La religión no debe limitar la ciencia, dice 80% de los españoles
En España el 51% de los ciudadanos aceptan el Big-Bango como explicación del origen del universo.
Estados Unidos, al contrario que Europa, prefiere la explicación bÃblica a la cientÃfica.
Fuente: Periodista Digital
Ocho de cada diez españoles consideran que la religión no debe poner lÃmites a los avances de la ciencia, según un estudio de la Fundación BBVA realizado en diez paÃses europeos y Estados Unidos.
En el mismo, se afirma que casi la mitad de los ciudadanos de España (47%) creen que la ética tampoco debe confrontar con la investigación cientÃfica. El informe también apunta que la anestesia, la lavadora, los medios de transporte y la energÃa solar se sitúan entre los inventos más valorados de la era moderna.
En la primera parte del estudio se habÃa analizado el grado de conocimiento y cercanÃa a la ciencia en las distintas sociedades y ahora se trata de abordar la dimensión valorativa de esa cultura, incluyendo las percepciones y valoraciones acerca de la ciencia en conjunto, de las aplicaciones tecnológicas derivadas de la misma, las posibles tensiones entre la ciencia y la religión, asà como las expectativas acerca de la ciencia en el medio plazo.
Los ciudadanos de todos los paÃses valoran positivamente el papel de la ciencia y la tecnologÃa como motor del progreso, su contribución a la mejora de la salud, la cultura, la forma de entender el mundo y la reducción de temores del pasado. No obstante, las percepciones están divididas respecto a la idea de que «la ciencia tiene respuestas para todos los grandes problemas».
Los españoles se acercan a la media europea en la percepción de las fortalezas de la ciencia, destacando por la valoración que hacen de su papel en la mejora de la salud -una valoración de 7,9 sobre 10- y su contribución a la cultura de la sociedad -valorada con un 7,3-.
La mayorÃa en todos los paÃses se muestra en desacuerdo con que la ciencia «perjudica más que beneficia al medio ambiente», pero eso no supone dar «carta blanca» a la modificación del medio natural por los cientÃficos, ya que prevalece el acuerdo respecto a que «los cientÃficosno deberÃan cambiar el funcionamiento de la naturaleza». En cambio, los ciudadanos están divididos a la hora de valorar si la ciencia afecta negativamente a la religión.
Al valorar las aplicaciones cientÃficas y tecnológicas que hicieran posible la mejora de la vida de las personas en los próximos 25 años, la energÃa solar, los ordenadores e internet son las que generan expectativas más positivas en todos los paÃses (el 88%, el 73% y el 67% de los europeos creen que mejorarán nuestra vida respectivamente).
La nanotecnologÃa es la aplicación sobre la que existe mayor desconocimiento, aunque con diferencias notables por paÃses. Mientras que la mitad de los españoles, el 40% de los polacos y el 37% de los británicos no sabe cuál pueda ser el efecto que podrá tener en nuestras vidas en los próximos 25 años la nanotecnologÃa, sólo el 16% de los holandeses y el 13% de los daneses no se pronuncian sobre esta cuestión. En el resto de paÃses el porcentaje se sitúa entre el 20% y el 30% de no-respuesta.
Los españoles destacan por su optimismo relativo hacia el conjunto de las aplicaciones. Se muestran especialmente favorables (muy por encima de la media europea) respecto a los efectos de las nuevas tecnologÃas en nuestra vida: el 87%, el 83% y el 82% creen que los ordenadores, Internet y la telefonÃa móvil respectivamente mejorarán nuestra vida en los próximos 25 años, frente a la media europea de 73%, 67% y 61%. Más del 70% de los estadounidenses y de los europeos (el 73% en España) creen que en 25 años la ciencia podrá curar la mayorÃa de los tipos de cáncer, y en torno al 60% piensa que la ciencia hará posible eliminar antes de nacer los principales factores genéticos responsables de enfermedades graves (el 69% en España).
De los inventos presentados en seis áreas (telecomunicaciones, vida cotidiana, salud, transporte, biotecnologÃa y energÃa), los vinculados con el transporte son los mejor valorados, seguidos por los de salud. La valoración de las innovaciones en biotecnologÃa son las que suscitan más reservas, sobre todo, en Europa, siendo algo más moderadas en Estados Unidos.
En concreto, los inventos que se sitúan en la parte más alta de la valoración positiva en cada área son la lavadora, la anestesia, la bicicleta y la energÃa eléctrica producida por el sol. En el otro extremo, los pesticidas, la modificación genética de animales y la clonación de animales son las que obtienen las valoraciones más negativas.
La valoración que realizan los españoles sobre los distintos inventos tiende a superar la obtenida en la media europea. En la presentación del informe, Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, explicó que esta baja estima a la clonación o modificación genética de alimentos se debe a que las personas valoran los patrones de la naturaleza, y por esto no piensan que deban hacerse modificaciones radicales de la misma.
