Observatorio FIDA, 15 a 21/05/06
De campañas y delincuentes varios
DecÃa un ateo del XVIII que los sacerdotes se muestran, en todo tiempo, como promotores del despotismo y enemigos de la libertad pública, que su oficio exige esclavos envilecidos que nunca tengan la audacia de razonar. La avaricia y la ambición son las pasiones dominantes del sacerdocio, y por eso nada nos extraña que los Legionarios de Cristo, los perros de presa del octogenario sacerdote Maciel, consolidados en el centro del poder polÃtico y económico en varios paÃses del mundo, anden últimamente algo nerviosos tras la reprimenda papal que restringe el ministerio de su pederasta fundador.
Algunos ya intuyen sabiamente que la publicidad que se le está dando a este escándalo, sumado al prodigioso marketing del bodrio de Dan Brown que tantas abiertas llagas y ocultas dichas está provocando entre los antropófagos seguidores del mito del nazareno unigénito, es debida a una campaña anti-cristiana mundial promovida por ateos y libertinos hedonistas.
Porque, ¿cómo explicar -si no- las osadas burlas y obscenidades exhibidas en Vila-Real por parte de algunos irreverentes e inmorales ciudadanos, que han provocado el estupor y la indignación de los atemorizados párrocos del lugar?
¿Y cómo explicar, también, que los desviados sexuales y los ateos, los laicistas, epicúreos, atomistas y librepensadores, las feministas, los rojos, los bakuninistas y los nietos de Kropotkin, los intelectuales y las putas, se escondan tras un blasfemo manifiesto público y una campaña de desprestigio que intenta afear esa gran fiesta ecuménica de la que tantas satisfacciones y beneficios espera recibir buena parte de la clase polÃtica del PaÃs Valenciano?
Incluso algunos herejes que, desde su propio cristianismo contestatario, desdeñan, al parecer, la sacratÃsima primacÃa ministerial del Sumo delincuente del Vaticano, han colaborado en esta infamia. ¿Cómo -insisto- hubiera sido posible tamaña osadÃa por parte de estos despojos de la civilización judeocristiana sin la dirección oculta de fuerzas tenebrosas que, agazapadas en la sombra, maquinan contra el representante de cristo en la tierra?
Pues ahà está. Nosotros no te esperamos, dice el slogan. Y pretende ir a más. A lograr la adhesión de quienes, en un arranque de soberbia laicista, osan dudar de la verdad de esta España católica, varonil, heróica y mártir, fundada sobre la Familia, el Trabajo y el Orden. A conseguir la colaboración y el respaldo de una ciudadanÃa consciente de que, en una democracia real, es imprescindible blindar el ámbito público de cualquier influencia teológica, de cualquier fantasÃa apoyada en ficciones morales y/o religiosas.
A Benito XVI, ya mosqueado por el diabólico anticlericalismo del gobierno de Zapatero, sólo le faltaba comprobar que la impericia de los gobernantes valencianos pueda favorecer una eclosión de actividades ruidosas y molestas: debates sobre ateÃsmo, laicidad, escuela pública, propagación del SIDA, matrimonios aberrantes, financiación de la Iglesia católica y otras gaitas, exposiciones blasfemas y burlonas, titiriteros increyentes haciendo mofa del Pastor alemán, y un largo etcétera. Mano dura, señores, es lo que hace falta. No nos vayan a joder, estos descreÃdos, el bonito recibimiento que se merece Joseph.
Quieren, los honrados y obsequiosos ppolÃticos de la Comunidad valenciana, sembrar el recorrido desde el aeropuerto con miles de banderas vaticanas (banderas, dicen, de un Estado parásito que nunca encontró cinco minutos para firmar la Declaración de los Derechos Humanos). A lo mejor, quién sabe, lo que encuentra nuestro héroe son unos cuantos miles de pancartas que ubican su sombrero más lujoso dentro de una señal de peligro. Imaginad el cabreo que se puede coger...
Hay más noticias, claro. Terrorismo religioso, escaqueos polÃticos, reacciones al Código da Vinci, despilfarro de recursos públicos, rectificaciones y retractaciones tras la nueva ley sobre el aborto en Colombia, responsabilidad de la Iglesia argentina en la represión, el peligroso revisionismo de Sarkozy, los siempre sabrosos argumentos jurÃdicos del bueno de Cañizares, e incluso unas declaraciones muy divertidas del arzobispo de Burgos.
