Cojones del Anticristo para el Obispo Cañizares
De nuevo exigimos a la curia católica nuestra pública excomunión
Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Ateos (FIdA)
19.11.08
El pasado lunes, 17.11.08, los socios de la Federación de Ateos enviaron a Antonio Cañizares, obispo de Toledo, el texto que se reproduce a continuación, junto con una caja de “Cojones del Anticristo†–galletitas de avellana que se elaboran en Cantabria- y el ya bien conocido “Manifiesto por la Excomuniónâ€. ¿Responderá esta vez la curia?
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Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Ateos (FIdA)
19.11.08
El pasado lunes, 17.11.08, los socios de la Federación de Ateos enviaron a Antonio Cañizares, obispo de Toledo, el texto que se reproduce a continuación, junto con una caja de “Cojones del Anticristo†–galletitas de avellana que se elaboran en Cantabria- y el ya bien conocido “Manifiesto por la Excomuniónâ€. ¿Responderá esta vez la curia?
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15 de noviembre de 2008.
Festividad de san Alberto Magno, Eugenio, Leopoldo y Luperio, entre otros.
Al ExcelentÃsimo y ReverendÃsimo señor don Antonio Cañizares Llovera, Obispo y Cardenal de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y, además, Primado de las Españas.
Enterados de su inminente marcha de la Ciudad Imperial para ir a instalarse a la Ciudad Eterna, no hemos querido desaprovechar la oportunidad de despedirnos de su Eminencia ReverendÃsima, y de felicitarle por el motivo de su traslado, que no es otro que el del nombramiento con que le ha honrado el Decimosexto Benito, Papa de Roma, como presidente del “Dicasterio de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentosâ€. Imaginamos la alegrÃa que le habrá producido el nombramiento para semejante canonjÃa in partibus fidelium, habida cuenta de que, como se ha dicho, multi autem sunt vocati pauci vero electi (Mt, 22, 14). Bien sabemos que su natural humildad y exquisito tacto le impiden dar impropios saltitos de gozo, y por ello excusamos sus últimas declaraciones al respecto (“A dÃa de hoy, lo que puedo decir es que el Papa no me ha comunicado ningún nombramiento y yo, consiguientemente, no he aceptado ningún nombramiento. Esa es la verdadâ€, 14.11.08), que destilan no solo fidelidad al Santo Padre y dominio firme de la gramática, sino, sobre todo, perfectÃsima adaptación a las reglas de la vaticana diplomacia. Es Vd. un maestro, señor Cardenal.
No obstante, suponemos a Vuestra IlustrÃsima sabedor de que, en los cenáculos de la Conferencia Episcopal Española, circulan hablillas y comadreos sobre los motivos de tan gozosa nueva. Y es que reprender el vicio del chismorreo deberÃa haber sido el undécimo mandamiento de las tablas de la ley de su dios. Pensándolo bien, no obstante, hay que reconocer que un decálogo siempre es más fácil de retener y reviste una mayor galanura, aunque solo sea por su condición de número redondo, y no primo. Nihil novum sub sole (Ec., 1, 9). Otra manifestación más de sabidurÃa en cuanto a marketing ad litteram.
Pues bien, como decÃamos, las lenguas, bÃfidas o no, afiladas o romas, pero siempre viperinas, se ejercitan a destajo sobre los motivos de este nombramiento. Las más compasivas apuntan al deseo del Sumo PontÃfice de tenerlo a su vera, en razón de su sintonÃa ideológica y doctrinaria. Otros apuntan a sus discrepancias con ese otro PrÃncipe de la Iglesia que es su Eminencia ReverendÃsima don Antonio MarÃa Rouco Varela, sobre la estrategia a seguir con respecto a la cadena de radio que acaudillan, y aquà las opiniones se bifurcan, ya que, mientras unos sostienen que el nombramiento serÃa a iniciativa de su E. R. para quitárselo de encima, otros alimentan la tesis de que fue Vd. mismo quien ha querido poner tierra de por medio al no querer plegarse a sus preceptos y pautas de conducta. Otros más apuntan a la posibilidad de que el Vaticano quiera con este gesto cerrar simbólicamente la etapa de confrontación con el Gobierno del PSOE. Persequentur vos in civitate ista, fugite in aliam (Mt., 10-23). En cualesquiera de los casos, Rouco descansa, el PSOE respira y V. I. asciende. Roma locuta, causa finita.
