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Jueves, 28 de Marzo de 2013

¿Murió Jesús por los neandertales?


Miercoles, 27 de Marzo de 2013

De adventista a ateo, una historia en primera persona.

Pocas veces he escrito en primera persona. La mayor parte de mis escritos son de divulgación científica o de ateísmo, pero hoy he decidido dar a conocer como llegué a ser ateo. Una de las cosas de mi vida de las que me siento orgulloso, además de afortunado.

De niño recibí el bautismo católico, tal como lo hacían con casi todos los infantes en Colombia por 1980. Ya a los cinco años mi madre me empezó a llevar a una iglesia evangélica. Recuerdo los gritos de aleluya, y que hacía frío en las noches. El paso por la iglesia evangélica fue breve. Una tía se hizo adventista del séptimo día y llevó a mi mamá a esta iglesia. Y por crianza y adoctrinamiento desde la infancia me criaría en esta religión.

Recuerdo de pequeño que nos enseñaban los sábados las historias de la Biblia con figuras de fieltro que se pegaban en un tablero. Las historias que más me gustaban eran la de la Creación y el Diluvio porque sacaban figuras de animales. Siempre amé la naturaleza. Y recuerdo de aquellos días una anécdota de curiosidad infantil y castración de ideas desde la religión.  Se disponía la maestra de escuela sabática, una señora muy amable y gentil, a explicar la historia del pecado original, y para empezar preguntó:

- ¿Saben ustedes por qué las rosas tienen espinas?
Templo adventista del séptimo día en la localidad
de Kennedy en Bogotá.
- "Porque las espinas evitan que las cabras se las coman". Dije después de haber levantado mi mano pidiendo la palabra.

Había visto un programa llamado "Naturalia" donde pasaban documentales de la vida silvestre, por aquella Ã©poca el único. Nada de NatGeo o Discovery Channel. La tele era a blanco y negro, pero para mi ese era el mejor programa del mundo.

- No. Dijo la maestra, después de una breve pausa duditativa. "Las rosas tienen espinas por el pecado. Cuando Dios creó el mundo las rosas no tenían espinas, ni los leones se comían a los otros animales, no había enfermedad ni muerte". Luego contó la historia del fruto prohibido y la expulsión de Adán y Eva del paraíso descrito en el Génesis.

Visto en retrospectiva ¡Qué horror! La religión impide ver muchos fenómenos naturales de manera adecuada y no se permiten explicaciones con base en evidencias.

Crecí pensando que estaba en la religión verdadera. Era el único protestante en mi colegio, junto con un chico mormón. Recuerdo que una vez nos llevaban a misa y todos los niños rodearon al chico mormón al saber que era diferente. Le hacían preguntas llenos de curiosidad. Seguramente él creció también como yo, y los demás criados como católicos, con la idea que tenían la religión verdadera.

Eventualmente me encontré textos de la Biblia que se me hacían extraños, pero no me hicieron cambiar de religión. El primero que me causó extrañeza el capitulo 12 del Levítico. ¿Por qué una mujer que da a luz es inmunda? ¿Por qué dar a luz a una niña la hace inmunda dos semanas y dar luz a un varón solo siete días? La respuesta que me dieron es que esas leyes eran en el Antiguo Testamento, y que ya no eran válidas. Igualmente la duda al respecto me acompañó ¿Qué hizo que en esa Ã©poca fueran inmundas y su inmundicia fuera el doble por dar a luz a una niña?

Ya en la adolescencia un pastor nos daba clases sobre los libros de Daniel y Apocalipsis. Recuerdo que una vez el pastor nos decía que la Iglesia Adventista era la única verdadera y que al llegar el fin del mundo los que guardasen el sábado serían salvos y los adoraban en domingo recibirían la Marca de la Bestia, el 666 y terminarían siendo condenados. El hijo del pastor le preguntó que porqué Dios no escribió en la Biblia la iglesia verdadera es la adventista. El pastor explicó que las profecías estaban en un lenguaje cifrado para que pudieran pasar hasta el tiempo final y así eludir la acción del Diablo. Algo en su respuesta me molestó. ¿No había mejor método? ¿Por qué dios no es más claro o directo? ¿Dios podría haber salvado un texto directo de cualquier acción del diablo? Algo no cuadraba.

Por aquel entonces ya pensaba que Dios no podía saber el futuro de manera milimétrica. De saberlo viviríamos una obra teatral. Simplemente seríamos marionetas de un destino ya escrito. No es posible que permitiera que alguien naciera ya sabiendo él que se condenaría. No obstante esto nunca lo comenté.

Los adventistas del séptimo día son creacionistas.

Ingresé luego a la Universidad Pedagógica Nacional a estudiar biología. Cuando ingresé era un creacionista convencido. Tenía materiales adventistas sobre el creacionismo y en el primer semestre no tomé materias en sábado, porque no guardar el sábado es pecado, según el dogma adventista.


Afortunadamente el ser buen lector me salvó. El primer libro que llegó a mi mano fue "La verdadera historia de los dinosarios" de Alan Charing. Para entonces creía que todas las especies extintas habían sido ahogadas en el diluvio universal, pero el libro de Charing mostraba como especies de dinosaurios había vivido en períodos geológicos diferentes. La realidad era un poco más compleja que las simplistas explicaciones creacionistas. No obstante creí que podría encontrar una respuesta racional que fuera congruente con el relato bíblico. Era cuestión de buscar, pensé, y podría demostrarle a los evolucionistas que se equivocaban.

La literatura adventista ensalzaba a George Mac Cready Price, un líder creacionista adventista que decía que ningún hecho natural se opone al relato del Génesis. La solución, para mi, estaba en leer intensamente ambos puntos de vista. De esta manera encontraría en que fallaba la biología evolutiva.

Leí los capítulos de evolución de la Biología de Helena Curtis, además de "El Telar Mágico" de Robert Jastrow y "El Relojero Ciego" de Richard Dawkins. Como literatura creacionista me leí "En busca de los orígenes. ¿Evolución o Creación?" de Jean Flori Henri Rasolonfomasoandro así como un libro publicado por bautistas y evangélicos. Mi sorpresa fue grande. ¡Fui por lana y salí trasquilado!, como se dice en Colombia. 

Los creacionistas ignoraban muchas cosas de ciencias, la evolución no era una disciplina sin bases y muchos de sus ataques eran absurdos. Como el que la evolución contradice la segunda ley de la termodinámica. Muchos de ellos no conocían la primera ley o ley cero de la termodinámica. No entendía que es un sistema cerrado y que la Tierra no lo es. Pero la anatomía de las especies fósiles y como se muestra la evolución me pareció sumamente interesante.


Por aquella época salieron a la luz los dinosaurios emplumados de Lioning, China. ¿Y estos bellos vertebrados cuándo fueron creados, el quinto día con las aves, o el sexto con los animales terrestres? El Archaeopteryx que había empezado a llenar la brecha entre aves y dinosaurios tenía ahora nuevos y maravillosos compañeros que además caían en la era Mesozoica. ¡Y nada que aparecían restos de humanos en el Precámbrico!