Y también convocatorias, artÃculos de opinión, erotismo blasfemo, campañas contra la religión en las escuelas, entrevistas, documentos sonoros... Ahà están los enlaces.
Observatorio del ateÃsmo
Observatorio de las religiones
Algunos ya intuyen sabiamente que la publicidad que se le está dando a este escándalo, sumado al prodigioso marketing del bodrio de Dan Brown que tantas abiertas llagas y ocultas dichas está provocando entre los antropófagos seguidores del mito del nazareno unigénito, es debida a una campaña anti-cristiana mundial promovida por ateos y libertinos hedonistas.
Porque, ¿cómo explicar -si no- las osadas burlas y obscenidades exhibidas en Vila-Real por parte de algunos irreverentes e inmorales ciudadanos, que han provocado el estupor y la indignación de los atemorizados párrocos del lugar?
¿Y cómo explicar, también, que los desviados sexuales y los ateos, los laicistas, epicúreos, atomistas y librepensadores, las feministas, los rojos, los bakuninistas y los nietos de Kropotkin, los intelectuales y las putas, se escondan tras un blasfemo manifiesto público y una campaña de desprestigio que intenta afear esa gran fiesta ecuménica de la que tantas satisfacciones y beneficios espera recibir buena parte de la clase polÃtica del PaÃs Valenciano?
Incluso algunos herejes que, desde su propio cristianismo contestatario, desdeñan, al parecer, la sacratÃsima primacÃa ministerial del Sumo delincuente del Vaticano, han colaborado en esta infamia. ¿Cómo -insisto- hubiera sido posible tamaña osadÃa por parte de estos despojos de la civilización judeocristiana sin la dirección oculta de fuerzas tenebrosas que, agazapadas en la sombra, maquinan contra el representante de cristo en la tierra?
Pues ahà está. Nosotros no te esperamos, dice el slogan. Y pretende ir a más. A lograr la adhesión de quienes, en un arranque de soberbia laicista, osan dudar de la verdad de esta España católica, varonil, heróica y mártir, fundada sobre la Familia, el Trabajo y el Orden. A conseguir la colaboración y el respaldo de una ciudadanÃa consciente de que, en una democracia real, es imprescindible blindar el ámbito público de cualquier influencia teológica, de cualquier fantasÃa apoyada en ficciones morales y/o religiosas.
A Benito XVI, ya mosqueado por el diabólico anticlericalismo del gobierno de Zapatero, sólo le faltaba comprobar que la impericia de los gobernantes valencianos pueda favorecer una eclosión de actividades ruidosas y molestas: debates sobre ateÃsmo, laicidad, escuela pública, propagación del SIDA, matrimonios aberrantes, financiación de la Iglesia católica y otras gaitas, exposiciones blasfemas y burlonas, titiriteros increyentes haciendo mofa del Pastor alemán, y un largo etcétera. Mano dura, señores, es lo que hace falta. No nos vayan a joder, estos descreÃdos, el bonito recibimiento que se merece Joseph.
Quieren, los honrados y obsequiosos ppolÃticos de la Comunidad valenciana, sembrar el recorrido desde el aeropuerto con miles de banderas vaticanas (banderas, dicen, de un Estado parásito que nunca encontró cinco minutos para firmar la Declaración de los Derechos Humanos). A lo mejor, quién sabe, lo que encuentra nuestro héroe son unos cuantos miles de pancartas que ubican su sombrero más lujoso dentro de una señal de peligro. Imaginad el cabreo que se puede coger...
Hay más noticias, claro. Terrorismo religioso, escaqueos polÃticos, reacciones al Código da Vinci, despilfarro de recursos públicos, rectificaciones y retractaciones tras la nueva ley sobre el aborto en Colombia, responsabilidad de la Iglesia argentina en la represión, el peligroso revisionismo de Sarkozy, los siempre sabrosos argumentos jurÃdicos del bueno de Cañizares, e incluso unas declaraciones muy divertidas del arzobispo de Burgos.
Y también convocatorias, artÃculos de opinión, erotismo blasfemo, campañas contra la religión en las escuelas, entrevistas, documentos sonoros... Ahà están los enlaces.
Observatorio del ateÃsmo
Observatorio de las religiones





























