Testigos de Jehová publican vídeo para adoctrinar niños contra las familias homoparentales

Los Testigos de Jehová han publicado un vídeo educativo, en la que aleccionan a los niños sobre cómo deben comportarse con sus compañeros de colegio cuyos padres sean del mismo sexo. Su mensaje es que deben explicar a sus amiguitos que sus progenitores se condenarán eternamente si no cambian su orientación sexual.


El vídeo se titula “Un hombre, una mujer”, y muestra a una niña que consulta a su madre sobre una amiguita, que ha colgado en la pizarra, como ha hecho el resto de la clase, un dibujo de su familia en el que aparece junto a sus dos mamás. La niña explica que su profesora les ha dicho que “lo único que importa es que se quieran, y que sean felices”, una idea al parecer completamente descabellada, con la que su madre no está de acuerdo en absoluto.

“La gente tiene sus propias ideas sobre lo que está bien o lo que está mal, pero lo que importa es lo que sienta Jehová”, afirma contundentemente la madre. Así, procede a explicar a su hija que el matrimonio debe estar formado por un hombre y una mujer, pues “Jehová creó a Adán y Eva, varón y mujer, y le dijo al hombre que se uniera a su esposa. Lo mismo dijo Jesús”.

Como su hijita insiste en que quiere que su amiguita también sea feliz y vaya al cielo, como ella, la madre le da un ejemplo de por qué eso no será posible mientras sus madres sean lesbianas. “Es como cuando vas en un avión. ¿Qué pasa si alguien quiere llevar algo en el avión que no está permitido?”, a lo que la niña contesta:“¡que no puede viajar!”. “¡Exacto!”, prosigue la madre, “es lo mismo con Jehová, quiere que seamos su amigos, y que vivamos para siempre en el cielo, pero tenemos que seguir sus normas para alcanzarlo”.

La aleccionadora conclusión que la entusiasta madre ofrece a su expectante hija es la siguiente: “Para ir al cielo debemos dejar atrás algunas cosas, lo que incluye todo aquello que no apruebe Jehová. La gente puede cambiar, por eso debemos compartir este mensaje”. La niña entonces afirma convencida, con el mismo desbordante entusiasmo, que hablará a su amiguita del paraíso, de los animalitos y, subrepticiamente, de cómo Jehová no aprueba el “estilo de vida” de sus madres, y que deben dejar de ser lesbianas si quieren salvar sus almas, puesto que pueden cambiar. La madre, llena de orgullo por tener una hija que aprende el fanatismo y la intolerancia con tanta rapidez, le replica: “¡eso es genial!”.

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