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Viernes, 15 de Agosto de 2008

Feng Shui en Monterrey

Antonio

En estos días se está anunciando en Monterrey un seminario de Feng-Shui. La información acerca del mismo se puede encontrar en el sitio web de Feng-Shui Monterrey – 8 Dragones (http://www.fengshui-monterrey.com/). Como veo que hay publicidad en las calles y que los cursos que ofrece este sitio no son gratuitos, escribo este post con la esperanza de que alguien en Monterrey la lea y se entere que significa esto de Feng-Shui, antes de tomar alguna decisión que implique gastar su dinero en alguno de estos cursos, seminario o asesoría.

Hay varias definiciones, pero puede decirse que el feng shui es una antigua práctica de origen chino que pretende utilizar las leyes del cielo y de la tierra para mejorar la vida humana mediante el aprovechamiento de la energía Chi.

La práctica del feng shui se basa en nociones y creencias antiguas y que no han tenido comprobación científica, tal como la energía Chi. También para la energía Chi hay varias definiciones, pero puede decirse que el término se refiere a un flujo vital que sostiene a todos los organismos vivos. Este concepto está basado en una antigua filosofía que, con el paso del tiempo ha quedado en metafísica, es decir, en esa parte de la filosofía que busca respuestas en el puro pensamiento, sin respaldo basado en la observación o en la experiencia. El concepto de Chi no sólo se aplica al feng shui, sino también a otras prácticas tradicionales orientales como la acupuntura y el Reiki.

La existencia de algo como el Chi no está comprobada y no es una idea plausible desde el momento en que no puede ser detectada ni medida por métodos verificables (o falsables). Existen sí, personas que afirman poder detectarla y controlarla, pero no ofrecen pruebas más allá de la fe que el creyente tenga en la habilidad que estas personas dicen tener. También existen instrumentos con los que los asesores de feng shui se apoyan para determinar sus recomendaciones, los cuales se denominan luopan, y consisten básicamente en brujulas, muy sofisticadas sí, pero brújulas al fin, por lo que lo único que pueden medir es la dirección del campo magnético existente en cada sitio y por supuesto no puede medir el Chi, a menos, claro, que el Chi fuera el campo magnético expresado con otro nombre.

Hay que tener cuidado con lo que compramos. Es fácil confundir complejidad con ciencia. Es muy común que quienes quieren vender una idea como respaldada en la ciencia presenten diagramas o instrumentos complicados o métodos complejos y precisos. Se puede escribir un procedimiento largo, complicado y lleno de cálculos matemáticos sin tener ninguna base sobre la cual se pueda afirmar que los resultados tienen alguna correspondencia con algo real. Tenemos así a los astrólogos elaborando complicados diagramas que denominan “cartas astrales” en las que basan predicciones que no contrastan con controles estadísticos, o a Jaime Maussan presentando a Jorge Guerrero en la televisión mostrando un contador Geiger con el que afirma haber detectado materia obscura, cuando este aparato sirve para detectar partículas radioactivas mientras que la materia oscura es, por el momento, un concepto físico que se utiliza para explicar ciertos fenómenos observados y cuya composición exacta se desconoce, por lo que no puede detectarse con un contador de radiación.

Aunque tal vez no era la intención original de los antiguos chinos, en la actualidad el Chi se suele relacionar con el término “energía”, pero no con el concepto físico de energía, sino con el uso que de esa palabra se efectúa en las modernas corrientes de la Nueva Era. La energía, como concepto físico es suceptible de ser cuantificado y que se refiere a una cantidad escalar (no asociada a una dirección y sentido espacial) relacionada con un sistema, que en forma simple se puede expresar como la capacidad del sistema de efectuar un trabajo físico. Este concepto de energía es real y está relacionado con otras cantidades físicas cuantificables tales como fuerza, potencia o impulso. Por otro lado, tenemos el concepto de energía de la Nueva Era, el cual tiene diferentes significados más o menos precisos (y más o menos difusos) según la necesidad de dar sustento teórico que tenga cada disciplina alternativa, y según el público al que vaya dirigida cada explicación; con lo que el término “energía” puede referirse a cosas tan variadas como las vibraciones en cristales de cuarzo o el difuso concepto de “alma”, con el que el antiguo término Chi también está relacionado mediante el concepto de vitalismo.