Carl Sagan y Stephen Jay Gould fueron una delicia para mi mente. Sagan mostraba como la ciencia apareció como una tenue luz que fue en aumento disipando las supersticiones, como el pensamiento se podía aplicar a todo. Si a todo. Como adventista se me había enseñado que la señora Elena White era una profeta inspirada por dios. Ella afirmó que los terremotos y volcanes se originaban porque el petroleo y el carbón se encendían bajo la tierra. Quizás ella tenía en mente las maquinas de vapor de su época. Pero hoy sabíamos como se producían los terremotos. El que otros adventistas aceptaran semejante absurdo me producía una sensación extraña ¿no podía estar ella equivocada? Pero decir esto era un herejía mayor. Se nos decía que al final de los tiempos se levantarían apostatas que cuestionarían el don de profecía de la señora White.

Yo participaba activamente en la iglesia, predicaba, pertenecí y fui investido como Guías mayor, dirigía estudios bíblicos, escuela sabática y sociedad de jóvenes. Un sábado en la tarde se dio una charla sobre creación versus evolución. Decidí presentar las dos partes del debate de manera simulada. Yo decidí defender la evolución. La presentación fue explosiva. Más que un acto simulado de lo que los universitarios adventistas podrían encontrar pareció que me enfrentaba al establecimiento. Quizás era lo que inconscientemente quería. Eso solo sirvió para darme cuenta que las evidencias no estaban en el creacionismo. Las obras de Stephen Jay Gould me fueron de mucha ayuda. Gould combatió el creacionismo de manera frontal. Su trabajo dio frutos en mi afortunadamente.

A la señora White ya no le creía. Ella también decía que al final los Estados Unidos se unirían con el Vaticano parta obligar a todos a guardar el domingo y que eso llevaría a que perseguirían a los adventistas. Â¿Pero si ni los católicos le hacen caso al Papa con lo de no usar condón, como lo harán para que todos vayan a misa o culto en domingo? ¿Y como van a obligar a los chinos, hindúes y musulmanes? 

Luego vino una campaña evangelística. Vino un pastor de los Estados Unidos, y una de las frases que dijo en una de sus prédicas me alejó del cristianismo.

- "Creo que un gran pez se tragó a Jonás porque la Biblia lo dice. Y si dijera que se lo tragó un pez chico también lo creería ¿saben por qué? Porque la Biblia lo dice y la Biblia es la palabra de Dios. Y si  la Biblia dice algo que no parezca plausible sepa que para Dios nada es imposible, osea que es como lo dice la Biblia" afirmó con firmeza seguido de un sonoro ¡amén!

Esto ya era demasiado. No obstante decidí interrogarlo al final del servicio. Le plantee las dudas alrededor de la evolución. Su respuesta fue:

- "Ora más, llega a tu casa y lee la Biblia. No prestes atención a esas objeciones"

Pero, ¿Cómo no prestar atención a esas objeciones?. Dejarlas de lado no sería sano. Además que yo quería saber. La religión mostraba su cara rígida, dogmática, acritica. Era una cara que no es para nada inquisitiva ni cientifica, era una cara en realidad horrible. Recordaba la obra "Galileo Galilei" de Bertolt Bretch. Los paralelismos eran demasiados.

Decidí romper con la iglesia. Y a muchos de mis amigos, criados conmigo en la misma fe, les pasé copias de "Buenas y malas maneras para creer". El pastor decidió pedirle a mis amigos que cortaran la amistad conmigo. Tiene ideas peligrosas, afirmó. Luego, siguiendo el manual de la Iglesia, entre los miembros bautizados se votó que fuese borrado de la iglesia.

Pasé por un breve período de agnosticismo, que no duró más de un par de meses en 1998. Para mitad de ese año ya era ateo. Creer en Jesús como dios no tenía fundamento. Fue en el Gen Egoísta donde me enteré del error de traducción del texto de Isaías que llevó a que se dijese "Una virgen concebirá" en lugar de "una doncella concebirá". La historia de la construcción de la Biblia era tan humana y era en realidad una colcha de retazos con motivaciones culturales, religiosas y políticas diferentes en cada libro que la conformaba.

Muchas personas me dicen al saber que soy ateo:
- "¿Osea que usted no cree en nada?" 
- Acepto aquello de lo que hay evidencia, respondo.

Dios no es más que una hipótesis sin comprobación. Una idea que está a la par con la de duendes, hadas y centauros. Se mantiene más por una necesidad psicológica. Esto último lo puedo constatar a menudo cuando los creyentes me explican como su creencia les sirve para encomendar a sus hijos, su vida y sus planes. Pero las pruebas directas e incontrovertibles siguen faltando. Pienso que un resultado de la no existencia de dios o dioses es precisamente la multiplicidad de religiones. Un dios interesado en los humanos ya se había aparecido y dicho esta es la doctrina correcta, esto es lo aceptado en sexualidad humana.

Desde que aprendí biología me intrigó el poco tiempo que los humanos llevamos en el Planeta. No puedo considerar que somos las criaturas de Dios pero que llegamos después de los caminos impredecibles y contingentes de la evolución. 

De no haber caído ese meteoro a finales de la Era Mesozoica los mamíferos grandes no habrían evolucionado. Por más de 100 millones de años los dinosaurios dominaron la Tierra. Nada aseguraba que la Tierra sería "heredad del hombre" Ese dios que crea al hombre a su imagen y semejanza es muy sospechoso. Si algún tipo de terópodo hubiese evolucionado inteligencia similar a la nuestra quizás habrían inventado un dios o dioses. Es una vía de escape de la inteligencia al percatarse de la finitud de sus vidas.

Tampoco pude con la idea de que dios es todo bondad cuando hay violaciones. El argumento del libre albedrío no explica nada. Una niña violada no es abusada por una decisión nacida de ella. Es un crimen atroz ¿Dónde esta dios cuando esto ocurre? ¿Qué hace mientras escucha los desesperados rezos en busca de ayuda? ¿qué hacía mientras ocurría el holocausto  ¿Por qué no manda rayos selectivos a los violadores o les manda un infarto? Como adventista me enseñaron que todo el mal acabaría con la segunda venida de Jesús. ¿Pero si Jesús hubiese regresado en 1844, como lo esperaban los creyentes que dieron origen a los adventistas se habría evitado el sufrimiento de la primera y segunda guerra mundial? ¿por qué no vino entonces? Me decían que él espera que más gente se convierta. Pero, ¿acaso el ya no lo sabe todo? Ya sabe los que se condenan y los que se salvan ¿qué rayos espera?

A no ser que dios no se interese en los asuntos humanos. Cosa más acorde con un Universo indiferente. Así son las cosas con los cachorros de león, las semillas de un árbol de chicalá o las bacterias de una colonia de agar-sangre ¿porqué no pasaría lo mismo con los Homo sapiens?

Dios no explica nada. Recurrir a él como explicación para el origen del Cosmos no ayuda. Es como pedir prestado con interés para pagar una deuda previa. ¿Qué dio origen a dios? ¿Qué hacía en la eternidad antes de crear el Universo? Pienso que siempre ha habido una naturaleza, sea esta un planeta inerte, una nebulosa formando un sistema solar, un punto de masa que daría origen al Big Bang o la fluctuación cuántica que lo generó. Antes, nada, porque que el tiempo surgió con el Big Bang así que la pregunta no tiene sentido. El mundo se mueve como si no hubiesen dioses moviendo los hilos. 

