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Sábado, 30 de Mayo de 2015

Charlie Charlie: Un juego para comprobar que tan crédulos somos.

En las redes sociales ha hecho furor un juego presuntamente paranormal llamado Charlie Charlie. En este se ponen un par de lápices, en equilibrio inestable, sobre una hoja de papel en la que se ha dividido en cuatro sectores con las opciones si y no, y luego se procede a invocar el espíritu de un tal Charlie, el cual debe responder moviendo el lápiz.

Entre los adolescentes el juego se ha convertido en viral y no han faltado los casos de histeria colectiva, como se han documentado en la ciudad de Cali, así como de otras crisis nerviosas en jóvenes y niños.

¿Por qué se mueven los lápices?

Por la fuerza de gravedad y porque los lápices se encuentran en movimiento inestable. La posición de los lápices es muy inestable lo que hace que la menor variación en el ambiente, tan como una corriente de aire o una vibración en la mesa pueda afectar su equilibrio. (Ver Equilibrio mecánico).

Ahora si los lápices tienen una superficie facetada muy grande, es probable que los lápices no se muevan.

¡Razonamiento crítico por favor! 

Salir gritando ¡Hay un fantasma! por que se mueva un lápiz en equilibrio inestable es igual de absurdo que decir aliens al ver un meteorito o una nube lenticular.  Â¿Dónde están las pruebas?

Si de verás hubiera un espíritu de un tan Charlie, ¿Este conoce inglés, francés, español, portugués y otros para responderle a cualquier adolescente? ¿Sabe tanto de la vida de cada persona? ¿Es capaz de mover un lápiz en equilibrio inestable pero haría los mismo si se tratara de un par de bloques de ladrillos?

¿Puede un espíritu poner objetos en movimiento? ¿Y que tal si levantase la cinta para poder mover el lápiz? ¿O porque no mejor levantar el lápiz y escribir la respuesta? Así no habría lugar a dudas. Pero no. Los espíritus son escurridizos, no se presentan ante ateos, responden con golpecitos tontos, n lugar de respuestas concretas. Responden cosas fáciles o cotidianas. Nada de responder con la cura para el cáncer de páncreas o el número de la lotería de la siguiente semana. Y si presuntamente lo hacen, no dejan testigos o evidencias. 




La estupidez religiosa otra vez

El viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media e Colombia, Luis Enrique García de Brigard pidió a los padres de familia y docentes que hagan pedagogía sobre el fenómeno físico que mueve los lápices, “más bien deberíamos utilizar esto en distintas clases para explicar física y matemáticas, de tal manera que todos lo entendamos. El principal mensaje que tenemos hoy es que este es un fenómeno físico perfectamente explicable. Hay unos lápices que se mueven como efecto de la gravedad, y no hay nada paranormal involucrado en este procedimiento". 

No obstante, no pocos representantes de la Iglesia Católica han salido a los medios de comunicación a afirmar que este juego es peligroso, por "abrir puertas desconocidas a espíritus".

El sitio Catholic.net ha salido a defender el absurdo y la irracionalidad con estas palabras:
"Hay que advertir que, aunque se lo juegue por curiosidad, se está abriendo camino para el demonio y no es de extrañar que la persona quede espiritualmente afectada. El bien que el sujeto pensaba percibir no se logra, resulta ser un engaño."
Terrible que en pleno siglo XXI l gente siga creyendo que detrás de un fenómeno natural se escondan invisibles fantasmas. Si por la religión fuese aún estaríamos sin vacunas y haciendo procesiones para que la Virgen sacara la viruela y la peste bubónica de en medio de nosotros.

