LOS VERDADEROS ORÃGENES DE LA PASCUA
Por guerreropirata*
Hoy celebramos el domingo de Pascua, una fiesta vacacional festejada por millones de personas alrededor del mundo que honran la resurrección de Jesús, tal y como aparece descrita en el Nuevo Testamento, sucedida tres dÃas después de su crucifixión en el Calvario. También es el dÃa en que los niños esperan con entusiasmo al conejito de Pascua que llegará para entregarles sus dulces huevos de chocolate.
Pascua es una fiesta “móvil†que se conmemora el primer domingo tras la luna llena del equinoccio de primavera. Ademas se produce en fechas diferentes por todo el mundo desde que las iglesias occidentales pasaron a utilizar el calendario gregoriano, mientras que las iglesias orientales siguen usando el antiguo calendario juliano. Pero, ¿cuándo comenzó esta fiesta “móvilâ€, y cuáles son los orÃgenes de las tradiciones y costumbres que se celebran en este dÃa, tan importante en el mundo?
La mayorÃa de historiadores, muchos de ellos estudiosos de la Biblia, están de acuerdo en que la Pascua fue, originalmente, un festival pagano. Según el Diccionario BÃblico Unger: "La palabra Pascua es de origen sajón, Eastra, la diosa de la primavera, en cuyo honor se ofrecÃan sacrificios cada año en aquellos dÃas. Desde el siglo VIII los anglosajones habÃan adoptado el nombre para la celebración de la resurrección de Cristo" . Sin embargo, incluso entre aquellos que sostienen que la Pascua tiene raÃces paganas, surgen ciertos desacuerdos sobre cuándo surgió la tradición pagana de la fiesta. Aquà vamos a explorar algunas de estas perspectivas.
Resurrección como sÃmbolo de renacimiento
Una de las hipótesis defiende que la historia de la Pascua, de la crucifixión y de la resurrección constituye un sÃmbolo de renacimiento y renovación, narrando el ciclo de las estaciones, con la muerte y el retorno del sol.
Según algunos estudiosos, como el Dr. Tony Nugent, profesor de TeologÃa y Estudios Religiosos de la Universidad de Seattle y ministro presbiteriano, la historia de la Pascua proviene de la leyenda sumeria de Damuzi (Tamuz) y de su esposa Inanna (Ishtar), un mito épico llamado "El Descenso de Inanna", que se encuentra explicado sobre tablillas de arcilla cuneiforme que datan del año 2100 a. C.
Cuando Tamuz muere, Inanna cae desconsolada y lo sigue al inframundo. Una vez allÃ, ella entra a través de siete puertas, despojándose de todos sus vestidos mundanos. "Desnuda y de rodillas" se la juzga, mata y luego se la cuelga de forma pública. Mientras, en su ausencia, la tierra pierde su fertilidad, los cultivos dejan de crecer y los animales dejan de reproducirse. Por tanto, a menos que se tome alguna medida, la vida en la tierra corre serio peligro.
Después de la desaparición de Inanna durante tres dÃas su asistente se acerca a otros dioses, en busca de ayuda. Finalmente uno de ellos, Enki, crea dos criaturas que llevan la planta de la vida y del agua de la vida hasta el inframundo, esparciendo su presencia sobre Inanna y Damuzi, resucitandolos, y devolviéndoles el poder de volver a la tierra como la luz del sol, durante seis meses. Tras esos seis meses en el mundo fÃsico exterior, Damuzi tendrá que volver al inframundo de los muertos, donde permanecerá durante otros seis meses más, junto con Inanna. Asà son creados los ciclos de la muerte del invierno y de la vida de la primavera.
El Dr. Nugent señala que trazar paralelismos entre la historia de Jesús y la épica de Inanna " no significa necesariamente que Jesús no fuera una persona real y que no fuera crucificado, sino que la historia sobre él se estructura y embellece de acuerdo con un patrón muy antiguo y difundido ".
La diosa sumeria Inanna es conocida fuera de Mesopotamia con el nombre babilónico "Ishtar". En la antigua Canaán, Ishtar se conocÃa como Astarté y sus homólogas en los panteones griegos y romanos son Afrodita y Venus. En el siglo IV, cuando los cristianos identificaron el lugar exacto en Jerusalén donde se ubicó la tumba vacÃa de Jesús, seleccionaron el lugar donde ya existÃa un templo de Afrodita (Astarte – Ishtar - Inanna). Este templo fue derribado para construir la Iglesia del Santo Sepulcro, la más sagrada del mundo cristiano.
