Declive del catolicismo
Declive del catolicismo y las malas prácticas de sus jerarcas
El declive del catolicismo es muy notorio en todo el continente americano y, especialmente, en los países hispanohablantes. Europa no escapa a esta situación y el repunte que dicha fe experimenta en África, que probablemente será efímero, no alcanza a compensar la pérdida constante de fieles en otras latitudes. De Asia ni hablemos, pues en este continente el cristianismo en su conjunto no es importante, con la sola excepción de Filipinas, país que tiene una mayoría católica en su población, aunque con la misma tendencia de América Latina a decrecer lentamente.
En definitiva estamos hablando de que el rebaño de corderos tontos, no deliberantes y obedientes constituido por la feligresía católica se encoge cada día más. En buena hora que sea así, pues ya es el momento de abrir los ojos y no permitir que estos mentirosos profesionales que son los sacerdotes católicos y su jerarquía corrupta nos sigan engañando impunemente. Ya lo efectuaron por mucho tiempo, con un despliegue excesivo de poder y el resultado fue francamente nefasto. Como dice el dicho “para muestra un botón”: la inquisición. ¿A cuánta gente asesinaron, torturaron o despojaron de sus bienes durante ese lapso? ¿A cuántos inocentes juzgaron y condenaron? No voy a ahondar en revisar las estadísticas existentes. Basta con saber las innumerables atrocidades que cometieron para censurar el proceder del clero de entonces, que en sí no es demasiado diferente del de hoy. La desemejanza estaría en que la iglesia de ahora no tiene las atribuciones ni el poderío para emprender tal tipo de brutalidades; pero su jefe máximo fue, antes de ser papa, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el nombre moderno de la Inquisición o Santo Oficio. ¿Qué pasaría si al clero se le presentara la oportunidad real de volver a ejecutar sus prácticas totalitarias e inquisitorias en la actualidad? ¿Lo harían? Estoy casi absolutamente seguro que sí. Como ejemplo, se puede citar que el propio Joseph Ratzinger justificó el proceso efectuado contra Galileo Galilei y, textualmente, expresó la siguiente frase: —En la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo. Si el cardenal Ratzinger se permite aseverar semejante falacia, nada indica que la iglesia católica haya modificado su actitud maligna y sea actualmente menos represiva que en el pasado. La mentalidad criminal de sus jerarcas es la misma de siempre y se mantiene intacta, pero con un disfraz algo más convincente y menos monstruoso ante el inevitable escrutinio público. ¿No es cierto, Benedicto XVI?