Entendiendo lo que es el Laicismo

Gran revuelo ha causado la solicitud de la Asociación de Ateos de Pereira de que se retiren las capillas católicas de la Gobernación de Risaralda, la terminal de Pereira y las alcaldías de Pereira y Dosquebradas. A la fecha, la alcaldía de este último decidió retirar las imágenes católicas de su capilla para convertirlo en un oratorio neutro. En las columnas del sacerdote Diego Augusto Arcila en El Diario del Otún y del padre “Pacho” en LaTarde dejan ver su molestia con el reclamo y arremeten contra el laicismo.

(Ver: Los tales ateos no existen por Diego Arcila)


A la Iglesia Católica le molesta que Colombia sea un Estado Laico. De ser la religión oficial del país en la Constitución de 1886 pasó a ser una religión en iguales condiciones a las otras reconocidas: mormones, adventistas, pentecostales, Hare Krisna…, etc. Una cifra que pasa las 5500 según registros del Ministerio del Interior.

Hablar de Estado Laico es hablar de un Estado neutral. Un Estado que entiende que el país es plural en materia religiosa, tan plural que hay quienes no creen que Jesús sea dios, como los judíos, musulmanes e hinduistas; hay quienes dudan de la hipótesis de dios: los agnósticos; y quienes consideran que la hipótesis de dios no tiene sustento alguno: los ateos.

Es en este contexto donde se enmarca la más reciente acción de la Asociación de Ateos de Pereira. Ya la Corte Constitucional declaró que Colombia es un Estado Laico y esto conlleva a  que las entidades del Estado sean neutrales frente a todo credo. Cabe aclarar que no hay un “laicismo extremo” como varios líderes religiosos pregonan, así como no hay un “Estado de derecho extremo”. Simplemente se debe garantizar la separación entre política y religión.

Oratorio de la Alcaldía de Dosquebradas sin imágenes católicas.
Una capilla con un Cristo crucificado e imágenes de la virgen tiene de poco “neutral frente a todo credo”. Allí no se sentiría bien para orar un evangélico o un adventista porque hay imágenes prohibidas por su religión, tampoco un musulmán que no cree que Jesús sea dios, ni entraría a reflexionar un agnóstico.

Es por esto que la decisión de retirar las imágenes católicas del oratorio de la alcaldía de Dosquebradas va en camino a la neutralidad que la Constitución promulga. En ningún momento se está prohibiendo el derecho de culto de los católicos. Simplemente se recuerda que lo público no está ligado, endosado o privilegiando al catolicismo. ¿Es muy difícil entenderlo?

El padre Pacho confunde la asistencia religiosa a la que tienen derecho los presos y enfermos con el otorgamiento de privilegios a la iglesia vaticana. ¿Qué pasaría si los budistas piden una imagen de Buda junto a la de la Virgen del Carmén? De seguro no le gustará al sacerdote. Allí se evidenciaría que ellos desean “halar para su propio lado”

“Hoy se quiere hablar de pensamiento laico, moral laica, ciencia laica, política laica…” se queja el padre Pacho. ¡Y sin duda! Justamente la humanidad llegó a entender que la separación entre política y religión es lo más conveniente después de años de matanzas entre católicos y hugonotes, entre católicos y luteranos, entre anglicanos y católicos, después del Índice de Libros Prohibidos, la matanza de albigeneses y los valdenses y de los Tribunales de la Inquisición de la amada iglesia del padre Lucho y el padre rector Diego Arcila.

Capilla del terminal de transportes de Pereira.
Las imágenes corresponden al Vía crucis católico.
El estado Laico es la única manera en que las minoría religiosas no son pisoteadas, en que los ateos pueden vivir sin ser agredidos -por no mencionar el hecho de considerar que no existimos o que tenemos “rabia social y [búsqueda de] protagonismo”- por reclamar la separación entre Estado e iglesias, como dijo Arcila.

La laicidad es la única manera en el que las minorías sexuales pueden ver garantizados sus derechos ante la endémica homofobia y misoginia religiosa. Sin ella no es posible garantizar los derechos civiles a los ciudadanos LGBTI, a los que piden libremente la eutanasia, a las mujeres que desean decidir sobre su cuerpo. La iglesia quiere imponer su moral – que no es la única así lo pregonen – a todos los colombianos así no sean católicos o no comulguen con sus posturas (¿O acaso todos los católicos obedecen la prohibición del condón, la vasectomía y la ligadura de trompas?).

Para terminar deseo recordar la sentencia que sustenta la neutralidad de los espacios públicos frente a toda confesión. Sentencia C-766 de 2010:

“La neutralidad, derivada de la laicidad, no consistirá en la búsqueda por parte del Estado de un tratamiento igual a las religiones a partir de las actividades que éste realice en relación con ellas. La neutralidad estatal comporta que las actividades públicas no tengan fundamento, sentido u orientación determinada por religión alguna –en cuanto confesión o institución-, de manera que las funciones del Estado sean ajenas a fundamentos de naturaleza confesional. En este sentido, la igualdad no se logra motivando las funciones estatales con base en intereses de todas las religiones por igual –algo, por demás, de imposible realización en la práctica-, pues esta pretendida igualdad, en cuanto vincula motivos religiosos en las actividades estatales, sería diametralmente contraria al principio de secularidad que resulta ser el núcleo del concepto de laicidad estatal y, de su concreción, el principio de neutralidad.

  


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