La última vÃctima de la fe
Las causas estaban sobradamente demostradas para la Junta de Fe de Valencia. Por "hereje formal que abraza toda especie de herejÃa". La suerte de Cayetano Ripoll, un humilde maestro que impartÃa su saber en el municipio valenciano de Ruzafa, estaba echada. El Arzobispo de Valencia ya no tenÃa dudas para relajarlo a la justicia ordinaria. La pena debÃa cumplirse. La sala del Crimen de la Audiencia lo confirmó: condena a la "pena de horca y a ser quemado como hereje pertinaz y acabado".
El maestro Ripoll era un antiguo soldado que habÃa sido hecho prisionero por el ejército francés. En Francia abrazó las ideas liberales y se convirtió al deÃsmo, esa nueva visión de la espiritualidad defendida por los pensadores ilustrados que promovÃa una religiosidad basada en la creencia de la existencia de Dios a través de la razón y no de la fe.





























