“DIGNIDAD DE LA FE, DIGNIDAD DEL ATEÍSMO”


Muy interesante artículo del ilustre masón Javier Otaola hoy en El País, y muy conveniente para moderar el clima de conflicto que la campaña del Bus Ateo ha despertado en algunos grupos de creyentes... perdón, de adoradores de dioses).  Coincido con prácticamente todo lo que dices. El único punto que creo que es discutible es la tesis de que, cuando algo no es una evidencia, entonces sólo cabe ante ello la "apuesta". Creo que es un uso desacertado (aunque habitual) del concepto de "apuesta". Porque uno puede apostar precisamente SÓLO por aquellas cosas sobre las que es posible una evidencia que aún no tenemos; podríamos apostar a que hay vida después de la muerte, sí, pero es una apuesta injusta, porque si el que apuesta en contra de esa hipótesis tiene razón, nunca podrá cobrar su ganancia.
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Además, la fe no es una "apuesta" porque no hay absolutamente ninguna DECISIÓN VOLUNTARIA al creer; yo no puede "decidir" si creo que mañana es miércoles, o si creo que el Madrid va a ganar la liga. No soy DUEÑO de mis creencias, sino que ME ENCUENTRO con ellas (en cambio, una apuesta sí es algo que hago voluntariamente; si quiero, apuesto, si no, no). Uno puede pasar de creer a no creer (o viceversa) porque ciertos argumentos le han persuadido, pero no porque QUIERA. Yo, al menos, no puedo DECIDIR creer en la inmortalidad del alma durante la próxima media hora, y luego dejar de creer.
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[Discutímos aquí bastante sobre este tema al hablar del libre albedrío].
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Afirmar que la fe es el fruto de la voluntad es, me paree, sólo una estrategia retórica para que dé la impresión de que la fe es más valiosa (aunque no sé por qué tendría que serlo).
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Por último, entre la evidencia y la falta de evidencia hay múltiples grados: existen pocas cosas, relativamente, para las que tengamos una evidencia absoluta; de la mayoría (incluso en la ciencia), lo que tenemos son probabilidades, verosimilitudes, y creencias (no en el sentido de la fe, sino en el de "creo que me he dejado el móvil en casa"... no estoy seguro, pero es probable que haya sido así). Yo no tengo fe religiosa, entre otros motivos, precisamente porque creo que las tesis de las religiones son EXTRAORDINARIAMENTE INVEROSÍMILES (p.ej., que la mente siga existiendo cuando nuestro cerebro ha dejado de funcionar); sobra decir que no es algo por lo que yo "apueste", sino la conclusión a la que me lleva el conocimiento que tenemos sobre el mundo.

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