Nº 42: Apócrifos I: Los pájaros de barro y la higuera seca


Hace tiempo participé en un blog en el que se comparaba el tratamiento que se da a las mujeres en el judaismo, el cristianismo y el islam. En mi comentario cité los pasajes del Nuevo Testamento que aparecen en el post sobre el machismo de las religiones. Una de las participantes en ese blog contestó diciendo que para ella esas afirmaciones no eran realmente de San Pablo (el supuesto autor de esos libros) sino que eran falsamente atribuidas a él. Yo expresé mi sorpresa por su capacidad para discernir que partes de un mismo libro correspondían a su supuesto autor y cuales eran añadidos de otros (que curiosamente coincidían con aquellas que no le gustaban), del mismo modo que aquellos "sabios" del siglo IV habían decretado que textos sobre Jesús y los primeros cristianos debían aparecer en el Nuevo Testamento, dada su inspiración divina, y cuales no. Su respuesta fue igualmente sorprendente ya que para ella una de las principales razones para descartar la credibilidad de los evangelios apócrifos es que en ellos Jesús hace milagros inútiles y superficiales. Supongo que, una vez más, nos encontramos ante una cristiana que no ha leído la Biblia. Para demostrarlo comparo a continuación un pasaje del Evangelio apócrifo de Pseudo Tomás y un pasaje del Evangelio de Marcos (que también aparece en el de Mateo).

LOS PÁJAROS DE BARRO (Apócrifo de Pseudo Tomás)

El niño Jesús, cuando tenía 5 años, estaba jugando en la orilla de un arroyo; acumulaba el agua de la corriente en charcos y la volvía clara inmediatamente y hacía que le obedeciese con una sola palabra suya. Habiendo hecho algo de arcilla, modeló doce gorriones. Era sábado cuando hizo estas cosas. Y había muchos otros niños jugando con Él. Un judío, viendo lo que Jesús estaba haciendo, jugar durante el sábado, fue inmediatamente donde su padre José y le dijo, tu hijo está en el arroyo, y a tomado arcilla, y ha hecho doce pájaros con ella, y ha profanado el sábado. Y José, llegando al lugar y viendo aquello, le gritó diciendo ¿por qué haces el sábado lo que no esta permitido hacer? y Jesús dando palmas gritó a los gorriones diciéndoles: ¡marchaos! y los gorriones volaron y se fueron llorando. Y los judios se maravillaron viendo esto y fueron a contárselo a sus jefes.

LA HIGUERA SECA (Marcos 11: 12-22) (Mateo 21:19-21)

Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» Y sus discípulos oían esto. [...]. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad. Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca.» Jesús les respondió: «Tened fe en Dios».

¿Cuál de los dos milagros es más inútil y superficial? ¿echar a volar doce pájaros de barro o secar una higuera por no dar higos fuera de temporada?

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