El hacerme ateo fue más rápido con el cambio cultural que representó la Internet. Los primeros recursos en castellano me llegaron de Escépticos Colombia, y fue demasiado grato saber que no estaba solo. Contacté a Hernán Toro y me di cuenta que no era el único que agradecía haberse topado con el pensamiento crítico. No podía decir "ateo gracias a dios" -como suelen molestarme - sino "ateo gracias a Carl Sagan y Richard Dawkins"

Ferney Rodríguez se convierte en 2012 en el primer
presidente de la Asociación de
Ateos y Agnósticos de Bogotá. 

Vino el 9-11 y me di cuenta que la religión debía ser combatida frontalmente con argumentos y de forma abierta. La bondad, la honestidad, la responsabilidad existen entre creyentes y ateos, pero para llevar una Yihad, o dejar morir a un pariente por negar una transfusión de sangre se requiere religión.

No soy de esos ateos que se guardan su ateísmo para si, y que consideran que invitar a las personas a pensar de forma crítica es "hacer lo mismo que los creyentes" ¿Están pensando en verdad cuándo dicen esto? Los creyentes también sueles tomar tres comidas diarias ¿cambió el número de comidas a caso para no parecerme a ellos? Creo que hago todo lo contrario: invito a pensar, a pedir evidencias, a examinar las cosas. A diferencia de las religiones que reprochan leer fuentes diferentes a los permitidas por sus respectivos líderes. 

Debido a la falta de recursos en castellano en la internet en la década de los noventa se inició el proyecto Sindioses.org. Me uní a Glenys Álvarez  y Juan Carlos Cisneros en el 2001. La página no sumaba más de 10 escritos, pero pronto empezamos a trabajar. Luego Cisneros, que es paleontólogo se tuvo que retirar por su doctorado y trabajo en campo. Llegó entonces Marcelo Huerta, menos paciente y diplomático con troles y cristianos que nos mandan al infierno, y anduve en un activismo de teclado por una década.

Ya en el 2012 tuve la oportunidad de encontrarme con ateos de mi ciudad. En seis meses creamos una asociación de ateos en Bogotá tras ocho años de una fuerte conservatización del país en el gobierno de Álvaro Uribe, en el que los pastores de mega iglesias ya son concejales y senadores, y donde se va a sus templos a pedir votos descaradamente.

El 17 de febrero en el Plantón contra la Iglesia Católica en
el aniversario de la quema de Giordano Bruno.
Miro a mi pasado y se que podría haber terminado como pastor adventista. Afortunadamente me encontré con la obra de alguien que consideró que la defensa de la razón es una buena causa para trabajar, y porque no, para hacerlo meta personal. Ese ejemplo de Carl Sagan me parece formidable. Es un ejemplo a seguir. Ahora entiendo porque la señora White temía tanto que los jóvenes adventistas leyeran en su época a Thomas Paine, Voltaire y a Darwin. La razón es muy poderosa, y aunque las religiones organizadas son como el Goliat de la Biblia, tengo la esperanza de que esto empieza a cambiar.

Ferney Yesyd Rodríguez Vargas
Martes, 26 de Febrero de 2013

El catolicismo, en crisis

Vacío, por Matteo Bertelli (en DeviantArt)
 
 
Por Santiago Armesilla
Publicado en su página web.
 
El retomar la redacción de mi tesis doctoral hace que no actualice la web con comentarios más a menudo estos días. Sin embargo, ahora que tengo algo de tiempecito puedo comentar sin duda la noticia del mes, la cual afecta a los más de 1.100 millones de católicos (esto es, de bautizados) que en el Mundo existen.


Unos 1.100 millones de bautizados por el Santo Sacramento, de los cuales desconozco el número real de practicantes fieles (de esos que realizan ceremonias católicas todos los días de su vida o de vez en cuando), desconociendo por igual, aunque intuyendo que son bastantes, el número de ateos católicos (categoría filosófica y sociológica rechazada por el propio catolicismo, por motivos obvios) y agnósticos católicos, los cuales niegan la existencia y/o la esencia de Dios (e incluso su idea), pero son, lo afirmen o lo nieguen, personas cuya forma de ver el mundo está totalmente influida y conformada por una cultura católica. En España hay mucho ateo católico, y también mucho agnóstico católico (podría haber más categorías, como "new age católico", como el magufo JJ Benitez), cuya «fe en la Razón frente a la superstición» se nota en su anticlericalismo: el peso mayoritario y casi único de sus críticas a la religión se la lleva la Iglesia Católica Apostólica y Romana, costándoles mucho trabajo, bien por pereza intelectual, bien por buenismo políticamente correcto (buenismo de bueno, no de Bueno) y relativismo o pluralismo cultural, la crítica a otras religiones con igual vehemencia, como el mahometanismo o el protestantismo, todo ello debido en buena medida a que son ateos y agnósticos católicos también muy influidos por las ideologías dominantes de las democracias de mercado pletórico: el liberalismo y la socialdemocracia.

Lo cierto es que el catolicismo está en crisis. La renuncia de Benedicto XVI (no se producía una renuncia papal desde 1455) ha sido todo un terremoto. Las especulaciones están a la orden del día, y no dejarán de estarlo jamás, pues la especulación ideológica es algo que siempre ha rodeado a la Iglesia Católica, como a toda institución importante a nivel cultural y político, y más del calado de esta, con una vida de más de 2000 años (recordemos la cita bíblica -Mateo 16:13-18-: «Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, que significa piedra, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella»). Esta cita bíblica es el fundamento divino de la santidad cristiana de la Iglesia Católica, por mucho que les pese a los protestantes, que afirman erróneamente que el catolicismo pasa de la Biblia. No pasa, sencillamente tan importante es la Biblia como la tradición (las cosas que se hacen en torno a la Biblia, en torno a la figura de Jesucristo) tanto antes de su existencia como después. Y en el después, la tradición es eminentemente la desarrollada, a través de diversas obras, de diversas instituciones, por la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Dicho esto, y volviendo a la renuncia de Joseph Ratzinguer, los motivos de su renuncia son, a mi juicio, obvios: su estado de salud cada vez más precario, precarizado por disgustos como los del caso «Vatileaks» o por los bochornosos y criminales casos de pederastia masiva ocultados durante décadas por la curia católica. Casos de abominación sexual que ni el polémico Compendio Moral Salmaticense Según la Mente del Angélico Doctor, de Marcos de Santa Teresa, ha podido, con todo su poder moral (sic) evitar o suprimir. Un compendio moral que condena la homosexualidad como «pecado contra natura» (la sodomía en general), pero no explícitamente la pedofilia y la pederastia. Pues se condena el estupro pero no la pedofilia o la pederastia, hablando de un genérico y abstracto "modus innaturalis concubandi", en el que se incluyen y se explican como pecados las poluciones (las pajas), la sodomía o la bestialidad (la llamada zoofilia). Este solo hecho, esta falla en este tratado moral, por mucho que pueda fastidiar a sus defensores más acérrimos, muestra las fallas grandes, que explican muchas cosas –muchas aberraciones éticas, morales y políticas en el seno del «pueblo de Dios»–, acerca de la moral sexual de la Iglesia Católica, una moral sexual que le está costando la pérdida de credibilidad y de fieles evidente que todos, incluidos los ateos católicos, deben reconocer. Una moral sexual que, como muestra este Compendio Moral..., es, como ya dijo el materialista Alfonso Fernández Tresguerres, «un error desde el punto de vista biológico y una irresponsabilidad desde el punto de vista moral».
Dicho esto, creo que, por el bien de la Iglesia Católica en particular, e incluso por el bien de la racionalidad en general, esta institución de más de 2.000 años necesita renovarse, en un proceso cuyas influencias no solo tienen que venir desde dentro de ella, sino también desde fuera. El nuevo Papa que venga, y los que le sucedan, si no quieren que el catolicismo sufra aún más un proceso de descomposición y degeneración análogo al que sufrió en su momento el comunismo (cuya Roma fue Moscú), deben renovar completamente el catolicismo, dándole la "vuelta del revés" sin abandonar sus dogmas básicos que son perfectamente defendibles y fundamentales para su recurrencia histórica institucional. Renovación que incluya, también y necesariamente, la revisión de tratados morales como el del Angélico Doctor que actuales ateos católicos, antiguos progresistas anticlericales malconvertidos al catolicismo sociológico, jalean como si fuesen fans de Justin Bieber.
En definitiva: fuera de la Iglesia Católica no hay salvación, pero la salvación de la Iglesia Católica depende tanto de dentro como de fuera de ella.
Domingo, 20 de Enero de 2013

