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Martes, 18 de Julio de 2017

Quien viola la fe podría violar a una niña: Pastor Ortíz


En la más reciente discusión creada por el trino del expresidente Álvaro Uribe, en la que calificó al periodista Daniel Sámper de “violador de niños”* entró a terciar el pastor carismático Oswaldo Ortíz.

El líder evangélico, quien no solo es defensor de la doctrina protestante, sino de políticas de derechas presentó en un par de tuits su opinión pastoral sobre el incidente entre Uribe y su crítico de la prensa: “Si Daniel Samper es capaz de violar nuestra fe y nuestra libertad de conciencia es capaz que se atreva a violar cualquier otra cosa”, afirmó Ortiz.

El tuit emitido el 14 de julio muestra tres aspectos preocupantes de la propaganda evangélica de derechas, que presentaré a continuación:




1. Satanización del no creyente

Para Ortíz y decenas de creyentes como él, las personas no religiosas, ya sean ateos o agnósticos, son carentes de toda regla moral y como afirma el Pastor Ortíz «es capaz que se atreva a violar cualquier otra cosa». Esta estigmatización y falsedad la repiten una y otra vez porque necesitan convencer a los electores que los religiosos en política son mejores, a pesar que los hechos nos muestran que ser religioso no necesariamente te hace un mejor ciudadano.

Basta recordar los cientos de casos de sacerdotes abusadores de menores de edad y encubiertos por la cúpula eclesiástica. Es así como la Diócesis de Líbano, Tolima batalla para evitar pagar indemnización económica por la violación a dos niños desplazados por la violencia y cuyo sacerdote Luis Enrique Duque fue escondido tras muros de la Iglesia en Ibagué por un año. Súmesele un caso similar en Cali, ventilado este año, y que sin duda influyó para que el Papa Francisco evitara visitar esta ciudad. El mundo evangélico no está exento de casos de abuso sexual, como lo atestigua el caso del pastor Álvarez Gámez en el 2015 en Nariño, o más recientemente, tan sólo cinco días, en la ciudad de Huancayo, Perú, donde el pastor evangélico Fernando Matos Paucar secuestró, violó y mató a una niña de ocho años.

Cabe señalar que ante los reclamos a la Iglesia Católica para que indemnice a los niños abusados por el sacerdote William Mazo, el pastor Ortiz salió a defender a su hermana iglesia bajo el flojo argumento de la “cristianofobia”.

Por otra parte, es importante mencionar que miles de personas no religiosas llevan sus vidas con honestidad siendo miembros positivos de sus comunidades.

Vale la pena señalar aquí unas palabras del Premio Nobel de Física Steven Weinberg “Con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal hace falta la religión”.

2. Confusión sobre la libertad de conciencia
La libertad de conciencia permite que cada ciudadano pueda actuar libremente conforme a sus convicciones sin poder ser coaccionado a lo contrario por terceros o el Estado. Así pues, ¿En qué momento las declaraciones de Daniel Samper han obligado a un evangélico a practicarse una eutanasia, dejar de asistir a su culto o negar la divinidad de Jesús?

El pastor Ortíz, y la inmensa mayoría del mundo evangélico y de clérigos católicos confunden la libertad de cultos con una inmunidad a ser cuestionados, y es aquí donde paso al tercer punto.

3. La militancia evangélica busca limitar la libertad de expresión

La carta de los sentimientos heridos sale a flore cada vez con más frecuencia por los evangélicos. Por medio de la censura a las columnas de opinión, caricaturas, obras de arte y demás, se busca crear un aura de invulnerabilidad a la crítica. Y es que aquello que no puede ser defendido por la razón, sino con la fe, ha encontrado en el inventado delito de la blasfemia, la mejor manera para callar a sus críticos.

Los temas sagrados y vedados solo lo son para aquellos que libremente han aceptado esos dogmas. En pleno uso de la libertad de expresión puedo criticar a las iglesias, como se crítica a los partidos políticos, a los dogmas religiosos como a las teorías económicas, a los pastores como a cualquier otro personaje de influencia. Un pueblo no es una democracia si no existe la libertad de criticar, e incluso burlarse abiertamente, de quienes ostentan el poder.

