Lo que ocurre en América es culpa de los ateos

PZ Myers

América tiene algunos problemas graves; una fea guerra, una economía temblorosa, un gobierno terrible —el que sale, al menos—. Lo que ha ocurrido durante los últimos ocho años debe haber sido el fallo de alguien, y Daniel Henninger tiene una explicación sencilla: Culpemos a los ateos. Especialmente culpemos a la exitosa guerra librada por los ateos contra la Navidad. Dice que «una nación donde la gente no puede decir Feliz Navidad, es una nación capaz de arruinar su propia economía». Ya ves, aquellos valores tan importantes que inculcaba el cristianismo, la responsabilidad, la compostura, el remordimiento, están perdidos por completo.

«Es mi punto de vista que la constante secularización y el insistente esfuerzo por hundir la religión en América ha sido peligroso. Un peligro parpadeando en rojo gracias al comportamiento subprime de bancos y prestamistas, quienes al fin y al cabo son gente. Los ateos del norte quienes nos envilecen a los evangelistas del sur están arrojando la útil virtud por el desagüe de sus detestables opiniones políticas.»

«El sentido de una sociedad saludable en lo económico y en lo político no es que la religión nos salve, pero sí que nos enseña a todos las reglas del juego. Y estamos olvidando las reglas del juego.»

«Así que, si quieres, prohíbe la Feliz Navidad. Y prepárate para Mad Max.»

¿Qué, cómo? ¿El país lleva ocho años siendo gestionado por una panda de ateos sin moral? ¿Los banqueros son ateos? ¿Todos los que han estado prestando dinero inconscientemente son ateos? ¿Los cristianos no contratan hipotecas, no se saltan las reglas de los bancos, no empiezan guerras, no torturan?

Me gustaría visitar el universo paralelo de Henninger.

En este universo, por supuesto, tenemos un país que lleva ocho años siendo gobernado por el ala evangelista del Partido Republicano, donde la mayor parte de la población es Cristiana, y donde es casi imposible ser elegido para un cargo de influencia si uno no se reconoce teísta practicante. La derecha religiosa lleva ocho años tomando las decisiones políticas, mientras que los ateos hacen poco más que escribir libros. Nadie ha prohibido decir Feliz Navidad. Los ateos militantes como Dawkins y yo mismo ponemos en casa árboles de Navidad todos los años, y la disfrutamos como disfrutamos de cualquier otro periodo secular de vacaciones.



No me molesta en absoluto que la gente diga Feliz Navidad, y no creo realmente que utilizar la frase como mantra vaya a tener ningún efecto en la economía. Me preocupa más que el equipo editorial de Wall Street Journal, quienes deben ser todos unos pajarracos ilusirios, influyan en la mejora de nuestra economía.

Quizás Henninger tenga que leer a Kathleen Parker, quien al menos ha hecho notar que el Partido Republicano es quien menos favores le hace a la idea de Dios, y que probablemente eso tiene algo que ver con el estado en el que está ahora América.

Visto en Pharyngula.

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