Lo que Dios odia: Ser crucificado

Sigo con las traducciones del blog Stuff God Hates, cuyo autor, God, gentilmente me autorizó a hacer. La entrada original está aquí.

Ser crucificado

¡Prepárate tú, que lees esto, para estremecerte y temblar ante la Increíble Palabra de Dios, escrita por EL MISMO SEÑOR!

Hoy quisiera hablar acerca de algo que odio genuinamente: ser crucificado.

Ya saben, si hay una cosa que no quiero volver a experimentar otra vez, es ser clavado a una cruz y pinchado con lanzas. Hombre, eso realmente dolió.

Algunos de ustedes pueden estar pensando... espera... ¿no fue Jesucristo el que fue crucificado, y no Dios Padre? Bueno, técnicamente, sí. Pero lo que tienen que recordar es que ¡Yo y Mi Hijo Jesús somos realmente la misma persona! Sé que suena un poco esquizofrénico y trastornado, ¡pero es la verdad!

Vean, hay tres partes de Mi Personalidad: El Enfadado y Vengativo Padre, El Amante e Ingenuo Hijo, y el Confuso y Perezoso Espíritu Santo. Si no saben lo que es este último, es algo así como el humo negro de Lost.

Así que era Yo el que estaba allí arriba en la cruz. Quiero decir, Yo también estaba mirando desde el Cielo, pero qué se le va a hacer. No quiero confundir sus confusas mentes simples. De cualquier manera que lo quieran ver, ser crucificado por los romanos me da por las pelotas totalmente.

¿Alguna vez se han golpeado el pie tan fuerte que los hizo llorar? Bueno, ahora tomen ese dolor y multiplíquenlo, más o menos, por chiquicientos. ¿Están empezando a entender por las que pasé por ustedes, gente?

Oh, sí, quizás olvidé mencionar eso.

Dejé que Me mataran de la forma más dolorosa y humillante posible, y todo para vuestro beneficio. ¡Bastardos desagradecidos!

¡Me mataron por ustedes y ustedes apenas van a la iglesia! Y la última vez que fueron, sólo pusieron cinco dólares en el plato de la colecta. ¡Idiotas baratos!

¡Denme más dinero o enfrenten Mi Ira!

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