Entrevista a un ateo en Arabia Saudita
En momentos en los que ser ateos en Arabia Saudita, la cuna del islam, es sinónimo de ser terrorista, donde la policÃa religiosa husmea la vida de los saudÃes para castigar cualquier conducta contraria al islam, el ateÃsmo se abre paso de manera clandestina. Internet ha sido una herramienta importante, asà como los reciente libros de Dawkins, Hitchens y otros.
Entrevista realizada por William Bauer
Publicada por el diario Your Middle East
«Por favor, tenga en cuenta, que hay una caza de brujas contra nosotros... asà que tenga cuidado con los detalles que revela», comienza Jabir. Tiene razón para estar preocupado, porque él es un ateo en un paÃs donde defender creencias distintas al Islam sunnita puede acarrear prisión, ser posiblemente torturado, y con una teórica posibilidad de ejecución.
Entrevista realizada por William Bauer
Publicada por el diario Your Middle East
«Por favor, tenga en cuenta, que hay una caza de brujas contra nosotros... asà que tenga cuidado con los detalles que revela», comienza Jabir. Tiene razón para estar preocupado, porque él es un ateo en un paÃs donde defender creencias distintas al Islam sunnita puede acarrear prisión, ser posiblemente torturado, y con una teórica posibilidad de ejecución.
Aunque Jabir no es su verdadero nombre, aún desconfÃa de expresar públicamente sus puntos de vista. Arabia Saudà es un entorno altamente hostil para expresar creencias religiosas no islámicas, por no hablar de la incredulidad. De hecho, para muchos saudÃes, el ateÃsmo —mulhad en árabe- es mucho más inquietante que creer en otra religión diferente. El ateÃsmo, como sostienen muchos clérigos en Arabia SaudÃ, conduce a una vida disoluta, aventuras carnales, conductas inmorales y, en última instancia, a la condenación eterna.
Los ateos son retratados en los medios oficiales saudÃes como una amenaza existencial y de corrupción para la sociedad. Un clérigo incluso habló recientemente de una: «oleada de ateÃsmo que azota el paÃs». Es muy poco probable que esto ocurra, pero demuestra el temor persistente a los ateos y asegura que ningún saudà exprese esta creencia abiertamente.
Jabir tiene unos veinte años, y se graduó con éxito en una prestigiosa universidad saudÃ. SolÃa ser muy religioso, asistÃa regularmente a las clases de Corán de su escuela, y no escuchó música hasta su adolescencia. Pero en sus últimos años de escuela, todo esto cambió.
«Me di cuenta que algunas de las enseñanzas y reglas religiosas no tenÃan sentido. Asà que empecé a hacer preguntas acerca de detalles pequeños, como por qué la música es Haram (prohibido) o por qué las mujeres tienen que cubrirse el rostro. Entonces empecé a leer sobre la forma en que los textos islámicos y el Hadith se escribieron... Yo tenÃa un grupo de amigos que nos gustaba hablar de libros en nuestras frecuentes reuniones... Después de un tiempo llegué a creer que toda las religiones no son más que invenciones humanas para luchar contra la realidad e imponer un orden».
Citando obras clave de pensadores musulmanes y árabes, asà como de autores como Richard Dawkins, Christopher Hitchens y Sam Harris, Jabir explica que adquirir estos libros es muy difÃcil. A menudo, tiene que pasarlos de contrabando en Arabia SaudÃ. «Por lo general obtenÃa algunas copias de libros en inglés que nadie entendÃa. Tuve que esconder Dios no es bueno en una bolsa a medida para poder pasar la aduana, ya que era demasiado evidente...»
