Leibniz y el cáncer de Christopher Hitchens
Christopher Hitchens es uno de los intelectuales pertenecientes al núcleo duro del ateÃsmo anglosajón de los últimos años, junto a otros jinetes del apocalipsis como Dawkins, Harris, Dennett… A pesar de que no estoy de acuerdo con algunas de sus posiciones he de reconocer su valÃa y su labor en cuanto a ateo militante luchando contra las falsas creencias.
Este año supimos la desgraciada noticia de que Hitchens se esta tratando de un cáncer de esófago, además de un cáncer de los muy malos, que casi con total seguridad, no superará. Algunos Hijos de la Gran Puta sentenciaron que Dios lo habÃa castigado por su herejÃa apelando al mejor espÃritu del Supremo Hacedor del Antiguo Testamento. Esta Suprema Idiotez, sin embargo, no alberga contradicción con la doctrina cristiana y su peculiar visión de la Providencia divina, y nos conecta con uno de los principales problemas de la teologÃa: el del mal en el mundo.
¿Cómo un Dios infinitamente bueno puede mandar un cáncer a Chistopher Hitchens? La cuestión es peliaguda pero el filósofo alemán Gottfried Leibniz dio una ingeniosa respuesta con su teorÃa de los mundos posibles:
Un mundo es “posible” si no contradice las leyes de la lógica. Hay un número infinito de mundos posibles y consideró que serÃa mejor uno que tuviera el mayor exceso del bien sobre el mal. Él podrÃa haber creado un mundo que no contuviera mal, pero ése no hubiera sido tan bueno como el mundo actual. Eso es porque algunos grandes bienes están lógicamente ligados con ciertos males. Para tomar un ejemplo trivial, un trago de agua fresca cuando uno está sediento en un dÃa de calor, puede darnos tal placer que uno puede pensar que la sed previa, aunque molesta, valÃa la pena de sufrirla, porque sin ella el goce subsiguiente no podÃa haber sido tan grande. Para la teologÃa, no son ejemplos como éste los importantes, sino la relación del pecado con el libre albedrÃo. el libre albedrÃo es , gran bien, pero era lógicamente imposible para Dios el conceder el libro albedrÃo y al mismo tiempo decretar que no hubiera pecado. Dios decidió, por lo tanto hacer al hombre libre, aunque previó que Adán se comerÃa la manzana, y aunque el pecado traerÃa consigo inevitablemente el castigo. El mundo que resultó, aunque contiene mal, tiene un exceso más grande de bien sobre el mal que cualquier otro mundo posible; éste es, por consiguiente, el mejor de todos los mundos posibles y el mal que contiene no proporciona ningún argumento contra la bondad de Dios.
Bertrand Russell en su Historia de la FilosofÃa
LÃneas más adelante, el propio Russell, ridiculiza el argumento heredando la misma deliciosa ironÃa del Cándido deVoltaire:
Este argumento satisfizo evidentemente a la reina de Prusia. Sus siervos continuaron soportando el mal, mientras ella continuó disfrutando del bien, y era confortante el que un gran filósofo le asegurara que eso era justo y lÃcito
Y es que, este argumento, está lleno de graves problemas:
1. ¿Hay un número infinito de mundos posibles? Quiza las posibilidades son finitas. Pensemos, por ejemplo, que si existe un número finito de átomos, las combinaciones entre ellos para formar mundos, siendo altÃsimas, serán necesariamente finitas. ¿Cómo podemos saber eso?
2.La tesis “Un mundo es posible si no contradice las leyes de la lógica” contiene un posible error categorial. La contradicción es aplicable solamente a inferencias tal que un razonamiento como “Hoy llueve y hoy no llueve” es contradictorio. Entonces, ¿cómo aplicar el adjetivo contraditorio a algo que no sea una argumentación, algo como el Universo? ¿Puede haber un filete de ternera contradictorio?
