Licencia para discriminar
En estos dÃas puede leerse en diversos medios, particularmente en algunos muy preocupados por lo que la Iglesia dice de cada cosa que sucede, la reacción de varios sectores religiosos sobre la media sanción que dió la HCDN al proyecto de ley que habilita el matrimonio homosexual. Si bien los sectores católicos y cristianos en general (me refiero a las autoridades de la iglesia y a sus fieles más conservadores) insisten en continuar negando determinados derechos por razones de elección sexual, hay que reconocer que están teniendo especial cuidado en ocultar el origen religioso de sus argumentos e intentan, en general sin éxito, dar una apariencia racional y hasta mesurada a sus posiciones.
Sin embargo el rabino Samuel Levin parece haber elegido otra estrategia y descargar toda la homofobia fundamentalista que pudo encontrar en las leyendas de la edad de bronce que él decidió tomar como guÃa moral y que por lo visto pretende que sirvan de referencia para todo el mundo. Las declaraciones de LevÃn fueron levantadas ayer por Valores Religiosos, el suplemento religioso del Diario ClarÃn, en un artÃculo que cita la idea del rabino, que obviamente es funcional a la idea del suplemento, pero olvidando los pasajes mas asqueantes de su discurso homófobo (una estrategia de selección que también usan con sus textos sagrados). Sin embargo pueden leerse en otros medios algunas apreciaciones un poco más fuertes de Levin en las que menciona la homosexualidad como una enfermedad, afirma que hay que hacer hospitales para curarla ya que es gente "grave" para la humanidad, los acusa de destruir la familia, y dice en el pico de delirio religioso, que por ellos hubo un diluvio universal y que hoy son la causa de los terremotos. Mención aparte merece su sentencia "en Israel por estos casos hay penas de muerte."





























