Manifestaciones católicas, las que fueron y las que nunca serán.



Hacer leña del árbol caído no debe de ser muy cristiano, tal vez sea esa la razón por la que hace ya tiempo que los españoles nos hemos librado de la "manifestitis" católica que sufrimos cuando la popularidad del gobierno socialista atravesaba por mejores momentos. Esa época en la que se atrevía a aprobar leyes contrarias a la ley natural, ya saben, esa que obliga a que las madres asesinen a sus bebes y aquella otra que prohibe los matrimonios heterosexuales, si hombre, la del complot de Naciones Unidas para hacer que la mitad de la humanidad se haga gay (Obispo de Córdoba dixit). Sin olvidar aquella asignatura "Educación para la ciudadanía", esa en la que bajo la excusa de enseñar la constitución o los derechos humanos se adoctrina en el Marxismo-Leninismo y el relativismo moral ¿se imaginan a nuestros pobres hijos pensando por si mismos sobre lo que está bien y lo que está mal? ¿lo justo y lo injusto? Nunca la humanidad estuvo en tanto peligro y era del todo necesario recurrir a la artillería pesada. Ahora, con el azote de la cristiandad en horas bajas, ¡Bendita crisis!, y el cambio de gobierno a la vuelta de la esquina no hace falta sacar a las fieras, más aún, resultaría contraproducente, el fanatismo católico no está tan bien visto como debería entre las masas, además hay que concentrar todos los esfuerzos en esa exaltación a la personalidad de Su Santidad llamada "Jornadas Mundiales de la Juventud", una especia de Woodstock cristiano en el que solo actúa un señor de 84 años.

Dejando el sarcasmo a un lado, con ocasión de esta semana de sobredosis católica en la que acabaremos, algunos ya lo estamos, saturados de tanto discurso papal y de tanto insulto subvencionado, quiero aprovechar para repasar aquel fenómeno inédito hasta entonces, las interminables manifestaciones católicas contra leyes aprobadas en el parlamento. Lo primero que quiero decir es que defiendo el derecho de todo el mundo a convocar manifestaciones con el fin de expresar sus ideas o con el fin de criticar las ideas de otros, incluso contra leyes aprobadas en el parlamento, faltaría más. Pero ese derecho es el mismo para todos, sin embargo me da la sensación de que las porras no están igual de sueltas en una manifestación contra el Papa  que en una manifestación contra el derecho al aborto o contra los homosexuales, y el ambiente en estas últimas no lo calificaría de relajado precisamente.

Pues bien, una vez aclarado que esas manifestaciones católicas deben poder celebrarse en libertad (al igual que las contramanifestaciones correspondientes) vamos a analizarlas comenzando por los temas elegidos. Las obsesiones de la Iglesia Católica en España en los últimos años han sido tres, esto es, la ley que permite el aborto voluntario dentro de unos determinados plazos, la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y la asignatura de Educación para la Ciudadanía.  Â¿El motivo? Según parece estás leyes constituyen un ataque a la familia (véase imagen superior) y una violación de la libertad religiosa de los católicos... sí, así es, para un católico el ejercicio de su libertad religiosa consiste en que el resto de la ciudadanía viva según sus sagradas escrituras, que para algo son sagradas. 



Lo más "fascinante" de estas manifestaciones es la ausencia absoluta de argumentos, ni falta que hacen, "Matrimonio = Hombre y Mujer", ¡porque lo digo yo! ¡hombre ya! ¡basta de tanta tontería! y si está escrito encima de una bandera española mejor que mejor, porque otra cosa no, pero el rojo y el gualda (aguilucho opcional) no puede faltar, ¿qué tiene que ver la bandera con la reivindicación de turno? pues nada, pero es que ya esta bien de tanta separación Iglesia y Estado, que el Nacionalcatolicismo no está tan lejos ¿o que pensabas?. 

- ¡Basta de ataques a la familia!

- ¿pero qué ataque? caballero, creo que lo ha entendido mal, que usted se puede casar con su novia igual que toda la vida

- ya, pero mi vecino puede casarse con su novio ¡y a mi eso me jode un huevo! a ver si ahora va a resultar que el maricón de mi vecino va a ser igual que yo, un hombre hombre ¿es que no has leído la Biblia? ¡Palabra de Dios!



Aborto no, Dios ama al embrión ¡Claro que sí! eso son argumentos de peso y lo demás son tonterías. PSOE y PP matan al bebé, abolición del aborto ¡ya! y ¡viva la demagogia! aquí ni embriones ni fetos ni mamarrachadas de esas, el gobierno mata bebés ¡y punto en boca! y si ponemos la foto de un niño de  un  año gateando junto a un lince monísimo lo dejamos mucho más claro.


- Señora, vera, el aborto libre puede realizarse solo hasta la semana 14 de gestación, durante más de un mes el embrión es un aglomerado informe de células, antes de la séptima semana ni siquiera hay actividad cerebral, el sistema nervioso no empieza a madurar hasta la semana 16...

- No me vengas con células ni célulos, que sistema nervioso ni que gaitas, ¡Que Dios infunde el alma en el momento de la concepción!¡Qué lo ha dicho el Papa!

- Bueno señora, no se... al menos reconocerá que la píldora del día siguiente...

- ¡¿Es que te tengo que decir lo del alma en chino?!

