POR LA BANALIZACIÓN DEL SEXO Y LA DESPENALIZACIÓN DEL ASESINATO (TOTAL, SI ESTO SON DOS DÍAS)

La defensa de la existencia de una vida eterna después de la muerte física supone, evidentemente, una banalización de la vida "terrena", pues el valor de ésta estaría, en ese caso, supeditado al de aquélla, y además, al comparar la duración finita con otra hinfinita, la primera se hace infinitesimalmente pequeña (no queda, en realidad, ni en los tópicos "dos días").
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Esta banalización de la vida física implica que, quienes la defienden, deberían aceptar también la retirada del Código Penal del delito de asesinato: si la vida terrena tiene un valor infinitesimal, ¿qué hay de TAN malo en acabar con ella un infinitésimo ANTES? ¡Si al fin y al cabo el asesino está haciendo un favor a la víctima, mandándola a su morada verdadera y ahorrándole un montón de desgracias!
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Éste, junto con el más conocido sobre la banalización del sexo y la despenalización de la violación, fue otro de los ejercicios de argumentación que hizo Rouco Varela en el curso de retórica por correspondencia que ha estado haciendo los últimos meses. Pero le dio vergüenza publicarlo en Alfa y Omega porque escribió "infinita" con hache, y porque, al fin y al cabo, ya había afirmado más o menos lo mismo Arnaldo de Amalric en su célebre frase de la Cruzada Albigense ("matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos").
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Por cierto, que, puestos a dar una opinión, yo pienso que el que banaliza el sexo es el que lo asimila con un mero instrumento reproductivo. El sexo es demasiado importante para REDUCIRLO a la tarea de traer hijos al mundo. Por fortuna, los pinos arrojan al aire BILLONES de veces más granos de polen de los que van a poder dar lugar a un arbolito, y los humanos echamos MUCHOS más polvos que los que van a terminar en la maternidad (bueno, tal vez no tantos, no me vayáis a llamar fantasma; pero, en general, siempre menos de los que la dignidad del sexo requeriría).
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Al fin y al cabo, para un buen darwinista no hay NADA más importante que el sexo. Pero como también somos liberales y creemos que el ÚNICO factor que justifica los juicios morales es el respeto a la libertad individual, por eso DECIDIMOS LIBREMENTE poner en el Código Penal que a los violadores, abusadores de niños, y demás, se les ha de cortar la pilila en tantas rodajitas como delitos contra la libertad sexual cometieron.
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