1.100 millones de «descreídos»

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© María Antonia Sánhez-Vallejo
Publicado enEl País de Madrid

Algo más de 16 de cada 100 habitantes del mundo, exactamente 16,3, no se identifican con ninguna de las religiones existentes. Son el tercer grupo de población en el paisaje religioso global que ha diseñado el think tank estadounidense Pew Center. Se trata de un mapamundi con el tamaño y la distribución de decenas de confesiones que van desde el cristianismo o el islam —las dos principales, en ese orden— hasta los zoroástricos (o parsis), los jainistas y los seguidores de Tenrikyo, la secta más influyente de Japón, pasando por yazidíes, rastafaris o cienciólogos: en el informe Pew hay sitio para todos.

Los 1.100 millones de descreídos que hay en el mundo, casi tantos como católicos, no son necesariamente ateos, subraya el estudio, sino simplemente individuos que pueden albergar sentimientos espirituales o de trascendencia pero no se identifican con ninguno de los sistemas existentes. «Los límites entre creyentes, personas que se adhieren a los dogmas, los aceptan, y religiosos, gente con sentimientos espirituales o una cierta dimensión de profundidad, son difusos», señala el teólogo y filósofo Manuel Fraijó, que imparte Historia de las Religiones en la UNED. Abunda en la idea Juan José Tamayo, teólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid: «Se trata de una desafección institucional; no supone una renuncia a las creencias, la experiencia religiosa personal o las opciones éticas. Ese 16% de desafectos institucionales pueden experimentar sentido de la trascendencia, espiritualidad, actitudes religiosas y valores éticos de manera espontánea y gratuita, es decir, al margen de las instituciones, que son el fracaso de la religión porque dogmatizan mensajes éticos y los mercantilizan».

El estudio del Pew Forum on Religion & Public Life, que refleja el estado de la cuestión en 2010 y se basa en el análisis de más de 2.500 censos, investigaciones y registros de población, arroja los siguientes datos: los cristianos son mayoría en el mundo, el 31,5% de la población (2.200 millones, la mitad de ellos católicos), seguidos de cerca por los musulmanes (23,2%, 1.600 millones). Tras lo que el informe denomina «no afiliados» aparecen los siguientes grupos: hindúes (15% de la población mundial, o 1.000 millones); budistas (7,1%, 500 millones); seguidores de religiones populares (africanas o de tribus chinas, indios americanos y aborígenes australianos), el 5,9%, o 400 millones; otras religiones (taoísmo, sintoísmo, parsis, sijs, bahai’s, jainistas, seguidores de Tenrikyo, etcétera), el 0,8% (58 millones), y, finalmente, judíos, que solo suponen el 0,2% de la población mundial (14 millones, repartidos casi a partes iguales entre EE UU y Oriente Medio, es decir, Israel).

Aunque el informe Pew no precisa si los «no adscritos» son desencantados de alguna fe o si esta es su primera opción, Fraijó aventura la procedencia de parte de ellos: «Del islam no se sale nadie, porque es una forma de vida; salirse implica abandonar la sociedad. Pero del cristianismo sí se van muchos, hay una secularización muy fuerte. La religión donde más movimiento hay en Europa es el cristianismo». Un ejemplo: del 18% de españoles sin adscripción religiosa, según un estudio de 2008 de la Fundación Bertelsmann, «el 87% de ellos habían tenido una educación católica», subraya Fraijó. «Independientemente de lo que diga el informe, yo creo que el mayor grado de desafección se produce en Occidente y, más concretamente, en el catolicismo, una religión con una estructura jerárquica patriarcal inamovible», coincide Tamayo.

Sin embargo, la distribución geográfica del grupo de no religiosos —son mayoría en China, República Checa, Estonia, Hong Kong, Japón y Corea del Norte, países en apariencia inconexos y ajenos a la tradición cristiana— no parece corroborar la desviación de la que hablan ambos expertos. «En China ha habido un abandono masivo del confucionismo, que es visto como la religión de los funcionarios, los políticos y las ciudades, más que del taoísmo, la religión del campo», explica Fraijó, en alusión a la vertiginosa transformación socioeconómica del gigante asiático en los últimos lustros. «Japón, por su parte, es muy refractario a las conversiones: pese a la importante presencia de los jesuitas en el país desde hace siglos, sólo un 1% de la población se ha convertido al cristianismo», puntualiza.

Del mapamundi de Pew puede inferirse que la región de Asia-Pacífico es la reserva espiritual del planeta: varios grupos tienen allí una poderosa presencia, incluida la aplastante mayoría de hindúes y budistas, con una población cercana al 90% del total. Paradójicamente, tres cuartas partes de los «no afiliados» (76%) también se concentran en esa región, y sólo en China son 700 millones (dos veces la población de EE UU).

Aunque la cristiana es la comunidad más dispersa geográficamente —está presente en todos los continentes—, el estudio de Pew señala que tres cuartas partes de la población mundial —el 73%— viven en países donde su confesión es mayoritaria, en especial hindúes y cristianos; estos últimos se concentran además en los 157 estados donde son mayoría. Un nada desdeñable 27% de los seres humanos pertenecen a minorías religiosas en los países donde viven, como los cristianos de Oriente Medio o los musulmanes en Europa, lo que a menudo es fuente de fricciones sectarias-políticas con la comunidad dominante, como demuestra el caso de Egipto o Siria.

Por tramos de edad, la religión con mayor número de seguidores jóvenes es el islam (23 años de media), frente a los judíos, que con 36 años son los mayores de los ocho grandes grupos estudiados. El informe no precisa la edad media del creyente católico, sólo la del cristiano: 30 años, un promedio que la pujanza de las confesiones evangélicas en América Latina, África y, en menor medida, en el Este de Europa rebaja al catolicismo tradicional en el Viejo Continente.



«Las religiones ganan por goleada a Dios»

«Hay unas 10.000 religiones en el mundo. Podríamos decir que las religiones están ganando por goleada a Dios», explica gráficamente Manuel Fraijó, catedrático de Filosofía Moral y Política de la UNED. La frase tal vez ayude a explicar por qué en el estudio de Pew figuran, junto a confesiones milenarias como el sintoísmo o el sijismo, o la amenazada comunidad parsi —cuyos ritos funerarios corren peligro por la contaminación y la disminución del número de buitres—, creencias tan curiosas y bisoñas como la wicca, una religión neopagana fundada en la primera mitad del siglo XX y que muchos relacionan con la brujería, o la discutida Cienciología. O infinidad de religiones tradicionales y paganas (animistas, totémicas, etcétera), que conforman nada menos que el 6% mundial (las profesan 400 millones de personas). El País contactó por correo electrónico con Pew para preguntar la inclusión de creencias como la wicca o los rastafaris, pero no recibió respuesta.

