Milonguita darwiniana
Milonguita darwinianade los pies a la cabeza
se sabe cuándo termina
pero nunca cuándo empieza.
En el barrio de Pompeya
muy cerca de donde están
las vÃas, hubo un malevo
que se llamaba Galván.
Como un rey en la milonga
y una luz con el facón
a Galván lo fascinaba
la ley de la evolución.
"¡Qué grande fue Charles Darwin!",
reflexionaba el malevo,
"se puede decir que él solo
fabricó el mundo de nuevo".





























