Las piezas lego de la naturaleza. La historia más extraña jamás contada. Parte 4.
Los quanta
En 1900 Max Planck habÃa mostrado que, cuando se hace vibrar mucho a los átomos, su energÃa sólo puede ser medida en unidades discretas, que se llamaron “quantaâ€. Es decir, la energÃa de un átomo y, por ende la de cualquier objeto, sólo puede ser un quanta, dos quanta,… pero nunca siete quanta y medio. Esto es extraño, siempre se habÃa pensado que la energÃa debÃa ser una magnitud siempre divisible. No es el caso. ¿Qué se le va a hacer?
Pero es que siguen las cosas extrañas. Recordemos las entradas anteriores con la aportación de Einstein con la explicación del fenómeno fotoeléctrico y la de Rutherford con su modelo de átomo. Pues bien, habÃa algo que no funcionaba. Si el electrón estaba dando vueltas alrededor del núcleo deberÃa perder energÃa hasta acabar cayendo sobre él, emitiendo un arco iris de colores (fotones) en su camino. Esto se derivaba de las ecuaciones de Maxwell del electromagnetismo y del fenómeno fotoeléctrico. Pero esto no ocurrÃa.
Para poner orden en todo esto, Bohr propuso su modelo de átomo.
Regla 1: Los electrones pueden orbitar sólo a ciertas distancias del núcleo.
Regla 2: Los átomos radian energÃa cuando saltan de una órbita de alta energÃa a una de baja energÃa y la absorben cuando hacen lo contrario.
Entre otras cosas, esto quiere decir que cuando un electrón pasa de una órbita a otra, lo hace sin pasar por ningún estadio intermedio.
Bohr y varios fÃsicos más fueron refinando este modelo hasta conseguir que se acomodara a las observaciones. Para ello propuso que las órbitas podÃan distinguirse por (i) la distancia al núcleo, (ii) su forma (iii) su inclinación (véase la imagen de arriba). Además, (iv) el electrón podÃa girar en un sentido o en otro (lo que se llama espÃn). AsÃ, a una distancia al núcleo pueden caber órbitas de varias formas e inclinaciones y con electrones girando en distintos sentidos. Lo que no puede ocurrir es que dos electrones estén en la misma órbita, con la misma forma, la misma inclinación y el mismo espÃn, todo igual a la vez, en el mismo átomo. Las distintas distancias están definidas por unos números, igual que las formas, las inclinaciones y los dos espines. Son los llamados números cuánticos.
Mis revueltas:
Ya llevamos acumuladas varias variables que se pensaban continuas (que podÃan tomar cualquier valor) y resultaron ser discretas (que solo pueden tomar determinados valores): la cantidad de energÃa que puede tener un objeto, la interacción entre electrones y fotones y las órbitas de los electrones. No sé si, llegados a este punto, los fÃsicos empezaron a sospechar que esta cuantificación de la naturaleza llegarÃa a todos los aspectos de la naturaleza, incluidas todas las partÃculas elementales y las propias magnitudes de espacio y tiempo.
Llevamos también acumulas varias situaciones extrañas en el mundo de las partÃculas elementales. El vacÃo que es, en realidad, la materia, la dualidad onda-partÃcula de la luz y los números cuánticos. Por extraño que fuera todo esto, lo extraño que todavÃa llegarÃa a ser el mundo de lo pequeño sà que no habÃa quien lo pudiera prever. Atentos a las siguientes entradas de esta historia más extraña jamás contada.