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Miercoles, 11 de Marzo de 2015

Cuatro imágenes distintas de la misma supernova

Albert Einstein lo explicó en la Teoría General de la Relatividad: el lente gravitacional; uno de los encantos en el espaciotemporal que hoy nos regala cuatro imágenes distintas de la misma explosión.


Por Glenys Álvarez

Ah, la gravedad, con su indiscutible, pero enigmática presencia. Fuera de nuestro Sistema Solar, su innegable existencia va más allá de la caída de una manzana y Hubble junto a la Universidad de Johns Hopkins acaban de recoger una encantadora primicia. Demos una vuelta primero por eso que se llama lente gravitacional, es un fenómeno explicado por el magnífico físico Albert Einstein que provoca resultados fascinantes.

Bien, imagina un gigantesco quásar que se encuentra a miles de años luz de nuestro sistema, el viaje de la luz del quásar llegaría hasta nosotros y podríamos verlo perfectamente. Sin embargo, en el Universo siempre existirán masivos y gigantescos grupos de galaxias que bloquearán la luz y no le permitirá que continúe su recorrido directo hasta los ojos del observador. Pues bien, cuando la luz del quásar se encuentra con la galaxia masiva que la bloquea, el campo gravitacional de esta masiva galaxia envía la luz a su alrededor, es decir, la dobla y la magnifica. La gravedad en la galaxia actúa como un lente redirigiendo estos rayos de luz hacia afuera de ella.

Pero el asunto no queda ahí, cuando el fenómeno ocurre, en vez de crear una sola imagen del quásar, crea múltiples imágenes y muchas de estas imágenes pueden llegar en distintos momentos a los ojos del observador. Por ejemplo, si la galaxia es simétrica respecto a su eje y su posición entre el quásar y el observador, se podrá ver un anillo del mismo quásar en distintas imágenes. Sin embargo, el caso promedio suele ser lo contrario, que la galaxia masiva en el centro no sea simétrica, es decir, esté descentrada, entonces las distintas imágenes del mismo quásar se mueven también en tiempos diferentes. Es decir, que podemos ver la misma imagen en distintos momentos. Un ejemplo es la repetición del eco de luz que se dio con Eta Carinae, el enlace a ese artículo se encuentra más abajo.

Pues regresando a la noticia, ha sido precisamente lo que ha ocurrido con esta lejana supernova. La luz de esta explosión se encontró con un grupo de galaxias antes de llegar a nuestro sistema, y una de esas galaxias masivas actuó como un lente gravitacional produciendo cuatro imágenes distintas del mismo estallido estelar. Es la primera vez que se observa este fenómeno múltiple con la luz de una supernova y los investigadores rindieron tributo a la Teoría General de la Relatividad de Einstein.

“Este es el objeto más espectacular que hemos encontrado hasta ahora”, dijo Steven A. Rodney, coautor de la investigación en el observatorio Hubble con el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad Johns Hopkins. El autor principal del estudio es Adam Reiss, quien ganó el Premio Nobel de Física y la medalla Albert Einstein por su trabajo con supernovas sobre la aceleración del Universo, algo que hoy se le atribuye a la todavía desconocida energía oscura. El equipo, conocido como FrontierSN (Frontera y SN es por supernova) lleva dos años buscando con el Hubble explosiones estelares, hasta el momento han encontrado más de cuatro decenas de supernovas.

La actual se llama Refsdal, en honor al astrofísico noruego Sjur Refsdal, y Rodney dice en el estudio que podemos explicar estas múltiples fotografías capturadas comparándolas con cuatro trenes que salen simultáneamente de la misma estación y viajan a la misma velocidad.

“El cúmulo masivo de galaxias entre la Tierra y la supernova provoca una deformación gravitatoria del espacio-tiempo, que es similar a los diferentes paisajes por lo que estos trenes tienen que atravesar. Cada uno toma un camino diferente, unos un poco más directos que otros, por lo tanto, todos los trenes no llegarán al mismo tiempo a su destino final”, dijo Rodney para AAAs.
Precisamente, los astrónomos no están viendo las primeras imágenes que llegaron a la Tierra sino que las han capturado mientras se están yendo del vecindario, esperando que se desvanezcan completamente.