La mayorÃa de los ciudadanos de las 11 sociedades examinadas cree que la ética deberÃa poner lÃmites a los avances cientÃficos (el 54% en la media europea). Los españoles, junto con los holandeses, son los únicos que están más divididos: el 41% de los españoles cree que la ética deberÃa poner lÃmites a los avances cientÃficos frente al 47% que cree que no deberÃa hacerlo. Esta importancia laxa a la ética en los españoles, explica Pardo se debe en gran medida a dos factores: desconocimiento y sentido práctico de la ciencia. «En España la comprensión de la ciencia no es mucha en comparación con otros paÃses europeos. Entonces, ¿cómo la evalúa? Por el valor que tiene la ciencia en la vida cotidiana», ha señalado Pardo, que apunta que los españoles relacionan la ciencia al progreso y a la mejora de patrones de la calidad de vida. «En ese sentido todo lo que limite ese avance lo ven como negativo. La imagen de la ciencia es menos sofisticada que en otros paÃses», resume el director de la Fundación BBVA.
Cuando se trata de la religión, predomina en todos los paÃses la percepción de que la religión no deberÃa poner lÃmite a los avances cientÃficos (el 72% en la media europea y el 80% en España). En cuanto al origen y evolución de los seres humanos, en Europa predomina claramente la explicación cientÃfica (el 64%), mientras que en Estados Unidos una mayorÃa que cree que Dios creó a los seres humanos más o menos con su forma actual. Los españoles se sitúan muy cercanos a la media europea, con un 65%. Asimismo, respecto al origen del universo, en Europa (52%) prevalece la explicación cientÃfica (Big-Bang) del origen del universo, situándose los españoles cerca de la media, con el 51%. De nuevo aquà los estadounidenses se diferencian y un 59% piensa que fue un acto de Dios. En el caso de los Estados Unidos se puede apreciar como contradictorio ya que es un paÃs con gran avance tecnológico y gran cantidad de investigaciones y publicaciones cientÃficas. Sin embargo, su población aún concibe como verdadera la teorÃa creacionista y que Dios creo a los seres humanos.
Rafael Pardo explica que EE.UU es catalogado como paÃs desarrollado por su actividad comercial, pero tiene caracterÃsticas de paÃses subdesarrollados como el fuerte apego a la religión o el patriotismo. Atañe esta creencia religiosa a la proliferación de religiones con una interpretación literal de la Biblia. Por lo tanto la comunidad «trata de evitar la disonancia cognitiva, excluyendo la teorÃa de la creación de dominio de la ciencia».
Ocho de cada diez españoles consideran que la religión no debe poner lÃmites a los avances de la ciencia, según un estudio de la Fundación BBVA realizado en diez paÃses europeos y Estados Unidos.
En el mismo, se afirma que casi la mitad de los ciudadanos de España (47%) creen que la ética tampoco debe confrontar con la investigación cientÃfica. El informe también apunta que la anestesia, la lavadora, los medios de transporte y la energÃa solar se sitúan entre los inventos más valorados de la era moderna.
En la primera parte del estudio se habÃa analizado el grado de conocimiento y cercanÃa a la ciencia en las distintas sociedades y ahora se trata de abordar la dimensión valorativa de esa cultura, incluyendo las percepciones y valoraciones acerca de la ciencia en conjunto, de las aplicaciones tecnológicas derivadas de la misma, las posibles tensiones entre la ciencia y la religión, asà como las expectativas acerca de la ciencia en el medio plazo.
Los ciudadanos de todos los paÃses valoran positivamente el papel de la ciencia y la tecnologÃa como motor del progreso, su contribución a la mejora de la salud, la cultura, la forma de entender el mundo y la reducción de temores del pasado. No obstante, las percepciones están divididas respecto a la idea de que «la ciencia tiene respuestas para todos los grandes problemas».
Los españoles se acercan a la media europea en la percepción de las fortalezas de la ciencia, destacando por la valoración que hacen de su papel en la mejora de la salud -una valoración de 7,9 sobre 10- y su contribución a la cultura de la sociedad -valorada con un 7,3-.
La mayorÃa en todos los paÃses se muestra en desacuerdo con que la ciencia «perjudica más que beneficia al medio ambiente», pero eso no supone dar «carta blanca» a la modificación del medio natural por los cientÃficos, ya que prevalece el acuerdo respecto a que «los cientÃficosno deberÃan cambiar el funcionamiento de la naturaleza». En cambio, los ciudadanos están divididos a la hora de valorar si la ciencia afecta negativamente a la religión.
Al valorar las aplicaciones cientÃficas y tecnológicas que hicieran posible la mejora de la vida de las personas en los próximos 25 años, la energÃa solar, los ordenadores e internet son las que generan expectativas más positivas en todos los paÃses (el 88%, el 73% y el 67% de los europeos creen que mejorarán nuestra vida respectivamente).