Recordando a Sagan 

Al ser interrogado sobre presuntos fenómenos paranormales, el astrónomo Carl Sagan tomó el caso de un medium que supuestamente canalizaba el espíritu de un antiguo aborigen americano, no con lápices, sino en su voz. En su momento Sagan respondió:
Ahora reconsideremos la canalización. Hay una mujer en el Estado de Washington que afirma entrar en contacto con alguien que tiene 35.000 años de edad: Ramtha (quien, por cierto, habla muy bien inglés con lo que me parece un acento indio). Supongamos que tenemos a Ramtha aquí y supongamos que Ramtha es cooperativo. Podríamos hacer algunas preguntas: ¿Cómo sabemos que Ramtha vivió hace 35.000 años? ¿Quién está llevando la cuenta de los milenios que se interponen? ¿Cómo es que son exactamente 35.000 años? Eso es un número muy redondo. ¿35.000 más qué, o menos qué? ¿Cómo eran las cosas hace 35.000 años? ¿Cómo era el clima? ¿Dónde vivió Ramtha? (Sé que habla inglés con un acento indio, pero ¿dónde se hablaba así hace 35.000 años?) ¿Qué come Ramtha? (Los arqueólogos saben algo sobre lo que comía la gente por aquel entonces.) Tendríamos una buena oportunidad de descubrir si sus afirmaciones son ciertas. Si fuera realmente alguien de hace 35.000 años, podríamos aprender mucho sobre hace 35.000 años. Por tanto, de una manera u otra, o Ramtha es realmente alguien de hace 35.000 años, en cuyo caso descubriremos algo sobre ese periodo (que es anterior a la glaciación de Wisconsin, una época interesante), o es un farsante y se equivocará. ¿Cuáles son los idiomas indígenas, cómo es la estructura social, con quién más vive Ramtha (hijos, nietos), cuál es el ciclo de vida, la mortalidad infantil, qué ropas lleva, cuál es su esperanza de vida, qué armas, plantas y animales hay? Dinos. En cambio, lo que oímos son las homilías más banales, indistinguibles de las que los supuestos ocupantes de los OVNIs les dicen a los pobres humanos que afirman haber sido abducidos por ellos.


Ocasionalmente, por cierto, recibo una carta de alguien que está en contacto con un extraterrestre que me invita a "preguntar lo que sea". Así que tengo una lista de preguntas. Los extraterrestres están muy avanzados, recordemos. Por tanto pregunto cosas como: "Por favor, denme una demostración simple del Último Teorema de Fermat." O de la Conjetura de Goldbach. Y luego tengo que explicar qué son estas cosas, porque los extraterrestres no las llamarán Último Teorema de Fermat, así que escribo la pequeña ecuación con sus exponentes. Nunca recibo respuesta. Por otra parte, si le pregunto algo como "¿Deberíamos ser buenos los humanos?", siempre recibo respuesta. Pienso que se puede deducir algo de esta habilidad diferenciada para contestar preguntas. Si son cosas imprecisas y vagas, están encantados de responder, pero si es algo específico, que dé ocasión a descubrir si saben algo realmente, sólo hay silencio. El científico francés Henri Poincarè hizo una observación sobre por qué la credulidad está tan extendida: "También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador." Eso es lo que he intentado decir con mis ejemplos. Pero no creo que ésa sea la única razón por la que la credulidad está extendida. El escepticismo desafía a instituciones establecidas. Si enseñamos a todo el mundo, digamos a los estudiantes de instituto, el hábito de ser escépticos, quizá no limiten su escepticismo a los anuncios de aspirinas y a los canalizadores de 35.000 años. Puede que empiecen a hacerse inoportunas preguntas sobre las instituciones económicas, o sociales, o políticas o religiosas. ¿Luego dónde estaremos?
Al parecer los espíritus sólo mueven objetos en equilibrio inestable, así como los dioses sólo curan cánceres con el mismo porcentaje que estos mismos remiten espontáneamente.
Viernes, 20 de Junio de 2014

El juego, la dopamina y tus genes

De acuerdo con un nuevo estudio internacional, doce genes involucrados en la red de la dopamina en el cerebro tienen que ver con tus apuestas



Por Glenys Álvarez

Cuando entres al casino, recuerda tus genes y la dopamina. Es que un nuevo estudio ha encontrado que las estrategias y decisiones que tomes en tus apuestas están determinadas por los genes que rigen ese neurotransmisor. Los investigadores afirman que los inversionistas y jugadores deben tomar nota sobre el asunto, sin embargo, para los científicos es mucho más importante las implicaciones en enfermedades mentales como la esquizofrenia.

“Cuando la gente habla sobre la disfunción de la dopamina, la esquizofrenia es una de las primeras enfermedades que viene a la mente”, dijo Ming Hsu, autor principal, señalando que la enfermedad implica un patrón muy complejo de los déficits sociales y la toma de decisiones. “Si entendemos mejor las interacciones sociales ubicuas en entornos estratégicos, posiblemente entendamos mejor cómo caracterizar y, finalmente, tratar los déficits sociales que son síntomas de enfermedades como la esquizofrenia”.

