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Domingo, 21 de Agosto de 2011

Manifestaciones católicas, las que fueron y las que nunca serán.



Hacer leña del árbol caído no debe de ser muy cristiano, tal vez sea esa la razón por la que hace ya tiempo que los españoles nos hemos librado de la "manifestitis" católica que sufrimos cuando la popularidad del gobierno socialista atravesaba por mejores momentos. Esa época en la que se atrevía a aprobar leyes contrarias a la ley natural, ya saben, esa que obliga a que las madres asesinen a sus bebes y aquella otra que prohibe los matrimonios heterosexuales, si hombre, la del complot de Naciones Unidas para hacer que la mitad de la humanidad se haga gay (Obispo de Córdoba dixit). Sin olvidar aquella asignatura "Educación para la ciudadanía", esa en la que bajo la excusa de enseñar la constitución o los derechos humanos se adoctrina en el Marxismo-Leninismo y el relativismo moral ¿se imaginan a nuestros pobres hijos pensando por si mismos sobre lo que está bien y lo que está mal? ¿lo justo y lo injusto? Nunca la humanidad estuvo en tanto peligro y era del todo necesario recurrir a la artillería pesada. Ahora, con el azote de la cristiandad en horas bajas, ¡Bendita crisis!, y el cambio de gobierno a la vuelta de la esquina no hace falta sacar a las fieras, más aún, resultaría contraproducente, el fanatismo católico no está tan bien visto como debería entre las masas, además hay que concentrar todos los esfuerzos en esa exaltación a la personalidad de Su Santidad llamada "Jornadas Mundiales de la Juventud", una especia de Woodstock cristiano en el que solo actúa un señor de 84 años.

Dejando el sarcasmo a un lado, con ocasión de esta semana de sobredosis católica en la que acabaremos, algunos ya lo estamos, saturados de tanto discurso papal y de tanto insulto subvencionado, quiero aprovechar para repasar aquel fenómeno inédito hasta entonces, las interminables manifestaciones católicas contra leyes aprobadas en el parlamento. Lo primero que quiero decir es que defiendo el derecho de todo el mundo a convocar manifestaciones con el fin de expresar sus ideas o con el fin de criticar las ideas de otros, incluso contra leyes aprobadas en el parlamento, faltaría más. Pero ese derecho es el mismo para todos, sin embargo me da la sensación de que las porras no están igual de sueltas en una manifestación contra el Papa  que en una manifestación contra el derecho al aborto o contra los homosexuales, y el ambiente en estas últimas no lo calificaría de relajado precisamente.

Pues bien, una vez aclarado que esas manifestaciones católicas deben poder celebrarse en libertad (al igual que las contramanifestaciones correspondientes) vamos a analizarlas comenzando por los temas elegidos. Las obsesiones de la Iglesia Católica en España en los últimos años han sido tres, esto es, la ley que permite el aborto voluntario dentro de unos determinados plazos, la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la asignatura de Educación para la Ciudadanía.  Â¿El motivo? Según parece estás leyes constituyen un ataque a la familia (véase imagen superior) y una violación de la libertad religiosa de los católicos... sí, así es, para un católico el ejercicio de su libertad religiosa consiste en que el resto de la ciudadanía viva según sus sagradas escrituras, que para algo son sagradas. 



Lo más "fascinante" de estas manifestaciones es la ausencia absoluta de argumentos, ni falta que hacen, "Matrimonio = Hombre y Mujer", ¡porque lo digo yo! ¡hombre ya! ¡basta de tanta tontería! y si está escrito encima de una bandera española mejor que mejor, porque otra cosa no, pero el rojo y el gualda (aguilucho opcional) no puede faltar, ¿qué tiene que ver la bandera con la reivindicación de turno? pues nada, pero es que ya esta bien de tanta separación Iglesia y Estado, que el Nacionalcatolicismo no está tan lejos ¿o que pensabas?. 

- ¡Basta de ataques a la familia!

- ¿pero qué ataque? caballero, creo que lo ha entendido mal, que usted se puede casar con su novia igual que toda la vida

- ya, pero mi vecino puede casarse con su novio ¡y a mi eso me jode un huevo! a ver si ahora va a resultar que el maricón de mi vecino va a ser igual que yo, un hombre hombre ¿es que no has leído la Biblia? ¡Palabra de Dios!



Aborto no, Dios ama al embrión ¡Claro que sí! eso son argumentos de peso y lo demás son tonterías. PSOE y PP matan al bebé, abolición del aborto ¡ya! y ¡viva la demagogia! aquí ni embriones ni fetos ni mamarrachadas de esas, el gobierno mata bebés ¡y punto en boca! y si ponemos la foto de un niño de  un  año gateando junto a un lince monísimo lo dejamos mucho más claro.


- Señora, vera, el aborto libre puede realizarse solo hasta la semana 14 de gestación, durante más de un mes el embrión es un aglomerado informe de células, antes de la séptima semana ni siquiera hay actividad cerebral, el sistema nervioso no empieza a madurar hasta la semana 16...

- No me vengas con células ni célulos, que sistema nervioso ni que gaitas, ¡Que Dios infunde el alma en el momento de la concepción!¡Qué lo ha dicho el Papa!

- Bueno señora, no se... al menos reconocerá que la píldora del día siguiente...

- ¡¿Es que te tengo que decir lo del alma en chino?!

Evidentemente en todas estas manifestaciones había pancartas menos "moderadas", insultos que en ocasiones rozarían la ilegalidad y barbaridades que harían que los chillidos de un mono en celo sonasen a discursos de Demóstenes o Cicerón. Pero no es eso lo que me interesa, me interesa más el fondo de la cuestión, cientos de miles de católicos manifestándose porque no pueden soportar que personas del mismo sexo se casen, que determinadas personas tengan, en base a conocimientos científicos, una idea distinta a la suya en cuanto al derecho a interrumpir un embarazo, o porque en una asignatura obligatoria les vayan a enseñar lo que es un condón o a reflexionar sobre cuestiones morales en lugar de enseñarles que para eso ya está "la infalibilidad papal", es sobre todo una obsesión enfermiza por el sexo, la Iglesia Católica condena el sexo fuera del matrimonio, las relaciones sexuales con métodos anticonceptivos, impone el celibato a sus sacerdotes, etc, etc... todo esto ¿en base a que? ¿a los evangelios? ¿qué evangelios ha leído esta gente?


Yo, evidentemente, no creo que los evangelios sean el resultado de ninguna inspiración divina ni que deban ser la base de nuestras leyes pero pongámonos en el lugar de un católico asiduo a estas manifestaciones y veamos si se les ha escapado algo. Si uno lee los evangelios canónicos se da cuenta de que lo más próximo a una cuestión sexual es lo que leemos en Mateo 15:19-20

"Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos."

Ahora bien ¿a que se refiere con inmoralidad sexual? eso ya no está tan claro. Por supuesto no hay ninguna mención directa a la homosexualidad, ni al aborto, ni a los métodos anticonceptivos, ni al celibato sacerdotal, de hecho en otros pasajes del Nuevo Testamento se habla con toda naturalidad del matrimonio de los sacerdotes, no solo eso, se les anima a que se casen y tengan familia. ¿Que pasa con el divorcio? pues bien, algo tan simple como que a Jesús se le atribuya la frase "lo que Dios a unido que no lo separe el  hombre" es suficiente para condenar el divorcio de la forma más tajante y absoluta, da igual que en Mateo 19:9 especifique que el divorcio si estaría permitido en caso de infidelidad conyugal, ya se sabe, hay frases que sí y frases que no ¿con que criterio? por lo visto para eso hace falta la ayuda de un tal Espíritu Santo (no son listos ni ná).


Pero si en esos libros el prota no habla de sexo ¿de que habla?.  Pues lo cierto es que el tío se pone muy pesado con un tema, todo el día con los pobres para arriba, con los pobres para abajo, que si no acumules riquezas, que si más hace la viuda que da dos monedas que el rico que solo da lo que le sobra, y así todo el rato, ya te digo, una obsesión, hasta llega a decir:

"Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas. Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que difícilmente un rico entrará en el reino de los cielos." (Mateo 19:21-23)

Más aún, en los Hechos de los Apóstoles 4 y 5 se nos explica que los primeros cristianos vendían sus tierras y sus casas para poner el dinero a disposición de los Apóstoles para que ellos los repartiesen según la necesidad de cada uno (¿a nadie le suena esto a otra cosa?), al pobre Ananías y a su mujer se les ocurrió quedarse con parte del dinero y ocultárselo a los Apóstoles y murieron de forma fulminante.

