Filosofía de pre-escolar

No recuerdo nada de mis clases de catecismo. Fueron tres largos de mis primeros años y apenas puedo acordarme de la iglesia de la López Mateos y su aula adjunta, donde no sé cuáles voluntariosos catequistas dedicaron tiempo y esfuerzo para hacer de mi un buen católico. Lo lograron por un tiempo, uno amplio, pero que llegó a duras penas a mi edad adulta para esfumarse en un esfuerzo

Los comentarios han sido cerrados para esta nota