“Es como si entráramos a la estación y vemos pasar a estos cuatro trenes. No llegamos a tiempo para ver pasar el primer vagón conductor, pero ahora los estamos viendo pasar y esperamos a que el último vagón pase”.

Uno de los objetivos de este estudio, comentan, es la materia oscura. De hecho, los lentes gravitacionales alrededor de estos grupos de galaxias masivas, son pilares para las investigaciones sobre el tema. Sin embargo, existe otra expectativa interesante, tenemos una quinta imagen además de las cuatro que han recogido ahora, y se espera que esa image llegue a nosotros en cinco años. Los astrónomos confían en atraparla desde que entre a la estación. 

Los cuatro puntos amarillos que vemos en la imagen, son las cuatro fotos de la supernova capturada.

Aquí otra noticia interesante sobre el viaje de la luz por el universo:http://www.hechosdehoy.com/el-eco-de-luz-de-una-pareja-de-e…
Esta noticia fue publicada en el diario Science: www.science.com
Jueves, 19 de Junio de 2014

La espectacular explosión de una estrella

Gracias a "Observatorio: Una imagen diaria del Universo" descubro este espectacular vídeo de la explosión de una estrella. En concreto se trata de V838, se halla a unos veinte mil años luz de nosotros. El video es un montaje con las imágenes que se han recogido de dicha explosión a lo largo de cuatro años, en concreto de 2002 a 2006.

Lo que estamos viendo aquí es en realidad el resultado de la colisión de dos estrellas. Estas, habrían ido cayendo en espiral la una hacia la otra hasta llegar a chocar, dando lugar al impresionante espectáculo que podemos ver en este vídeo. Este modelo de choque estelar parece ser el que mejor explica las observaciones según el trabajo de R. Tylenda, del Departamento de Astrofísica del Centro Astronómico Nicolas Copérnico y N. Soker del Departamento de Física de Technion, el Instituto Tecnológico de Israel. El trabajo lleva por título: Eruptions of the V838 Mon tupe: estelar merger versus nuclear outburst models y se puede descargar desde arXiv.


Créditos de imagen: ESA, NASA, Hubble Space Telescope;
Music: The Driving Force (Jingle Punks)
Lunes, 1 de Julio de 2013

Hijos de la supernova

Artículo publicado originalmente en Cuaderno de Cultura Científica. Es una colaboración con la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU

La noche, oscura, nos brinda un espectáculo. El cielo se nos muestra repleto de pequeños puntos brillantes, parecen débiles, parpadean, y a primera vista parecen incontables. Son las estrellas. A pesar de que se nos muestran diminutos y de brillo débil a simple vista, en realidad, son titánicos objetos de dimensiones increíbles. En una estrella como nuestro Sol caben un millón de planetas como la Tierra, pero esto no es nada, existen estrellas mucho más grandes que nuestro Sol.

Pero, ¿de donde vienen las estrellas? Parecen inmutables, pues a lo largo de una vida humana, rara es la vez que apreciamos un cambio en ellas. Las estrellas no son eternas ni inmutables, a lo largo de su vida experimentan cambios y su existencia es limitada en el tiempo, nacen y con el tiempo se extinguen.

Las seis mil estrellas que vemos a simple vista en una noche despejada y desde un sitio sin contaminación lumínica, no son más que una pequeña e insignificante representación de las estrellas que pueblan nuestra galaxia, pues en esta hay aproximadamente más de cien mil millones de estrellas.

