Matrimonio a la Romana

Dos proyectos de ley que permitirían el matrimonio entre personas del mismo sexo están esperando tratamiento en la cámara de diputados de nuestro país. Los proyectos fueron presentados por Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra y contemplan las modificaciones en el Código Civil necesarias para que ya no se hable de "marido y mujer" sino de "contrayentes" pudiendo ser estos del mismo sexo.

Si bien parecía que inicialmente todo estaba dado para debatir el proyecto (lo que en principio no debería asustar ni condenar a nadie al infierno), las presiones de los sectores reaccionarios (casi exclusivamente relacionados con la Iglesia Católica) y el temor de los legisladores en ponerse en contra a la misma ICAR, lograron hacer fracasar dos encuentros de la comisión de diputados que iba a tratar el tema.

Pero mientras los diputados cedían a las presiones de la Iglesia y frustraban el debate, la jueza Gabriela Seijas, del fuero Contencioso Administrativo de la ciudad de Buenos Aires, ordenó al Registro Civil porteño “celebrar el matrimonio” de dos hombres que habían presentado un recurso de amparo luego de que el Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires se negara a darles un turno para el matrimonio civil. Como si esto fuera poco, y para sorpresa de muchos de nosotros, el gobierno de la Ciudad decidió no apelar la medida por lo cual el fallo de Seijas queda firme y la pareja ya tiene fecha para el civil el 1ro de diciembre.

Cómo no podía ser de otra manera, la Iglesia que pudo con los diputados pero no pudo con la justicia, salió al cruce con "duras críticas" al fallo volviendo a insistir con su tradicional (por no decir primitiva) idea de la familia. En una carta abierta (que puede leerse en la web Valores Religiosos cuando funciona pero que por las dudas reproduzco aquí) se utilizan los argumentos preferidos de la Iglesia. Se remonta al origen de la palabra "matrimonio" y al Derecho Romano (donde el matrimonio era exclusivo para ciudadanos romanos y era casi siempre mas voluntad de los padres que de los contrayentes, cuestión que el autor de la carta podría también reivindicar) y a partir de esto termina afirmando que "el Derecho Romano recoge [el término matrimonio] para decir que se adquiere la calidad legítima de madre" ignorando cualquier avance del derecho en los siguientes 2 mil años y haciendo que incluso el calificativo "medieval" le quede corto. De esta manera toman un legítimo reclamo de igualdad ante le ley civil y lo simplifican reduciéndolo a una estéril discusión sobre etimologías. Por suparte y mostrando hasta que punto tiene la cara de piedra, Bergoglio afirma que la decisión de no apelar el fallo impide "dar un debate más prolongado y profundo sobre una cuestión de tamaña trascendencia". Claro que se acuerda de esto cuando el fallo no lo favorece, y no cuando el "no debate" en diputados favorece sus conservadores intereses. Por supuesto, la Corporación de Abogados Católicos, preocupada siempre por imponer su idea de lo natural y de la moral a toda la sociedad,  presentó un pedido de nulidad del fallo.

Pero no solo en la Capital Federal hubo novedades. En la Corte Suprema de Justicia de la Nación hay dos amparos más esperando un fallo. En estos casos como en el de la Ciudad de Buenos Aires se están resolviendo situaciones puntuales, pero todos afirman que sientan un precedente particularmente importante mientras el Congreso de la Nación prefiere seguir mirando para otro lado.

Sobre las idas y vueltas del proyecto en la cámara de Diputados pueden encontrar un resumen en Alerta Religión.

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