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EspaÃ±a es menos catÃ³lica

7 de August del 2011 Blogs colaboradores

sÃ bado 6 de agosto del 2011

REPORTAJE: Ante la visita de Ratzinger

La proporciÃ³n de creyentes baja al 71,7%, diez puntos menos que hace una dÃ©cada, y cae al 56% entre los mÃ¡s jÃ³venes - Cuanto mayor es la formaciÃ³n acadÃ©mica, menor es la religiosidad

Las cosas ya no son como Dios manda, creen Manuel y MarÃa. Se casaron por la iglesia a mediados del siglo pasado y bautizaron a sus tres hijos, educados en colegios religiosos. Dos tuvieron boda ante el altar en los ochenta y la Ãºltima, en el juzgado y cuando vivÃa con el novio, ya en los noventa. Bautismo para los tres nietos y primera comuniÃ³n solo para dos. De estas tres generaciones entre los 15 y los 82 aÃ±os, los abuelos son los Ãºnicos que cada domingo van a misa. "Es lo que hay en estos tiempos", resume la abuela MarÃa.

Ese lo que hay, se corresponde en buena medida con lo que ha pasado en esta familia madrileÃ±a que silencia apellidos. Y es que la EspaÃ±a que va a visitar por tercera vez el papa Benedicto XVI, antaÃ±o reserva espiritual de Occidente, se seculariza con rapidez. Los catÃ³licos siguen siendo una mayorÃa clara, pero mengua cada aÃ±o: el 71,7% de los espaÃ±oles se declaran ahora como tales, frente al 82,1% en 2001. MÃ¡s de diez puntos de caÃda en una dÃ©cada. Los ateos y los no creyentes ya son uno de cada cuatro ciudadanos: se han encaramado al 24,3% frente al 14,6% de 2001, segÃºn el Centro de Investigaciones SociolÃ³gicas (CIS). El resto cree en otra religiÃ³n (2,4%) o no contesta.

"En nuestra iglesia sobre todo hay gente mayor y algunos niÃ±os. Apenas se ven personas de otras generaciones", describe MarÃa tras recordar cÃ³mo rebosaban unos templos donde ahora ralean los fieles en el mediodÃa dominical. Los nÃºmeros del CIS respaldan su observaciÃ³n: la creencia en el catolicismo desciende drÃ¡sticamente con la edad. Por encima de los 65 aÃ±os, nueve de cada 10 espaÃ±oles se confiesan creyentes y la proporciÃ³n cae hasta el 56,8% entre quienes tienen entre 18 y 24 aÃ±os, segÃºn el barÃ³metro de julio pasado. El retrato ofrece otros elementos: a mayor formaciÃ³n, menor creencia (50,2% de creyentes con estudios superiores) y mayor secularizaciÃ³n en las grandes ciudades (53% de creyentes) que en el campo (ocho de cada diez). Las mujeres mantienen mas de la fÃ¨.

Aunque maneja datos algo mÃ¡s favorables, la jerarquÃa catÃ³lica toma nota de la creciente caÃda de fieles. "De forma paulatina y en ocasiones preocupante, la sociedad espaÃ±ola vive un claro proceso de secularizaciÃ³n", afirma JesÃºs de las Heras, director de la revistaEcclesia, de la Conferencia Episcopal. El fenÃ³meno es amplio "sobre todo en las generaciones jÃ³venes", puntualiza.

A veces, Manuel y MarÃa se preguntan quÃ© ha pasado, pero no se les ocurre hacerlo en las comidas familiares, el rito dominical que mantienen las tres generaciones tras la deserciÃ³n de hijos y nietos de la misa dominical: la religiÃ³n es una cuestiÃ³n privada y la mesa solo se bendice en Nochebuena.

"Las causas de la secularizaciÃ³n son variadas y complejas", analiza el sacerdote De las Heras. "En parte, la sociedad se ha olvidado del mÃ¡s allÃ¡, de la trascendencia. Con el desarrollo econÃ³mico, ha sustituido los bienes espirituales por los materiales y se ha apartado de la fe". A eso se aÃ±ade "la ausencia generalizada de Dios en la sociedad que presentan el mundo mediÃ¡tico y el de la cultura", afirma.

SÃ, de Dios no se habla mucho en la tele. Y encima, la guinda de las polÃticas laicistas del Gobierno de Zapatero (matrimonio entre personas homosexuales, la agilizaciÃ³n del divorcio, el apoyo a la diversidad familiar...), destacan varios interlocutores. "Sin duda han minado, como una lluvia fina, al dar normalidad a lo que estÃ¡ fuera de la doctrina y el magisterio de la Iglesia", detalla De las Heras. "La secularizaciÃ³n es buena, como planteÃ³ el Concilio Vaticano II, pero la laicidad se ha teÃ±ido de anticlericalismo y no se puede relegar la religiÃ³n a la sacristÃa, porque es una faceta humana mÃ¡s", afirma un veterano jesuita que pide anonimato.