Todos estos intereses y todas estas pendencias, permita que se lo apuntemos, se asemejan más a querellas partidistas que a asuntos evangélicos, pero de todos es sabido que, sin polÃtica ni dinero, el mensaje cristiano hace siglos que se hubiera perdido, como tantos otros, en la noche oscura de los tiempos, y ese dios uno y trino al que alaba hubiera muerto, como asà ha pasado con tantos otros, más o menos raros, que la humanidad ha creado a lo largo de la historia. De hecho, a buen seguro echará de menos a su amiga la Vicepresidenta del Gobierno, doña MarÃa Teresa Fernández de la Vega, ya que, gracias a ella, se consiguió un leonino acuerdo financiero en virtud del cual la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de las Españas recibe del Estado por diversos conceptos más de cinco mil quinientos millones de euros al año, lo que la convierte en la más subvencionada del mundo. Indocti discant, et ament meminisse periti. En ningún otro paÃs la ICAR logra semejante tajada, por lo que en verdad creemos justo y necesario su ascenso y, por ende, su alejamiento.
Vuestra IlustrÃsima dijo en cierta ocasión: “Ser cardenal entraña vivir con el Papa, siervo de los siervos, en una vida de servicio y entrega plena, gastarse y desgastarse por los duros trabajos del Evangelio, perder la vida para que el mundo creaâ€. Ahora lo va a poder hacer. Nos referimos, claro, a vivir con el Papa Ratzinger, al convertirse en el hombre de España en el corazón de la catolicidad. O, quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum! (Sal., 132, 1). Allà podrá exhibir, su dios lo quiera y con orgullo, la célebre y magna capa en todo su esplendor, a salvo de las crÃticas recibidas en este paÃs de ingratos y tan poco receptivo al ornato de los PrÃncipes de la Iglesia. Coram populo. Allà podrá entrar en las quinielas de los futuros papables. Quién sabe si, después de los Borgia, podemos tener a otro valenciano, medio milenio después, sentado en la Silla apostólica de Pedro. Aunque esperamos que dejando un mejor recuerdo y ejemplo a las generaciones futuras.
Hablando de su tierra, no queremos dejar pasar la oportunidad de rogarle encarecidamente que comunique al Decimosexto Benito, Papa de Roma, la clara insubordinación en que incurrió el Arzobispo de Valencia. Seguramente sabrá que su Eminencia ReverendÃsima, D. AgustÃn GarcÃa-Gasco, se ha negado a acatar varios preceptos del Código Canónico al impedir por vÃa de los hechos y de los recursos judiciales la apostasÃa de varios católicos que lo solicitaron. Damos por sentado que su relación de amistad no se interpondrá en el deber de cumplir y hacer cumplir las normas a las que ha entregado su vida, y que bien conoce las directrices aprobadas en su dÃa por el Sumo PontÃfice. Le recordamos que se trata del Protocolo nº 10279/2006, que aconseja a las autoridades eclesiásticas competentes la anotación explÃcita, en el libro de bautizados, de que ha tenido lugar el actus formalis defectionis. Don AgustÃn prefirió abrir un recurso jurÃdico para evitar hacerlo, y he aquà que ahora se han empantanado, por la intrusión de la jurisprudencia civil, todos los procesos abiertos. Un follón que seguramente llegará pronto al Constitucional. Confiamos en su saber hacer y en su legendario sentido de la justicia para que el Cardenal GarcÃa-Gasco sea reprendido por el PontÃfice, a causa de su obcecada desobediencia.
