Nº 36: ¿No matarás? – Incoherencias bÃblicas
Entonces Dios pronunció estas palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mÃ. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos. No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano. Acuérdate del dÃa sábado para santificarlo. Durante seis dÃas trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es dÃa de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis dÃas el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo dÃa descansó. Por eso el Señor bendijo el dÃa sábado y lo declaró santo. Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.
Éxodo 32:25-29
Cuando Moisés vio el desenfreno del pueblo –porque Aarón le habÃa tolerado toda clase de excesos, exponiéndolo asà a la burla de sus enemigos– se paró a la entrada del campamento y exclamó: «¡Los que están de parte del Señor, vengan aquÃ!». Todos los hijos de Levà se agruparon a su alrededor, y él les dijo: «Asà habla el Señor, el Dios de Israel: Que cada uno se arme de su espada; recorran el campamento pasando de una puerta a otra, y maten sin tener en cuenta si es hermano, amigo o pariente». Los levitas cumplieron la orden de Moisés, y aquel dÃa cayeron unas tres mil personas del pueblo. Entonces Moisés dijo: «Reciban hoy la investidura sacerdotal de parte del Señor, uno a costa de su hijo, otro a costa de su hermano, y que él les de hoy una bendición».