Puede que a los hinduistas les ofenda, pero comeré carne. Puede que a los testigos de Jehová les moleste, pero seguiré diciendo que tienen tantos cúmulos de profecías falsas como cualquier charlatán, y que su norma de prohibir las transfusiones de sangre es ridícula. Pueden que se ofendan todos, pero diré que la Biblia, Torá y el Corán son libros como cualquiera, y que aferrarse a ellos para crear normas es anticuado y estrecho de mente.

No existe el derecho a no sentirse ofendido. Los derechos son para las personas, no para las ideas. Las ideas y doctrinas todas se puede analizar, criticar, reformular, aceptar y rechazar. Las ideas no se respetan o se irrespetan, simplemente se analizan y debaten. Si las ideas fueran respetables, nunca podríamos haber cambiado nuestra concepción de que la Tierra era inmóvil porque había que respetar esa idea, y más aún si textos de la Biblia, como la leyenda de Josué mandando a detener el Sol, lo enseñan.

Mientras no se impida a los religiosos la reunión para que celebren sus cultos o prediquen, no hay violación de la libertad de culto.

Nadie está violando los espacios “de la fe, de los cristianos, de los pastores” por disentir libremente de ellos, como tuiteó el Pastor Ortiz. Similar situación se vivió en Argentina donde el famoso sacerdote Jorge Gómez (llamado padre Pato) interrumpió una obra del grupo coral Lutherieces, llamado “educación sexual”, porque a su parecer insultaba su fe católica. Días después, y convergiendo en opinión con las recientes declaraciones del pastor Ortíz, afirmó: “La violación de la fe es peor que un delito, si una sociedad empieza a reírse de la fe, esa sociedad ya está destruida. La violación de la fe es diez mil veces peor que la violación de una hija”.

El periodista danés Flemming Rose decía sobre el particular “Si un creyente exige que yo, un no creyente, respete sus tabúes en el dominio púbico, no está pidiendo mi respeto sino mi sumisión, y eso es incompatible con una democracia laica”.

Poder disentir de las religiones es un derecho, así para Oswaldo Ortíz y sus colegas sea blasfemia. Lo que si queda muy mal es rebajar los debates con las ofensas personales como lo hace el expresidente Álvaro Uribe, y cómo ahora sus defensores de las iglesias, apoyan y replican.


*La polémica surgió porque el periodista Daniel Sámper en una nota satírica hizo una broma con el nombre de la hija de la senadora Paloma Valencia, del Partido de Álvaro Uribe. La niña se llama "Amapola". En medio de su show satírico afirmó que la niña de grande sería una heroína. A partir de este comentario el expresidente Álvaro Uribe calificó al periodista de violador de niños. Tras los reclamos de la prensa, este no sólo evitó retractarse, sino que se ratificó en su afirmación.
Miercoles, 6 de Junio de 2012

Pastor en Colombia abusaba sexualmente de sus feligreses tras lavado cerebral

El pastor Álvaro Gámez del Ministerio Apostólico y Profético Salem resultó un abusador sexual, quien por medio de técnicas sectarias presionaba a varias jóvenes para que tuviesen relaciones sexuales con él.

La sede central de esta iglesia evangélica se encuentra en la ciudad colombiana de Pasto, al sur del país.

El pastor Gámez aseguraba ser el elegido para restaurar el reino de David, el rey de Israel  mencionado en la Biblia. Y por tal razón , el quería tener 2.000 concubinas, a las cuales les decía que eran "liberadas" mientras él tenía relaciones con ellas sin preservativo.

El escándalo se conoció el pasado domingo 3 de junio por medio de la prensa, quien lo calificó de "Un pastor convertido en Lobo"

En la radio Marta, una exfeligrés mencionó que sólo en Pasto abusó de 27 señoritas, muchas de ellas menores de edad. Ella comentó que el pastor tenía sexo sin preservativo, aunque él se había hecho una vasectomía. Además del pastor existen mujeres que en la iglesia ayudaban a capturar niñas para el disfrute del pastor.



El pastor Gámez ha huido de Colombia, aunque la iglesia sigue funcionando.

El medio Kien y Ke ha presentado imágenes que serán utilizadas como prueba para acusar a este pastor. Las imágenes son cortesía de la ONG  Red de Víctimas de Sectas.


Marta comentó a la radio respecto a lo que los miembros de la iglesia le decían para que accediera a tener sexo que aceptara por fe: "Ellos te dicen que lo que allí sucede es de Dios. Que uno tiene que creer, ser obediente, que es una cosa del espíritu".


