Si todos fuéramos ateos…
Al otro lado, la alucinación coránica sigue buscando el martirio y la muerte. Se interpreta el propósito de los rebeldes islámicos de la Mezquita Roja de Islamabad como un desafÃo suicida al Estado. Y lo cierto es que han demostrado que la militancia talibán pakistanà no se limita a unas cuantas zonas rurales fronterizas. Exigiendo la aplicación de la Sharia en la misma capital, multiplicando mártires y predicando sumisiones, los lÃderes islámicos abrazan también la idea de un oriente encadenado a la creencia, vigilado, protegido y guiado por el Santo Corán, interpretado por los jefes religiosos y moralmente cautivo de sus códigos de conducta, basados en la obediencia, el temor y el dogma.
No hay más dios que Allah. No más Iglesia que la católica. No más ética que la confesional. Ninguna opinión más que la autorizada.
El pulpo teológico aspira a la omnipotencia. Se organizan las guerrillas arzobispales contra el vÃdeo “blasfemo†de un equipo de fútbol, contra las reformas educativas, contra las peñas pamplonicas irreverentes. Ejércitos clericales atacan a los Estados laicos, exigen “participar libremente†en la polÃtica, rescatan rituales de exorcismo, se enfrentan a los cientÃficos y a los tribunales, imponen sus ridÃculos criterios sexuales evocando sus inmutables principios, y levantan monumentos totémicos en honor a sus dioses. ¿Alguien duda aún de que la raÃz de todo conflicto se nutre de pura irracionalidad? ¿Alguien de que los fundamentalismos aspiran a reducir la realidad a esquemas de civilización medievales?
Saramago lo ha expresado recientemente asÃ: “Si todos fuéramos ateos, el mundo serÃa más pacÃficoâ€. La época de la sinrazón deberÃa ser al fin superada, y la destrucción de las religiones un proyecto a realizar. “Dios†es un concepto excesivamente peligroso como para que ande suelto.
(Editorial del BoletÃn crÃtico-informativo nº 131 de la Federación Internacional de Ateos, FIdA)





