También aprovechamos la ocasión para agradecerle que, al ser preguntado hace ahora un año por la celebración del I Concilio Ateo organizado por nosotros en su ciudad, mostrara “respeto a toda libertad religiosa y de concienciaâ€, algo sin precedentes en la historia –y en la histeria- católica. Respecto a la decisión del Ayuntamiento mal llamado “socialista†de no ceder ninguna instalación municipal para dicha blasfemia colectiva, Vuestra IlustrÃsima sostuvo con democrática firmeza que el Ayuntamiento de su ciudad es autónomo y puede tomar las decisiones que estime oportunas. Nos permitimos poner esto último en cuarentena, ya que el 70 % del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo es propiedad de la Iglesia Católica, y allà no se mueve nadie sin consultarle a su Eminencia ReverendÃsima. Pero esto, sin duda, apenas sirve de argumento en contra. De nuevo, nuestro humilde agradecimiento. Ad memoriam rei perpetuam. Y seguimos.
Encumbrado pues a tan altas empresas, le recordamos que sic transit gloria mundi, y nos atrevemos a sugerirle, como asegura nuestro amigo Richard Dawkins (ese ateo neodarwinista) que “dios probablemente no existeâ€, asà que deje de preocuparse, y carpe diem en ese nuevo destino. Ya sospechamos que no atenderá a nuestra recomendación, o que la tomará cum grano salis. Pero la hacemos de buena fe, no lo dude. Y, además, utilizando sus propias declaraciones del 14 de noviembre, “las informaciones han de basarse en la verdad de los hechos, y no en hipótesisâ€. Valga el dicho para todo caso. De omni re scibili et quibusdam aliis.
Y, dado que quizá no vuelvan a cruzarse nuestras espadas en los tiempos venideros, en prueba de buena voluntad le hacemos llegar un modesto presente que –presumimos- sabrá apreciar en lo que vale. Como Vd. conoce, dado que es doctor en TeologÃa y que ha consagrado su vida a la docencia de esta tan pintoresca disciplina, el Beato de Liébana, en las disputas que mantuvo sobre si Jesús era hijo legÃtimo de dios con el adopcionista Elipando, antecesor suyo en el Arzobispado de Toledo, llegó a insultar al citado acusándole de ser “el cojón del Anticristoâ€. Andando el tiempo, en la sin par región de Liébana los reposteros aprovecharon el lance para elaborar unas pastitas de avellana, al poco conocidas en todo el orbe como “Los cojones del Anticristoâ€. Son deliciosos. Procure que no se los birle el Sr. Canciller. Y, además, están precintados, no tema Vd. intenciones malsanas por nuestra parte.
Justo debajo de los cojones -no le será difÃcil de localizar-, podrá encontrar nuestro puñetero “Manifiesto por la Excomuniónâ€, el Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica. Esperamos que por fin se decidan a aplicar sus propias normas, concretamente las del Código de Derecho Canónico promulgado por Juan Pablo II y dado en Roma el 25 de Enero de 1983, donde en el Canon 1364 § 1 se afirma que “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiaeâ€. Y también, en la misma parte y tÃtulo, el Canon 1369, donde se sostiene que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justaâ€. Que el artÃculo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justasâ€. Y que el artÃculo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justaâ€, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredichoâ€.
¿A qué espera entonces su Eminencia para aplicarnos lo que para Vds. es máxima pena y para nosotros motivo de contento? ¿Acaso aguarda a que contraigamos más méritos o a que nos cansemos? En cualquier caso, le informamos que continuaremos haciéndonos dignos acreedores de esta “pena justaâ€. Y que, donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia… Do ut des. O, dicho de otro modo, le rogamos que no nos fuerce a moderar nuestro amable trato y lenguaje para lograr el castigo, puesto que, al fin y al cabo, abominamos tanto del exabrupto maleducado como del corrupto y parásito clero. En otras palabras: mándenos al infierno. Y hágalo rápido y bien. Es lo único que le pedimos.