La nanotecnologÃa es la aplicación sobre la que existe mayor desconocimiento, aunque con diferencias notables por paÃses. Mientras que la mitad de los españoles, el 40% de los polacos y el 37% de los británicos no sabe cuál pueda ser el efecto que podrá tener en nuestras vidas en los próximos 25 años la nanotecnologÃa, sólo el 16% de los holandeses y el 13% de los daneses no se pronuncian sobre esta cuestión. En el resto de paÃses el porcentaje se sitúa entre el 20% y el 30% de no-respuesta.
Los españoles destacan por su optimismo relativo hacia el conjunto de las aplicaciones. Se muestran especialmente favorables (muy por encima de la media europea) respecto a los efectos de las nuevas tecnologÃas en nuestra vida: el 87%, el 83% y el 82% creen que los ordenadores, Internet y la telefonÃa móvil respectivamente mejorarán nuestra vida en los próximos 25 años, frente a la media europea de 73%, 67% y 61%. Más del 70% de los estadounidenses y de los europeos (el 73% en España) creen que en 25 años la ciencia podrá curar la mayorÃa de los tipos de cáncer, y en torno al 60% piensa que la ciencia hará posible eliminar antes de nacer los principales factores genéticos responsables de enfermedades graves (el 69% en España).
De los inventos presentados en seis áreas (telecomunicaciones, vida cotidiana, salud, transporte, biotecnologÃa y energÃa), los vinculados con el transporte son los mejor valorados, seguidos por los de salud. La valoración de las innovaciones en biotecnologÃa son las que suscitan más reservas, sobre todo, en Europa, siendo algo más moderadas en Estados Unidos.
En concreto, los inventos que se sitúan en la parte más alta de la valoración positiva en cada área son la lavadora, la anestesia, la bicicleta y la energÃa eléctrica producida por el sol. En el otro extremo, los pesticidas, la modificación genética de animales y la clonación de animales son las que obtienen las valoraciones más negativas.
La valoración que realizan los españoles sobre los distintos inventos tiende a superar la obtenida en la media europea. En la presentación del informe, Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA, explicó que esta baja estima a la clonación o modificación genética de alimentos se debe a que las personas valoran los patrones de la naturaleza, y por esto no piensan que deban hacerse modificaciones radicales de la misma.
La mayorÃa de los ciudadanos de las 11 sociedades examinadas cree que la ética deberÃa poner lÃmites a los avances cientÃficos (el 54% en la media europea). Los españoles, junto con los holandeses, son los únicos que están más divididos: el 41% de los españoles cree que la ética deberÃa poner lÃmites a los avances cientÃficos frente al 47% que cree que no deberÃa hacerlo. Esta importancia laxa a la ética en los españoles, explica Pardo se debe en gran medida a dos factores: desconocimiento y sentido práctico de la ciencia. «En España la comprensión de la ciencia no es mucha en comparación con otros paÃses europeos. Entonces, ¿cómo la evalúa? Por el valor que tiene la ciencia en la vida cotidiana», ha señalado Pardo, que apunta que los españoles relacionan la ciencia al progreso y a la mejora de patrones de la calidad de vida. «En ese sentido todo lo que limite ese avance lo ven como negativo. La imagen de la ciencia es menos sofisticada que en otros paÃses», resume el director de la Fundación BBVA.
Cuando se trata de la religión, predomina en todos los paÃses la percepción de que la religión no deberÃa poner lÃmite a los avances cientÃficos (el 72% en la media europea y el 80% en España). En cuanto al origen y evolución de los seres humanos, en Europa predomina claramente la explicación cientÃfica (el 64%), mientras que en Estados Unidos una mayorÃa que cree que Dios creó a los seres humanos más o menos con su forma actual. Los españoles se sitúan muy cercanos a la media europea, con un 65%. Asimismo, respecto al origen del universo, en Europa (52%) prevalece la explicación cientÃfica (Big-Bang) del origen del universo, situándose los españoles cerca de la media, con el 51%. De nuevo aquà los estadounidenses se diferencian y un 59% piensa que fue un acto de Dios. En el caso de los Estados Unidos se puede apreciar como contradictorio ya que es un paÃs con gran avance tecnológico y gran cantidad de investigaciones y publicaciones cientÃficas. Sin embargo, su población aún concibe como verdadera la teorÃa creacionista y que Dios creo a los seres humanos.
Rafael Pardo explica que EE.UU es catalogado como paÃs desarrollado por su actividad comercial, pero tiene caracterÃsticas de paÃses subdesarrollados como el fuerte apego a la religión o el patriotismo. Atañe esta creencia religiosa a la proliferación de religiones con una interpretación literal de la Biblia. Por lo tanto la comunidad «trata de evitar la disonancia cognitiva, excluyendo la teorÃa de la creación de dominio de la ciencia».