Richard Dawkins y el darwinismo social





A Richard Dawkins sin duda todos le conocemos. Etólogo, biólogo, teórico evolutivo, divulgador científico, y circunstancialmente uno de los mejores escritores vivos en lengua británica. Wendy Wright es la presidenta de Concerned Women for America, la organización política estadounidense más grande formada por mujeres. Creacionista convencida, Wright es tan agradable y buen político como ignorante. Con esa amabilidad de ateo extremista que le caracteriza, Dawkins resuelve para Wright un malentendido habitual y en muchas ocasiones malintencionado. Que insistamos en explicar que las teorías de Darwin explican por completo y sin prerrequisito alguno cómo evoluciona la vida en nuestro planeta, no quiere decir que seamos partidarios de un darwinismo social, ni mucho menos económico. Es de hecho una aspiración del humanismo moderno desactivar la evolución hasta donde sea posible en lo que al ser humano se refiere, o sustituirla por algo lo más parecido posible a una evolución cultural. Algo que no tenga nada que ver con la «ley del más fuerte» impulsada por ciertos liberalismos económicos, ni por supuesto con la eugenesia soñada por los fascismos.


Los comentarios han sido cerrados para esta nota