Por último, le rogamos que tenga cuidado, no le ocurra como le pasó a otro gran dignatario que también abandonará sus altas responsabilidades en los próximos dÃas, el Sr. Jorge Walker Bush, y no se atragante con una de estas galletitas.
Tanta paz encuentre como alegrÃa deja.
Con nuestros respetos.
Festividad de san Alberto Magno, Eugenio, Leopoldo y Luperio, entre otros.
Al ExcelentÃsimo y ReverendÃsimo señor don Antonio Cañizares Llovera, Obispo y Cardenal de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y, además, Primado de las Españas.
Enterados de su inminente marcha de la Ciudad Imperial para ir a instalarse a la Ciudad Eterna, no hemos querido desaprovechar la oportunidad de despedirnos de su Eminencia ReverendÃsima, y de felicitarle por el motivo de su traslado, que no es otro que el del nombramiento con que le ha honrado el Decimosexto Benito, Papa de Roma, como presidente del “Dicasterio de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentosâ€. Imaginamos la alegrÃa que le habrá producido el nombramiento para semejante canonjÃa in partibus fidelium, habida cuenta de que, como se ha dicho, multi autem sunt vocati pauci vero electi (Mt, 22, 14). Bien sabemos que su natural humildad y exquisito tacto le impiden dar impropios saltitos de gozo, y por ello excusamos sus últimas declaraciones al respecto (“A dÃa de hoy, lo que puedo decir es que el Papa no me ha comunicado ningún nombramiento y yo, consiguientemente, no he aceptado ningún nombramiento. Esa es la verdadâ€, 14.11.08), que destilan no solo fidelidad al Santo Padre y dominio firme de la gramática, sino, sobre todo, perfectÃsima adaptación a las reglas de la vaticana diplomacia. Es Vd. un maestro, señor Cardenal.
No obstante, suponemos a Vuestra IlustrÃsima sabedor de que, en los cenáculos de la Conferencia Episcopal Española, circulan hablillas y comadreos sobre los motivos de tan gozosa nueva. Y es que reprender el vicio del chismorreo deberÃa haber sido el undécimo mandamiento de las tablas de la ley de su dios. Pensándolo bien, no obstante, hay que reconocer que un decálogo siempre es más fácil de retener y reviste una mayor galanura, aunque solo sea por su condición de número redondo, y no primo. Nihil novum sub sole (Ec., 1, 9). Otra manifestación más de sabidurÃa en cuanto a marketing ad litteram.
Pues bien, como decÃamos, las lenguas, bÃfidas o no, afiladas o romas, pero siempre viperinas, se ejercitan a destajo sobre los motivos de este nombramiento. Las más compasivas apuntan al deseo del Sumo PontÃfice de tenerlo a su vera, en razón de su sintonÃa ideológica y doctrinaria. Otros apuntan a sus discrepancias con ese otro PrÃncipe de la Iglesia que es su Eminencia ReverendÃsima don Antonio MarÃa Rouco Varela, sobre la estrategia a seguir con respecto a la cadena de radio que acaudillan, y aquà las opiniones se bifurcan, ya que, mientras unos sostienen que el nombramiento serÃa a iniciativa de su E. R. para quitárselo de encima, otros alimentan la tesis de que fue Vd. mismo quien ha querido poner tierra de por medio al no querer plegarse a sus preceptos y pautas de conducta. Otros más apuntan a la posibilidad de que el Vaticano quiera con este gesto cerrar simbólicamente la etapa de confrontación con el Gobierno del PSOE. Persequentur vos in civitate ista, fugite in aliam (Mt., 10-23). En cualesquiera de los casos, Rouco descansa, el PSOE respira y V. I. asciende. Roma locuta, causa finita.
