El Dr. Zaius y el Dr. Zaius
DÃa mundial del traje de gorila 2010
Nota: Celebramos este año el dÃa mundial del traje de gorila con este artÃculo. En él mencionamos elementos de la novela El planeta de los simios, de Pierre Boulle. Si no la han leÃdo aún, leer este artÃculo destruirá toda posibilidad de disfrutarla y serÃa una pena porque es muy interesante.
Letra capitular elaborada con figuras tomadas de aquà y la 'R' tomada de aquÃ.
Nota: Celebramos este año el dÃa mundial del traje de gorila con este artÃculo. En él mencionamos elementos de la novela El planeta de los simios, de Pierre Boulle. Si no la han leÃdo aún, leer este artÃculo destruirá toda posibilidad de disfrutarla y serÃa una pena porque es muy interesante.
Recientemente decÃamos, a propósito de Sherlock Holmes, que una adaptación no necesita ser fiel para ser buena. Otro tanto podemos decir del gran clásico de 1968 The Planet of the Apes, que poco en común tiene con su referente literario La planete de singes, publicado en 1963 por Pierre Boulle. De las diferencias entre estas narraciones vamos a fijarnos aquà particularmente en las que alejan a sendos doctores Zaius.
En la pelÃcula Zaius conoce los textos sagrados al dedillo y todo lo que concierne a la ciencia y la sabidurÃa simia. Por otro lado es un conservador extremo, guardián de lo heredado y enemigo declarado de la novedad; tiene a demás buenas razones para ello, su conocimiento de la historia, al que no tienen acceso los demás simios, es lo que le hace tener esa actitud por el bien de su pueblo. Esto hace de él un personaje complejo y sumamente interesante. Tiene la ventaja, frente a los reaccionarios de la realidad, de que vive en un mundo postapocalÃptico y que es un mono.
El Zaius del libro no tiene nada que ver. A medida que avanza en la novela el lector se apercibe paulatinamente de que los simios, a diferencia de los de la pelÃcula, no son inteligentes: solo lo parecen. Actúan como «monos de repetición», replicando los comportamientos que habÃan visto en los hombres, todo es una pantomima. En la conferencia que da el humano protagonista, aprecian, más que el contenido, la actitud y cómo bebe agua al terminar, esa es la primera pista. El no iniciado tiene a menudo la impresión de que en la bolsa todo el mundo grita y se agita sin sentido: eso es exactamente lo que ocurrÃa en la bolsa del mundo simio. Si los experimentos con humanos por parte de los chimpancés y las cacerÃas por parte de los gorilas, eran tan comunes, era porque eran las actividades humanas con las que habÃan estado más habitualmente en contacto. Solo contados chimpancés habÃan comenzado a desarrollar verdadera inteligencia.
En este contexto ¿cuál era el papel de los orangutanes y de Zaius, la cúspide de su jerarquÃa? Ellos imitaban los comportamientos superficiales y actitudes de los sabios humanos: ponÃan cara de interesante, hablaban con suficiencia y seguridad, adoptaban ademán reflexivo, perdÃan tiempo ante documentos que no comprendÃan haciendo como si sÃ.
En este contexto ¿cuál era el papel de los orangutanes y de Zaius, la cúspide de su jerarquÃa? Ellos imitaban los comportamientos superficiales y actitudes de los sabios humanos: ponÃan cara de interesante, hablaban con suficiencia y seguridad, adoptaban ademán reflexivo, perdÃan tiempo ante documentos que no comprendÃan haciendo como si sÃ.
Ante esto se impone una reflexión moralizante, similar a la que encontramos al final de La isla de doctor Moreau de Wells ¿Cuántos humanos cruzamos a diario similares a estos animales?
Pero si gente que pretende lo que no es, o que es esencialmente superficial, la encontramos en todos los ámbitos (recordemos la moral americana precrisis que preconizaba una actitud de felicidad y triunfo para llegar a la felicidad y el triunfo) una actividad destaca por encima de todas: la del religioso profesional. Si, por ejemplo, un fÃsico puede ser un farsante, un religioso profesional siempre lo es, constituyendo esa pantomima la esencia misma de su labor.
Pero si gente que pretende lo que no es, o que es esencialmente superficial, la encontramos en todos los ámbitos (recordemos la moral americana precrisis que preconizaba una actitud de felicidad y triunfo para llegar a la felicidad y el triunfo) una actividad destaca por encima de todas: la del religioso profesional. Si, por ejemplo, un fÃsico puede ser un farsante, un religioso profesional siempre lo es, constituyendo esa pantomima la esencia misma de su labor.
El Papa Benedicto XVI «en meditación y en no oración», como precisaron fuentes de Vaticano, durante su visita a la Mezquita Azul en Estambul en 2006. VÃa La nación.
Las sectas tienen siempre una estructura piramidal: los creyentes de base no tienen acceso a grandes secretos y milagros, pero confÃan en que sus lÃderes sà y que, ellos mismos, llegarán también a ver confirmadas sus creencias un dÃa. Entre tanto han de dar a la jerarquÃa su dignidad, su dinero y su culo, a menudo literalmente.
Los lÃderes, mientras, ponen caras de santidad, de sabidurÃa, de oración. Se retratan con túnicas, con palomas sobre la cabeza, dando bendiciones y conjuros.
En este dÃa mundial del traje de gorila recordamos pues al papa de Roma, cuyo ministerio se ha comparado a menudo con el traje nuevo del emperador, pero, como hemos visto, se parece también a un traje de simio, al del dr. Zaius.
Los lÃderes, mientras, ponen caras de santidad, de sabidurÃa, de oración. Se retratan con túnicas, con palomas sobre la cabeza, dando bendiciones y conjuros.
En este dÃa mundial del traje de gorila recordamos pues al papa de Roma, cuyo ministerio se ha comparado a menudo con el traje nuevo del emperador, pero, como hemos visto, se parece también a un traje de simio, al del dr. Zaius.
Letra capitular elaborada con figuras tomadas de aquà y la 'R' tomada de aquÃ.