frases como "el todo es mayor que la suma de las partes" no constituyen buenas definiciones. La definición de propiedad emergente como aquella no deducida a partir de otras propiedades identificadas como primitivas en un sistema sà es operativa y, según creo, responde bastante bien a lo que se suele identificar como propiedad emergente. Se suele usar el concepto de "reducción" en lugar del de "deducción", pero creo que el segundo es más claro, por cuanto sabemos lo que es una deducción lógica, pero no sé si sabemos lo que es exactamente una reducción.
Fijémonos que esta definición implica que las leyes de Kepler no son propiedades emergentes, por cuanto pueden ser deducidas a partir de las leyes de Newton.
Hay dos razones por las cuales una propiedad no pueda ser deducida a partir de las propiedades primitivas (hoy por hoy, las de la fÃsica de partÃculas). La primera es que las propiedades emergentes no estén implicadas por las propiedades primitivas (como quien afirma, por ejemplo, que la vida o la consciencia no pueden ser explicadas por la fÃsica). La segunda es que, aunque las propiedades emergentes sà puedan ser causadas por las propiedades primitivas, a los seres humanos se nos está negado entender esa causación por la gran complejidad del tema.
No es debatible si hay propiedades emergentes por la segunda razón. El reconocer la limitación de la mente humana es lo que hace que la biologÃa no se empeñe en deducir todos sus conocimientos a partir de la fÃsica de partÃculas y tenga sus propios elementos primitivos. De igual manera, los elementos primitivos de la economÃa tampoco son los de la fÃsica, sino otros como las preferencias de los agentes y cosas asÃ.
El debate filosófico se refiere, según entiendo, a la posibilidad de propiedades emergentes por la segunda razón. Que yo sepa, no tenemos un solo ejemplo en el que esto suceda. Es decir, no tenemos una demostración (un contraejemplo bastarÃa) de que algún aspecto de la psicologÃa, por ejemplo, sea incompatible con las leyes de la fÃsica. Hay quien habla de qualias, como elementos que añadir al universo, pero nadie los ha encontrado. Como hipótesis de trabajo, los qualia tampoco son útiles en ningún sentido. No se sabe dónde buscarlos, qué propiedades tendrÃan ni qué lÃneas de investigación podrÃan abrir.
Hay una cosa que sà se puede decir y es que, en nuestros modelos cientÃficos, hay propiedades de unos que no se deducen de propiedades de otros (por ejemplo, las propiedades de la TeorÃa de la Relatividad no se deducen de las de la Mecánica Cuántica. Eso es todo. En los modelos sà hay propiedades emergentes debidas a la segunda razón. Pero, en esos mismos modelos, lo que abre lÃneas de investigación es justamente el establecer mejores modelos en los que se pueda establecer la conexión entre unas propiedades y otras.
La contentura de decir "esto es una propiedad emergente debido a la segunda razón" es la actitud que para el quehacer cientÃfico sin aportar nada a cambio y desde luego sin aportar una demostración de que esa propiedad será emergente en cualquier modelo cientÃfico que quiera explicar la realidad.
Por último, quisiera resaltar una falacia que sale a menudo. Dice asÃ: el que propone que una propiedad es reducible a las primitivas es quien debe aportar la prueba de ello, por tanto hasta que tal cosa no ocurra, la propiedad será emergente. Muy bien, pero eso no dice nada acerca que deba ser emergente por la razón segunda. De hecho, proponer la razón segunda como el status quo implica añadir más propiedades al conjunto de las primitivas y eso, sin necesidad, va en contra de la navaja de Occam.






























