Carta a los Diputados de la Nación

Ayer el proyecto de ley de "Libertad Religiosa" de la diputada Hotton tuvo dictamen de mayoría en la comisión de Relaciones Exteriores y Culto. Como me preocupa este tema, estoy enviándole a los diputados un mail explicando el punto de vista de algunos no creyentes al respecto. Dejo aquí el texto por si alguien gusta enviar este mail o quiere tomarlo para armar uno propio. En este link pueden encontrar la dirección de e-mail de los diputados nacionales.

 


Con preocupación recibo la noticia de que la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados de la Nación aprobó ayer el dictamen de la denominada “Ley de Libertad Religiosa”. Y digo con preocupación porque aún cuando el nombre del proyecto intente sugerir un avance en el reconocimiento de algunos derechos, en realidad lo que esta ley pretende es hacernos retroceder en la separación del Estado con las religiones y confirmar el status de ciudadanos de segunda para los no creyentes.

En principio es razonable preguntarse: ¿cuál es la necesidad de aprobar una ley de libertad religiosa si la Constitución Nacional ya garantiza ese derecho? ¿Acaso está en peligro el derecho de cada individuo a profesar libremente un culto?. A mi me parece todo lo contrario. Quienes hoy nos encontramos en una fuerte desventaja y en muchos lugares acosados por el mismo Estado somos los no creyentes, y sin embargo el proyecto de ley ni siquiera menciona el derecho a no profesar ninguna religión, a criar a nuestros hijos respetando nuestra posición frente a las religiones, ni nos protege frente a ataques de ningún tipo de la misma manera que protege a los religiosos.

Para no extenderme demasiado, quiero simplemente puntualizar las ideas que considero más negativas del proyecto de Ley.

  • Se pretende crear un Consejo Asesor de Libertad Religiosa en el que no participan ateos o agnósticos.
  • El texto es redundante en la protección contra la discriminación por cuestiones religiosas, pero ignora completamente a la discriminación en sentido contrario, es decir, contra los no religiosos.
  • El proyecto pretende establecer que cosas son una religión y cuales no según una valoración fuertemente judeo-cristiana.
  • La Ley, de aprobarse, valoraría más positivamente a las asociaciones religiosas que a las de otro tipo (culturales, deportivas, filosóficas, científicas) permitiéndoles acceder a exenciones tributarias y/o aduaneras y haciendo inembargables los objetos que la religión en cuestión decida tratar como “sagradas”.
  • Interrumpir una ceremonia religiosa o hacerse pasar por un ministro de un culto es castigado más severamente que una acción similar dentro de, por ejemplo, el ámbito universitario.
  • Se mencionan penas para el delito de “profanación”, un concepto absolutamente medieval y peligrosamente ambiguo.

Finalmente, y para demostrar hasta que punto el proyecto de ley hace a un lado los intereses de los no creyentes, alcanza con resaltar el hecho de que ninguna asociación racionalista, laicista, o de agnósticos o ateos fue consultada ni invitada a participar en la redacción del proyecto. También resulta muy gráfica la idea de que esta es una ley que pone en un mismo plano de igualdad a todos, como si los no creyentes no fuéramos parte de ese "todos".

Por todo esto, pido a los legisladores y las legisladoras que eviten continuar incrementando los privilegios de las organizaciones religiosas, que actualmente no son pocos y que son usados contra la misma sociedad tal como quedó claro en el debate por la Ley de Matrimonio Igualitario. Humildemente también los invito a convocar a las asociaciones que cuestionan este proyecto para conocer sus razones y atender alguna vez los intereses de los ciudadanos que no profesan ninguna religión.

Los saludo atte.

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