EL OBISPO DE TENERIFE Y EL OCTAVO MANDAMIENTO.
Después de casi un mes sin noticia alguna, el obispo de Tenerife ha roto su silencio desde que el dÃa 24 de diciembre, cual rocambolesco Santa Klaus, nos regalara a los canarios sus reflexiones sobre la pedofÃlia y sobre la homosexualidad.
En referencia a la pedofilia, el obispo nivariense declaraba:
"Puede haber menores que sà lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece"
En parecidos términos se referÃa a la homosexualidad y a su relación con el abuso de menores.
"En cuanto a la homosexualidad, Ãlvarez señala que "perjudica a las personas y a la sociedad" y afirma, asimilándola a las agresiones sexuales, que "la persona practica [la homosexualidad] como puede practicar el abuso de menores".
Como podemos comprobar, dichas declaraciones, dada su claridad y contundencia, dejan muy poco margen a la interpretación y, mucho menos aun , a su descontextualización.
Sin embargo, en las recientes declaraciones después de su extraño silencio, el obispo dice:
"Yo no he justificado el abuso a menores porque es un pecado gravÃsimo, además de un delito. Tampoco comparo a la homosexualidad con el referido abuso a menores. Me reitero en invitar a todos a que lean los escritos de la Iglesia al respecto para que vean la sensibilidad que tiene al respecto".
El viejo truco, Sr. Obispo, "donde dije digo, digo Diego". Afortunadamente, ya inmersos en la era de la información, la constancia documental es un lastre para aquellos que atentan contra el octavo mandamiento. Un precepto que, dada su peculiar liturgia, me permito recordarle fervorosamente: "No levantarás falsos testimonios ni mentiras"
Mas adelante, nuestro insigne pastor nivariense exclama:
"He salido fortalecido tras esta experiencia, además de que me sirvió para aprender la lección. A partir de ahora no hablaré de manera tan espontánea y mediré mucho mis palabras cuando se traten temas tan sensibles"
Por supuesto, Sr. Obispo, sus particulares ideas sobre la justificación del abuso a menores y sus ataques a la homosexualidad se los debe guardar para sus noches de soledad de alcoba y abstenerse de expresar semejantes opiniones donde alguien lo pueda oÃr.
Por último, nuestro eminente Monseñor sentenció:
"Me sorprendió muchÃsimo la repercusión de las palabras de un Obispo de una región ultra periférica. Incluso, en algún momento me sentà nervioso, que no linchado, pero le tengo que dar las gracias a la fe y apoyo que me han mostrado muchas personas. Me han ayudado a seguir adelante".
Más le va a sorprender si prosperan las denuncias que le han puesto por su inusitada incontinencia verborreica y sus ásperas y roncas reflexiones. Seguro que ha recibido el apoyo de muchas personas. Imaginamos que entre esas muchas estarán las acusadas y juzgadas por abusos a menores que, probablemente, han encontrado en sus palabras consuelo y simpatÃa.
Salúos.





























