Los torcidos jueces de Amsterdam

Nuevo video de Pat Condell, de su sitio Pat Condell Godless Comedy.



Esta semana, en una corte de Amsterdam, vimos el principio de lo que podría ser tanto el juicio del siglo como el crimen del siglo. ¡Qué honor para Holanda, tan temprano en el siglo!

En la manifestación más determinada de "dhimmitud" que hayamos visto en Europa - y eso ya es decir algo - las autoridades holandesas están siguiendo adelante con la acusación de un parlamentario electo por el delito de avergonzarlas con la verdad. Hay un fervor ideológico en esta acusación que es casi religioso en su intensidad, porque - seamos claros - esto es un juicio de herejía con otro nombre.

No pueden refutar las afirmaciones del Sr. Wilders, así que en cambio han recurrido al tipo de maniobra legal barata que hubiéramos esperado de los tipos de Mugabe para acallar a sus oponentes. Lo han acusado de ser divisivo e inflamatorio, y sí, a veces la verdad puede ser divisiva e inflamatoria si ha sido suprimida durante suficiente tiempo y se ha convertido suficientemente en tabú, como es claro que sucede en Holanda, porque de acuerdo con la acusación ni siquiera importa que lo que él diga sea verdad; lo que importa es que es ilegal. Bien, cuando la verdad está en contra de la ley hay algo seriamente equivocado con la ley, porque cuando la verdad no es defensa, no hay defensa, y la ley no tiene ningún ancla, así que irá a la deriva por donde quiera que soplen los vientos de la conveniencia política, y esta semana soplaron derecho hacia la torcida corte de Amsterdam, donde la justicia deberá arreglárselas para luchar por su vida privada del oxígeno de la verdad que le da vida. Estas son tácticas desesperadas de gente desesperada que se han atado en tal nudo de culpa relativista que son incapaces de reconocer la verdad, mucho menos tratar con ella. Son como alguien que está listo para cortarse su propia mano para evitar ser visto rascándose el culo en público. Lo que lo hace peor, es que están aferrados a algo que ni siquiera existe.

La burbuja multicultural reventó hace mucho, cuando Pim Fortuyn fue asesinado, cuando Theo van Gogh fue asesinado, ambos por el crimen de expresar una opinión en lo que se suponía era una de las democracias liberales pioneras del mundo. Fue cuando los holandeses y todos los demás europeos se hallaron enfrentados con el multiculturalismo, con lo que realmente es y con lo que realmente significa. Superficialmente suena como una palabra agradable que evoca un tipo de sociedad del arco iris de perspectivas culturales mutuamente enriquecedoras, ¿y qué podría ser mejor que eso? Pero es no es lo que es, en absoluto, y esa nunca fue la intención. Si hubieran sido honestos desde el principio acerca de lo que es realmente, la islamización, ellos saben que nunca se les hubiera permitido salirse con la suya. Pero la gente se está empezando a dar cuenta de que el Islam es, de hecho, lo que están consiguiendo, y que es todo lo que están consiguiendo, y es por eso que el Partido de la Libertad está liderando las encuestas de opinión en Holanda, desde la nada hace sólo unos pocos cortos años. Y es también el motivo de que la clase dirigente está tan desesperada por destruir al Sr. Wilders antes de la próxima elección porque saben que sus puntos de vista son suficientemente populares para cambiar las cosas, para terminar con la mentira multicultural y devolverle a los holandeses su país, y es por eso que está enfrentando un juicio. ¿Puedo decir eso?

Posiblemente no deberíamos estar tan sorprendidos de haber llegado hasta aquí. Después de todo, en Holanda ciertamente tienen una historia de formar pandillas con sus políticos populares. ¿No es así como fue asesinado Pim Fortuyn? Algunos izquierdistas lunáticos confiaron en el establishment y la prensa en que él era una amenaza pública por oponerse a la islamización, y por ello lo mataron. Al día siguiente toda la gente que lo había estado vituperando, súbitamente eran sus mejores amigos. Estaban shockeados. ¿Cómo pudo haber sucedido esto? Pero todos ellos saben cómo sucedió. El mundo entero sabe cómo sucedió. Y si no hubiera sucedido, este juicio no hubiera tenido lugar hoy porque el Islam no hubiera sido el problema que es hoy, y quizás Amsterdam todavía sería una de las ciudades favoritas del mundo y no el tipo de lugar en donde los gays temen salir por miedo a ser golpeados por bandas de jóvenes musulmanes.