En esta historia en la que los manifestantes católicos quieren que basemos nuestra sociedad civil hay otra frase muy célebre pero que no inspira manifestaciones:

"Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que te pone pleito para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te obliga a que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él." (Mateo 5:39-41)


Y ante mensajes tan claros, mucho más claros que los referentes al sexo, yo me pregunto ¿Para cuando las manifestaciones masivas de fervientes católicos reclamando por ley la colectivización de los bienes? ¡Abajo la propiedad privada! ¡La tierra para quien la trabaja! digo... ¡La tierra para los obispos! ¿Cuantos católicos se calcula que acudirán a la concentración frente al Ministerio de Economía exigiendo condenas para los que acumulan rentas altas? Ya estoy viendo la pancarta azul en Cibeles, primero fue ¡la familia sí importa!, luego ¡cada vida importa!, mas recientemente ¡la educación también importa! no me cabe la menor duda de que el pobre Rajoy también se tendrá que enfrentar a esa gigantesca pancarta azul ¡Todos los pobres importan! con letras rojas y globitos amarillos por encima. Estoy viendo a las ancianitas gritando ¡Botín, arderás en el infierno! ¿Alguien sabe en que fechas va a caer la mani contra la existencia del ejército o esa en la que se exigirá por fin que el Ministerio de Defensa pase a llamarse Ministerio de la otra mejilla? Tarde o temprano en la portada de La Razón aparecerá el siguiente titular "Si ETA pide la independencia de Euskadi démosle también Burgos" Creo que algunos están esperando a saber quien será el futuro ministro de defensa para poner su foto con cuernos y tridente, cubrirla de tinta roja y presentarla junto a un texto que diga "¡Menganito asesino!, es cuestión de tiempo ver a ese muchacho envuelto en una bandera preconstitucional gritando ¡militares pecadores!¡No matarás!¡Ama a tu enemigo!¡Palabra de Dios!... Es broma Mariano, no te preocupes, no hay peligro.

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Lunes, 30 de Mayo de 2011

Admiten que el cristianismo se ha debilitado


Corre riesgo de «extinción», dijo el cardenal Bruguès, del Vaticano


© Silvina Premat
Publicado en diario La Nación


«En los países occidentales, los índices francamente negativos parecerían confirmar el debilitamiento del cristianismo, incluso su posible extinción». La frase del cardenal francés Jean-Louis Bruguès sorprendió al auditorio en la Universidad Católica Argentina, que fue a escuchar la disertación del secretario general de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede.
En su exposición sobre «El futuro del cristianismo», el cardenal Jean-Louis Bruguès no dejó lugar a dudas sobre el panorama: «La cultura cristiana se ha derrumbado masivamente; no sólo en la mentalidad social, sino incluso en el mismo espíritu de los creyentes».
Bruguès es uno de los cardenales franceses con mayor influencia en el Vaticano y en su país fue nombrado Caballero de la Orden de la Legión de Honor.


En su presentación en Buenos Aires admitió la existencia, dentro de la Iglesia Católica, de una «yuxtaposición» entre una corriente que invita a los católicos a adaptarse a la sociedad sin Dios y otra que, por el contrario, acepta ser una minoría que es «signo de contradicción».
«Es el enfermo el que le pregunta a su médico: "Doctor, dígame la verdad: ¿cuánto tiempo me queda?"», dijo el cardenal Bruguès a poco de comenzar la conferencia. Y continuó: «¿El cristianismo habrá enfermado a fuerza de tanto pesimismo?».
Miembro de la Orden de Predicadores, de los dominicos, además de conducir el área de la educación católica de toda la Iglesia, Bruguès es consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y fue miembro del Comité Nacional Consultivo de Ética de la República de Francia.
Ante más de 300 personas que asistieron a la disertación en Puerto Madero, no obstante la tormenta desatada en la ciudad de Buenos Aires (...), Bruguès afirmó que en los países occidentales los índices «francamente negativos» parecerían «confirmar el debilitamiento del cristianismo, incluso su posible extinción».
Se refirió a un descenso de la práctica dominical del 90% de la población de Angers, de donde fue obispo, al 10% en el término de tres décadas y a la disminución global de la cantidad de bautismos, matrimonios, vocaciones sacerdotales y religiosas, y al envejecimiento de la población católica practicante.
En perfecto castellano, el cardenal señaló también: «En los países de tradición católica, como España, Francia, Bélgica, Quebec o Irlanda, se está desarrollando una cultura de la burla y del menosprecio en relación con el cristianismo».
Y hasta se preguntó: «¿No sería necesario que la ley actualmente sancionase también las manifestaciones cristianófobas, de la misma manera que ya condena el antisemitismo o la islamofobia?».
Propuso al auditorio soñar con que las religiones «puedan sacar a la luz los valores que les sean comunes» y en un nuevo pacto social entre las naciones y sus comunidades, si lo primero no funcionase.
Al describir el proceso de secularización vivido a nivel mundial, citó al ex primer ministro de Reino Unido Tony Blair, a quien seguramente se recordará, según dijo, como «uno de los grandes primeros ministros británicos de la época moderna». Leyó varias afirmaciones de Blair, convertido al catolicismo poco después de dejar su cargo, en las que identifica «la causa del malestar cristiano actual en el confinamiento de la religión al área privada, que resulta de una concepción heredada de la Ilustración».
Se valió también del filósofo alemán Jürgen Habermas para decir que los sociólogos hoy se dividen entre los que observan «el fin de la teoría de la secularización» y los que ven un «renacimiento de la religión» sobre todo en los países que han recibido mayor inmigración de población musulmana.
Al presentar al cardenal dominico, el rector de la UCA, padre Víctor Manuel Fernández, dijo que éste es «un momento histórico que parece ser una bisagra muy singular». Y admitió: «Vivimos un tiempo de tensiones».

Pujas internas
Bruguès también habló de «tensiones existentes en diversas iglesias de distintos continentes [que] se explicarían [si se reconoce que] existe en la Iglesia europea, pero también dentro de las iglesias americanas del Norte como del Sur, una línea de división, pudiera ser incluso de ruptura, ciertamente variable de un país a otro», entre una «corriente de compromiso» y otra «corriente de contradicción» cuyos riesgos son la disolución y el repliegue, respectivamente.
Para ejemplificar, Bruguès planteó que universidades, escuelas, seminarios y casas religiosas católicas «se distribuyen según esta línea divisoria» dentro de la Iglesia.
La primera corriente propone una cooperación con la sociedad secularizada a partir de valores como igualdad, libertad, solidaridad, responsabilidad y reclama la apertura al mundo. Es la que, recordó, «alimentó la matriz ideológica de las interpretaciones que se han impuesto» en los 60 y 70 y ahora «ha envejecido, pero sus partidarios todavía detentan puestos clave en la Iglesia».
La otra corriente, surgida en los 80, proclama que las diferencias con la sociedad civil se hacen cada vez más notables sobre todo en cuanto a la ética (aborto, eutanasia, matrimonio homosexual, consumismo) y «acepta jugar el papel de una minoría contestadora», afirmando que «la Iglesia debe volver a ser un signo de contradicción». En los últimos años, según dijo, esta corriente «se reforzó considerablemente, aunque aún no es dominante».
A partir de ese diagnóstico, Bruguès señala que desde hace casi 20 años la Iglesia eligió la cultura, «la voz de la inteligencia» como campo privilegiado de expresión pública. Por eso, afirmó: «Ahora, la Iglesia propone al mundo rehabilitar la razón», y que su «tarea es volver a enseñar a nuestras sociedades a creer en su propio futuro».
Domingo, 21 de Agosto de 2011

Sí, Dios sanciona el genocidio en la Biblia.

"Pero en las ciudades de esos pueblos que el Señor, tu Dios, te dará como herencia, no deberás dejar ningún sobreviviente. Consagrarás al exterminio total a los hititas, a los amorreos, a los cananeos, a los perizitas, a los jivitas y a los jebuseos, como te lo ordena el Señor, tu Dios"
(Deuteronomio 20: 16-17)

Buscando información para una entrada sobre el libro de Josué (toda una oda al odio y la xenofobia inspirada por el "dios del amor") me tope con la entrada de otro blog, vivificat, que me dejó tan estupefacto que esta va a ser más bien una respuesta a sus argumentos. El autor, al menos, es consciente de que lo que se narra en el Libro de Josué y muchas otras partes del Antiguo Testamento son auténticas barbaridades, el problema es que su intento de explicación es tan insatisfactorio que mientras sigamos afirmando que esos libros están inspirados por el creador del universo seguirán siendo una fuente de prejuicios y fanatismos. En primer lugar está bien recordar lo que dice el autor sobre que es la Biblia para la Iglesia Católica:

- Los libros recogidos en el canon exponen con CERTEZA y SIN NINGÚN ERROR lo que Dios quiere enseñarnos para nuestra salvación.

- Dios es el autor de estos libros y también lo es el hombre que redacta bajo la luz de Dios y según sus talentos y cualidades humanas.

