LAS #RELIQUIAS Y LA IDOLATRÍA AYER Y HOY

Lunes 29 de agosto del 2011

Más de 90 ciudades mexicanas recibirán, en un lapso de 120 días, las reliquias del extinto Juan Pablo II. El recorrido de éstas por suelo mexicano inició el pasado 17 de agosto y culminará el próximo 15 de diciembre. El propósito: exponerlas a la veneración pública en las 80 Diócesis establecidas en nuestro país.





Se trata de una cápsula con sangre y una figura de cera del Papa, el hombre que ha sido señalado como el principal encubridor de los delitos de pederastia perpetrados por clérigos católicos, entre ellos Marcial Maciel, cuyas acciones criminales quedaron impunes gracias a la protección de aquél.

A pesar de esto, de un tiempo a la fecha, los jerarcas católicos de México intentan convertir a Juan Pablo II en héroe post mortem. Los siguientes datos lo demuestran: el domingo 8 de mayo, en la misa de gracias por la beatificación de Wojtyla, el cardenal Norberto Rivera dijo: "Precisamente en estos momentos, en que parece que nuestra patria no tiene futuro, no tiene salida de la violencia que nos agobia, debemos invocar al beato Juan Pablo II que tanto amó a nuestro país...".

Durante la misa realizada con motivo de la llegada de las reliquias papales a la Basílica de Guadalupe, el mismo clérigo suplicó al desaparecido Papa -no a Dios- lo siguiente: "Sabes bien lo que hora duele a los que habitamos estas tierras. En el pasado resonó tu palabra, has que tu valiosa intercesión alcance la serenidad y paz, reconciliación y amor, valentía y vigor para comprometernos con la patria en la transformación de la sociedad y en una familia cada vez más justa y fraterna".

Los miembros de la Iglesia que Cristo fundó fueron enseñados a poner su confianza en Dios, no en los santos ni en restos o pertenencias personales de éstos. Para los apóstoles, estos objetos inanimados carecían de movimiento y de poder. Por ello, ninguno de los enviados de Dios hizo jamás un llamado similar al de Norberto Rivera, pues sabían que las oraciones se dirigen a Dios, el único que puede salvar y realizar milagros.

El dogma de la comunión de los santos dio origen a herejías que terminaron por imponerse como verdades incuestionables en la Iglesia católica. Esta doctrina enseña, entre otras cosas, que "todas las personas que han sido redimidas y santificadas por la gracia de Cristo, estén en la tierra, en el cielo, o en el purgatorio, están unidas con Cristo su cabeza y todos entre sí". De aquí se deriva la idea de la existencia de tres Iglesias: la militante, la purgante y la triunfante, asegurando que entre estas tres existe una comunión, es decir, una comunicación de bienes: los santos del cielo protegen a los fieles de la tierra; éstos, a su vez, honran e invocan a los santos del cielo, y éstos y aquéllos alivian con sus oraciones a los justos que están en el purgatorio.

En virtud de ello, el catolicismo establece, en oposición a la doctrina cristiana, que "es lícito y provechoso venerar a los santos del cielo e invocar su intercesión". También enseña que "es lícito y provechoso venerar las reliquias de los santos".

Esta veneración, de ninguna manera puede ser provechosa, sino perjudicial, pues se trata de un acto de idolatría. El destacado periodista, Miguel Ángel Granados Chapa, al hablar de las reliquias que circulan por México, afirma: "Es imposible dejar de ver en esa veneración una suerte de idolatría. Ya bastante está infectada la práctica católica por esa grave deformación, como para alimentarla de ese burdo modo".

Jackson Spielvogel, en su obra "Historia Universal, Civilización de Occidente", afirma que "el énfasis en el papel de los santos estaba ligado al uso de reliquias, las cuales aumentaron notablemente en la plena Edad Media. Por lo general, las reliquias eran los huesos de los santos o algunos objetos íntimamente vinculados con ellos, y a los que el creyente consideraba dignos de veneración". Charles Hodge, tras aseverar que "la doctrina de los fraudes piadosos ha sido admitida y practicada por la Iglesia de Roma", afirma que dichos fraudes "son practicados no sólo en la exhibición de falsas reliquias, sino también en la falsa atribución a las mismas de poder sobrenatural" (Teología Sistemática).

Habrá que estar atentos y ver qué pasa con la sangre papal, pues el mercantilismo clerical puede ocasionar la multiplicación "milagrosa" de ésta, tal como ocurrió con la "leche de María". Malcolm Potts y Roger Short, autores de "Historia de la Sexualidad: Desde Adán y Eva", sostienen que "con la comercialización de las reliquias religiosas para su venta a los turistas peregrinos en la Edad Media, las ampolletas de leche de María pronto comenzaron a aparecer en los relicarios de toda la cristiandad". "Es tanta (escribió Juan Calvino) que si la Santa Virgen hubiese sido una vaca, o una ama de cría toda su vida, ni aun así habría logrado tanta productividad".

A la par, se multiplicaron otras reliquias: las astillas de la "verdadera cruz", las espinas de la corona de Jesús, los frascos con lágrimas de Cristo, los clavos de la cruz y prepucios milagrosos, etcétera, Todo esto alimentaba "un lucrativo negocio, para no decir nada de los engaños que los embaucadores religiosos llevaban a cabo, valiéndose de objetos recogidos en cualquier sitio y transformados por ejemplo en clavos de la cruz y pedazos de palo de ésta". Esto ocurrió en el pasado, pero la tendencia actual sigue siendo la misma: mantener al país en el oscurantismo, ¿lo permitiremos? 


FUENTE:
http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/s2781.htm



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