3. Me repatean muchÃsmo las afirmaciones del tipo de que sólo hay bien porque existe el mal. Me recuerda a Hegel cuando decÃa que las botas del general en su avance, a veces, pisan alguna bella florecilla; afirmación que bien pudo justificar las millones de bajas del ejército prusiano en la Primera Guerra Mundial por avanzar unos pocos metros de terreno en Verdún o en el Somme. Entonces no busquemos construir un mundo sin sufrimiento, ya que este sufrimiento será necesario para que el mundo sea bueno. Un mundo con hambre, guerras y plagas será mejor, a fin de cuentas, que un mundo que no las tenga… Además si bien encontramos males que traen consigo bienes venideros, ¿no hay males que no traen consigo bien alguno? ¿Qué hay de bueno en el cáncer de Hitchens?
4. No veo la conexión lógica entre los bienes y los males. En el ejemplo del agua hay claridad, pero… ¿qué trae de bueno un terremoto que mata a miles de personas? A lo mejor, cuando ocurre, en otras partes del mundo pasan cosas buenas que equilibran la balanza. A lo mejor cuando alguien se cae y se parte una pierna a otro le toca la loterÃa. PodrÃa ser, pero esto nos llevarÃa a establecer causalidades mágicas, es decir, nos llevarÃa a afirmar que la rotura de una pierna causa que toque la loterÃa, lo cual no lleva más que a vivir en un mundo de fantasÃa (el mundo en el que viven los que creen que Dios puede mandarte un cáncer).
5. Que producir en mà el bien que me hace beber agua después de estar sediento en un dÃa caluroso haga necesario a un Dios omnipotente tener que necesitar el dÃa caluroso y la sed, dice muy poco a favor de su omnipotencia. ¿No podrÃa producir Dios en mà una sensación exactamente igual de buena que la que causa el agua después de estar sediento en un dÃa caluroso, sin sed ni calor? Dios parece tener menos poder que las sustancias psicotrópicas…
6. La idea de que la libertad del hombre es un bien tan grande que justifica la existencia de los males que el mismo hombre comete está muy bien pero, ¿no podrÃa Dios haber rebajado la peligrosidad del mismo hombre? ¿No podrÃa haber creado un mundo en el que el hombre, lo más malo que pudiera hacer con su libertad fuera insultar al vecino? No sé, creo que tenemos un sistema nervioso muy sensible al dolor… ¿no podrÃa Dios haberle bajado algunos decibelios?
7. Este argumento puede ser igual de verdadero a su inversa como nos cuenta de nuevo Russell:
Un maniqueo podrÃa replicarle que éste es el peor de los mundos posibles, en el que tas cosas buenas que existen sólo sirven para realizar los males. El mundo -podrÃa decir- fue creado por un demiurgo malvado, que permitió el libre albedrÃo, que es bueno, para estar seguro del pecado, que es malo, y cuyo mal supera al bien del libre albedrÃo. El demiurgo -podÃa continuar- creó algunos hombres virtuosos, con el fin de que pudieran ser castigados por los malos, pues el castigo del virtuoso es un mal tan grande que hace al mundo peor que si no existiera ningún hombre bueno.
No amigos, no hay ningún Dios que haya querido castigar a Hitchens por sus maldades, ni su cáncer va a traer a alguien bien alguno. Tener un cáncer es una tragedia que, por ningún bien venidero, es preferible a no tenerlo. La enfermedad se debe a un conjunto de causas biológicas que nuestros médicos  tratan de combatir cada dÃa (estos sà que son los que verdaderamente intentan de que el mundo sea más bueno que malo).  Y quien diga que a Hitchens o a su familia, ésto los va a unir más o los va a hacer más fuertes, o cosas por el estilo, no estará diciendo más que estupideces. El cáncer sólo los va hacer sufrir muchÃsimo y punto. A mà me encantarÃa más que a nadie que no fuera asà pero, salgamos ya de nuestro infantilismo, no lo es. Lo más que podemos hacer es mandarles ánimos y desearles que el trance sea lo menos doloroso posible.






