A continuación os dejo unos fragmentos ilustrativos de esos libros inspirados por Dios y que nos exponen con certeza y sin error sus enseñanzas (traducción tomada de la página del Vaticano):

Números 25: 4-11 "El Señor dijo a Moisés: «Toma a todos los jefes del pueblo y cuélgalos (en otras traducciones dicen "empálalos") públicamente delante del Señor, para que se aplaque la indignación del Señor contra Israel». Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: «Cada uno de ustedes matará a aquellos de sus hombres que se sometieron al Baal de Peor». Precisamente entonces, llegó un israelita trayendo una mujer madianita adonde estaban sus hermanos, a la vista de Moisés y de todos los israelitas, que lloraban a la entrada de la Carpa del Encuentro. Al ver esto, Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se apartó de la comunidad y, tomando una lanza, siguió al israelita hasta la alcoba y allí los traspasó a los dos, al israelita y a la mujer, en pleno vientre. Entonces cesó la plaga que asolaba a los israelitas. Los que habían muerto a causa de la plaga fueron veinticuatro mil. Y el Señor dijo a Moisés: «Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha apartado mi ira de los israelitas, porque ha demostrado en medio de ellos un celo igual al mío. Por eso yo no acabé con los israelitas, dejándome llevar por mi celos."

En este caso aparece como una orden directa de Dios a Moisés (recordemos que se hablaban cara a cara en la tienda del encuentro e incluso algunos atribuyen al propio Moisés la autoría del libro) la ejecución de los jefes de un pueblo extranjero con los que los israelitas habían tenido contacto, la causa es que este pueblo había contaminado a los israelitas con sus dioses y sus costumbres, para prevenir esa contaminación Dios había prohibido mantener relaciones ni pactos con ningún pueblo de la Tierra Prometida, había que condenar al exterminio a toda la población sin dejar supervivientes, como no se hizo así Dios castiga a los israelitas con una plaga. Gracias a que Pinjás atraviesa con su lanza a un israelita que mantenía relaciones con una extrajera Dios decide deponer su cólera, al menos eso es lo que dice el propio Dios a Moisés.

Números 31: 14-18 "Moisés se irritó contra los comandantes del ejército y contra los oficiales de los regimientos de mil y cien soldados, que volvían de la expedición, y les dijo: «¿Por qué han perdonado la vida a todas las mujeres? Fueron ellas las que, por instigación de Balaam indujeron a los israelitas a ser infieles al Señor en el incidente de Peor, y por eso la comunidad del Señor fue azotada por la plaga. Por lo tanto, maten a todos los niños varones y a todas las mujeres que hayan tenido relaciones con un hombre. Perdonen, en cambio, a las jóvenes que no hayan tenido relaciones con un hombre."

En la continuación de la historia, Moisés, interlocutor directo de Dios, se irrita porque sus soldados no acabaron también con las mujeres de aquel pueblo "infiel", tengamos en cuenta que las ordenes de Dios eran no dejar supervivientes, así que ordena acabar el trabajo exterminando a niños varones y mujeres no vírgenes, en ningún momento del libro la orden de Moisés es desautorizada por Dios.

Deuteronomio 2: 31-34 "Entonces el Señor me dijo: «He decidido entregarte a Sijón con todo su país. Empieza la conquista apoderándose de su territorio». Sijón nos salió al paso con todas sus tropas, dispuesto a librarnos batalla en Iasá. Pero el Señor lo puso en nuestras manos y lo derrotamos, a él con sus hijos y todas sus tropas. Nos apoderamos de todas sus ciudades y las consagramos al exterminio, sacrificando a hombres, mujeres y niños, sin dejar ningún sobreviviente."

Deuteronomio 3: 2-6 "Pero el Señor me advirtió: «No le tengas miedo, porque yo lo pondré en tus manos con todo su ejército y sus dominios. Trátalo de la misma manera que trataste a Sijón, el rey de los amorreos que habitaba en Jesbón». Efectivamente, el Señor, nuestro Dios, puso también en nuestras manos a Og, rey de Basán, con todo su ejército, y lo derrotamos hasta tal punto que no le quedó ni un sólo sobreviviente. Aquella vez nos apoderamos de todas sus ciudades. Las conquistamos todas, sin exceptuar ninguna: las sesenta ciudades del distrito de Argob, que pertenecía al reino de Og, en Basán. Todas ellas eran ciudades defendidas por altas murallas, puertas y cerrojos, sin contar las ciudades de los perizitas, que también eran muy numerosas. Y las consagramos al exterminio, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón, matando en cada ciudad a hombres, mujeres y niños.

De nuevo Dios ordena de forma directa a Moisés que conquiste una serie de ciudades y que haga con ellas lo mismo que hizo en Sijón, es decir exterminar a toda la población, hombres, mujeres y niños.

Deuteronomio 13: 15-19 "Investiga el caso, examinalo e infórmate debidamente. Y si es verdad que la cosa es así, que se ha cometido semejante abominación (adorar a otros dioses), pasa sin compasión al filo de la espada a los habitantes de la ciudad, y conságrala al exterminio total con todo lo que hay en ella, incluido su ganado. Reúne luego todos sus despojos en medio de la plaza, e incendia la ciudad con todos esos despojos, como un holocausto para el Señor, tu Dios. Ella se convertirá para siempre en un montón de ruinas y nunca más será reconstruida. Y no retengas nada de lo que debe ser consagrado al exterminio. Así el Señor aplacará el ardor de su ira, se apiadará y tendrá misericordia de ti, y te multiplicará, como lo juró a tus padres, con tal que tú escuches la voz del Señor, tu Dios. observando los mandamientos que hoy te prescribo y haciendo lo que es recto a los ojos del Señor, tu Dios.

Esta se trata también de una orden directa de Dios que forma parte de una serie de leyes o mandamientos que Dios ha dictado a Moisés ese día y le ha pedido poner por escrito y depositar junto al arca de la alianza, además de recogerlas en una roca erigida junto al Jordán. Entre los mandamientos que Dios les ha prescrito ese día, junto al exterminio de las ciudades paganas, está la condena a muerte a los adivinos e interpretes de sueños, matar a pedradas a los hijos rebeldes, libertinos y borrachos, matar a pedradas a las mujeres que se casan sin ser vírgenes, matar a pedradas a los secuestradores, matar a pedradas a los violadores y a la mujer violada si esta fue agredida en la ciudad y no gritó, regularización de la esclavitud, entre otras perlas divinamente inspiradas. Al final del Deuteronomio Moisés muere pero es importante recordar como se insiste en este y los libros anteriores, repitiéndolo hasta el aburrimiento, que Dios le habla directamente a Moisés, hablan cara a cara, son ordenes directas y parece que el Dios que inspira el texto esta especialmente interesado en que lo sepamos. Tras el Deuteronomio comienza el Libro de Josué, que se divide básicamente en dos partes, la primera es la descripción del genocidio de varios pueblos por parte de los israelitas y una segunda el reparto de las tierras conquistadas.

Josué 6: 17 "Ustedes consagrarán al Señor la ciudad (Jericó) con todo lo que hay en ella, exterminándola por completo. Quedarán con vida solamente Rajab, la prostituta, y todos los que estén con ella en su casa, porque ella ocultó a los emisarios que nosotros habíamos enviado."

Josué 8:1-2, 24-27 "El Señor dijo a Josué: «¡No temas ni te acobardes! Reúne a todos los combatientes y prepárate para subir contra Ai. Yo te entrego al rey de Ai, a su pueblo, su ciudad y su territorio. Trátalos como trataste a Jericó y a su rey. Sin embargo, ustedes podrán retener como botín los despojos y el ganado. Además, tiende una emboscada detrás de la ciudad. [...] Cuando Israel terminó de matar a los habitantes de Ai en campo abierto, en el desierto donde los habían perseguido, y cuando cayó hasta el último de ellos bajo los golpes de las espadas, todo Israel se volvió contra Ai y la pasó al filo de la espada. Los que murieron aquel día, entre hombres y mujeres, fueron doce mil, o sea, todos los habitantes de Ai. Y Josué no retiró la mano con que sostenía la jabalina hasta que consagró al exterminio a todos los habitantes de Ai. Israel retuvo como botín solamente el ganado y los despojos de la ciudad, según la orden que el Señor había dado a Josué."

