Cristianismo primitivo: introducción

esús vivió a principios de nuestra era, predicó en Palestina acompañado por discípulos, realizó milagros y fundó la Iglesia que, desde que se cumplieron cincuenta días desde su resurrección, se expande por el Mundo a través de una cadena de herederos de la gracia y la doctrina (perfecta e inmutable) desde los apóstoles hasta hoy. Los primeros tiempos de esa expansión fueron duros; los cristianos sufrieron una persecución tras otra, pero, en ese mar de sangre y martirio, perseveraron en su fe y su religión perduró y se hizo fuerte. Otro problema del que se tuvieron que defender fueron las herejías, desviaciones de la doctrina original que, desafortunadamente, aparecían en ocasiones.

Eusebio de Cesarea
Eusebio de Cesarea en un grabado de André de Thevet (1502-1590). Hoy visto como falsario, antiguamente como gran historiador y siempre como hábil cortesano (tomado de la Wikipedia)

El párrafo precedente resume la historia oficial de la iglesia, que se considera cierta comúnmente, aun entre personas instruidas, aunque proceda directamente de la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea y de los evangelios. Ningún historiador serio considera a Eusebio un autor fidedigno: su fuente principal sobre Jesús, la supuesta correspondencia entre Jesús mismo y el rey Abgaro es una leyenda, los doce primeros papas que menciona, pura invención, las persecuciones, manipuladas y exageradas etc. Eusebio, cortesano de Constantino, fue encargado por el emperador para crear una historia que homogeneizara en una iglesia imperial el confuso mosaico sectario cristiano de la época, con la finalidad política que tuvimos ocasión de ver en su momento. Los evangelios, como saben, no son en absoluto documentos históricos, asunto sobre el que volveremos en futuros artículos.

Dos intervenciones del profesor Bart D. Ehrman, de la University of North Carolina, en el documental de The History Channel Los secretos de los apóstoles a los 06'00'' y 44'41''

Pese a todo ello, siglos de repeticiones, de comentarios, de versiones en cuadros al óleo, en autos, en películas, una ubicua iconografía y un pertinaz adoctrinamiento, han hecho de la narración de Eusebio una verdad consensuada. Un ejemplo de hasta dónde llega esta aceptación la vemos en la apasionante trilogía de series documentales de Gérard Mordillat y Jérôme Prieur; Corpus Christi, L'origine du christianisme y L'apocalypse, en la que participan reconocidos expertos en teología, historia, filología, etc. No es extraño que estos expertos desmientan parcialmente la narración de Eusebio, allí donde toca su campo de especialidad, pero tampoco es extraño que asuman con naturalidad que todo el resto es cierto: el espectador ha de esperar a otros expertos para tener una visión de conjunto. Ya hemos ilustrado algún artículo con fragmentos de estas series y, sin duda, lo volveremos a hacer.

Intervención de Anne Pasquier, de la Université Laval-Montréal, en el documental de Gérard Mordillat y Jérôme Prieur L'origine du christianisme, episodio 6, 05'34'', sobre el gnosticismo. Observarán que corto antes de que explique la segunda definición obsoleta de gnosticismo, quizá volvamos a este documento si hablamos de estas sectas. Active los subtítulos con el botoncito rojo «cc»

Las investigaciones históricas, arqueológicas y filológicas, han probado que la línea de la ortodoxia trazada por Eusebio nunca existió. Gran número de sectas mesiánicas con elementos de origen judío, helenístico, egipcio, etc. luchaban entre sí hasta que una versión sincrética de algunos de estos cristianismos se impuso en el siglo IV.

Decíamos a propósito de los cultos al carguero del Pacífico que resulta muy instructivo examinar la génesis de una religión. En el caso del cristianismo la tarea es difícil, debido a la tradición a la que aludimos: siglos de reescrituras, interpolaciones, quemas de libros, silencios y persecuciones.

Si los cultos al carguero los despachamos en un solo artículo, en el caso del cristianismo, debido a la dificultad mencionada y a su magnitud, lo trataremos en aspectos parciales, sin la ambición de agotar la cuestión, en una serie de artículos, etiquetados como «Cristianismo primitivo». En realidad ya hemos publicado varios bajo esa etiqueta, con lo que esta introducción es un poco tardía. Hemos visto hasta ahora algunos ligeros, casi humorísticos y otros más densos. La serie se prolongará próximamente con «La invención de Jesús: iconografía» y «La tradición apostólica».

Capitular tomada de aquí.

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