Todos estos intereses y todas estas pendencias, permita que se lo apuntemos, se asemejan más a querellas partidistas que a asuntos evangélicos, pero de todos es sabido que, sin polÃtica ni dinero, el mensaje cristiano hace siglos que se hubiera perdido, como tantos otros, en la noche oscura de los tiempos, y ese dios uno y trino al que alaba hubiera muerto, como asà ha pasado con tantos otros, más o menos raros, que la humanidad ha creado a lo largo de la historia. De hecho, a buen seguro echará de menos a su amiga la Vicepresidenta del Gobierno, doña MarÃa Teresa Fernández de la Vega, ya que, gracias a ella, se consiguió un leonino acuerdo financiero en virtud del cual la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de las Españas recibe del Estado por diversos conceptos más de cinco mil quinientos millones de euros al año, lo que la convierte en la más subvencionada del mundo. Indocti discant, et ament meminisse periti. En ningún otro paÃs la ICAR logra semejante tajada, por lo que en verdad creemos justo y necesario su ascenso y, por ende, su alejamiento.
Vuestra IlustrÃsima dijo en cierta ocasión: “Ser cardenal entraña vivir con el Papa, siervo de los siervos, en una vida de servicio y entrega plena, gastarse y desgastarse por los duros trabajos del Evangelio, perder la vida para que el mundo creaâ€. Ahora lo va a poder hacer. Nos referimos, claro, a vivir con el Papa Ratzinger, al convertirse en el hombre de España en el corazón de la catolicidad. O, quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum! (Sal., 132, 1). Allà podrá exhibir, su dios lo quiera y con orgullo, la célebre y magna capa en todo su esplendor, a salvo de las crÃticas recibidas en este paÃs de ingratos y tan poco receptivo al ornato de los PrÃncipes de la Iglesia. Coram populo. Allà podrá entrar en las quinielas de los futuros papables. Quién sabe si, después de los Borgia, podemos tener a otro valenciano, medio milenio después, sentado en la Silla apostólica de Pedro. Aunque esperamos que dejando un mejor recuerdo y ejemplo a las generaciones futuras.
Hablando de su tierra, no queremos dejar pasar la oportunidad de rogarle encarecidamente que comunique al Decimosexto Benito, Papa de Roma, la clara insubordinación en que incurrió el Arzobispo de Valencia. Seguramente sabrá que su Eminencia ReverendÃsima, D. AgustÃn GarcÃa-Gasco, se ha negado a acatar varios preceptos del Código Canónico al impedir por vÃa de los hechos y de los recursos judiciales la apostasÃa de varios católicos que lo solicitaron. Damos por sentado que su relación de amistad no se interpondrá en el deber de cumplir y hacer cumplir las normas a las que ha entregado su vida, y que bien conoce las directrices aprobadas en su dÃa por el Sumo PontÃfice. Le recordamos que se trata del Protocolo nº 10279/2006, que aconseja a las autoridades eclesiásticas competentes la anotación explÃcita, en el libro de bautizados, de que ha tenido lugar el actus formalis defectionis. Don AgustÃn prefirió abrir un recurso jurÃdico para evitar hacerlo, y he aquà que ahora se han empantanado, por la intrusión de la jurisprudencia civil, todos los procesos abiertos. Un follón que seguramente llegará pronto al Constitucional. Confiamos en su saber hacer y en su legendario sentido de la justicia para que el Cardenal GarcÃa-Gasco sea reprendido por el PontÃfice, a causa de su obcecada desobediencia.