Josué 10: 28-40 "Aquel mismo día, Josué se apoderó de Maquedá y pasó al filo de la espada a la ciudad y a su rey, consagrándolos al exterminio junto con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató al rey de Maquedá como había tratado al rey de Jericó. Luego Josué, con todo Israel pasó de Maquedá a Libná y la atacó. El Señor puso a la ciudad y al rey en manos de Israel, que la pasó al fino de la espada con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó a nadie con vida, y trató a su rey como había tratado al rey de Jericó. Después Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Laquís, la asedió y la atacó. El Señor puso también a Laquís en manos de Israel, que la conquistó al segundo día, y la pasó al filo de la espada con todos los seres vivientes que había en ella, exactamente como había hecho con Libná. Mientras tanto, Horam, rey de Guézer, subió en ayuda de Laquís; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, hasta no dejar ningún sobreviviente. Luego Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La sitiaron, la atacaron, y ese mismo día la tomaron y la pasaron al filo de la espada. Aquel día Josué consagró al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, exactamente como había hecho con Laquís. Después Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón. La atacaron,
la tomaron, y pasaron al filo de la espada a la ciudad, a su rey, y a todos los seres vivientes que había en ella. Josué no dejó a nadie con vida, sino que hizo con ella lo mismo que había hecho con Eglón: consagró al exterminio a la ciudad y a todos los seres vivientes que había en ella. Luego Josué, con todo Israel, volvió atrás hasta Debir, la atacó, y se apoderó de la ciudad, de su rey y de todas sus otras ciudades. Los israelitas los pasaron al filo de la espada, y consagraron al exterminio a todos los seres vivientes que había en la ciudad, sin dejar a nadie con vida. Josué trató a Debir como había tratado a Hebrón y a su rey, y como había tratado a Libná y a su rey. Así Josué conquistó toda la región: la Montaña, con todos sus reyes. No dejó a nadie con vida, sino que consagró al exterminio a todos los seres vivientes, como el Señor, Dios de Israel, le había ordenado.

Josué 11: 10-15 "En aquel tiempo, Josué volvió atrás, se apoderó de Jasor y mató a su rey con la espada, porque Jasor había sido antiguamente la cabeza de todos aquellos reinos. También pasó al filo de la espada a todos los seres vivientes que había en ella, consagrándolos al exterminio total. No quedó nada con vida, y Jasor fue incendiada. Josué tomó asimismo todas las ciudades de aquellos reyes, y a estos últimos los capturó y los pasó al filo de la espada, consagrándolos al exterminio, como Moisés, el servidor del Señor, se lo había ordenado. Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades que ahora vuelven a alzarse sobre sus ruinas, a excepción de Jasor, que fue la única incendiada por Josué. El botín de estas ciudades, incluido el ganado, se lo repartieron los israelitas; a las personas, en cambio, las pasaron al filo de la espada, hasta acabar con todos. No dejaron a nadie con vida. Josué se atuvo exactamente a las órdenes que le había dado Moisés –el servidor del Señor– órdenes que este, a su vez, había recibido del Señor. Y al ejecutarlas, no descuidó nada de lo que el Señor había ordenado a Moisés.

El final es muy ilustrativo, JOSUE SE ATUVO EXACTAMENTE A LAS ÓRDENES QUE LE HABÍA DADO MOISES, ÓRDENES QUE HABÍA RECIBIDO DEL SEÑOR. Recordemos que Dios y sus ángeles hablaban directamente con Josué, igual que hacían con Moisés. Una vez conocido el contenido uno se pregunta ¿cómo hay que entender todo esto? y nuestro amigo de vivíficat nos da su solución:

En primer lugar nos recuerda que "la lectura de la Biblia, en la Iglesia Católica, se realiza bajo la guía del Papa y los obispos" y yo me pregunto ¿bajo la guía de que Papa en particular? ¿es más correcta la interpretación que de estos textos hace Benedicto XVI que la que podía hacer Lucio III o Sixto IV? al fin y al cabo el nuevo testamento estaba disponible para los tres ¿lo que Dios nos quiere enseñar es distinto en los tiempos anteriores al cristianismo, en el siglo I, el siglo XV y el siglo XXI? ¿estuvo equivocada la Iglesia desde que pasó de perseguida a perseguidora, es decir, desde el siglo IV hasta que se quemó al último hereje? (y eso supera de largo los mil años) ¿No será que la interpretación que hacemos del texto en cada momento evoluciona a medida que evolucionamos como sociedad y no al revés?

El autor del blog tiene al menos un párrafo que puedo suscribir totalmente, excepto en lo de considerar sagrado al autor:

"En el caso de la conquista de Jericó, el autor escoge el género de campaña militar, según la mentalidad de una época histórica en la que grupos humanos y tribus enteras pensaban que el derecho de conquista podría justificar la eliminación de las poblaciones vencidas. Además, el pueblo de Israel (y el autor sagrado es hijo de su pueblo) pensaba que ese derecho de conquista, como tantas otras tradiciones, venía directamente de Dios."

¡Pues claro! este libro y el resto de la Biblia no deja de ser la obra de una o varias personas (normales y corrientes) que recoge una tradición oral en la que se mezcla la sombra de hechos del pasado lejano con sus supersticiones, creencias y prejuicios. Solo hay que leer a Homero o a Heródoto para darse cuenta que el proceso seguido por el pueblo judío es igual al experimentado por el egipcio, el griego, el tracio, el persa o el escita. ¿que hace que la mitología judía deba tener una consideración distinta a las mitologías del resto de la humanidad?

El autor continua diciendo que puesto que lo que aparece recogido es en ocasiones "simplemente eso, lo que pensaba y vivía un grupo humano en una etapa concreta de su historia"no debemos atenernos solo a la letra sino seguir otros criterios de interpretación.

- leer la Biblia a la luz de Cristo, que es el culmen de la revelación y centro del mensaje que Dios quiere transmitir a los hombres.

- Interpretar el texto del Antiguo Testamento, que contiene imperfecciones adaptadas a su tiempo, con la comprensión que recibe con el Nuevo Testamento.

Y yo me vuelvo a preguntar ¿Por que el Nuevo Testamento está exento de ser "simplemente lo que pensaba y vivía un grupo humano en una etapa concreta con imperfecciones adaptadas a su tiempo"? ¿por qué los milagros y la resurrección de Jesús no son también alegorías? ¿cuál es el argumento? ¿imperfecciones? ¿no habíamos quedado en que la Biblia recoge con certeza y sin NINGUN error lo que Dios quiere enseñarnos? ¿Por que Dios no envío a Jesús en lugar de a Moisés y dio el discurso de la montaña en el Sinaí y enseño a amar al enemigo, a no lapidar a la adúltera, etc, etc? Y es que tendrás que reconocer que con la primera versión lo del amor y la compasión no quedaba nada claro ¿tenían que pasar miles de años para darnos la clave que desencripta el primer mensaje? algo así como "eh chicos, que lo del genocidio era solo una metáfora poética referida al pecado, no me debí explicar con claridad, aquí os envío a mi muchacho, me lo torturais un poco, me lo ejecutais y así estais todos perdonados, a ver si así se entiende mejor"

Despues se dice que el cristianismo no es una "religión del libro" y por lo tanto no se puede sacar de un pasaje biblico una conclusión contraria a lo que entendemos en la lectura completa de la Biblia y de la Tradición. Aquí nos seguimos quedando con la duda de por qué el Nuevo Testamento tardó tanto en llegar y sobre todo como es posible que una vez que tenemos los dos Testamentos las conclusiones que las distintas generaciones han sacado al hacer la lectura completa han sido tan variadas. Desde las distintas doctrinas cristológicas de los primeros 400 años de cristianismo (que ya son años), homogeneizadas luego a sangre y fuego, eso sí, pasando por la inquisición, las cruzadas, el papel de la mujer en la sociedad, etc, etc... y de nuevo surge la pregunta ¿evoluciona la sociedad gracias a la religión o es esta la que se ve forzada a evolucionar a medida que lo hace la sociedad laica?

Aunque el cinismo envuelve cada párrafo este se lleva la palma:

"Desde la ayuda y la integración de otros pasajes bíblicos podemos llegar a una lectura correcta del libro de Josué. Si, además, vemos la Tradición viva de la Iglesia y las enseñanzas constantes de los Papas y de los obispos, aparece claramente que la Iglesia no ha defendido nunca un “derecho de conquista” que implique la destrucción completa de un pueblo, sino que más bien ha condenado siempre cualquier crimen de inocentes, también en tiempo de guerra, porque va contra el quinto mandamiento, y porque nadie debería apoyarse en la Biblia para justificar ninguna guerra de agresión ni, mucho menos, el exterminio de un pueblo."

¿Que entiende el autor por "siempre"? porque yo estoy seguro de que este señor conoce las cruzadas, exterminio de hugonotes y otros herejes, torturas, hogueras, y guerras tachadas de "santas" por los pontífices de turno.

No hay nadie en su sano juicio que pueda dar por buenas las explicaciones que intentan dar un sentido al Antiguo Testamento, en el que las atrocidades no se limitan al libro de Josué, por cierto. Entiendo que los cristianos necesiten engañarse a ellos mismos pero ¿de verdad lo consiguen? Cuando uno lee el antiguo testamento el mensaje es claro, directo, no hay lugar para la duda, es xenofobia, opresión, una lista interminable de leyes injustas, amenazas constantes, castigos ejemplarizantes e indiscriminados, de rituales que rozan el chamanismo, sacrificio de toros, cabras, palomas, por la mañana, la tarde y la noche, sed de oro, plata, incienso y mucha sangre. ¿es todo una alegoría? ¿en serio el dios todopoderoso omnisciente creador del universo tenia un plan tan absolutamente torpe como para "inspirar" esos libros"?

