Archivos en la categoría Kenia

Jueves, 2 de Marzo de 2017

Evangélicos prenden fuego a mujer para “purificarla”

Vilma Trujillo muerta como resultado
de un exorcismo evangélico. Imagen: Univisión
Vilma Trujillo, una mujer de 25 años encontró la muerte a manos de un grupo de evangélicos de las Asambleas de Dios tras prendérsele fuego en un rito de "purificación religiosa". Los hechos ocurrieron en la remota comunidad El Cortezal en la región del Caribe Norte de Nicaragua. 

Los feligreses evangélicos, encabezados por el pastor Juan Gregorio Rocha Romero, ataron a la mujer de pies y manos estando desnuda y la lanzaron a una hoguera con el fin de expulsarle el demonio. La mujer murió el 21 de febrero de 2017 poco después tras haber estado en coma, con quemaduras en el 80% de su cuerpo.

El pastor declaró que la mujer se encontraba endomoniada. No conformes con esto luego lanzaron su cuerpo a un barranco. Franklin Jarquín,  un evangélico que participó en el hecho, comentó a un medio local que ella “cometió un error ante Dios y por eso la endemonió”.

“Falló ante Dios, porque tenía su compañero de vida, y estuvo con otro hombre mientras se hacía pasar por cristiana. Por eso se le metió el demonio”, justificó Jarquín con naturalidad.


El pastor Rocha Romero, de 23 años, fue detenido por las autoridades el viernes 24 de febrero junto a otros cuatro evangélicos. El ministro evangélico le aseguró a las autoridades que la mujer estaba endemoniada. â€œDios ordenó ponerla junto al fueguito para sacarle al demonio. Nosotros estábamos orando, y cuando el demonio se salió de su cuerpo, ella cayó en el fueguito”. Mientras tanto, Reynaldo Peralta Rodríguez, esposo de Vilma Trujillo, afirmó que no estaba endemoniada, sino que "le habían hecho un maleficio". El viudo también denunció amenazas contra él y su familia.

Grupo de evangélicos capturados por el asesinato
de Vilma Trujillo Fuente: Nydailynews
Las Asambleas de Dios en Nicaragua se han deslindado del hecho diciendo que el pastor Rocha no pertenece a su denominación.

La tragedia no sólo destruyó la vida de Vilma Trujillo sino de los creyentes que participaron en estos actos, quienes ahora deberán enfrentar cargos por homicidio.

Es lamentable que en pleno siglo XXI estas cosas estén ocurriendo. Pero es lo esperable cuando la sociedad se forma en el pensamiento religioso y no en el racionamiento crítico. El hecho de creer literalmente en la Biblia ya es peligroso para la salud mental. La Biblia habla de la existencia de demonios y que estos pueden apoderarse de las personas. También contiene mandatos que ordenan quemar a las presuntas brujas o hechiceros. “A la hechicera no la dejarás con vida” (Éxodo 22:18) y “El hombre o la mujer que consulten espíritus de muertos o se entreguen a la adivinación, han de morir; serán apedreados, y su sangre caerá sobre ellos” (Levítico 20:27). Por su parte, el dios Jehová aparece amenazando con el fuego a una adivina y a quienes le han consultado (Isaías 47:8-15). Sin duda estos textos, así como el relato de Jesús expulsando los demonios de unos gadarenos, inspiraron al pastor Juan Gregorio Rocha Romero.

Cabe señalar que Centroamérica es una región en dónde el cristianismo evangélico y pentecostal crece enormemente por lo que el fundamentalismo bíblico está ganando terreno entre muchas personas pobres y baja educación.

El hecho que tanto los creyentes como el esposo describieran algo anormal en el comportamiento de Vilma hace pensar que la señora tenía algún tipo de problema psiquiátrico. En la Biblia se señalan como características de los endemoniados cosas que perfectamente caben en el estudio de la neurología o la psiquiatría. Por ejemplo las convulsiones: "Y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él. (Lucas 9:39); las tendencias autodestructivas "Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.(Marcos 5:5)"; Gran fuerza sobrehumana (Marcos 5:4). Al igual que en la Edad Media, las mentes ignorantes interpretaron esto como sobrenatural y he aquí el desastroso resultado.

Más hogueras en el mundo

Este caso no es el primero en que religiosos prenden fuego a presuntos endemoniados o brujos en tiempos recientes. Cabe señalar que en 2008 quemaron al menos 11 mujeres en Nyakeo, Kenya. Por la zona corrió el rumor de que esas personas traían la mala suerte y convertían a la gente en caníbales, sordos, mudos o sonámbulos. 

En Tanzania se estima que unas 3.000 personas han sido acusadas y asesinadas por "brujería", sobre todo ancianas, 2005 y 2011. "Un promedio de 500 personas de la tercera edad, en particular ancianas con enrojecimiento en los ojos, pierden la vida cada año en Tanzania, acusadas de ser brujas"

Los prejuicios de Tanzania y Burundí también se extienden hacía las personas albinas.

