Miercoles, 2 de Enero de 2013
Archivos en la categoría música
Lunes, 10 de Octubre de 2011
LA MALA REPUTACIÓN
Todos vendrán a verme ahorcado, salvo los ciegos, eso está claro.
Todos me mandan al infierno, salvo el ateo, que no cree en eso...
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O tal vez también. Mi admirado por otras tantas cosas Eduardo Robredo ha defendido recientemente en su magnÃfico blog La Revolución Naturalista que los no creyentes "tenemos las mismas necesidades de ritos de paso y de redes sociales de apoyo que los creyentes", pero no ha sido capaz de mantener una discusión amigable sobre el tema en cuanto un ateazo irreverente (más a lo Brassens que a lo Zapatero) ha hecho ver que su propia experiencia es un contraejemplo a esa tesis... O no tanto, porque tampoco estoy seguro de que todos los creyentes compartan esas necesidades. Seguramente la necesidad de sentirse en el rebaño sea independiente de la credulidad.
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En fin, asà que como Eduardo ha cerrado la discusión, la abro yo aprovechando una de las vÃas de agua del Otto Neurath.
Todos me mandan al infierno, salvo el ateo, que no cree en eso...
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O tal vez también. Mi admirado por otras tantas cosas Eduardo Robredo ha defendido recientemente en su magnÃfico blog La Revolución Naturalista que los no creyentes "tenemos las mismas necesidades de ritos de paso y de redes sociales de apoyo que los creyentes", pero no ha sido capaz de mantener una discusión amigable sobre el tema en cuanto un ateazo irreverente (más a lo Brassens que a lo Zapatero) ha hecho ver que su propia experiencia es un contraejemplo a esa tesis... O no tanto, porque tampoco estoy seguro de que todos los creyentes compartan esas necesidades. Seguramente la necesidad de sentirse en el rebaño sea independiente de la credulidad.
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En fin, asà que como Eduardo ha cerrado la discusión, la abro yo aprovechando una de las vÃas de agua del Otto Neurath.
Domingo, 20 de Mayo de 2012
BY THE RIVERS OF BABYLON (ADULT VERSION)
¿Quién no recuerda el precioso espiritual-reggae popularizado por esos monstruos de Boney M?
Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habÃan llevado cautivos nos pedÃan que cantásemos,
Y los que nos habÃan desolado nos pedÃan alegrÃa, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegrÃa.
Hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.
AquÃ, con nuestro poco talento para los idiomas y nuestra general incultura religiosa, no éramos muy conscientes de que se trataba del texto de uno de los Salmos, el 137, que dice aquello tan bonito de:
1 Junto a los rÃos de Babilonia,
Allà nos sentábamos, y aun llorábamos,Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habÃan llevado cautivos nos pedÃan que cantásemos,
Y los que nos habÃan desolado nos pedÃan alegrÃa, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegrÃa.
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Le dan a uno ganas de llorar y unirse al coro de gospel dando palmas, yeah, yeah, sintiéndose asà un poquito camino del cielo.
Y también le dan ganas de seguir ampliando la letra con la continuación del salmo, que seguro que no la pusieron en la canción porque no cabÃa (o no encajaba bien con la medida de la música):
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7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el dÃa de Jerusalén,
Cuando decÃan: Arrasadla, arrasadlaHasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.
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Y ya, en pleno éxtasis mÃstico-espiritual, cantar a grito pelado el último versÃculo del salmo, y coger de las manos a los niños de la primera fila de la iglesia para bailar con ellos... ¡Ah, qué sensaciones que le da a uno la religión!
Una metáfora engañosa, como siempre: es cierto que hay gente a la que la buena música (pongamos, Beethoven) le deja frÃo, pero en este caso NO SE TRATA DE UNA CUESTIÓN TOTALMENTE SUBJETIVA. La música tiene propiedades objetivas, que pueden ser analizadas y comprendidas perfectamente incluso por quien no tiene "sensibilidad musical", y que tienen que ver con la ciencia de la acústica y con la neurologÃa de nuestra percepción. En el caso del "misterio", por el contrario, no hay NADA QUE PUEDAS ARGUMENTAR OBJETIVAMENTE, pues, como he dicho varias veces Y NO TE HAS MOLESTADO NUNCA EN RESPONDER, Y SUPONGO QUE NI EN PENSAR, ni siquiera podemos saber si los conceptos que le aplicamos se le PUEDEN aplicar (al contrario que con la acústica y el resto de las ciencias, en las que el éxito predictivo son una garantÃa, al menos provisional, de que nuestros conceptos no andan muy desencaminamos).