Los libros de ateÃsmo deben ingresar a Arabia Saudita de contrabando. |
Cuando se le pregunta si mantener tales puntos de vista lo aislaba, responde con seguridad: «Desde mi propia experiencia, fue muy fácil. Es importante destacar que un grupo cercano a mà de compañeros del colegio abandonó igual que yo la fe islámica. Cuando acabé la carrera, me fui a trabajar, al igual que la mayorÃa de mis amigos, a diferentes ciudades. Esto me fue fácil para conocer otros grupos racionalistas y ateos en cada una de las ciudades que estuve.»
En los últimos diez años, los nuevos medios de comunicación han abierto las puertas a mucha gente del paÃs. Ya se trate de un joven saudà en busca de amor, un analista polÃtico en ciernes impedido a debatir públicamente, un experimentado escritor en busca de público, o un ateo en búsqueda de almas gemelas, Internet ofrece posibilidades para todos. «Facebook y Twitter hacen que sea fácil encontrar personas que debaten y se interesan por los valores seculares. Nosotros, los "no creyentes" hacemos reuniones y tenemos grupos en varias ciudades saudÃes. A pesar de lo difÃcil que es conocerlos, si usted entra en uno de ellos, se sorprenderá, entonces, por la cantidad y los sectores de la sociedad allà representados», dice Jabir.
No es sólo el hecho de que haya otra gente como él, lo que sorprendió a Jabir. «Me quedé muy sorprendido al conocer a personas mayores de cuarenta y cincuenta años que ocultaron su ateÃsmo durante décadas. Me dijeron que sólo con la generación joven actual habÃan encontrado a otras personas que piensan igual que ellos y fuesen capaces de encontrar grupos en los que poder hablar y debatir sobre sus ideas.» Jabir cortésmente objeta cuando se le pregunta acerca de los antecedentes de estas personas, la confidencialidad y el secretismo son muy acentuados en el entorno ateo de Arabia SaudÃ.
En la total clandestinidad se vive el ateÃsmo en Arabia Saudita. |
Sin embargo, las consecuencias de ser descubiertos como ateos serÃan terribles para Jabir o cualquiera de sus compañeros. «Si alguien declarase que no es creyente, al margen de si el gobierno tomase medidas o no, quedarÃa aislado por la familia, serÃa despedido de su puesto de trabajo, la gente en todas partes hablarÃa mal de él y advertirÃan a otros sobre él. Y serÃa muy probable que le agredieran fÃsicamente, e incluso matarlo.»
Aunque la visión de Jabir es profundamente deprimente, es innegable que Arabia Saudà está cambiando. Con una población en auge, el aumento del desempleo, la caÃda de los ingresos por la venta de petróleo, Internet en constante crecimiento y la expansión social de los medios de comunicación, el paÃs se enfrenta a tiempos de cambio e inestabilidad. Se podrÃa transformar en una sociedad más libre y más tolerante con los diferentes puntos de vista e ideas dentro de sus comunidades.
Sin embargo, también puede ser que el sistema polÃtico reaccione ante estas nuevas circunstancias, con mayores restricciones sociales y religiosas. Para Jabir serÃa una auténtica pesadilla cuando el relativamente reformista rey Abdalá muera y viniese un nuevo monarca que permita a la policÃa religiosa y a ciertos sectores sociales saudÃes iniciar una agresiva caza de brujas contra los «no creyentes».
Le pregunto por qué sigue aferrándose a sus opiniones, en ésta, la más peligrosa de las sociedades: «Como persona, nunca me imaginé que estarÃa en paz conmigo mismo y con mi visión de la vida como siento ahora. Mis nuevos puntos de vista sobre el poder supremo, el más allá, la fe y la religión, se han transformado gradualmente a lo largo de años de lectura y búsqueda de la autosatisfacción. Sin embargo, como saudÃ, me siento como si hubiera nacido en el lugar equivocado.»
Y para acabar dice: «¿No es un derecho fundamental de los seres humanos creer o no creer libremente? Sé que esto es sólo un sueño en Arabia SaudÃ, pero esto no cambia el hecho de que la gente tenga diferentes puntos de vista y creencias, lo permita o no la sociedad.»