A mi se me ocurre una explicación mucho más corta, ningún Dios inspiró esos libros, ni esos ni ninguno. Dios no existe y, sinceramente, no me siento en absoluto menos humano ni deshumanizante por pensar así, más bien todo lo contrario. ¿Que argumento, si es que hay al menos uno, se puede aducir para defender que el texto del Nuevo Testamento refleja una verdad histórica? ¿No es solo un acto de fe? que en lenguaje llano es igual a decir "porque me da la gana". Mucha gente hace malabarismos por justificar la religión porque tiene pánico a que una sociedad sin dioses (y sobre todo sin sus amenazas) caiga en el caos. Creo que el número creciente de ateos y su comportamiento demuestra que eso no es así y que la construcción de una moral basada exclusivamente en el hombre es perfectamente posible.
Lunes, 28 de Marzo de 2011

Ateos y católicos tratan de entenderse en París



Redacción de BBC Mundo


El Vaticano comenzó este jueves [24 de marzo] en París, Francia, un encuentro con ateos y agnósticos, como parte de una estructura permanente que, según las autoridades católicas, busca propiciar el intercambio entre creyentes y no creyentes.
La iniciativa, llamada «Atrio de los Gentiles», arrancó con un coloquio sobre el tema «Religión, luz y razón común», en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Estaba previsto que el papa Benedicto XVI se dirigiera a los asistentes mediante una conexión por video.
El Papa propuso el lanzamiento del diálogo después de visitar, en 2009, a la República Checa, un país mayoritariamente ateo y donde, según un controvertido estudio publicado esta semana, la religión podría desaparecer.
Un corresponsal de la BBC en la capital francesa, Christian Fraser, señaló que el encuentro toma su nombre de una sección del antiguo Templo de Jerusalén, el Atrio de los Gentiles, a la cual tienen acceso los no judíos.

«El lugar perfecto»
«La Iglesia ve a París como el ejemplo más sorprendente de una sociedad completamente secularizada, el lugar perfecto para iniciar un diálogo entre cristianos y no creyentes», dijo nuestro corresponsal.
Según una encuesta publicada el miércoles por el diario católico parisino La Croix, el 60% de los franceses nunca o raramente se pregunta cuál es el sentido de la vida.
El Vaticano señaló que el encuentro espera comunicar la convicción de Benedicto XVI de que la fe y la razón humana no son cosas opuestas, en conflicto, sino partes complementarias de la vida cotidiana.
El presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, quien representa al Vaticano en el encuentro, dijo, en declaraciones a La Croix, que «el gran desafío no es el ateísmo sino la indiferencia, que es mucho más peligrosa».
El viernes, día en que concluirá la reunión [N. de la R.: se refiere al pasado viernes 25 de marzo de 2011], habrá otras dos conferencias, una en la Universidad de la Sorbona y la otra en la Academia de Francia.
Miercoles, 23 de Marzo de 2011

Y Dios dijo: «Hágase el sexo»



El cantar de los cantares, por Marc Chagall.


© Lisa Miller


El poema describe a dos jóvenes amantes que arden de deseo; su obsesión es mutua y total. El hombre abunda en detalles sobre los ojos y el cabello de su amada, sus dientes, labios, sienes, cuello y senos, hasta llegar a «la montaña de mirra». Entonces parece extasiado: «Eres toda hermosa, belleza, amada mía», afirma. «No tienes defecto alguno». Por su parte, la joven corresponde a su deseo con abierta lujuria. «Mi amado pasó la mano por la abertura de la puerta, y se estremecieron mis entrañas», dice.
Aunque no lo crea, esta loa a la consumación sexual se encuentra nada menos que en la Biblia. Es el Cantar de los Cantares, atribuido a Salomón, poema que parece derivar de canciones de amor egipcias que datan de más de 1200 años antes del nacimiento de Cristo. Durante miles de años, los intérpretes bíblicos se han esforzado en mesurar este ardor argumentando que describe más de lo que parece a simple vista; que es una descripción del amor de Dios por Israel; que habla del amor de Cristo por Su Iglesia. Mas cualesquiera que sean las interpretaciones posibles, el Cantar es, por derecho propio, un antiguo fragmento de literatura erótica, una oda a la satisfacción del deseo sexual.
¿Qué dice la Biblia, realmente, sobre el sexo? Dos investigadores universitarios dirigieron sendos libros a un público general tratando de responder la interrogante. Indignados por el dominio de los conservadores católicos en el ámbito público, donde insisten en que la Biblia sólo aprueba el sexo dentro de los límites del «matrimonio convencional», estos autores tratan de demostrar lo contrario. Jennifer Wright Knust y Michael Coogan exploran la Biblia en busca de sus pasajes más mundanos e inexplicables en torno del sexo (Jefté, quien sacrifica a su hija virgen a Dios o Noemí y Rut, quienes juran amarse hasta la muerte) con objeto de demostrar que las enseñanzas bíblicas acerca del sexo no son tan coherentes como quiere hacernos creer la derecha religiosa. En la obra de Knust, el Cantar de los Cantares es una apología al sexo fuera del matrimonio, de los convencionalismos de la familia y la comunidad. En Unprotected Texts: The Bible’s Surprising Contradictions About Sex and Desire (Textos sin protección: las sorprendentes contradicciones de la Biblia sobre el sexo y el deseo), Knust escribe: «Estoy harta de que quienes supuestamente deben proteger la Biblia, se dediquen a convertir sus historias y enseñanzas en simples eslóganes». Su libro se publicará en EE. UU. este mes, en tanto que el de Coogan llegó a las librerías a fines de 2010 con el título God and Sex: What the Bible Really Says (Dios y sexo: lo que realmente dice la Biblia). Los críticos conservadores aseguran que lo que ofrece la Biblia en términos de sexo es, justamente, un argumento coherente. Al leerla dentro del contexto de la tradición cristiana y con la conciencia de que el texto es «de inspiración divina» (es decir, fue transmitido por Dios a las personas) lleva al creyente a una conclusión ineludible sobre las interrogantes del sexo y el matrimonio. «La intimidad sexual fuera de un compromiso público y permanente, entre un hombre y una mujer, no concuerda con el propósito creador o redentor de Dios», explica Richard Mouw, presidente del Seminario Teológico Fuller, de Pasadena, California. Aunque los liberales aseveren que la Biblia es más permisiva con el sexo, eso es una falsedad, acusan los conservadores.
Por supuesto, estos enfrentamientos sobre la interpretación «correcta» son tan antiguos como la propia Biblia. En las actuales guerras culturales, el Libro Sagrado —sobre todo el argumento de «un hombre, una mujer», expuesto en el Libro del Génesis— es enarbolado por la derecha cristiana para oponerse al matrimonio homosexual y esa disputa, igual que la del papel de las mujeres en el liderazgo de la Iglesia, llevó a muchos estadounidenses (dos terceras partes de los cuales rara vez leen la Biblia) a creer que la Biblia no habla en su nombre. Knust, profesora de religión en la Universidad de Boston, es también ministra ordenada de la denominación bautista estadounidense, mientras que Coogan —actual director de publicaciones del Museo Semítico de la Universidad de Harvard— fue seminarista jesuita. Con sus libros, ambos esperan que la discusión sobre el sexo y la Biblia se desvíe de la derecha religiosa. «La Biblia no tiene que percibirse como una invasora que conquista cuerpos y voluntades con sus pronunciamientos y exigencias», escribe Knust. «También puede ser una compañera en la compleja tarea de lo que significa vivir en cuerpos que palpitan de anhelo». Aquí, los argumentos resumidos de los dos autores:

La Biblia es un antiguo texto que no puede aplicarse a las particularidades del mundo moderno. El «matrimonio convencional» no existe en la Biblia. Abraham procrea con Sara y su sierva, Agar. Jacob toma por esposas a Raquel y su hermana, Lea, así como a las siervas Bilah y Zilpa. Jesús fue célibe, igual que Pablo.

En esencia, los maridos eran dueños de sus mujeres y las hijas eran propiedad de los padres. El progenitor protegía o entregaba la virginidad de su hija según le pareciera. Es por ello que Lot ofrece a sus dos hijas vírgenes a la turba enfurecida que rodea su hogar en Sodoma.

El Deuteronomio propone la pena de muerte a las adúlteras y Pablo sugiere que «las mujeres deben guardar silencio en las iglesias» (argumento que adoptan algunas denominaciones conservadoras para impedir que las mujeres suban al púlpito).