A ver, comencemos explicando la dopamina, una sustancia química liberada por las neuronas en el cerebro que es clave en la obtención de recompensas y placer. Se sabe que las personas con deficiencia de dopamina tienden a desarrollar la enfermedad de Parkinson, también se conoce que si se interrumpe el sistema de red que se encarga de distribuir este importante neurotransmisor, pueden aparecer numerosos trastornos psiquiátricos y neurodegenerativos, como la ya mencionada esquizofrenia, la depresión y la demencia. Otros estudios ya han demostrado que la dopamina tiene un importante papel en el establecimiento de las relaciones sociales y sabemos bien que el humano de social tiene más que mucho.

El análisis actual se realizó en las universidades Nacional de Singapur, California en Berkeley e Illinois en Urbana-Champaign, y es el primer estudio en vincular las interacciones sociales con genes específicos que rigen el funcionamiento del neurotransmisor.

Ahora expliquemos la otra parte. Ya es conocido, gracias a otros estudios de imágenes cerebrales y sus confirmaciones, que cuando las personas compiten, dos tipos de procesos de aprendizaje ocurren:

– Aprendizaje por refuerzo: aprender puramente de las consecuencias de nuestras acciones.
– Aprendizaje por creencias: la gente intenta hacer un modelo de los demás jugadores con el fin de anticiparse y responder a sus acciones.

Más aún, Hsu estableció hace dos años que cuando la gente se involucra en interacciones sociales competitivas, como los juegos de apuestas, dos áreas del cerebro están involucradas directamente: (a) la corteza medial prefrontal, que es la parte ejecutiva del cerebro, y (b) el cuerpo estriado, que se encarga de la motivación y es crucial en el aprendizaje para la adquisición de recompensas.

“Si piensas en el cerebro como una máquina de computación, estas son áreas que toman los estímulos de entrada, los convierten a través de un algoritmo y los traducen en resultados de conductas de salida”, dijo Hsu. “Lo que es realmente interesante es que ambas áreas están enlazadas por las neuronas que utilizan la dopamina”.

Pues bien, los equipos querían determinar cuáles genes están implicados en la regulación de las concentraciones de dopamina en estas áreas del cerebro que fueron asociadas con el pensamiento estratégico. Para ello utilizaron 217 estudiantes de la Universidad Nacional de Singapur cuyos genomas fueron analizados en busca de unas 700,000 variantes genéticas. Los investigadores se centraron en sólo 143 variantes dentro de los 12 genes implicados en la regulación de la dopamina; entre estos doce, algunos estaban involucrados, principalmente, en la regulación de la dopamina en la corteza prefrontal, mientras que otros la regulan en el cuerpo estriado.

Los voluntarios jugaban un juego que se usa comúnmente en estas investigaciones sociales donde una persona apuesta, a través del ordenador, con un oponente anónimo. Y allí encontraron una gran e importante diferencia. Los equipos usaron un modelo matemático para medir la función cerebral durante el juego de competencia y correlacionaron ambos aprendizajes, refuerzo y creencias, con diferentes variantes o mutaciones de los doce genes relacionados con la dopamina.

Los resultados indican que cuando tomas una decisión basada en el aprendizaje por creencias, es decir, imaginas lo que piensa tu competidor y respondes estratégicamente a lo que crees, las variaciones en tres genes en la corteza prefrontal medial asociadas con la dopamina toman parte en el proceso. Sin embargo, el aprendizaje por refuerzo y consecuencias, como cuando rápidamente olvidas las experiencias pasadas y cambias de estrategia, fue asociado con las variantes en dos genes que afectan principalmente la dopamina del estriado.

“Este estudio muestra nuevamente que los genes influyen en el comportamiento social complejo, en este caso el comportamiento estratégico”, dijo Hsu, profesor en Berkeley. “Ahora tenemos algunas pistas sobre los mecanismos neuronales a través del cual nuestros genes afectan el comportamiento”.

Hsu está colaborando con otros científicos para correlacionar los 'logros' con los 'genes' y ver qué regiones del cerebro y cuáles aprendizaje son los más importantes para los distintos tipos de éxito en la vida.