El Dr. Nugent señala que la narración de Inanna y Damuzi forma parte de una serie de relatos de dioses que mueren y resucitan y que representan el ciclo de las estaciones y de las estrellas. Asà tenemos, por ejemplo, las historias de la resurrección del Horus egipcio; la de Mitra, que era adorado en primavera o la historia de Dionisio, resucitado por su abuela. En todas estas historias son predominantes los temas de la fertilidad, la concepción, la renovación, el descenso hasta la oscuridad y el triunfo de la luz sobre las tinieblas, o del bien sobre el mal.
Pascua como una celebración de la Diosa de la Primavera
Otra perspectiva defiende que, en lugar de tratarse de una representación de la historia de Ishtar, la Pascua fue originalmente una celebración de Eostre, la diosa de la Primavera, también conocida como Ostara, Austra y Eastre.
Uno de los aspectos más venerados de Ostara es, precisamente, su espÃritu de renovación.
Celebrando el equinoccio de primavera el 21 de marzo, Ostara marca el dÃa en que la luz se iguala con la oscuridad, a partir del cual se impondrá a ella. Como quien trae la luz después de un largo y oscuro invierno, la diosa a menudo se representa bajo la forma de la liebre, un animal que representa la primavera, asà como la fertilidad de la temporada.
Según Jacob Grimm en su “Deutsche Mythologieâ€, la idea de la resurrección quedó arraigada dentro de la celebración de Ostara: " Ostara o Eastre parece haber sido la divinidad del alba radiante, de la luz naciente, un espectáculo que trae alegrÃa y bendición, cuyo significado podrÃa haber sido fácilmente adaptado para el dÃa de la resurrección del Dios de los Cristianos ".
La mayorÃa de los estudios sobre el origen de la palabra Pascua sostiene que se trata del nombre de una diosa mencionada entre el VII y VIII siglo por el monje inglés Bede, que denominó a dicha festividad como Ä’osturmÅnaþ (“Mes de Eostre†en Inglés antiguo, traducido en la época de Bede como "mes pascual") y consistÃa en un mes inglés correspondiente con abril y añadió: " antiguamente fue llamado asà por la diosa Eostre, en cuyo honor se celebraban fiestas en ese mes ".
Los orÃgenes de las costumbres de Semana Santa
Las costumbres más practicadas en el Domingo de Pascua se relacionan con los sÃmbolos del conejo ("Conejo de Pascua") y el huevo. Como se ha señalado anteriormente, el conejo era un sÃmbolo asociado a Eostre, que representa el comienzo de la primavera. Del mismo modo, el huevo ha llegado a representar la primavera, la fertilidad y la renovación.
En la mitologÃa germánica se dice que Ostara sanó a un pájaro herido que encontró en el bosque, transmutándolo en una liebre. Pero como continuaba siendo un pájaro parcialmente, la liebre mostró su agradecimiento a la diosa entregándole huevos como regalos.
La Enciclopedia Británica explica claramente las tradiciones paganas asociadas con el huevo: “ El huevo como sÃmbolo de la fertilidad y de la vida renovada se remonta a los antiguos Egipcios y los Persas, que tenÃan también la costumbre de pintar y comer huevos durante su festival de primavera ". En el antiguo Egipto, un huevo simbolizaba el sol, mientras que para los Babilonios el huevo representaba la eclosión de la Venus Ishtar, que cayó del cielo hasta el Éufrates.
En muchas tradiciones cristianas la costumbre de dar huevos en Pascua refleja el nacimiento a la nueva vida. Los Cristianos recuerdan que Jesús, después de morir en la cruz, resucitó de entre los muertos, lo que demuestra que la vida vence a la muerte. Para los Cristianos el huevo es un sÃmbolo de la resurrección de Jesús y cuando se rompe, representa de alguna manera su tumba vacÃa.
Independientemente de los antiquÃsimos orÃgenes del sÃmbolo del huevo, la mayorÃa de las personas está de acuerdo en que nada simboliza la renovación más perfectamente que el huevo: redondo, sin fin y rebosante de la promesa de vida.
Si bien muchas de las costumbres paganas asociadas con la celebración de la Primavera fueron practicadas, en una primera etapa, junto a las tradiciones cristianas de Semana Santa, con el tiempo llegaron a ser absorbidas dentro del Cristianismo, como sÃmbolos de la resurrección de Jesús. El Primer Concilio de Nicea (325) estableció la fecha de la celebración de la Pascua: el primer domingo tras la luna llena (la Luna Llena Pascual) del equinoccio de primavera.
Se celebre como fiesta religiosa que conmemora la resurrección de Jesucristo o como un festejo familiar donde recibimos con nuestros seres queridos la llegada de la primavera, decorando huevos y conejitos, la festividad de la Pascua continúa conservando en la actualidad el mismo espÃritu de renacimiento y renovación, que albergaba hace miles de años.