Respuesta a "Creo en Dios" respecto al diseño inteligente del universo




Antes de exponer mi respuesta, y dada la brevedad necesaria en un medio como este, te recomiendo la lectura del libro “El espejismo de Dios” de Richard Dawkins, ya que todos y cada uno de los argumentos que planteas, de sobra conocidos y de sobra superados, son rebatidos de forma minuciosa y con una consistente base científica. Concretamente el capítulo 4 - Por qué casi ciertamente no existe Dios - y si te parece demasiado largo te puedes limitar a los puntos “El Boeing 747 definitivo” (página 110 del documento descargable) que equivaldría al BMW de tu alegato y “El principio antrópico: versiones planetaria y cosmológica” (página 136 del documento).

Me gustaría comenzar preguntándote por qué evitas referirte a las citas bíblicas sobre un dios sanguinario, celoso, vigilante y vengativo, dado que ese era precisamente el tema del post en el que realizaste tu primer comentario ¿por qué eludir ese debate? dices que no tendría sentido dado que yo no creo en Dios. Efectivamente, no lo hago, pero esta claro que tú sí, y además en ese mismo Dios y no en otro, por lo tanto considero de gran interés conocer tu opinión al respecto.

Pero centrándonos en el tema del origen del universo. Comienzas planteando la cuestión de la existencia de un ALGO antes del Big Bang. Evidentemente para ti ese ALGO debería ser Dios, y por lo visto la existencia eterna de Dios sin principio necesario no te plantea ninguna cuestión posterior como ¿de donde surge Dios?. Pues bien, como ya decían Bertrand Russell y Carl Sagan en referencias previas aparecidas en este blog, si aceptamos que algo puede ser eterno y sin causa o principio necesario ¿por qué no otorgar esa cualidad al universo y saltarnos el paso innecesario de Dios?. Ambas hipótesis, la existencia eterna de la materia o de Dios, plantean una dificultad en común, y es que el concepto “eterno” nos es difícil de concebir y manejar. Sin embargo, en la hipótesis de Dios nos encontramos con una dificultad añadida, sabemos que la materia y la energía existen, las vemos o experimentamos de forma constante, sin embargo no tenemos ninguna evidencia de un ser inteligente y todopoderoso que además existe de forma eterna. Siguiendo el principio de la navaja de Occam me quedo con la hipótesis más sencilla, la del universo eterno, que hace innecesaria la inclusión de un elemento externo y considerablemente improbable. Según tu teoría existe una inteligencia sobrenatural que deliberadamente diseñó y creó el universo y todo lo que hay en él; incluyéndonos a nosotros. En este caso recurro a la réplica de Dawkins:

“Cualquier inteligencia creativa, de suficiente complejidad para diseñar cualquier cosa, llega a existir sólo como el producto final de un extendido proceso de evolución gradual. Las inteligencias creativas; al ser evolucionadas, necesariamente llegan tarde en el universo, y en consecuencia no pueden ser responsables de su diseño.”

A continuación hablaré de la supuesta perfección del universo y sus constantes físicas, aparentemente diseñadas para que exista la vida. Si las constantes físicas del universo variasen ligeramente el universo sería completamente diferente, no sabemos que tipo de materia o energía resultaría de dichos cambios ni si alguna forma de vida sería posible en tales condiciones, todo serían elucubraciones sobre algo que simplemente no podemos saber, decir que un universo distinto no sería apto para algún tipo de vida es una afirmación gratuita que presupone que la vida en la tierra es la única forma de vida posible. Evidentemente, todas las formas de vida que existan en este universo en el que estamos deber ser necesariamente las formas de vida posibles bajo las constantes físicas de dicho universo. Una vez aclarado esto, centrémonos en estas constantes.

Del modo en el que expones tu argumento uno diría que el universo se reduce al planeta tierra, su satélite y la estrella al rededor de la cual gira, digamos que es una visión un tanto simplista. En el universo en el que estamos nosotros ahora mismo, originado bajo las constantes físicas vigentes, se estima que existen cientos de miles de millones de galaxias, cada una de las cuales contiene cientos de miles de millones de estrellas, por lo que siendo prudentes podemos hablar de billones de planetas. El minúsculo punto, virtualmente infinitesimal en el que tu y yo discutimos sobre Dios es uno de esos billones de puntos infinitesimales. Esas mismas constantes físicas a las que haces referencia han dado lugar a un número astronómico de condiciones distintas, planetas con órbitas que van desde las exageradamente elípticas a las casi circulares, planetas con tamaños desde gigantescos a diminutos, con temperaturas desde tremendamente altas a tremendamente bajas, muy próximos o muy distantes a su estrella de referencia, con atmósferas de una infinidad de composiciones diferentes, desde los que no tienen satélites hasta los que los tienen en gran número, etc, etc las combinaciones posibles son casi infinitas. De entre esos billones de planetas con sus billones de condiciones ambientales distintas es de esperar que un reducido número de ellos, se estima que cientos de miles de millones, presenten un ambiente amigable para la vida, en miles de millones de esos planetas aptos para la vida se habrán originado células primitivas, y algunas de esa células primitivas pueden haber evolucionado hacia células mas complejas, y de nuevo me remito a Dawkins:

“Vivimos en un planeta que es amigable a nuestro tipo de vida, y hemos visto dos razones por las cuales esto es así. Una es que la vida ha evolucionado para florecer en las condiciones proporcionadas por el planeta. Esto es debido a la selección natural. La otra razón es la antrópica. Existen miles de millones de planetas en el universo; y, sin importar cuan pequeña sea la minoría de planetas amigables a la evolución, nuestro planeta necesariamente tiene que ser uno de ellos.”

Es decir, de entre los virtualmente infinitos planetas del universo nosotros, como seres vivos evolucionados, deberemos estar necesariamente en uno de los que cumpla los requisitos ambientales para nuestro origen y evolución. Por lo tanto tus referencias a la órbita terrestre o a la órbita lunar muestran una visión muy reducida del universo. Los cuerpos celestes actuales y sus respectivas órbitas son el fruto de miles de millones de años dirigiéndose hacia un equilibrio, los cuerpos con la distancia y masa necesarias para precipitarse sobre la tierra ya lo hicieron hace miles de millones de años y los mismo pasa con los que se alejaron y acabaron precipitándose en otro cuerpo celeste a causa de su respectiva gravedad. Creo que no lo has reflexionado lo suficiente.

Para terminar citaré una referencia sobre Aristóteles que aparece en el libro de Charles Darwin “El origen de las especies”:

“La lluvia no cae más para hacer crecer la mies que para estropear el grano del labrador cuando está a la intemperie después de la trilla”

Un saludo.

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