«En muchas zonas, las religiones se identifican con los sistemas filosóficos tradicionales que permean la civilización correspondiente; de ese sustrato tan enraizado también es difícil salirse. Pero el abandono de la religión ha perdido dramatismo. Se pasa de la creencia a la increencia sin traumas, ya no hay una guerra fría entre teísmo y ateísmo», explica Fraijó. Decía Hegel que lo importante no es ser creyente o no serlo, sino tener lucidez al respecto, pero si la claridad del razonamiento lleva a querer romper oficialmente el vínculo con la comunidad, el deseo se convierte a veces en pesadilla: la apostasía es una tarea ardua en España. Sin embargo, más de 100.000 católicos apostataron en Austria y Alemania en 2010 tras los escándalos de los abusos a menores por representantes de la Iglesia.

La diferencia generacional tiene su traslación en las creencias. Mientras los no creyentes tienen una edad media de 32 años en el mundo, entre los españoles, los jóvenes en torno a 20 años casi triplican a los mayores de 60: un 24% frente al 9%, según el estudio Bertelsmann. «En el grupo de no adscritos crece proporcionalmente el porcentaje de gente joven», subraya Fraijó.
Lunes, 10 de Diciembre de 2012

Más fe que historia

La adoración de los magos, por El Bosco.

Juan G. Bedoya
Publicado en El País

Benedicto XVI sostiene que se saben «pocas cosas» sobre Jesús, pero lo enlaza con el emperador Augusto como “una conexión interplanetaria” y lo emparenta con el rey David

«Cualquiera es libre de contradecirme». Esta advertencia de Benedicto XVI figura en el prólogo del segundo tomo de su jaleada biografía sobre Jesús. Conviene no olvidarla para entender el tercero y último, que acaba de publicarse con el título La infancia de Jesús. «No he intentado escribir una cristología», confiesa el Papa, como justificándose.

Efectivamente, el libro no es una biografía al uso, ni de lejos, sino una exhibición de elaboraciones teológicas, «una cristología desde arriba», por citar el precedente famoso de El Señor, de Romano Guardini, tan admirado por el Papa.

El lanzamiento del libro ha contado con una polémica en torno a la presencia, o no, de un buey y un asno en el establo donde nació el fundador cristiano. También se ha discutido la insistencia del Papa en que todo empezó en un pesebre de Belén, adonde el matrimonio José y María habría acudido para cumplir con un censo decretado por Roma. Historiadores antiguos y modernos desmienten esa tesis con toda certeza. En realidad, al Papa le importa poco el debate sobre los hechos. Partiendo de su idea de que se saben pocas cosas sobre Jesús, a Benedicto XVI le motiva más el que los hechos coincidan con profecías de la Biblia. Si no coinciden, peor para los hechos.

Benedicto XVI conoce el terreno que pisa. Por ejemplo, descarta a Nazaret como el lugar del pesebre porque le venía mal a profecías que va a manejar. Si Jesús hubiera nacido en Nazaret, una pequeña ciudad de Galilea antes de él sin ninguna celebridad, ¿cómo casar el que descendiese de la casa de David? También se derrumbaría con estrépito la larga genealogía de José, el padre legal de Jesús, que remonta hasta Adán pasando por David y Salomón. El fundador del cristianismo, qué menos que emparentarse con reyes y compararse con el emperador Augusto. Los Evangelios —del griego, buena noticia— son relatos para endiosar a un fundador, como habían hecho antes —y hacen después— los escribas de otras tradiciones.



El Papa intenta mantenerse «al margen de las controversias»

Ha pensado Ratzinger en esa circunstancia cuando escribe (página 11) que «Nazaret no era un lugar que hubiera recibido promesa alguna». Recuerda, por eso, la respuesta que un futuro discípulo de Jesús, Felipe, ha dado a su compañero Natanael cuando este le comunica que «aquel de quien escribieron los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret». La respuesta de Felipe es conocida, y al Papa le gusta subrayarla: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?».

Como si hubieran leído esta frase del libro, dos tuiteros reflexionaban graciosamente estos días, en medio del belén que se ha armado con las dudas sobre si había, o no, bueyes y burros en el dichoso establo. «¿Para qué nacer en Lepe, pudiendo ser de Bilbao?», decía uno. Contestaba otro: «Seamos universales: ¿para qué ser de Idaho pudiendo nacer en California?». Un tercero pregunta: «¿Y dónde aparcó su mula José? ¿O es que la virgen María, a punto de parir, tuvo que viajar a patita de Nazaret a Belén?».

Benedicto XVI, de civil Joseph Ratzinger, de 85 años, empezó a escribir esta obra antes de encumbrarse en el pontificado romano, en 2005. Eso quiere decir que el primer tomo, y probablemente el segundo, son obra del teólogo Ratzinger, a la sazón gran inquisidor romano. Fueron obras sólidas, de peso, incluso físicamente (447 páginas el primer tomo; 396, el segundo). El que ahora se presenta (apenas 137 páginas, editadas por Planeta), lo ha escrito como Papa, en medio de las imponentes parafernalias del cargo. El autor parece reconocerlo en el prólogo: «Espero que, a pesar de sus límites, este pequeño libro pueda ayudar a muchas personas en su camino hacia Jesús y con él». Lo firma el 15 de agosto pasado, festividad de la Asunción de María al cielo, en su palacio de veraneo, Castel Gandolfo, a orillas del lago Albano.

La advertencia no ha espantado la polémica. Poner en duda la presencia de un burro en la cuadra donde nació el fundador de su religión hubiera sido apenas noticia si saliese de la pluma de un teólogo, por famoso que fuese. Dicho por el Papa ha suscitado mil controversias. Por eso la noticia ha armado el belén. En España existe esta expresión —¡Y se armó el belén!— para definir una escandalera de este tipo, que ha desatado en las redes sociales execraciones o bromas sin cuento.

¿Qué ha escrito, realmente, Benedicto XVI? Parece obligado empezar por la noche en que la Virgen dio a luz y «envolvió al niño en pañales» sobre un pesebre. «Podemos imaginar sin sensiblería con cuánto amor preparaba el nacimiento», escribe. Apenas dos párrafos después aborda la escena completa. ¿Quién más había en el establo? Este es el texto: «Como se ha dicho, el pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio de Lucasno se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna, remitiéndose a Isaías 1, 3: ‘El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende».

Sitúa el nacimiento de Jesús en Belén, y no en Nazaret, por una profecía

San Francisco de Asís toma esa profecía para construir en la Navidad de 1223, por primera vez en la historia de la cristiandad, una casita de paja a modo de portal y explicar a sus fieles el misterio del nacimiento de un Jesús pobre entre los pobres. Ahí empezó la tradición del belén, no antes. La imponente autoridad moral del franciscano, patrono de los animales y que da nombre a la gran ciudad de California, extendió pronto el mito por Europa y América. El Vaticano está construyendo el suyo estos días, impresionante, como cada año en la plaza de San Pedro. Por cierto, el Evangelio lucano no habla de animales en el establo, pero tampoco dice nada de la (se supone que indiscutible) presencia de José, el padre legal del recién nacido.