La Biblia promueve una «parcialidad patriarcal dominante», acusa Coogan, de suerte que lo mejor es elidir las particularidades y leer el libro por sus enseñanzas sobre el amor, la compasión y el perdón. Tomada en su conjunto, «la Biblia puede interpretarse como un registro del nacimiento de un movimiento incesante en pro de la libertad e igualdad para todas las personas».

Muchas veces, la sexualidad se oculta en los pasajes bíblicos.

Quienes siguen los debates sobre el matrimonio homosexual están familiarizados con ciertos fragmentos de las Escrituras. Dos versículos del Levítico sentencian que el sexo entre hombres es «una abominación» (según la traducción inglesa del rey Jacobo); otro, tomado de Romanos, condena a los hombres «inflamados de deseo por otro hombre». Sin embargo, como señala Coogan con tono irónico, «hay sexo en cada página de la Biblia; sólo hay que saber dónde buscar». Para entender plenamente las enseñanzas bíblicas sobre el sexo, se necesita perspicacia.

Cuando los escritores bíblicos querían referirse a los genitales, a veces hablaban de «manos», como sucede en el Cantar de los Cantares, pero también mencionan «pies». Coogan cita un pasaje en el que nace un bebé «entre los pies de la madre» y otro donde el profeta Isaías presagia que movido por la ira, Dios cortará el pelo de las cabezas, los mentones y los «pies» de los israelitas. En el Antiguo Testamento, cuando Rut se unge y se tiende junto a Booz al oscurecer —con la esperanza de hacerlo su esposo—, la mujer «desnuda sus pies». Al despertar sobresaltado, Booz pregunta: «¿Quién eres?». Rut se identifica y pasa la noche «a sus pies».

A partir de lo anterior, Coogan hace una exégesis bastante sensacionalista. Siempre que da clase a estudiantes universitarios, escribe, no falta uno que pregunte por la escena de Lucas, en la cual una mujer besa y lava los pies de Jesús, para luego secarlos con su cabello. ¿Acaso el autor se refiere a esos «pies» o a los pies de verdad? «Como sugieren las lucubraciones tanto modernas como antiguas», escribe Coogan, «es posible que exista una insinuación sexual». Sin embargo, en este caso particular, los estudiosos concuerdan en que un pie es meramente un pie.

Lo prohibido también está permitido.

La Biblia es estricta y punitiva en cuanto al sexo. Prohíbe la prostitución, el adulterio, el sexo premarital en las mujeres y la homosexualidad. Sin embargo, todos los casos tienen excepciones, señala Knust. Tamar, una viuda sin hijos, se hace pasar por una prostituta y se ofrece a su propio suegro —para que él pueda «entrar» en ella. Su maternidad insatisfecha puede más que la prohibición contra la prostitución. Knust también argumenta (con tono provocador) que el rey David «disfrutó de satisfacción sexual» con su amigo del alma, Jonatán. «Tu amor por mí fue maravilloso», lamenta David a la muerte de Jonatán, «superior al amor de las mujeres».

El Viejo Testamento permite el divorcio, que, por otra parte, está prohibido en los Evangelios. Es evidente que a Jesús no le gustaba. «Quienquiera que se divorcie de su mujer y case con otra, comete adulterio; y si ella divorcia al marido y casa con otro, comete adulterio», sentencia en el Evangelio de Marcos. Sin embargo, en el relato de Mateo, Jesús suaviza un poco su postura y deja una salida a los maridos de mujeres infieles. «Tratándose de sexo, la Biblia muchas veces se contradice», escribe Knust.

A veces, las interpretaciones aceptadas son erróneas.

Como todos sabemos, la historia de Sodoma y Gomorra habla del juicio de Dios contra la homosexualidad, la promiscuidad y otras formas de sexo ilícito. Pero en realidad, no es así, asegura Knust. Se trata de un relato sobre el peligro de tener relaciones sexuales con ángeles. En el mundo bíblico, las personas creían y temían a los ángeles, porque las prácticas sexuales con esos seres conducían inevitablemente a la muerte y la destrucción. En la historia de Noé, Dios desata una inundación para exterminar a los descendientes de «las hijas del hombre» (humanas) y «los hijos de Dios» (según algunas interpretaciones, los ángeles). Los textos judíos no canónicos hablan de ángeles llamados Vigilantes que bajan a la Tierra y fecundan a las mujeres, produciendo hijos monstruosos —y en consecuencia, provocando una terrible venganza divina—. En opinión de Knust, Dios arrasa con Sodoma no porque sus hombres tuvieran relaciones sexuales entre sí, como predican muchos ministros contemporáneos, sino porque los hombres de la ciudad trataron de violar a los ángeles de Dios que se habían albergado en la casa de Lot. Asimismo, cuando el apóstol Pablo ordena que las mujeres cubran sus cabezas en la iglesia, lo que hace es emitir una advertencia a quienes incitan la lujuria angelical: «Los ángeles podrían estar vigilando», escribe Knust.


Coogan y Knust no son los primeros estudiosos que ofrecen interpretaciones alternas de las enseñanzas bíblicas sobre el sexo. Lo que les distingue de todos los demás es su «populismo».
Con títulos provocadores y editoriales de prestigio, resulta evidente que la intención es vender libros; no obstante, su finalidad ulterior es combatir las interpretaciones «oficiales». Knust, criada en un hogar católico conservador, recuerda haber leído la Biblia con su madre, sentadas en un sofá y (con una mezcla de fe y escepticismo) haber comentado en voz alta su significado. Su intención es que los lectores de su libro hagan lo mismo.
Es indudable que una persona sentada a solas con las Escrituras pueda llegar a conclusiones peligrosas: en ciertos momentos de la historia, la Biblia fue utilizada para defender la esclavitud, la violencia doméstica, el secuestro, el abuso de menores, el racismo y la poligamia.
Es por eso que Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur —bastión del conservadurismo cristiano de EE. UU.—, concluye que la lectura de la Biblia debe ser supervisada por autoridades competentes. El hecho de que todos debamos leer la Biblia «no significa que todos estemos igualmente calificados para leerla y tampoco que el texto se utilice sólo como un espejo del individuo», previene. «Cualquier clase de herejía puede surgir de personas que leen la Biblia y terminan con la temeraria convicción de haberla entendido correctamente». Como Palabra de Dios, agrega, la Biblia no es susceptible de interpretaciones, como la Ilíada o la Odisea.
Pero la democracia da voz a todos, incluso a los que dicen herejías, y aunque los lectores acepten o no las interpretaciones de Coogan y Knust, los autores tienen razón en insistir en que una población escindida por los temas del sexo y la moralidad sexual no puede —ni debe— ceder el control sin antes explorar lo que la Biblia dice realmente. Elaine Pagels, eminente historiadora bíblica, está de acuerdo. Leer el Libro Sagrado y reflexionar en sus escritos lleva a «darnos cuenta de que no tenemos una serie de respuestas, sino un montón de preguntas».
Martes, 4 de Enero de 2011

