Un poco de escepticismo para la cesta de la compra
Si digo que somos fácilmente influenciables y manipulables no estoy diciendo nada nuevo. Para los que tengan dudas al respecto el sencillo ejemplo de la publicidad deberÃa convencerles. Los publicistas saben de sobra lo manipulables que somos, de ahà que si quieren hacer un anuncio con el que ganar cierta dosis de calidad y seriedad no duden en presentarte a una persona enfundada en una bata blanca ¿acaso no se supone que los cientÃficos se visten asÃ? También pueden añadir la famosa coletilla de "probado cientÃficamente" aunque vete tú a saber que es para ellos eso de "probado cientÃficamente". Presentarnos algo como cientÃfico tiene sus frutos y nos hace bajar la guardia. La ciencia ha demostrado y sigue demostrando lo exitoso de su empresa, de ahà que a la hora de la publicidad sea buena idea intentar aprovecharse de ese halo de certeza que parece desprenderse de la actividad cientÃfica.
Pero esto no sólo nos pasa con lo cientÃfico, nos pasa con otras muchas etiquetas, asumimos como deben ser las cosas por como se nos presentan no en base al conocimiento que se tenga sobre las mismas. A este respecto viene a incidir el trabajo de Jenny Wan-chen Lee, Mitsuru Shimizu, y Brian Wansink, todos de la Universidad de Cornell y que fue presentado ayer como parte del programa cientÃfico en la reunión anual de la American Society for Nutrition. En el estudio investigaron si el mero echo de etiquetar alimentos con la palabra "ecológico" hace que la gente los juzgue con mejores ojos. Podéis descarga un resumen de la presentación aquÃ.
En el texto original, como se puede ver, la etiqueta a la que hacen referencia es "organic" pero lo que en ingles se conoce como "organic foods" para nosotros serÃa "alimentos ecológicos" y con la agricultura pasa exactamente lo mismo, lo que para nosotros es "cultivos ecológica" para ellos serÃa "organic farming".
El estudio realizado con técnica de doble ciego, consistió en ofrecer un grupo de alimentos ecológicos, algunos de ellos etiquetados como ecológicos y otros como no ecológicos, y recoger el testimonio de los sujetos que probaron dichos alimentos, a los cuales se les preguntaba entre otras cosa por el sabor o el contenido energético del alimento. La hipótesis que manejaba el grupo de investigadores era que el mero echo de llevar una determinada etiqueta harÃa que el juicio de las personas se viera afectado a favor de los alimentos etiquetados como ecológicos. Y esto es precisamente lo que encontraron.
Mayoritariamente los sujetos catalogaron los alimentos con la etiqueta "ecológicos" como de mejor sabor, más bajos en calorÃas y con mayor contenido en fibra y menos grasas que los alimentos etiquetados como “no ecológicosâ€.
Como pone de relieve este pequeño estudio, nuestras expectativas de cómo deben ser las cosas nos pueden hacer emitir juicios falsos. Los sujetos del estudio afirmaban que los alimentos “ecológicos†sabÃan mejor que los otros, cuando la realidad es que todos los alimentos que se les ofrecieron eran ecológicos.
Resumiendo, un poco de escepticismo en la cesta de la compra no nos hará ningún mal.
Ismael Pérez Fernández.
Pero esto no sólo nos pasa con lo cientÃfico, nos pasa con otras muchas etiquetas, asumimos como deben ser las cosas por como se nos presentan no en base al conocimiento que se tenga sobre las mismas. A este respecto viene a incidir el trabajo de Jenny Wan-chen Lee, Mitsuru Shimizu, y Brian Wansink, todos de la Universidad de Cornell y que fue presentado ayer como parte del programa cientÃfico en la reunión anual de la American Society for Nutrition. En el estudio investigaron si el mero echo de etiquetar alimentos con la palabra "ecológico" hace que la gente los juzgue con mejores ojos. Podéis descarga un resumen de la presentación aquÃ.
En el texto original, como se puede ver, la etiqueta a la que hacen referencia es "organic" pero lo que en ingles se conoce como "organic foods" para nosotros serÃa "alimentos ecológicos" y con la agricultura pasa exactamente lo mismo, lo que para nosotros es "cultivos ecológica" para ellos serÃa "organic farming".
El estudio realizado con técnica de doble ciego, consistió en ofrecer un grupo de alimentos ecológicos, algunos de ellos etiquetados como ecológicos y otros como no ecológicos, y recoger el testimonio de los sujetos que probaron dichos alimentos, a los cuales se les preguntaba entre otras cosa por el sabor o el contenido energético del alimento. La hipótesis que manejaba el grupo de investigadores era que el mero echo de llevar una determinada etiqueta harÃa que el juicio de las personas se viera afectado a favor de los alimentos etiquetados como ecológicos. Y esto es precisamente lo que encontraron.
Mayoritariamente los sujetos catalogaron los alimentos con la etiqueta "ecológicos" como de mejor sabor, más bajos en calorÃas y con mayor contenido en fibra y menos grasas que los alimentos etiquetados como “no ecológicosâ€.
Como pone de relieve este pequeño estudio, nuestras expectativas de cómo deben ser las cosas nos pueden hacer emitir juicios falsos. Los sujetos del estudio afirmaban que los alimentos “ecológicos†sabÃan mejor que los otros, cuando la realidad es que todos los alimentos que se les ofrecieron eran ecológicos.
Resumiendo, un poco de escepticismo en la cesta de la compra no nos hará ningún mal.
Ismael Pérez Fernández.