Enamorado, un cura cordobés deja los hábitos para formar una familia
Lunes 6 abril 2009
Hugo Casas, párroco de las localidades de Colonia Prosperidad, Saturnino MarÃa Laspiur y Las Varas, les anunció a sus fieles su decisión de abandonar los hábitos por amor. "Hay cuestiones del corazón que no se pueden parar", explicó.
Fue una decisión difÃcil. De esas que no dejan dormir por las noches y que al resolverse alivian el alma. Esa sensación de desahogo, de liberación, debe haber sentido el cura cordobés VÃctor Hugo Casas (38) el fin de semana, cuando les anunció a sus fieles de la iglesia de la localidad de Colonia Prosperidad que dejarÃa los hábitos. "Estoy enamorado y quiero formar una familia", contó entonces, como pidiendo disculpas por sus sentimientos, el sacerdote.
La historia terminó como en las novelas. El sábado, al finalizar la misa que oficiaba en Colonia Prosperidad, Casas –quien también es el párroco de otras dos localidades del este cordobés, Saturnino MarÃa Laspiur y Las Varas- les dijo a los feligreses que tenÃa que contarles algo importante. Algo que le pasaba a él y que querÃa compartirlo con todos.
Estaba enamorado, querÃa formar una familia junto a la mujer amada y ser papá. Emocionado hasta las lágrimas, habló de lo difÃcil que le habÃa resultado tomar esta decisión. Y les dijo que lo habÃa pensado bien, porque su amor venÃa "de hace mucho".
Después de esta confesión, el sacerdote comunicó que esa iba a ser la última misa que oficiara. Luego se quitó los hábitos, los besó y los dejó sobre el altar. A la sorpresa, primera reacción de los fieles a la noticia, le siguieron algunos aplausos. Todos valoraban la valentÃa y sinceridad del párroco y lo apoyaban.
Casas repitió después su anuncio en las otras dos iglesias en las que oficiaba misas. Y la respuesta de los feligreses fue, otra vez, de respeto y comprensión.
"Hay cuestiones del corazón que no las podés parar", explicó a los periodistas de la radio Cadena 3, incluso antes de comunicarles la novedad a su familia y a sus superiores de la Iglesia. Y agregó que "cuando te enamorás de una persona y empezás a proyectar más allá, en formar una familia y en tener hijos, es muy fuerte".
El párroco señaló que no creÃa que su decisión fuera a generar problemas en la Iglesia porque "Dios ama la vida". Y él iba a dejar los hábitos justamente, para formar una familia y dar vida. De todas maneras, tÃmidamente, opinó que la Iglesia tiene que "crecer" y "necesita una apertura" en este tipo de temas.
"No niego que haya en el orden religioso personas que puedan vivir su celibato, pero creo que la Iglesia tiene que crecer y permitir que los sacerdotes puedan optar entre una vida de celibato y una vida marital", consideró.
Esta vez el hombre pudo más que el sacerdote. Y el corazón le ganó a la cabeza. Porque, como dice la canción, el amor es más fuerte.
Hugo Casas, párroco de las localidades de Colonia Prosperidad, Saturnino MarÃa Laspiur y Las Varas, les anunció a sus fieles su decisión de abandonar los hábitos por amor. "Hay cuestiones del corazón que no se pueden parar", explicó.
Fue una decisión difÃcil. De esas que no dejan dormir por las noches y que al resolverse alivian el alma. Esa sensación de desahogo, de liberación, debe haber sentido el cura cordobés VÃctor Hugo Casas (38) el fin de semana, cuando les anunció a sus fieles de la iglesia de la localidad de Colonia Prosperidad que dejarÃa los hábitos. "Estoy enamorado y quiero formar una familia", contó entonces, como pidiendo disculpas por sus sentimientos, el sacerdote.
La historia terminó como en las novelas. El sábado, al finalizar la misa que oficiaba en Colonia Prosperidad, Casas –quien también es el párroco de otras dos localidades del este cordobés, Saturnino MarÃa Laspiur y Las Varas- les dijo a los feligreses que tenÃa que contarles algo importante. Algo que le pasaba a él y que querÃa compartirlo con todos.
Estaba enamorado, querÃa formar una familia junto a la mujer amada y ser papá. Emocionado hasta las lágrimas, habló de lo difÃcil que le habÃa resultado tomar esta decisión. Y les dijo que lo habÃa pensado bien, porque su amor venÃa "de hace mucho".
Después de esta confesión, el sacerdote comunicó que esa iba a ser la última misa que oficiara. Luego se quitó los hábitos, los besó y los dejó sobre el altar. A la sorpresa, primera reacción de los fieles a la noticia, le siguieron algunos aplausos. Todos valoraban la valentÃa y sinceridad del párroco y lo apoyaban.
Casas repitió después su anuncio en las otras dos iglesias en las que oficiaba misas. Y la respuesta de los feligreses fue, otra vez, de respeto y comprensión.
"Hay cuestiones del corazón que no las podés parar", explicó a los periodistas de la radio Cadena 3, incluso antes de comunicarles la novedad a su familia y a sus superiores de la Iglesia. Y agregó que "cuando te enamorás de una persona y empezás a proyectar más allá, en formar una familia y en tener hijos, es muy fuerte".
El párroco señaló que no creÃa que su decisión fuera a generar problemas en la Iglesia porque "Dios ama la vida". Y él iba a dejar los hábitos justamente, para formar una familia y dar vida. De todas maneras, tÃmidamente, opinó que la Iglesia tiene que "crecer" y "necesita una apertura" en este tipo de temas.
"No niego que haya en el orden religioso personas que puedan vivir su celibato, pero creo que la Iglesia tiene que crecer y permitir que los sacerdotes puedan optar entre una vida de celibato y una vida marital", consideró.
Esta vez el hombre pudo más que el sacerdote. Y el corazón le ganó a la cabeza. Porque, como dice la canción, el amor es más fuerte.
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