Dominus Dei XII: respuesta
La Iglesia, como es sabido, se ha opuesto tradicionalmente a la práctica de la masturbación, pero cuando lo hace es sin apoyo del texto bÃblico, que no se pronuncia sobre el particular. Es notable que la menos verosÃmil de las opciones propuestas en el cuestionario del domingo pasado, aunque votada por algunos parroquianos con buen humor, es la de «Jesús la recomienda vivamente como método de autoconocimiento», sabemos que la Iglesia nunca propondrÃa tal cosa; por ello es interesante señalar que se trata justamente de la única defendible desde el punto de vista de la sensatez. Es bueno masturbarse por el placer que procura y por el conocimiento que se adquiere de las propias reacciones; experiencia que servirá para mejorar las relaciones con otras personas.
La referente a Onán es, como es lógico, la más votada, ya que tradicionalmente se ha asociado este personaje con la masturbación. Incluso se considera la palabra «onanismo» como sinónimo de masturbación. Sin embargo, si seguimos el relato bÃblico, lo que practicaba este personaje era el coitus interruptus o «marcha atrás». En el fragmento en cuestión (capÃtulo 38 del Génesis) Er, el hermano mayor de Onán, acababa de morir... bueno no se murió solo, en realidad «fue malo a los ojos del Señor y lo mató el Señor» por lo que nuestro héroe estaba obligado por cierta ley a engendrar hijos en su cuñada que, en virtud des dicha ley, serÃan la descendencia de su difunto hermano: «Y sabiendo Onán que la simiente no habÃa de ser suya, sucedÃa que cuando entraba a la mujer de su hermano vertÃa en tierra, por no dar simiente a su hermano9. Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacÃa, y también quitó a él la vida10.»
Está práctica, conocida como el levirato, se registra como ley en el Deuteronomio 25, 5-10. El pobre Onán no debió arriesgarse a enfurecer asà al Señor, después de ver lo que le habÃa pasado a su hermano y, sobre todo, teniendo en cuenta que el castigo si se negaba a ejercer el levirato consistÃa (previa denuncia por la cuñada ante los ancianos) en que ésta escupiese al infractor en la cara (¡en presencia de dichos ancianos!), le quitara la sandalia del pie (en serio) y algunos insultos. Igual esto era muy grave en esa sociedad, pero seguramente serÃa preferible a que Dios te matara.
Sin duda estas costumbres de andar copulando con tu cuñada y andar quitando sandalias tenÃan sentido en una sociedad de pastores de cabras de los desiertos de hace varios miles de años y el texto tiene gran interés antropológico. No podemos dejar de asombrarnos de que haya gente hoy en dÃa que pretenda seguir rigiéndose por él.
¿De dónde viene entonces la confusión con la masturbación? Pues si en una lectura sana del texto podemos pensar que Onán fue castigado por la mezquindad de no querer dar descendencia a su hermano, los doctores de la Iglesia pensaron que era porque todo semen es sagrado: da igual que lo heches por tierra, como Onán, que lo desheches en una masturbación o lo atrapes en un preservativo; todo eso es el mismo terrible pecado. Quienes mejor han tratado este asunto teológico han sido, sin duda, los Monty Python (vidéo del número musical Every Sperm Is Sacred).





