Image credit: NASA, ESA, M.Robberto(STScI/ESA)et al.
Hace años que la especie humana ha sido capaz de descubrir de donde viene las estrellas, sabemos donde se forman esos luceros que tachonan nuestras noches. Las estrellas son ingentes esferas de gas, compuestas principalmente de hidrógeno. Se forman a partir de nubes donde abunda el hidrógeno molecular, que simplemente es una molécula formada por dos átomos de hidrógeno unidos. Estas nubes son muy densas comparadas con la densidad del medio interestelar, en ellas se llega a alcanzar las mil o diez mil moléculas por centímetro cúbico. Estas nubes moleculares tienen masas increíbles pues pueden llegar a alcanzar diez millones de veces la masa de nuestro Sol. Solo el agujero negro del centro de la Vía Láctea parece ser capaz de superar la masa de estas nubes. Pero donde no tienen rival, donde ningún otro objeto de la galaxia se las puede comparar es en su extensión, pues pueden llegar a ocupar extensiones de 300 años luz. Podemos hacernos una idea de los tamaños de estas nubes si nos fijamos en M42, la nebulosa de Orión. Dicha nebulosa es visible a simple vista. Se ve como una pequeña nubosidad justo debajo de las tres estrellas que forman el cinturón de dicha constelación. A través de un telescopio se puede observar en detalle la belleza de dicha nube, pero para conocer su verdadero tamaño debemos recurrir a imágenes en el infrarrojo. Gracias a las observaciones del satélite IRAS sabemos que M42 tiene un tamaño superior a la constelación de Orión entera. Observar el tamaño aparente de dicha constelación en nuestros cielos nos da una idea aproximada de la inmensidad de dicha nebulosa.

Las nubes moleculares son frías, muy frías, sus temperaturas se mueven en el rango de los -170 a los -260 grados centígrados. La temperatura es la escala con la que medimos el calor, y este, en última instancia, no es más que el nombre que le damos al movimiento de las moléculas de un cuerpo. Un cuerpo que esté más caliente que otro significa que sus moléculas se están agitando más rápidamente. A pesar de las bajas temperaturas de las nubes moleculares, sus constituyentes tienen el movimiento suficiente como para conseguir que la nube no colapse. Pero, para que una estrella pueda nacer, se necesita que precisamente la nube o parte de la misma empiece a colapsar, así pues, se necesita algo que inicie dicho colapso.

Hay varios mecanismos que pueden iniciar la formación estelar. Uno de ellos se debe a las ondas de densidad que dan forma a la estructura espiral de nuestra galaxia. Por delante de dichas ondas de densidad viaja siempre una onda de choque, que al interactuar con la nube molecular hace que esta colapse, dando así el primer paso hacia la formación estelar. El choque entre dos nubes moleculares o el choque entre dos galaxias también pueden servir como el proceso que desencadena el colapso de nubes moleculares.

Otro mecanismo son las supernovas. Las supernovas son la espectacular explosión con la que algunas estrellas llegan al final de sus días. Dichas explosiones forman ondas de choque, que de impactar con una nube molecular, pueden desencadenar el proceso de colapso y poner en camino el nacimiento de nuevas estrellas.

Image credit: NASA GSFC
Nuestro Sol es una estrella y por lo tanto él, como la corte de planetas, asteroides y cometas que le acompañan debieron surgir de la misma nube molecular. Pero en el caso de nuestro Sistema Solar, ¿qué causó el colapso inicial? La respuesta a esta pregunta no está cerrada. Pero la mañana del 8 de febrero de 1969 pruebas del posible causante del colapso llegaron a la Tierra en forma de meteorito, el meteorito Allende, que siendo del tamaño aproximado de un coche, irrumpió en nuestra atmósfera. El fuerte rozamiento al que se vio sometido hizo que brillara, convirtiéndose para cualquier espectador terrestre en una bola de fuego que cruzaba los cielos de México. El rozamiento con la atmósfera consiguió fragmentar el meteorito haciendo que así cayeran sobre la Tierra distintos fragmentos del mismo y estos cayeron cerca de Pueblito de Allende en el estado de Chihuahua.

Los análisis del meteorito de Allende han revelado que este es anormalmente rico en el isótopo 26 del magnesio, este isótopo se forma a partir del aluminio 26, el cual se produce en las explosiones de supernovas. Así pues, parece ser que el causante de la aparición de nuestro Sistema Solar, y en última instancia de nosotros mismos, fue una supernova. La titánica explosión de una estrella moribunda que explotó hace algo más de 4.500 millones de años, generando una onda de choque que impactó contra una nube molecular, iniciando el colapso de la misma y desencadenando los procesos que dieron lugar al Sol y al resto de componentes del Sistema Solar.

En la oscuridad de la noche es donde hemos encontrado nuestras raíces. Si alguna vez te has preguntado de donde venimos, la respuesta más probable es que en realidad somos hijos de la supernova. La respuesta a nuestro origen, en última instancia, es que provenimos de las estrellas.