Liberalismo y Bancarrota

Aún quienes no comulgamos con el liberalismo económico, hubieramos preferido un liberalismo económico auténtico a esto que ha hecho tan ricos a unos pocos y nos ha mandado a la ruina a los demás.

Seth Godin

La semana pasada estuve en Detroit. Tengo familia allí. Y conduzco un coche. Y me gustaría que la civilización no se destruyese por culpa de la economía. Así que estoy marcadamente cualificado para hablar de la Industria del Automóvil.

No sólo debería el congreso facilitar y animar a una bancarrota organizada de Ford, Chrysler y General Motors, sino también hacer lo más fácil posible que sean reemplazadas por 500 nuevos fabricantes de coches.

O mil.

Hace noventa años, había todas esas empresas fabricando coches.

Es cierto. Cuando la innovación llegó a la industria del automóvil, había miles de fabricantes de coches, con al menos cientos funcionando al mismo tiempo. Lo cuenta la Wikipedia:

«A lo largo de ese tiempo, el desarrollo de tecnologías del automóvil fue rápido, debido en parte a la presencia de cientos de pequeños fabricantes compitiendo por la atención de los compradores. Desarrollos clave de ese tiempo son el arranque eléctrico, por Robert Bosch en 1903, la suspensión independiente y los frenos en las cuatro ruedas, por el escocés Arrol-Johnston en 1909, muelles en la suspensión, y otros muchos sistemas aún en uso, incluyendo el cambio al acero como material favorito para la fabricación. Los controles de transmisión e impulso fueron adoptados ampliamente, permitiendo ya una gran variedad de velocidades de crucero, aún cuando las de aquellos vehículos eran realmente modestas.

Entre 1907 y 1912 el motor high-wheel buggy era el más popular, con hasta setenta y cinco fabricantes incluyendo a Holsman, IHC en Chicago, y Sears, que vendía por catálogo. Este tipo de motor fue después reemplazado por el modelo T.»

En aquellos grandes días, Ford fabricaba cada parte de sus coches. Incluso cuidaban a las ovejas que daban la lana que recubría los asientos. Eso ya no es así. Ahora suministradores externos fabrican todas las partes de los coches. Son esos suministradores los que necesitamos que sigan vivos.

Lo que no necesitados son compañías enormes sin capacidad de elección, prioridades equivocadas, jets privados, y que se comportan como gilipollas.

Me gastaría mil millones de dólares en hacer que crear una compañía fabricante de coches, con todas las aprobaciones regulatorias y de seguridad, fuese tan fácil como crear una empresa en la web. Usemos la bancarrota para librarnos de la parte de esta industria que ya no necesitamos; los representantes.

Acabaríamos con un razonable número de «tiendas de coches» en cada ciudad que venderían un montón de marcas. Tendríamos coches baratos, eficientes, y con diseños de locura. Habría una orgía de innovación y de ahí surgiría una nueva energía que nos ayudaría a todos. Te lo digo yo.

Visto en Seth's Blog.

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