En India se estima que en los últimos 15 años más de 2.000 personas, la mayoría mujeres, han sido asesinadas acusadas de brujería. El último caso tuvo lugar en abril de 2016 en el estado de Jharkhand, al noreste del país, donde tres miembros de una familia han sido quemados vivos por una turba que les acusaba de haber realizado sacrificios humanos. Hubo un rumor de que habían secuestrado a un menor para un sacrificio a la diosa hindú Kali y procedieron a quemar el hogar. Ningún menor raptado fue encontrado. 

Hechos como los anteriores nos muestran la urgencia de defender y divulgar el pensamiento racional y la ciencia. 
Jueves, 9 de Abril de 2015

El profesor musulmán que ordenó la masacre de 149 estudiantes en Kenia por no saberse el Corán

Primero decapitaron a los universitarios que reconocían su fe cristiana. Quienes dudaban fueron sometidos a un test sobre el Corán. Detrás del macabro plan estuvo Dulyadin Gamadhere.

Artículo de Iván Gallo | abril 06, 2015


Los estudiantes recordaban a Dulyadin Gamadhere como un tipo intransigente. Al Corán no había que leerlo sino aprendérselo de memoria, amarlo y respetarlo. Si fuera por él, devolvería de un solo manotazo el libro de la historia hasta que no quedara nada de esa hiedra podrida llamada cristianismo. En el 2009, al ver que desde su trabajo como profesor de religión no le aportaba en nada a la fe del Islam, decidió enrolarse con el Al Shabaad, grupo extremista formado en el 2006 con los restos que habían quedado del derrotado movimiento Unión de Tribunales Islámicos de Somalia.

Educado con mano férrea por su madre, una musulmana radical buscada por la policía keniata y que recibe el apodo deLa dama de hierro, Dulyadin Gamadhere no sólo dejó su profesión sino que se cambió el nombre: De ahora en adelante se le conocería como Muhamed Kuno y, con ese seudónimo, esparciría una estela de sangre, venganza, horror y muerte por todo Kenia.


El pasado noviembre, hombres bajo su mando detuvieron un bus de transporte público en Nairobi. Después de hacer bajar a sus 28 ocupantes, les ordenaron acostarse en el suelo y allí, uno a uno, los fueron aniquilando con un disparo en la nuca. El único crimen que habían cometido esas era el de profesar un credo diferente al suyo.

Sus actos terroristas llegaron al punto máximo el jueves en la madrugada, cuando cinco de sus muchachos, entre los que se contaba Abdirahim Adbullahi, un aventajado estudiante de Derecho al que muchos vislumbraban en un futuro como un brillante jurista, irrumpieron en la Universidad de Garissa y asesinaron a 149 personas.

Garissa era una ciudad que guardaba recuerdos entrañables para Muhamed Kuno. Allí no sólo pasó largos periodos de su vida, sino que conoció a una de sus tres esposas actuales. La conocía bien aunque la verdad, nunca le gustó el clima que se respiraba en la Universidad. Kenia era un reducto católico casi que inexpugnable. El ochenta por ciento de su población profesaba esa fe, aspecto que una organización como Al Shabaad no iba a seguir tolerando.

A las tres de la mañana los terroristas entraron al hostal de los varones. En tono pausado preguntaron si allí había infieles. Con timidez algunos muchachos levantaron la mano. Los pusieron en un rincón del cuarto en donde estaban y allí mismo los ametrallaron. Los que se habían quedado quietos los confrontaron y les hicieron al instante un test improvisado sobre el Corán. Los que no lo pasaban eran muertos al instante.

Esa primera ráfaga despertó el caos. Las mujeres, en la residencia aledaña, corrían por los pasillos medio desnudas. Los terroristas trataban por todos los medios de conservar la calma y el cálculo. Siguieron preguntando por los infieles, los unos se señalaban a los otros. A los cristianos se los llevaron a un cuarto del hostal, los encerraron y allí mismo los decapitaron.

Afuera las balas zumbaban como avispas asesinas. Alebrestados por la sangre, los yihadistas dejaron de discriminar a sus víctimas: ahora caería todo aquel que los osara mirar a los ojos. Tenían todo el tiempo del mundo para actuar, las brigadas especiales keniatas se tardaron demasiado en aparecer en escena, tanto que hoy en día la prensa local tildan su negligencia de criminal. Algunos estudiantes alcanzaron a huir saltando muros, llenándose el cuerpo de sangre o encerrándose en lugares imposibles. Mientras tanto ciento cincuenta muchachos, caían bajo la furia de los extremistas.

Lejos de encontrar paz ante esta descomunal masacre, Al Shabaad profetiza nuevos genocidios y ya ha jurado que no descansaran hasta sacar a patadas a los cristianos del territorio musulmán. El sábado cinco de los terroristas fueron abatidos por soldados keniatas. En un espectáculo que azuzará todavía más el odio de Muhamed Kuno y sus discípulos, pasearon el cuerpo de los militantes muertos por las calles de Garissa para que la gente los apedreara y escupiera.

La mitad de África busca sin descanso a Kuno quien ha visto con satisfacción como su cabeza, que hace una semana costaba apenas 30 mil euros, hoy se ha cotizado en 250 mil. Escondido en cualquier hueco, sigue incansable enseñando y propagando la fe del islam. Con un Corán en la mano caerá, no sin antes dejar su legado de odio en uno de los cientos de jóvenes que siguen a rajatabla sus enseñanzas.