Pero supongamos que en realidad sí existe algo como la llamada energía Chi y que nuestro bienestar depende de dejarla fluir en forma adecuada. Aun en ese caso todavía habría que aceptar que los asesores que nos dicen donde poner los muebles, la puerta del baño o como decorar nuestros ambientes, realmente la conocen y la pueden controlar. Sin embargo, dado que no cuentan con criterios, conceptos e instrumentos confiables para determinarla, la única forma de aceptar que sus consejos son los correctos consiste en tomar lo que nos dicen con fe ciega (y con la misma pagar sus honorarios). Aunque también podemos ponerlos a prueba con algún complicado estudio estadístico en el que, por ejemplo, tomemos a un grupo de ejecutivos de cuenta que estén todos en un mismo edificio, y pedimos a un asesor que determine para cada uno de ellos cual es la mejor ubicación de su escritorio en relación a la puerta, acomodamos a algunos de ellos según las recetas del experto y a otros no, sin que ellos sepan en qué grupo están, y luego pedimos a un grupo de contadores independientes que lleven el registro detallado del incremento de las utilidades del trabajo de cada uno de ellos durante cierto período sin que los contadores conozcan tampoco siquiera la naturaleza del experimento que se está llevando a cabo.

También se pueden contrastar las recomendaciones de diferentes expertos en feng shui para ver si en casos iguales proponen soluciones iguales, lo cual sería de esperarse si realmente existiera una energía Chi y si los asesores en feng-shui fueran capaces de detectarla y controlarla. Aparentemente Penn y Teller, en su show televisivo Bullshit hicieron esta prueba y encontraron que las recomendaciones de diferentes expertos en feng shui eran diferentes para el mismo caso (según una nota referida en el artículo sobre el feng shui en la Wikipedia en inglés).

Es de entenderse que hace miles de años, cuando la educación formal llegaba a muy pocas personas y la investigación cientìfica era tan incipiente que los conceptos científicos se mezclaban facilmente con la magia y las creencias, hubiera una gran cantidad de gente dispuesta a aceptar las afirmaciones de los expertos en conceptos tan poco sustentados como los que pretenden respaldar la práctica del feng shui. Después de todo, en algún momento del pasado, cualquier concepto tenía poco sustento empírico, por no decir científico; incluso aquellos que actualmente son aceptados en forma general por la comunidad científica. Sin embargo hoy que contamos con la ventaja del dominio del método científico y que sabemos que funciona por lo menos en lo referente al desarrollo tecnológico, por decir lo menos, no existe necesidad de escoger entre diversas disciplinas basándonos en la fe o la confianza que nos puedan hacer sentir sus practicantes. Podemos ahorrarnos dinero con sólo pedir algo tan sencillo como evidencias contrastables.

Ahora, que si después de leer este post mi improbable lector regiomontano sigue queriendo gastar su dinero en una asesoría que no tiene ninguna base ni provee ventaja alguna, pues por supuesto, que es libre de hacerlo ¿Quién soy yo para prohibírselo?

Referencias:

Una entrada muy completa en la wikipedia en inglés (por desgracia la versión en español no pasa en este momento de un triste intento de publicidad): http://en.wikipedia.org/wiki/Feng_shui

Artículo en Skeptic sobre el tema: http://www.skeptic.com/eskeptic/04-03-25.html, enfocado principalmente a ilustrar casos de personas y empresas que han invertido dinero en asesoría feng shui.

Artículo en el diccionario escéptico: http://www.skepdic.com/fengshui.html en el cual está basada la mayor parte de este post.

Una crítica en el blog de orac a las recomendaciones de un asesor fengshuista a los candidatos a la presidencia de EEUU: http://scienceblogs.com/insolence/2008/08/just_what_john_mccain_and_barack_obama_n.php

Una entrada en el blog de Héctor Coronado, relativa al oportunismo comercial de una marca de pintura: http://librepensar.blogspot.com/2007/02/comex-y-el-feng-shui_08.html