Más metáforas. Dedica el Papa cuatro páginas a subrayar cómo Jesús, «el realmente Poderoso» (la mayúscula es suya) nace «en un pesebre, en un ambiente poco acogedor, incluso indigno», pero, inmediatamente, hace una pirueta que deja al lector descolocado. «En realidad, el pesebre es una especie de altar y se convierte en una referencia a la mesa de Dios». Naciendo entre pastores (si aquello era un establo, «habría pastores y animales», remacha), podrá remontarse a David, pastor de ovejas antes que rey, y a la profecía de Miqueas, según la cual de un pesebre de Belén “había de salir el que un día apacentaría al pueblo de Israel”. Resumen papal: «Jesús es el Gran Pastor de los hombres».

Después de esa que el Papa llama «pequeña divagación», el libro vuelve al texto del Evangelio de Lucas, donde se lee: «María dio a luz a su hijo primogénito», y entra en el debate sobre si la Virgen fue madre de otros hijos (y también hijas), y si san Pablo entró al trapo cuando llama a Jesús «el primogénito de muchos hermanos». Conclusión del teólogo Ratzinger, esforzado a demostrar la virginidad de la madre: «El primogénito no es necesariamente el primero de una descendencia sucesiva. La palabra “primogénito” no se refiere a una numeración sucesiva, sino que indica una cualidad teológica». Conclusión: «En el humilde pesebre está ya este esplendor cósmico: ha venido entre nosotros el verdadero Primogénito del Universo». Vaya por Dios.

Hay cientos de miles de libros sobre Cristo y 10.000 biografías serias

Sobre Jesús hay cientos de miles de libros y en torno a 10.000 biografías consideradas serias. Es lógico si se tiene en cuenta que su nacimiento, pese a tener fecha dudosa, parte en dos la historia de una porción del mundo desde que el monje Dionisio el Exiguo propuso en el siglo VI —y el Papa impuso— reemplazar la cronología romana, que contaba los días a partir de la fundación de Roma, por una cronología cristiana. Desde entonces, se cuentan los años por un antes y después de Cristo. Ratzinger entra en el asunto para anotar lo que está sobradamente constatado: la insólita circunstancia de que Jesús nació antes de la era cristiana. «Evidentemente», escribe, «Dionysius Exiguus se equivocó algunos años en sus cálculos».

En este punto, hace afirmaciones que los historiadores niegan. Dice, por ejemplo, que Jesús «nació en Belén» porque sus padres habían viajado hasta allí para cumplir «con un censo ordenado por los romanos». Frente a la tesis de que para ese censo, de haber existido, no habría sido necesario un viaje de cada cual a su ciudad, el Papa replica, apelando a «diversas fuentes», que los interesados «debían presentarse allí donde poseyeran tierras». Según el Papa, José, de la casa de David, disponía de una propiedad en la comarca de Belén. El terrateniente, no hace falta decirlo, es carpintero en Nazaret y marido de María, virgen y la madre de Jesús.

No es verdad que hubiera revisión catastral alguna en ese tiempo. El Papa parece aceptarlo cuando empieza el párrafo siguiente afirmando que «siempre se podrá discutir sobre muchos detalles porque sigue siendo difícil escudriñar en la vida cotidiana de un organismo tan complejo y lejos de nosotros como el del Imperio romano».

La afirmación es temeraria. La Roma de Augusto ha sido estudiada con detalle por los mejores historiadores romanos, relativamente contemporáneos de Jesús, como Tácito (año 50 a 120), Suetonio (hacia el 120) y Plinio el Joven (61-120), y en la modernidad por todo tipo de especialistas, entre otros el gran Ernest Renan y ahora Jesús Pagola, que vivieron en Israel antes de ponerse a escribir. Está demostrado que no hubo censo ni catastro alguno en aquel tiempo, y que cuando el fundador cristiano nació, el rey Herodes llevaba muerto más o menos dos años, lo que derrota el bulo cristiano de que el monarca judío, cuando se enteró por los Reyes Magos del nacimiento de Cristo, «mandó matar a todos los niños de Belén y su comarca de dos años para abajo».

¿Por qué el Papa se aferra a la idea de que el conocido como Jesús el nazareno nació en Belén? Lo explica como teólogo, es decir, trazando «un cuadro teológico» (sic). Un supuesto (pero irreal) decreto de Augusto para registrar fiscalmente a todos sus ciudadanos habría cumplido la profecía de Miqueas, según la cual «el Pastor de Israel habría de nacer en aquella ciudad». Y había que dar cumplimiento a otra promesa: la de que «la historia del Imperio Romano y la historia de la salvación, iniciadas por Dios en Israel, se compenetran recíprocamente». Así alcanza a emparejar la grandeza de Augusto y la grandeza de Jesús, «una conexión interplanetaria», dice el Papa. Lo escribe en un espectacular palacio levantado en el corazón de aquel Imperio, hoy centro neurálgico del imperio cristiano, que lo sustituyó.

La mayoría de las biografías de Jesús han sido escritas por historiadores, pero abundan las firmadas por teólogos (en griego, personas que dicen «palabras sobre Dios»), o estudiosos de los incontables textos conocidos como Evangelios. Son decenas, pero la Iglesia romana, cuando se asentó en el poder imperial y pudo podar a placer lo que no convenía a sus intereses, incluso con violencia, los redujo a cuatro verdaderos. Como la gente seguía interpretando, llegó el tiempo en que la autoridad eclesiástica prohibió leer la Biblia, salvo la podada por Roma. Así siguen sus fieles, ahora por mala costumbre.

Benedicto XVI, que antes de ser papa ejerció de inquisidor, advierte ahora, generoso, que su vida de Jesús «no es en modo alguno un acto magisterial, sino únicamente expresión de búsqueda personal del rostro del Señor». Se le puede contradecir, asume. «No he intentado escribir una cristología». El teólogo anuncia una vida de Jesús, pero la escribe más desde la fe que desde la razón. Lo llama «toques de fe». Todo ello pese a escribir también que «no se pueden atribuir a Dios cosas absurdas o insensatas o en contraste con su creación».

Tampoco san Pablo se cayó del caballo

Escribió Renan que el teólogo tiene como principal interés el dogma. “Un teólogo liberal es un pájaro al que se le han cortado algunas plumas de las alas. Lo creéis dueño de sí mismo, hasta el momento en que trata de emprender el vuelo. Entonces veréis que no es completamente hijo del aire”. Pongan aquí el nombre de Joseph Ratzinger.

Veamos el caso de san Pablo, antiguo fabricante de tiendas en Tarso y Apóstol de los Gentiles (como gustaba llamarse). Fue el auténtico secretario de organización del primer cristianismo. Sin él, que mandó hacer la romería —¡A Roma, a Roma, el corazón del mundo!—, la Iglesia que conocemos, segunda en número de fieles tras el islam, no habría dejado de ser una secta judía y contracultural. El mito dice que Pablo se cayó del caballo, deslumbrado por el mismísimo Jesús resucitado, cuando corría a Damasco a aporrear cristianos. La verdad la cuenta él mismo. Sencillamente, se convirtió por la entereza con que vio morir al primer mártir cristiano, san Esteban.