También aprovechamos la ocasión para agradecerle que, al ser preguntado hace ahora un año por la celebración del I Concilio Ateo organizado por nosotros en su ciudad, mostrara “respeto a toda libertad religiosa y de concienciaâ€, algo sin precedentes en la historia –y en la histeria- católica. Respecto a la decisión del Ayuntamiento mal llamado “socialista†de no ceder ninguna instalación municipal para dicha blasfemia colectiva, Vuestra IlustrÃsima sostuvo con democrática firmeza que el Ayuntamiento de su ciudad es autónomo y puede tomar las decisiones que estime oportunas. Nos permitimos poner esto último en cuarentena, ya que el 70 % del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo es propiedad de la Iglesia Católica, y allà no se mueve nadie sin consultarle a su Eminencia ReverendÃsima. Pero esto, sin duda, apenas sirve de argumento en contra. De nuevo, nuestro humilde agradecimiento. Ad memoriam rei perpetuam. Y seguimos.
Encumbrado pues a tan altas empresas, le recordamos que sic transit gloria mundi, y nos atrevemos a sugerirle, como asegura nuestro amigo Richard Dawkins (ese ateo neodarwinista) que “dios probablemente no existeâ€, asà que deje de preocuparse, y carpe diem en ese nuevo destino. Ya sospechamos que no atenderá a nuestra recomendación, o que la tomará cum grano salis. Pero la hacemos de buena fe, no lo dude. Y, además, utilizando sus propias declaraciones del 14 de noviembre, “las informaciones han de basarse en la verdad de los hechos, y no en hipótesisâ€. Valga el dicho para todo caso. De omni re scibili et quibusdam aliis.
Y, dado que quizá no vuelvan a cruzarse nuestras espadas en los tiempos venideros, en prueba de buena voluntad le hacemos llegar un modesto presente que –presumimos- sabrá apreciar en lo que vale. Como Vd. conoce, dado que es doctor en TeologÃa y que ha consagrado su vida a la docencia de esta tan pintoresca disciplina, el Beato de Liébana, en las disputas que mantuvo sobre si Jesús era hijo legÃtimo de dios con el adopcionista Elipando, antecesor suyo en el Arzobispado de Toledo, llegó a insultar al citado acusándole de ser “el cojón del Anticristoâ€. Andando el tiempo, en la sin par región de Liébana los reposteros aprovecharon el lance para elaborar unas pastitas de avellana, al poco conocidas en todo el orbe como “Los cojones del Anticristoâ€. Son deliciosos. Procure que no se los birle el Sr. Canciller. Y, además, están precintados, no tema Vd. intenciones malsanas por nuestra parte.
Justo debajo de los cojones -no le será difÃcil de localizar-, podrá encontrar nuestro puñetero “Manifiesto por la Excomuniónâ€, el Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica. Esperamos que por fin se decidan a aplicar sus propias normas, concretamente las del Código de Derecho Canónico promulgado por Juan Pablo II y dado en Roma el 25 de Enero de 1983, donde en el Canon 1364 § 1 se afirma que “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiaeâ€. Y también, en la misma parte y tÃtulo, el Canon 1369, donde se sostiene que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justaâ€. Que el artÃculo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justasâ€. Y que el artÃculo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justaâ€, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredichoâ€.
¿A qué espera entonces su Eminencia para aplicarnos lo que para Vds. es máxima pena y para nosotros motivo de contento? ¿Acaso aguarda a que contraigamos más méritos o a que nos cansemos? En cualquier caso, le informamos que continuaremos haciéndonos dignos acreedores de esta “pena justaâ€. Y que, donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia… Do ut des. O, dicho de otro modo, le rogamos que no nos fuerce a moderar nuestro amable trato y lenguaje para lograr el castigo, puesto que, al fin y al cabo, abominamos tanto del exabrupto maleducado como del corrupto y parásito clero. En otras palabras: mándenos al infierno. Y hágalo rápido y bien. Es lo único que le pedimos.
Por último, le rogamos que tenga cuidado, no le ocurra como le pasó a otro gran dignatario que también abandonará sus altas responsabilidades en los próximos dÃas, el Sr. Jorge Walker Bush, y no se atragante con una de estas galletitas.
Tanta paz encuentre como alegrÃa deja.
Con nuestros respetos.