Noticia El Espectador


Mientras afuera de la iglesia su congregación elevaba cánticos a Dios, adentro, en el que llamaba el “cuarto de los niños” o, en ocasiones, en su propia oficina, el pastor Álvaro Javier Gámez Torres tenía relaciones sexuales con muchachas de su comunidad a las que había convencido de que acostándose con él asegurarían un lugar en el cielo.

Durante años, jóvenes del Ministerio Apostólico y Profético Salem —que dirigía Gámez y que cuenta con 15 mil fieles, 5 mil de ellos en Pasto (Nariño)— toleraron que el pastor las tocara, sin embargo, una de ellas no aguantó más, denunció el hecho y el escándalo estalló. De acuerdo con su testimonio, Gámez lentamente dejaba sin voluntad a sus víctimas y ayudado de otras mujeres, las convertía en sus esclavas sexuales.

El testimonio de quien habría sido durante ocho largos años víctima de Gámez forma parte del material probatorio que le presentó a la Fiscalía el presidente de la Red de Apoyo a Víctimas de Sectas, Héctor Navarro —quien ha documentado un sinnúmero de casos similares a este en países como Uruguay y Argentina—, para que procese a Gámez quien, de acuerdo con personas cercanas a la congregación, viajó recientemente a Chicago (Estados Unidos) y allí se encontraría.

Entre las pruebas que se le presentaron a la Fiscalía se encuentran dos videos en los que aparece Gámez sosteniendo relaciones sexuales con dos menores de edad mientras, de fondo, se escuchan los cánticos de la congregación. Personas cercanas a la comunidad, que prefirieron guardar su identidad, hablaron con El Espectador y refirieron que los videos son fundamentales debido a que “nadie que salió de esta secta contaba con pruebas contundentes sobre lo narrado, por lo cual el líder sectario se fortaleció cada vez más pensando que el favor de Dios estaba con él”.

Ellos le narraron a este periódico lo que al parecer era el modus operandi de Gámez. “Para implementar dichas prácticas, el líder les exigía a los asistentes al culto total devoción en su palabra, prohibiéndoles a sus adeptos cualquier acercamiento con personas extrañas a su ministerio, igualmente prohibió la lectura de libros que no fueran la Biblia y escuchar música que no fuera la de su iglesia. Así logró crear adeptos que le entregaron su completa voluntad, al punto de llegar a abandonar familias, trabajos y estudios con tal de seguir las órdenes dadas por su líder”.

La devoción era tal, que los feligreses habrían hecho caso omiso a las denuncias de abuso sexual por parte de su líder. A quienes hablaban contra él los señalaban de tener alucinaciones. Los videos serían prueba fehaciente de que no había nada de imaginación en los señalamientos.

De acuerdo con los denunciantes, “esta devoción ciega le permitió iniciar con las prácticas sexuales protegido por un séquito de personas que creen que lo realizado por su líder es dirigido por Dios, así que por medio de mujeres ya entrenadas, al parecer de su círculo familiar, empezó a reclutar a jóvenes con el fin de que satisficieran sus deseos sexuales (...). Primero y después de orar les daba lo que llamaba ‘Ministraciones’, que eran besos en la boca. Luego, las mujeres que le ayudaban les decían a las víctimas que lo que Gámez había hecho estaba bien y, en medio de versículos bíblicos interpretados a su acomodo, les hacían creer que lo hecho estaba aprobado por Dios”.

Entonces venía el acto sexual con el que las víctimas, según el pastor, recibirían bendiciones e iluminaciones y que a él, de acuerdo con lo que les decía a las niñas, “le permitía acceder a diálogos con el Altísimo”.

Según las personas que denunciaron el hecho, esta no sería la primera vez en la que Gámez abusaba de menores de edad, usando a Dios como excusa. Será la Fiscalía la que determine la responsabilidad del pastor y, eventualmente, ordene su captura. Mientras tanto, Pasto está conmocionada con el caso de este hombre que presumía ser un ejemplo para sus feligreses y para algunos de ellos aparentemente terminó siendo su perdición.


Este caso muestra las consecuencias de la fe religiosa. Porque solo anulando el pensamiento crítico se puede llegar a estos extremos.

¿Y usted qué opina?