Preguntaba el otro día Juan José Millás en la cadena SER, a propósito del último libro de Benedicto XVI, cuáles serían las mejores biografías de Jesús. Si hay una clásica es la Vida de Jesús, de Ernest Renan, de 1863. Es una referencia obligada (en España, la última edición es de 1995, de Edaf). Pese a que retrata al fundador cristiano como un ser excepcional (por encima de los Evangelios), su publicación causó escándalo descomunal por la reacción del papa Pío IX, que para entonces ya se comportaba como un psicópata. Después de Lutero y Voltaire, ningún hombre ha desencadenado cóleras más furibundas entre eclesiásticos.

Roma creyó que Renan fue el responsable del deterioro de la fe cristiana en Europa, como si la jerarquía de esa religión no hubiera tenido nada que ver en aquel derrumbe. De la obra incendiaria de Pío IX (Syllabus Errorum, Índice de libros prohibidos, Concilio Vaticano I…), no quedan ni cenizas.

Al Vaticano siempre le ha molestado que la gente de ciencias o de letras, y también los historiadores sin sotana, meta las narices en la vida de su mesías. El cristianismo romano es, en sus raíces, un culto a la personalidad de Jesús, hijo de Dios, el segundo componente de ese ser único que existe simultáneamente como tres personas distintas (la Santísima Trinidad, gran misterio).

Jesús no escribió una línea y sus evangelistas (portadores de buenas noticias) no llegaron a conocerlo. Tampoco escribió Sócrates, pero el ateniense tuvo como biógrafos a Jenofonte y a Platón. Así que lo que se sabe de Jesús cabe en unas líneas. Existió. Era de Nazaret. Fue un predicador incendiario. Suscitó el odio de los jefes judíos, que lograron que el gobernador de Judea, el romano Poncio Pilato, lo condenara a muerte. Fue crucificado a las afueras de Jerusalén. Se dijo después que había resucitado.

Esto es lo que se sabe con certeza, incluso si no existieran los Evangelios. El resto es leyenda, mito, teología. Pongamos los Reyes Magos, de los que se ocupa con simpatía Benedicto XVI en su último libro. Ni siquiera se sabe cuántos fueron. El Evangelio de Mateo dice que tres; en la Iglesia siria tuvieron una docena (reflejo de los 12 apóstoles y las 12 tribus de Israel), y en la copta contaron hasta 60. Según el escritor Jesús Bastante, en los dos primeros siglos solo fueron magos. Cuando la práctica de la magia le pareció pecaminosa a la jerarquía del cristianismo romano —¡la de brujas que mandó quemar!—, pasaron a ser reyes, los Reyes Magos. Tres. Por cierto, no hubo mago negro hasta el siglo XVI, inicio de las veleidades ecuménicas de Roma.
Martes, 11 de Septiembre de 2012

Comparando la locura con la religión


Una comparación entre quien afirma que Jesús está vivo vs. que Elvis lo está. Saque sus propias conclusiones.
Miercoles, 22 de Agosto de 2012

Ateos estadounidenses critican énfasis en la religión de los candidatos presidenciales

Por medio de un gran cartel los ateos de Estados Unidos criticaron el énfasis que se hace en la religión de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. La valla publicitaria fue desplegada en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, donde se el próximo mes realizará la Convención Nacional del Partido Demócrata.

El cartel critica el mormonismo, religión del candidato a presidente Mitt Romney y de su fórmula  vicepresidencial Paul Ryan, por el Partido Republicano,  así como la fe del presidente Barack Obama, que es cristiano protestante, de la Iglesia Congregacional, aunque no es fundamentalista.

Respecto al mormonismo dice: "Dios es un alíen espacial, bautizos por personas muertas, Mucho dinero, mucha discriminación" Junto al mensaje aparece un mormón vistiendo la ropa interior a la que los mormones le atribuyen propiedades mágicas, propias de su credo. Por otra parte, respecto al cristianismo dice: "Dios sádico: Salvador innecesario, Más de 30.000 versiones de la "verdad", promueve odio, lo llama "amor". Ateísmo: Simplemente razonable. Únete a ateos estadounidenses. Junto al texto una imagen de Jesús apareciendo en una tostada.

Mitt Romney es mormón, muy activo en la iglesia, que se destaca por haber dirigido exitosamente los Juegos Olímpicos de Invierno 2002, en Salt Lake City , la capital mormona. Como miembro activo de la comunidad mormona quiere prohibir el aborto y llevar a rango constitucional la definición del matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer.El personaje más reciente en la contienda electoral el Paul Ryan, candidato a la vicepresidencia por el Partido Repúblicano. Ryan es un católico de convicciones conservadoras.

“Nuestro sistema político se siente abrumado por la religión que influye mucho”, dijo David Silverman, presidente de Ateos Americanos, que patrocina los anuncios. “La religión es algo tonto y tiene componentes que son intrínsecamente excluyentes… No hay lugar para ella en el sistema político”, dijo.


Estado del ateísmo en Estados Unidos.

Según un estudio reciente el porcentaje de ateos en Estados Unidos es del 5%, y las personas que se consideran religiosas pasaron del 73 al 60% entre 2005 y 2012. Según otro estudio el porcentaje de los que respondieron a la pregunta con: “ninguno”, “agnóstico” o “ateo” pasó en 1990 de un 8,9 por ciento al 16,6 por ciento en 2008. Para poner un ejemplo más local en 1990, el 95 por ciento de los residentes de Dakota del Sur se identificaron como cristianos. En el 2008, el 78 por ciento dijo lo mismo, de acuerdo con la Encuesta de Identificación Religiosa de América (American Religious Identification), que preguntó: “¿Cuál es su religión, en su caso?”.

¿Y usted qué opina?
Domingo, 3 de Junio de 2012

La Trinidad le causa problemas a Dios

Una viñeta de Alberto Montt, de su blog Dosis diarias. Esta vez el tema es la Trinidad, ya que por estos días se celebra la Fiesta de la Santísima Trinidad en México.


Jueves, 17 de Mayo de 2012

«Analíticos» o «intuitivos»




© A. Gómez
Publicado en Expansión.com 

Creer o no en la existencia de un Dios depende de factores culturales, pero también del tipo de pensamiento que predomine en la persona: analítico o intuitivo.
El 2% de la población mundial, aproximadamente, no cree en la existencia de Dios. La cifra es aún mayor en Europa donde, según el Eurobarómetro, hasta 18% de los ciudadanos se declara no creyente. La proporción de ateos es mayor entre los que poseen estudios (el 45%) y superior entre los científicos(más del 60%).
Los investigadores William Gervais y Ara Norenzayan, de la University of British Columbia en Vancuver (Canadá), se propusieron averiguar las bases científicas de esta cuestión y para ello sometieron a una serie de pruebas psicológicas a un grupo de estudiantes canadienses. Los resultados revelaron que cuando predominaba el pensamiento analítico, los niveles de creencia disminuían mientras que aumentaban si dominaba el pensamiento intuitivo, según publica la revista Science.
Existe en psicología una teoría que apunta a que las personas podrían tener sistemas cognitivos distintos que hacen que procesen la información de formas diferentes. Así, unas ofrecen respuestas rápidas, motivadas por procesos intuitivos que requieren un mínimo esfuerzo, mientras que otras procesan la información analíticamente. Ambos procesos pueden funcionar juntos, aunque en algunas circunstancias uno se puede imponer al otro.