Materialismo, Navidad y religión



La adoración de los pastores, por El Greco


© Diego Cibrián Gala
Publicado en Izquierda Hispánica


Existe entre muchos auto-considerados miembros de «la izquierda» una extendida corriente de opinión en torno a las festividades que componen la Navidad consistente en negarles su importancia, reducirlas a un mero evento sociológico de hipocresía consumista y excesos de todo tipo o incluso, entre una ínfima minoría consecuente, en no celebrarlas o parodiarlas. Un ejemplo muy obvio del último caso se dio en la pasada Nochebuena [en España] cuando la cadena televisiva Cuatro –conocida en España por pertenecer al grupo empresarial Prisa y, por tanto, al ámbito de influencia mediática del PSOE– emitió la celebérrima película de los humoristas británicos Monty Python: La vida de Brian.
Naturalmente, en España esta tendencia de rechazo forma parte de una larga tradición anticlerical, hoy descafeinada aunque muy presente, que caló hondo desde finales del siglo XIX entre diversos partidos, sindicatos y agrupaciones políticas del ámbito radical republicano, socialista y anarquista. En buena medida, este profundo antagonismo en una sociedad paradójica y tradicionalmente conocida en la historia por ser blasón y espada del catolicismo durante la Edad Moderna, aparte de deberse a la obvia tensión dialéctica vivida en todo el ámbito occidental tras las revoluciones burguesas ilustradas y la muerte del Antiguo Régimen, vino reforzada por la influencia de las corrientes más liberales de la francmasonería en un contexto de descomposición imperial que propició una visión pesimista sobre la capacidad de la nación para volver a formar parte de la primera línea de la política internacional y equiparar sus logros socioeconómicos, comerciales, industriales, científicos y educativos a la experiencia adquirida por sus vecinos septentrionales. Este atraso se achacaba de forma muy acusada, y no sin parte de razón, a la profunda influencia de la Iglesia Católica en todos los ámbitos de la sociedad, como bridas que pretendían someter al corcel de un «progreso» indomable.
Sin embargo, la acusada miopía idealista de muchos miembros nacionales de las distintas generaciones de izquierda no les permitió ver la importancia sociológica de instituciones tan enraizadas en la católica España, lanzándose a construir la casa por el tejado en una, en ocasiones literal, guerra sin cuartel a todo aquello que oliera a incensario. Esto les granjeó abundantes enemistades entre amplios sectores de la sociedad que, en principio, podrían haber apoyado muchas de sus posiciones políticas y que acabaron por darles la espalda en momentos críticos de la historia española, tal como pueden representar los últimos compases de la II República.
En Izquierda Hispánica seguimos una filosofía materialista heredera de la Academia clásica y del racionalismo moderno e ilustrado, sin obviar importantes aportaciones intermedias y, por supuesto, el propio materialismo histórico de Marx y Engels. Somos ateos, sí, y no de cualquier clase. No decimos no creer en Dios por no haberse hallado evidencia científica de su existencia (ateísmo existencial), algo que en nuestra opinión no anula su posibilidad de forma nítida, sino que directamente consideramos la propia idea de Dios como un conjunto ilógico de propiedades contradictorias incapaz de acontecer, en tanto que no puede existir nada que sea causa de sí mismo, infinito y personal o egoiforme al mismo tiempo, así como resulta inverosímil suponer una totalidad monista simplísima que no anegue su propia creación, que por otra parte surge de una Nada imposible, o una mente omnisciente que desborde la propia materia que hace posible la misma consciencia. Negamos la propia esencia de Dios (ateísmo esencial) y lo reconocemos como una idea emanada de una larga tradición evolutiva de cultos religiosos sobre la que ahora no cabe extenderse.
No obstante, y dicho esto, consideramos también como materialistas que las instituciones sociales desbordan la condición superestructural que les atribuía el economicismo propio del marxismo más vulgar y que, más allá de estar relacionadas causalmente de forma unívoca con el trabajo y las relaciones de producción económica – sin negar sus evidentes conexiones (y sus desconexiones)–, constituyen y alimentan la propia conciencia racional sobre el Mundo de los sujetos operatorios dentro de las sociedades donde tienen vigencia, pudiendo desarrollar sus propias dialécticas. Efectivamente, toda forma institucional de cierta trascendencia (desde la asamblea y el Estado hasta el rito religioso, pasando por la familia, la gramática, la táctica y el armamento militar, las costumbres gastronómicas, el arte o la programación televisiva) configura los cimientos estructurales de generaciones de nuevos sujetos socializados bajo su influencia y de sus relaciones entre sí, además de condicionar el trato entre las distintas sociedades en sus conflictos interinstitucionales.
Es indudable que la religión católica, junto con la filosofía escolástica, durante muchos siglos ha prolongado la racionalidad objetivista de los Platón y Aristóteles, constituyendo el puente entre la Antigüedad clásica y la Modernidad ilustrada y lidiando con sofismos gnósticos y subjetivistas de distinto calado –hoy exitosos expandiendo los valores individualistas de las sociedades capitalistas protestantes- durante buena parte de su existencia, además de haber servido y seguir sirviendo aún en buena medida como cemento de cohesión moral en la edificación de las distintas sociedades políticas a través de tradiciones, ritos, instituciones oficiales, calendario y preceptos éticos de conducta, siendo que estos últimos invaden muchas de las concepciones y códigos del derecho positivo contemporáneo. Su influencia es tal que pretender borrarla en su totalidad de un plumazo, aparte de imposible por mucho que se conciba a la educación pública como el bálsamo de Fierabrás que todo lo puede en la socialización institucional, es de poco a nada inteligente y, en ocasiones, incluso indeseable. Huyendo del utopismo de la revolución instantánea y nihilista, y siguiendo a Maquiavelo o al propio Lenin («Un revolucionario ha de saber cuándo ha de ser reformista y cuándo ha de ser revolucionario»), debemos tomar a los hombres y las repúblicas tal como son y no tal como supuestamente debieran ser según las ideas de algún iluminado.
En tanto que los hombres no nacen como tabula rasa ni son partículas atómicas libres con las que se pueda experimentar en un laboratorio aislado, se han de tener en cuenta aun en procesos transformadores tanto sus tendencias instintivas como su socialización familiar mediante costumbres, tradiciones y códigos compartidos, pues la cohesión social sirve al buen orden del Estado, especialmente en periodos convulsos o revolucionarios. Tal como explicábamos en otro artículo (Izquierda Hispánica ante una teoría de la Revolución Política):

«Asimismo, queremos ser contundentes en nuestro posicionamiento sobre lo que creemos han de ser los pilares de cualquier teoría revolucionaria política sin manchas nihilistas, es decir, hay que determinar qué es lo que se conserva y qué es lo que se destruye en el proceso revolucionario. En este sentido, la vida de los ciudadanos y algunas instituciones básicas son, sin lugar a dudas, los componentes esenciales a conservar en dicho proceso, lo que podríamos denominar el Principio de Conservación de la Revolución Política. Por esta razón, pensamos que la revolución política ha de ser de algún modo «conservadora» si no quiere caer en el nihilismo, aun cuando las consecuencias del proceso de transformación, más o menos lento, puedan ser radicales en sus resultados, subvirtiendo el orden establecido».


Tomadas estas precauciones, cabe entonces decir que la Navidad como institución en nuestra sociedad católica no sólo es de suma importancia para los creyentes al conmemorar la encarnación de Dios en el hombre haciéndole partícipe de su divinidad y razón, algo fundamental en el desarrollo filosófico posterior que hace del cristianismo una religión de gran racionalidad objetivista y consideración hacia el sujeto. Además, es reflejo de su correlato natural en el solsticio de invierno, al comenzar a remontar el sol en el horizonte y ganar horas de luz en el hemisferio norte, como anuncio de esperanza sobre el porvenir y el retorno de la vida en primavera. Esta tradición festiva, que pasó en el Imperio Romano de formar parte de las Saturnales y el culto al Sol Invictus a ser institución fundamental del cristianismo, influye sobre la psicología de muchos sujetos que encuentran en la Navidad un momento de reflexión y balance sobre la cosecha del año vencido, y de recogimiento con los seres queridos aguardando la entrada del nuevo. Ignorar o despreciar esta tradición, vaciarla de contenido copiando las costumbres de otras sociedades como culto a la «diferencia» y el consumo especializado, ya sea con la típica pose orientalista o con la imitación de las navidades capitalistas americanas del Santa Claus de la Coca-cola, o tratar de borrarla de cualquier manera, constituye un ataque a toda una herencia histórica de creencias, tradiciones y sentimientos compartidos por infinidad de españoles, a una parte importante de los cimientos de su cohesión social.
El político inteligente que quiera combatir la superstición religiosa deberá ser muy prudente al tratar de transformar o eliminar determinadas instituciones, y deberá saber que más vale una sustitución muy lenta y paulatina (o incluso la conservación) de la forma de una institución de cierta trascendencia que destruirla por completo ignorando a los sujetos que operan en el mismo medio que él pretende transformar sin asumir consecuencias. Tal como decía Robespierre en plena Revolución Francesa:

«El movimiento que se ha hecho contra el culto católico ha tenido pues dos grandes objetivos. El primero, reclutar la Vendée, alienar a los pueblos de la nación francesa y emplear la filosofía de la destrucción de la libertad. El segundo, turbar la tranquilidad pública y distraer todos los espíritus, cuando es necesario reunirlos todos para asentar los fundamentos inamovibles de la revolución.
«Hay hombres que quieren ir más lejos, que con el pretexto de querer destruir la superstición quieren hacer del mismo ateísmo una especie de religión. Todo filósofo, todo individuo puede adoptar sobre el particular la opinión que le plazca. Insensato será quien crea que por esto comete un crimen; pero el hombre público, el legislador, sería cien veces más insensato si adoptara semejante sistema. La Convención nacional lo proscribe. La Convención nacional no es un fabricante de libros, un autor de sistemas metafísicos; es un cuerpo político y popular encargado de hacer respetar no solamente los derechos, sino el carácter del pueblo francés».
Lunes, 29 de noviembre de 2010

Los obispos desoyen al Papa y atacan el condón



Afirman que utilizar el preservativo es siempre inmoral


© Juan G. Bedoya
Publicado en El País de Madrid, el 27/11/2010

El portavoz de los obispos españoles, Juan Antonio Martínez Camino, se unió ayer a la ceremonia de la confusión en el orbe católico sobre el preservativo. Benedicto XVI justifica su uso «en algunos casos», el Vaticano lo niega y la Conferencia Episcopal se pone sin matices de parte de la supuesta doctrina clásica. La conclusión es que el preservativo siempre es inmoral. Lo dijo ayer Martínez Camino como cierre de la Asamblea Plenaria del episcopado. «En las palabras del Papa no hay, ni de lejos, una legitimación del preservativo. Leyendo detenidamente el libro, no se puede sacar esa conclusión», sentenció. Se refería a Luz del mundo, de Peter Seewald, que acaba de publicarse.
La comprensión del Papa hacia el uso del preservativo «en algunos casos» ya fue matizada el martes nada menos que por el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Federico Lombardi. L'Osservatore Romano había publicado el día anterior que Benedicto XVI afirmaba en el libro que «pueden existir casos individuales en los que se justifique la utilización del preservativo». El Vaticano, en un comunicado emitido al día siguiente, negó que esto supusiera un viraje. «El Papa no reforma o cambia la enseñanza de la Iglesia, sino que la reafirma».
Dos días después, era el Papa quien afirmaba que sus palabras no necesitaban de matizaciones, ratificando lo escrito por Seewald. Esto es lo dicho por Benedicto XVI en el libro, cuando habla sobre centros de enfermos de sida gestionados por católicos en África:

«La realidad es que, siempre que alguien lo requiere, se tienen preservativos a disposición».


