PROHIBICIONES

Los cientÃficos del campo de las células madre han mantenido una gran expectativa por los resultados que produzcan los estudios con las llamadas células madre pluripotentes inducidas*, (iPS) -por sus siglas en inglés. Estas células podrÃan ser usadas para reemplazar tejidos dañados en pacientes que han sufrido accidentes o enfermedades.
La primera razón invocada como un mayor beneficio es que, siendo obtenidas del tejido adulto de un individuo, al ser puestas de vuelta en él, no desencadenarÃan ninguna reacción de rechazo, algo que sà podrÃa suceder si se usan células madre embrionarias y que obligarÃa a usar drogas para suprimir la respuesta del sistema inmunológico, igual a lo que sucede cuando se transplantan órganos. Otra ventaja de las células iPS serÃa que evitarÃan la controversia ético-religiosa, pues para crearlas no se necesita destruir embriones, principal razón aducida para la prohibición impuesta por el gobierno de George Bush y los grupos religiosos en Estados Unidos a la investigación con células madre embrionarias.
Sin embargo la primera razón se presenta controvertida. El inmunólogo Yang Xu, de la Universidad de California y sus colaboradores, transplantaron diversos tipos de células iPS, en ratones idénticos genéticamente. Lo que se esperaba era la formación de una forma particular de tejido, un teratoma, que contiene diversos tipos de células diferenciadas y que es lo que ocurre cuando se introducen células madre embrionarias. A cambio, lo que hubo fue una respuesta inmunológica y la destrucción de las células iPS. “La respuesta inmunológica es igual a la disparada cuando se realiza transplante de órganos en individuosâ€, dice Xu.
Este estudio viene a sumarse a otros que también indican que las células iPS no podrán, al menos en el futuro próximo, reemplazar a las células madre embrionarias. Aunque los estudios continuarán y llegará el dÃa en que un individuo pueda tener un banco de células con la potencialidad de convertirse en una cualquiera de las de su organismo y que cuando le sean introducidas no haya rechazo, los cientÃficos señalan que estos resultados son un gran llamado de atención para que los trabajos con células madre embrionarias deban seguir.
La investigación con células madre embrionarias fue prohibida en uno de los primeros actos de Bush como presidente. Lo que siguió a la prohibición fue que los cientÃficos se vieron privados de los fondos económicos necesarios y, o se fueron del paÃs, o se pasaron a laboratorios privados o abandonaron el campo. El resultado es más de una década dilapidada en alegatos y discusiones.
Las células madre embrionarias no son la cura absoluta para ninguna enfermedad y hasta el momento no se han podido utilizar para tal empeño, pues, entre otras cosas, el ritmo necesario para llevarlas a buen puerto fue desacelerado con la prohibición y la búsqueda de salidas alternativas al controvertido tema del uso de embriones para obtenerlas.
En la ciencia, la obtención de resultados que se traduzcan en la producción de drogas que mitiguen el dolor y las enfermedades es un camino largo. En el caso de las células madre embrionarias lo que se busca es obtener diversos tipos de células que puedan ayudar a un tejido cardÃaco dañado por un accidente vascular o a un cerebro deteriorado por una contusión o a la médula ósea destruida por un cáncer. El camino es mucho más largo y si además no se le da vÃa libre más difÃcil será lograr resultados.
El expresidente Bush tomó la decisión de prohibir la investigación con células madre embrionarias por iniciativa propia y presionado por grupos religiosos. El argumento era y sigue siendo, que la vida humana es sagrada y que comienza en el momento de la fecundación. Usar un embrión en el laboratorio es un asesinato.
¿Quién tiene la información suficiente y la autoridad necesaria para decidir categóricamente en qué momento se inicia la vida de un ser humano? La ciencia al menos no tiene esa pretensión. A cambio los grupos religiosos si se toman esa licencia pues les viene de maravilla para prohibir el aborto y de paso la pÃldora anticonceptiva y los condones, los últimos un impedimento a la creación de una nueva vida, tarea exclusiva de dios.
Las clÃnicas de fertilización in vitro, destinadas a resolver los problemas de miles de parejas que de otra manera no podrÃan tener hijos, están llenas de embriones que sobran y que serán destruidos. Serán destruidos! Utilizarlos en la investigación serÃa el camino más expedito a obtener células madre embrionarias.
Pero no. Un grupo de hombres solos, se atribuye el poder de decisión sobre temas que deberÃan estar en manos de quienes lo único que buscan es llegar a conocer el funcionamiento de las células, normales o anormales, los cientÃficos.
Es sintomático que la incursión de los grupos religiosos se dirige a la biologÃa, la ciencia de la vida. No es de nuestro conocimiento que esos grupos religiosos se dediquen a debatir las teorÃas de la fÃsica cuántica o se adentren en el campo de las nanopartÃculas.
La evolución quiere ser reescrita en los libros de texto de las escuelas como creacionismo. Fue dios el que hizo el mundo en 6 o 7 dÃas y punto. A la basura toda la evidencia fósil. O si se quiere, fueron más que los 6 o 7 dÃas simbólicos, dios lo hizo igual, en un perÃodo más largo pero al fin y al cabo él lo hizo todo. Y como dueño y señor de la vida, él es el único que decide sobre cuándo empieza. Sus ministros en la tierra se cuidan muy bien de seguir las órdenes y elevar pleitos para que se cumplan esas órdenes.
Es muy importante que los cientÃficos se hagan sentir de una buena vez y exijan que lo que está escrito en la constitución se aplique: la iglesia y el estado son entidades separadas. Cada uno a lo suyo. La ciencia a buscar la verdad y la iglesia a echarle tierra pues no le conviene que las personas piensen y decidan por su cuenta. Se les acabarÃa el negocio.
*Las células iPS se obtienen devolviendo una célula diferenciada, una célula de la piel por ejemplo, a un estado de pluripotencia (capacidad de convertirse en cualquier tipo celular) semejante al de las células madre embrionarias.





