La clase dirigente holandesa ha demostrado estar preparada para rebajarse ante todo, aún tanto como para socavar el mismo fundamente de la civilización occidental - la libertad de expresión - para apuntalar una ideología podrida que no sólo está muerta sino que su cadáver está ahora comenzando a apestar. Y saben que apesta. Es esa acre mezcla de autoritarismo y cobardía con la que deprimentemente nos hemos ido acostumbrando. Ciertamente aquí en Gran Bretaña sabemos de eso. Hemos tenido 12 años de eso. Y no hemos olvidado los vergonzantes eventos de este tiempo el año pasado cuando al Sr. Wilders le negaron la entrada a Gran Bretaña porque nuestro gobierno permitió que lo intimidaran y amenazaran un puñado de bocones musulmanes que se tomaron por sí mismos la supresión de la libertad de expresión en un país libre y se les permitió que lo consiguieran porque de otra manera se hubieran sentido ofendidos.

Oh, perezca el pensamiento. ¿Por qué diablos no deberían ser ofendidos los musulmanes? ¿Qué son ellos, después de todo? ¿Bebés? A nadie le interesa cuán ofendidos estamos todos los demás por tener una cultura puesta de rodillas por un totalitarismo religioso agresivo y ser conminados a callar sobre el tema. Y es por eso que este juicio no es sólo acerca de los holandeses. Nos afecta a todos.

Los holandeses tienen una bien merecida reputación de ser tolerantes y de mente abierta, las mismas cualidades, muchos pueden argumentar, que los metieron en esta problema desde el principio. Así que están un poco más encaminados en la "dhimmitud" multicultural que muchos países, pero ese es el camino que estamos transitando en Occidente, y si nos quedamos en él, todos llegaremos a las mismas infelices encrucijadas en otra corte de otro país. Es sólo una cuestión de tiempo.

El temor a la libertad de expresión es un síntoma de una sociedad profundamente neurótica y deshonesta, que es lo que tenemos ahora entre manos. Por todo el mundo occidental es la misma triste historia. Tenemos gobiernos y fuerzas policiales que se arrastran ante el Islam mientras reducen nuestras libertades civiles a causa del Islam. Tenemos medios que ni siquiera pueden usar la palabra "Islam" en conexión con "terrorismo" cuando las dos cosas no pueden estar más íntimamente conectadas, como si fueran gemelos siameses. Aún así están bastante contentos con etiquetar al Sr. Wilders como un político de extrema derecha en la manera de difamación casual que atraviesa al periodismo en estos días, especialmente en la desdichada BBC que ha sido tan políticamente correcta aún para reconocer que este juicio se esté llevando a cabo. Cualquiera que no esté enojado y avergonzado de que esté siendo llevado a cabo no merece vivir en una sociedad libre.

El juicio ya ha dejado tan oscura como una mancha la historia holandesa como el macartismo dejó a la historia estadounidense, y sólo está yendo a peor, porque no sólo los torcidos jueces denegaron al Sr. Wilders los testigos que necesitaba para defenderse, también se han asegurado que el juicio coincidirá con la campaña electoral, haciendo tan difícil como fuera posible para que él exponga su caso al pueblo. Este hombre es un héroe, no un delincuente, y es hora de que todos nosotros nos levantemos y digamos muy alto y claro, porque hay demasiado en juego para no ser nunca más corteses, y hay demasiado en juego para no ser nunca más temerosos. Este terrorismo intelectual tiene que detenerse. Nuestra herencia está siendo deliberadamente vendida a nuestras espaldas por gente que no tiene derechos de propiedad, y ahora estamos al borde de legar a nuestros hijos y nietos el tipo de sociedad en la que no hubiéramos querido haber nacido. No hay nada más inmoral o cobarde que eso.

Ya saben, en la lengua inglesa tenemos una expresión - coraje holandés. No es coraje, de ninguna manera. Es el tipo de coraje que se obtiene cuando has tenido un poco de alcohol de más para beber. Bien, ahora hay una nueva expresión - justicia holandesa. No es en realidad ninguna justicia. Es el tipo de justicia que se obtiene cuando estás con una sobredosis de relativismo cultural y tu columna vertebral ha desaparecido completamente. Vergüenza sobre Holanda. Vergüenza sobre los medios occidentales por no levantar un aullido de protesta contra este escandaloso ataque a nuestra libertad básica. Y vergüenza sobre vergüenza sobre los torcidos jueces de Amsterdam.

¿Había algo más? Oh, sí. Paz. Sean buenos, ¿eh?

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