Evidentemente en todas estas manifestaciones había pancartas menos "moderadas", insultos que en ocasiones rozarían la ilegalidad y barbaridades que harían que los chillidos de un mono en celo sonasen a discursos de Demóstenes o Cicerón. Pero no es eso lo que me interesa, me interesa más el fondo de la cuestión, cientos de miles de católicos manifestándose porque no pueden soportar que personas del mismo sexo se casen, que determinadas personas tengan, en base a conocimientos científicos, una idea distinta a la suya en cuanto al derecho a interrumpir un embarazo, o porque en una asignatura obligatoria les vayan a enseñar lo que es un condón o a reflexionar sobre cuestiones morales en lugar de enseñarles que para eso ya está "la infalibilidad papal", es sobre todo una obsesión enfermiza por el sexo, la Iglesia Católica condena el sexo fuera del matrimonio, las relaciones sexuales con métodos anticonceptivos, impone el celibato a sus sacerdotes, etc, etc... todo esto ¿en base a que? ¿a los evangelios? ¿qué evangelios ha leído esta gente?


Yo, evidentemente, no creo que los evangelios sean el resultado de ninguna inspiración divina ni que deban ser la base de nuestras leyes pero pongámonos en el lugar de un católico asiduo a estas manifestaciones y veamos si se les ha escapado algo. Si uno lee los evangelios canónicos se da cuenta de que lo más próximo a una cuestión sexual es lo que leemos en Mateo 15:19-20

"Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos."

Ahora bien ¿a que se refiere con inmoralidad sexual? eso ya no está tan claro. Por supuesto no hay ninguna mención directa a la homosexualidad, ni al aborto, ni a los métodos anticonceptivos, ni al celibato sacerdotal, de hecho en otros pasajes del Nuevo Testamento se habla con toda naturalidad del matrimonio de los sacerdotes, no solo eso, se les anima a que se casen y tengan familia. ¿Que pasa con el divorcio? pues bien, algo tan simple como que a Jesús se le atribuya la frase "lo que Dios a unido que no lo separe el  hombre" es suficiente para condenar el divorcio de la forma más tajante y absoluta, da igual que en Mateo 19:9 especifique que el divorcio si estaría permitido en caso de infidelidad conyugal, ya se sabe, hay frases que sí y frases que no ¿con que criterio? por lo visto para eso hace falta la ayuda de un tal Espíritu Santo (no son listos ni ná).


Pero si en esos libros el prota no habla de sexo ¿de que habla?.  Pues lo cierto es que el tío se pone muy pesado con un tema, todo el día con los pobres para arriba, con los pobres para abajo, que si no acumules riquezas, que si más hace la viuda que da dos monedas que el rico que solo da lo que le sobra, y así todo el rato, ya te digo, una obsesión, hasta llega a decir:

"Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas. Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que difícilmente un rico entrará en el reino de los cielos." (Mateo 19:21-23)

Más aún, en los Hechos de los Apóstoles 4 y 5 se nos explica que los primeros cristianos vendían sus tierras y sus casas para poner el dinero a disposición de los Apóstoles para que ellos los repartiesen según la necesidad de cada uno (¿a nadie le suena esto a otra cosa?), al pobre Ananías y a su mujer se les ocurrió quedarse con parte del dinero y ocultárselo a los Apóstoles y murieron de forma fulminante.

En esta historia en la que los manifestantes católicos quieren que basemos nuestra sociedad civil hay otra frase muy célebre pero que no inspira manifestaciones:

"Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que te pone pleito para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te obliga a que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él." (Mateo 5:39-41)


Y ante mensajes tan claros, mucho más claros que los referentes al sexo, yo me pregunto ¿Para cuando las manifestaciones masivas de fervientes católicos reclamando por ley la colectivización de los bienes? ¡Abajo la propiedad privada! ¡La tierra para quien la trabaja! digo... ¡La tierra para los obispos! ¿Cuantos católicos se calcula que acudirán a la concentración frente al Ministerio de Economía exigiendo condenas para los que acumulan rentas altas? Ya estoy viendo la pancarta azul en Cibeles, primero fue ¡la familia sí importa!, luego ¡cada vida importa!, mas recientemente ¡la educación también importa! no me cabe la menor duda de que el pobre Rajoy también se tendrá que enfrentar a esa gigantesca pancarta azul ¡Todos los pobres importan! con letras rojas y globitos amarillos por encima. Estoy viendo a las ancianitas gritando ¡Botín, arderás en el infierno! ¿Alguien sabe en que fechas va a caer la mani contra la existencia del ejército o esa en la que se exigirá por fin que el Ministerio de Defensa pase a llamarse Ministerio de la otra mejilla? Tarde o temprano en la portada de La Razón aparecerá el siguiente titular "Si ETA pide la independencia de Euskadi démosle también Burgos" Creo que algunos están esperando a saber quien será el futuro ministro de defensa para poner su foto con cuernos y tridente, cubrirla de tinta roja y presentarla junto a un texto que diga "¡Menganito asesino!, es cuestión de tiempo ver a ese muchacho envuelto en una bandera preconstitucional gritando ¡militares pecadores!¡No matarás!¡Ama a tu enemigo!¡Palabra de Dios!... Es broma Mariano, no te preocupes, no hay peligro.

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