La banana y el “Principio antrópico”

El Principio Antrópico es un intento más de plantear la necesidad de un diseñador para el universo. En alguna de sus formas, podría decirse que hasta es un “buen intento”. Básicamente sostiene que ciertas condiciones en el universo parecen ajustadas muy finamente para permitir la vida, y que otras condiciones ligeramente distintas no lo hubieran hecho. Por supuesto, de esto siguen la necesidad de un “ajustador de condiciones finas” que no es otro más que el dios en el que cada uno cree.

Los expertos suelen dividir el Principio Antrópico en dos, llamados “P. A. Fuerte” y “P. A. Débil”. Dejo tres links que se dedican a hablar sobre ellos y los recomiendo, especialmente el primero.

La intención de esta entrada es mostrar una tercera definición del P.A., cuyo nombre no me atrevo a proponer, y que se ilustra bastante claramente en este video (conocido dentro de nuestro ambiente, en su versión inglesa, y traducido para alegría de los “monolingües”).

No puedo evitar relacionar la idea del video, con un argumento que leí hace algún tiempo en internet, y que lamentablemente no pude encontrar ahora para enlazar. Espero ser fiel a la idea, que decía algo así: “La prueba irrefutable de la existencia del un creador, esta en la longitud de las patas del caballo. Los caballos tienen el largo de sus patas ajustadas de manera exactamente igual a la distancia que hay entre su cuerpo y el suelo. Si fueran apenas mas largas, sus patas se doblarían e incluso quebrarían. Y si fueran más cortas, no podrían llegar al suelo. Sin embargo, nada de esto sucede y las medidas son exactamente las apropiadas de entre infinitos valores posibles. La probabilidad de que esto suceda por simple azar es despreciable, por lo que se necesita un diseñador inteligente para explicar este hecho. Y ese diseñador es Dios”.

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