Líneas más abajo alude a su uso para

«casos fundados de carácter aislado, por ejemplo, cuando un prostituido utiliza un preservativo, pudiendo ser esto un primer acto de moralización y de responsabilidad».


Consciente Seewald de que lo dicho por el Papa supone una inusitada novedad, repregunta: «¿Significa esto que la Iglesia católica no está por principio en contra de la utilización del preservativo?» Responde Benedicto XVI:

«Es obvio que no lo ve como una solución real y moral. No obstante, puede ser, en atención de reducir el peligro de contagio, un primer paso en el camino hacia una sexualidad vivida de forma diferente».


Pero el portavoz de los obispos españoles vuelve a la doctrina clásica: «El uso del preservativo siempre se produce en un contexto de inmoralidad».
Domingo, 4 de Septiembre de 2011

El "milagro" de Lanciano (1ª parte)



PARA LA REFUTACIÓN DE LAS SUPUESTAS PRUEBAS DEL MILAGRO IR DIRECTAMENTE A LA SEGUNDA PARTE

Hace algún tiempo dediqué una de las entradas de este blog al dogma católico de la transubstanciación, ese que obliga a los católicos a creer que durante la eucaristía el pan y el vino se transforman en auténtica carne y sangre de Jesús aunque nuestros sentidos no puedan percibirlo, sí, has leído bien, los católicos están obligados a creer eso (aunque la mayoría no lo sepa). En respuesta a aquella entrada un lector católico ha lanzado el "reto" de explicar científicamente un supuesto milagro que demostraría la existencia de la transubstanciación, se trata del milagro de Lanciano. Veamos primero en que consiste este milagro:

Se dice que allá por el año 700, hace unos 1300 años nada menos, un sacerdote estaba atormentado por las dudas que le suscitaba el asunto de la conversión del pan y el vino en la carne y sangre de Jesús. El rezaba constantemente para liberarse de este dilema por miedo a perder su vocación. Una mañana le vinieron estas dudas con especial fuerza, precisamente cuando se disponía a consagrar el pan y el vino durante la misa, en ese mismo momento se produjo el supuesto milagro y observó con emoción como el pan se había convertido en una loncha de carne conservando la forma y tamaño de la hostia original y el cáliz aparecía lleno de auténtica sangre. Se volvió entonces a sus feligreses y les comunicó el milagro invitándoles a observar aquella maravilla y agradecer al Señor el privilegio de ver la auténtica carne y la auténtica sangre de Jesucristo. La loncha de carne se sujetó a una tabla de madera con unos alfileres para evitar que se enrollase una vez seca y los cinco coágulos que se formaron a partir de la sangre del cáliz fueron depositados en una copa de vidrio. Finalmente ambas piezas fueron montadas en un relicario (imagen superior) para que los fieles de todo el mundo pudiesen peregrinar a Lanciano y comprobar por ellos mismos el milagro que había tenido lugar.

Hasta aquí la narración del supuesto milagro, pero por si esto fuera poco aún hay más. En 1575 se realizaron unas pruebas sobre la carne y los coágulos que añadieron algo de misterio al asunto. Milagrosamente el peso de un coágulo cualquiera de los cinco obtenidos pesaba lo mismo que dos, dos pesaban los mismo que tres, tres lo mismo que cuatro y así con cualquier combinación posible, siempre pesaban lo mismo. Más recientemente, en 1970, se realizaron nuevos análisis por un médico llamado Odoardo Linoli, y estas pruebas arrojaron las siguientes conclusiones (Para ver el artículo original y una análisis de los resultados entrar aquí):

- Las piezas contenidas por el relicario son carne y sangre auténticas.
- La carne se corresponde con tejido cardiaco.
- Tanto la carne como la sangre corresponden a la especie humana.
- Tanto la carne como la sangre presentan el grupo sanguíneo AB.
- La conservación de la carne y la sangre durante un periodo tan prolongado sin el uso de conservantes constituye un fenómeno extraordinario.

(Una vez analizado el artículo orginal del Dr. Linoli comprobamos que no se demuestra que el tejido sea cardiaco, no se demuestra que el origen sea humano y queda descartado que la conservación sea inexplicable)

Ahora, a partir de estos datos, empecemos a pensar con algo de sentido común. Lo primero que me llama la atención es que en el estudio de 1970 no se dice ni una palabra del peso de los coágulos y la verdad es que a mi me parece la parte más sorprendente de la historia. Si realmente se demostrase que un solo coágulo pesa lo mismo que los cinco juntos sería el primer milagro realmente probado científicamente y yo me plantearía seriamente hacerme católico, sin embargo parece ser que este asunto no mereció la atención del señor científico enviado por el vaticano, supongo que la mejora en la precisión de las balanzas desde 1575 a 1970 puede tener algo que ver. Aunque la ocultación de este dato pueda hacernos dudar de la imparcialidad del científico encargado del estudio vamos a confiar al menos en la validez de sus conclusiones. ¿qué es lo que demuestran? pues simple y llanamente que tenemos un relicario con un pedazo de miocardio humano y 5 coágulos de sangre humana ¿dónde está la prueba del milagro? ¿qué es lo que hay que explicar científicamente? no existe nada que nos haga pensar que ese trozo de carne seca fue alguna vez un trozo de pan ni que los coágulos de sangre se formaron a partir del vino contenido en una copa.

Lo único a lo que podrían agarrarse los más devotos es a la preservación de las piezas durante tanto tiempo, sin embargo, basta con observar la fotografía del relicario para darse cuenta de que el termino "incorrupto" no es el que mejor describe a ese pedazo de cadáver humano, en el que casi la mitad del tejido se ha desintegrado y el resto es similar a cecina. Es también curioso que no se haya realizado ninguna prueba de la antigüedad de ese material, algo que habría sido muy sencillo, por lo que datar su origen en el año 700 requiere de un acto de fe casi tan grande como el de creer que eso antes era pan. Puestos a hacer milagros ¿no sería más efectivo haber conseguido que el miocardio siguiese fresco y la sangre líquida? no creo que conservar la concentración de sales en sangre resultase muy vistoso en el siglo VIII y ni siquiera en el XIX.

En resumen, dentro de ese relicario no hay nada sobrenatural carente de explicación científica, y las pruebas que se le han realizado no sirven en absoluto para cambiar esa idea, solo nos dicen que tenemos un pedazo de miocardio y unos coágulos de sangre humanos, probablemente provenientes del mismo cadáver. Si lo que queremos es alejar en algún grado la sospecha de fraude habría que ir más allá en los análisis. Un buen comienzo sería analizar el DNA mitocondrial del tejido y determinar si el cuerpo del que proviene pertenecía a un individuo de oriente próximo o si en cambio se trataba de un individuo europeo ¿italiano tal vez?. Y la verdad es que ni aun así se habría demostrado milagro alguno.

Dejando de lado las pruebas científicas, todo el tema de la transubstanciación, y más todavía si tenemos en cuenta supuestos milagros como este, debería dar que pensar a los católicos sobre que clase de cuerpo tiene Jesús ¿tiene más de un cuerpo? ¿al señor que esta sentado "a la derecha del padre", que a la vez es él mismo, le falta una rebanada de miocardio? ¿que parte del cuerpo de Jesús es exactamente en la que se transforma la hostia? ¿pierde el auténtico cuerpo material de Jesús, que supuestamente ascendió a los cielos, un pedazo cada vez que se consagra el pan en una misa? ¿todo este absurdo solo porque en la Biblia se dice que Jesús se refirió al pan de la última cena como a su cuerpo y al vino como a su sangre? ¿el mismo Jesús que se pasa la mitad del cuento hablando con metáforas? ¿de verdad la gente esta tan mal de la cabeza?

En vista del número de comentarios y mentiras católicas sobre este asunto, este tema continúa en una segunda parte, donde se analizan en detalle los resultados de la investigación original y donde se puede descargar el famoso artículo de 1971 del que tanto hablan pero que nadie enseña:

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