Desde la iglesia de base, Javier Baeza, pÃ¡rroco combativo en un barrio duro de Madrid y ahora implicado en el movimiento 15-M, ve las cosas de otra manera. "La desafecciÃ³n religiosa en general tiene que ver con la tradiciÃ³n de una cultura religiosa culpabilizadora, basada en el pecado y en la maldad del ser humano". A este poso, que ahora se rechaza, suma otros dos elementos: "Una jerarquÃa fuera de cobertura, cada vez mÃ¡s alejada de la realidad del pueblo y que choca con la Iglesia mÃ¡s combativa" y una sociedad mÃ¡s interesada en el bienestar que en el compromiso. AdemÃ¡s, estÃ¡ el mensaje moral que transmite la jerarquÃa, "cerrado y pueril". "La gente en general cree en Dios, pero pierde fe en la jerarquÃa", apostilla el jesuita. La Conferencia Episcopal rechazÃ³ dialogar con EL PAÃS para este reportaje.

Con su punto de vista laico, el catedrÃ¡tico de SociologÃa Alfonso PÃ©rez-Agote, de la Universidad Complutense, mira hacia atrÃ¡s. "En los aÃ±os setenta pasamos de ser un paÃs catÃ³lico a ser un paÃs de cultura catÃ³lica. Hubo un desinterÃ©s progresivo y bajÃ³ la prÃ¡ctica religiosa. Ahora se estÃ¡ rompiendo con eso, sobre todo los jÃ³venes", explica este investigador. Para muestra, varios botones: las bodas civiles superan a las religiosas desde 2009 -"el sacramento ahora es la hipoteca", ironiza el sociÃ³logo- y uno de cada tres bebÃ©s es extramatrimonial, una proporciÃ³n similar a la de reciÃ©n nacidos que no se bautizan. "Lo que queda ahora es una religiosidad Ãntima que ya no es religiÃ³n y que no pasa por ninguna instituciÃ³n en particular", prosigue PÃ©rez-Agote. Un divorcio que Ã©l ve alentado por la escasa confianza de los espaÃ±oles en la Iglesia catÃ³lica. "Â¿CÃ³mo va a tener atractivo para los jÃ³venes una instituciÃ³n no democrÃ¡tica que deja fuera a las mujeres porque no pueden tener responsabilidades y que tiene planteamientos muy tradicionales sobre sexualidad, familia, preservativos, muerte digna y sobre todos los problemas candentes del siglo XXI?", se pregunta.

Pero no, los tiros no van por la puesta al dÃa de la doctrina. "La Iglesia es consciente de la seriedad de algunos de sus planteamientos morales, pero propone su doctrina convencida de que refleja la verdad", afirma De las Heras. El "atractivo de la Iglesia" no vendrÃ¡ de una "rebaja" de su doctrina.

AsÃ las cosas, corren tiempos de "apostasÃa silenciosa", como dice el director de Ecclesia. "No es agresiva ni combativa" y lleva a una cierta "religiosidad a la carta" que no es "despreciable" y que convive con el desconocimiento de la doctrina e incluso de la cultura catÃ³lica.

"A la carta", segÃºn De las Heras, o "Ãntima", segÃºn PÃ©rez-Agote, la religiosidad que ha seguido a la religiÃ³n tiene un termÃ³metro en misas y otros sacramentos, esos ritos que acompaÃ±an la vida de los creyentes. El CIS muestra una creciente brecha entre creencia y prÃ¡ctica religiosa. Del 71,7% de los ciudadanos que se declaran creyentes, el 13% va a misa casi todos los domingos y el 2,7% varias veces por semana. En 2001 eran el 19% y 2,9% respectivamente. La mayorÃa incumple el precepto de la misa dominical.

Ahora, seis de cada 10 catÃ³licos no pisa "casi nunca" la iglesia, si se descuentan las citas con cariz social (bodas, bautizos, funerales, comuniones). Y aunque algÃºn sacerdote regaÃ±e a los fieles que, como alguno de los hijos de Manuel y MarÃa, no contestan u olvidan arrodillarse, otros intentan ganarlos para la causa, reavivar ese fondo de fe que quizÃ¡ quede. Evangelizar es su tarea, aunque EspaÃ±a deje, poco a poco, de ser catÃ³lica.

La religiÃ³n como 'gran movida'

Planes pastorales para intentar atajar la secularizaciÃ³n en el dÃa a dÃa y grandes actos masivos y mediÃ¡ticos con el Papa de protagonista. Es la receta de la Conferencia Episcopal para los tiempos que corren. De ahÃ "la gran movida de la Jornada Mundial de la Juventud", como dice el sacerdote JesÃºs de las Heras, director de la revista del episcopado, Ecclesia. "No echamos la casa por la ventana sin mÃ¡s, por afÃ¡n de espectÃ¡culo, sino que somos conscientes de que tenemos un desafÃo al que responder. Queremos dejar patente que la Iglesia quiere a los jÃ³venes y que los jÃ³venes han de querer a la Iglesia", afirma. Son los mÃ¡s desafectos.

Las jornadas, del 16 al 21 de este mes, contarÃ¡n a partir del dÃa 18 con la presencia de Benedicto XVI en Madrid. SerÃ¡ la octava visita de un Papa a EspaÃ±a (las cinco primeras fueron obra de Juan Pablo II entre 1982 y 2003). Aunque estos viajes no han frenado la desafecciÃ³n religiosa, en medios eclesiÃ¡sticos creen que son una buena inyecciÃ³n de optimismo para unos creyentes rearmados frente al laicismo creciente.

Hay quien asegura que la presencia papal se traduce en vocaciones. Pero los seminarios siguen semivacÃos: 1.265 alumnos repartidos en 79 centros en el Ãºltimo curso, cuando entraron 245 estudiantes nuevos, abandonaron 124 y se ordenaron 162.