Por otro lado, nuestro cerebro ha evolucionado (biológica y culturalmente) de modo que ciertas relaciones matemáticas y fÃsicas entre los sonidos tienden a producir a la mayorÃa de los oyentes una cierta RESPUESTA EMOCIONAL, pero no hay NADA en las propiedades objetivas de los sonidos que haga que CUALQUIER SER VIVIENTE E INTELIGENTE tuviera de forma necesaria que tener la misma respuesta emocional que yo a la música de Beethoven: que yo responda asÃ, es un accidente de la evolución (accidente muy bien aprovechado por Beethoven, naturalmente). Del mismo modo, no hay nada en el "misterio" que haga que la ÚNICA reacción razonable ante él por parte de un ser racional sea la de caer sobrecogido de hinojos (y mucho menos identificarlo con cierto personaje más o menos antipático de ciertos libros considerados "sagrados"), y no lo hay porque, sencillamente, del misterio no puedes SABER nada, ni siquiera eso (si no, no serÃa un misterio).
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o estoy sordo o mi interlocutor es esquizofrénico. Usted afirmará lo segundo tal vez, yo lo primero.
De acuerdo, pero imagina un mundo de sordos, en donde nace una persona que puede oir. Sólo hay una cosa que puede convencer RACIONALMENTE a los sordos de que esa persona tiene una capacidad perceptiva que le permite conocer OBJETIVAMENTE ciertos aspectos de la realidad que ELLOS no pueden captar: el mayor éxito predictivo que el que oye tiene frente a los que no oyen (p.ej., que oye los pasos de alguien acercándose, y entonces predice que alguien va a llegar, antes de que lo puedan predecir sus compañeros).
En cambio, si el que DICE que "oye" se limita a afirmarlo y a adoptar una conducta idiosincrática cuando se refiere a ello, y con más pundonor todavÃa cuando los demás se lo ponen en duda, pero sin ser capaz de PREDECIR nada nuevo gracias a sus supuestas "audiciones", pues los demás tendrán dos opciones: creérselo como pazguatos (depende de lo convincente que sea en su conducta idiosincrática) o no hacerle ni caso.
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Tú ponte en mi lugar: tú dices que, según tú, lo que se "oye" en el caso del misterio es algo asà como una "noergia" que te hace arrodillarte, rezar, tal vez valorar la virginidad, y quién sabe si abstenerse de comer carne los viernes de cuaresma. Ten un poco de piedad conmigo y comprende que yo no oigo nada de eso: pues caramba, intenta hacer un poco como el que oye en un mundo de sordos, enséñame qué OTRAS cosas puedes averiguar tú (y que yo pueda contrastar objetivamente) sobre el mundo A PARTIR DE LA HIPÓTESIS DE QUE TÚ TIENES RAZÓN Y YO NO sobre lo que se "oye" o se deja de "oir". (Y no vale lo de "mira cómo les mola a millones de personas mi conducta idiosincrática", porque no se trata de si les mola o les deja de molar, sino de pruebas objetivas, predicciones empÃricas, o al menos razonamientos lógicos intersubjetivamente examinables).
Y dale: comprende que mi valoración epistemológica del "análisis fenomenológico del inteligir" es nula. Nuestra mente es como es, y nos produce las experiencias e intelecciones que nos produce, por razones que son todo menos TRANSPARENTES para la mente misma. El cerebro ha creado una fenomenologÃa que nos simplifica la vida PERO QUE NOS ENGAÑA DE MALA MANERA. Te recomiendo una lectura un poco más cientÃfica que la ilusión de que la fenomenologÃa enseña algo sobre la realidad.
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