Estímulos del pensamiento
Gervais y Norenzayan diseñaron cinco experimentos para verificar si el pensamiento analítico puede conducir a la incredulidad religiosa. En la primera prueba, los estudiantes universitarios respondieron a una serie de cuestiones dirigidas a evaluar su pensamiento analítico y después completaron otras tres encuestas orientadas a medir su creencia religiosa.
Los resultados confirmaron la hipótesis: a mayor pensamiento analítico, menos religiosidad. Los siguientes experimentos se plantearon con la intención de determinar si la forma de pensar era la causa del ateísmo o sólo una correlación. Los investigadores comprobaron que el pensamiento analítico aumentaba con hechos tan simples como observar una foto de alguien que está pensando (como la escultura de El pensador, de Rodin); jugando al Scrabble con palabras como «piensa», «considera» o «racional», o leyendo palabras escritas en una tipología compleja. En estos casos, los participantes confesaron su escasa religiosidad.
Los autores subrayan que el pensamiento analítico es sólo un factor que impulsa a la gente hacia el ateísmo y que en esta condición tienen que influir otras cuestiones, como las culturales.
Jueves, 19 de Abril de 2012

El conflicto entre ciencia y religión


José Manuel Rodríguez Pardo explica que «el conflicto entre Religión y Ciencia es en realidad una disputa al nivel de las concepciones que sobre la ciencia mantienen distintos grupos, no sobre las verdades científicas, que serían ‘comunes a todos los pueblos’».
Lunes, 2 de Abril de 2012

¿Qué si no creo me iré al infierno?


Miercoles, 28 de Marzo de 2012

La religión verdadera


Lunes, 26 de Marzo de 2012

William Hamilton, teólogo de la muerte de Dios


William Hamilton.

Replanteó una pregunta que arranca de la filosofía epicúrea

>>Juan G. Bedoya
Publicado en El País


Entre los filósofos que han puesto el énfasis en la muerte de Dios suele citarse, sobre todo, a Nietzsche, y también a Hegel. No tuvieron una idea original. Estaba ya en la lógica de la tradición luterana, así como en la de san Agustín y san Pablo. Junto a Hegel, fue este último quien subrayó, sin embargo, que la muerte de Dios en Jesús era un aspecto insoslayable de la humanidad de Dios. Respaldó su afirmación apelando al grito de «Dios mismo ha muerto», procedente de un himno luterano, tan clásico que J. S. Bach lo armonizó y Brahms lo convirtió en tema de un preludio para órgano: O Traurigkeit, O Herzeleid (¡Oh tristeza! ¡Oh pena del corazón!). Nietzsche, sencillamente, invirtió la lógica de la tradición paulina porque consideraba que, con la peripecia de Cristo en el calvario, Dios no solo estaba en el banquillo, sino que había sido condenado y ejecutado.




Esto, entre filósofos. Para los teólogos, la cuestión es más dramática. La teología es un lenguaje sobre Dios (un logos sobre theos), así que no hay nada más raro que ver a un teólogo decir que Dios ha muerto, que nunca ha existido, o que él no lo halla. Naturalmente, si el teólogo está comprometido con el ser humano en este mundo, el problema es de fondo también para los creyentes. Se trata del debate sobre la incompatibilidad de dos atributos de Dios, de su dios: el de la bondad y el de la omnipotencia. Lo planteó el primero Epicuro, en una formulación que angustia siempre a los estudiantes de la disciplina que Leibniz bautizara como teodicea: Dios, frente al mal, o quiere eliminarlo pero no puede; o no quiere; o no puede y no quiere, o puede y también quiere. En el primer caso, Dios no sería omnipotente, en el segundo no sería bondadoso o moralmente perfecto, en el tercero no sería ni omnipotente ni bondadoso o moralmente perfecto, y en el cuarto Epicuro plantea la pregunta acerca de cuál es el origen de los males y por qué Dios no los elimina. Voltaire se preguntó lo mismo tras el terremoto que destruyó Lisboa en 1755, y desde entonces no paramos de preguntárselo a los teólogos ante tanta tragedia.
William Hamilton (Evanston, Illinois, 1924) fue uno de los teólogos con respuestas contundentes, desde el polémico movimiento de la teología de la muerte de Dios, del que fue un representante destacado (junto a Thomas Altizer, Paul van Buren y Gabriel Vahanian). Con el primero firmó un libro de éxito: Teología radical y la muerte de Dios, en 1966. Cuatro años antes había publicado en solitario La nueva esencia del cristianismo, obra también traducida tempranamente al castellano, primera de una decena de obras filosóficas o teológicas. Hamilton falleció el pasado día 13 en Portland (Oregón). Tenía 87 años.
De la difusión de este movimiento da idea un sonado artículo de portada en Time Magazine, hace más de cuatro décadas. Contó Hamilton que se había hecho la pregunta de Epicuro cuando dos amigos suyos –un episcopaliano y un católico– murieron por la explosión de una bomba, en tanto que un tercero –que era ateo– resultó ileso. Se preguntó por qué sufren los inocentes y si Dios interviene en las vidas de las personas. Respondía: «Decir que Dios ha muerto es decir que ha dejado de existir como ser trascendental y se ha vuelto inmanente al mundo. Las explicaciones no teístas han sustituido a las teístas. Es una tendencia irreversible; hay que hacerse a la idea del deceso histórico-cultural de Dios. Hay que aceptar que Dios se ha ido y considerar el mundo secular como normativo intelectualmente y bueno éticamente».
Martes, 6 de Marzo de 2012

Análisis del debate en torno a Dios en Oxford

Martes, 22 de noviembre de 2011

El ateísmo, en la mira del Vaticano

Sede Central de la Santa Sede.




Por Elisabetta Piqué 
Publicado en La Nación

El cardenal Gianfranco Ravasi, advierte sobre los peligros de una sociedad secular

ROMA– Escribió –a mano– 150 libros, es un eximio comunicador, tuitea a diario frases de la Biblia y es el hombre que Benedicto XVI eligió hace cuatro años como Ministro de Cultura del Vaticano. Considerado «papable» y caracterizado como el «cardenal de los ateos» por participar de exitosísimos debates públicos junto a pensadores no creyentes del planeta, el cardenal Gianfranco Ravasi, de 69 años, organizó el Encuentro Interreligioso de Asís, que Benedicto XVI presidió el pasado 26 de octubre, en el aniversario número 25 del que lideró Juan Pablo II en 1986.
«Benedicto XVI demuestra gran consideración por una antigua enseñanza de la teología cristiana: el hombre está constituido de naturaleza y de una parte sobrenatural. Esto no quita o destruye la naturaleza, sino que la perfecciona. El Papa, al invitar al evento a cuatro ateos, hace un intento por reiterar la importancia de la relación entre fe y razón», indicó.
Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, para Ravasi la frase del filósofo Søren Kierkegaard en el 800 es la que mejor retrata el momento actual: «La nave está en manos del cocinero de a bordo y lo que transmite el micrófono del comandante no es más la ruta, sino lo que comeremos mañana».
Para él, lo más preocupante del secularismo que caracteriza a la sociedad es que no solo es un fenómeno estrictamente religioso, sino cultural. «Con la secularización se ha llevado a no considerar las grandes cuestiones, sino más bien a permanecer en un nivel superficial, la moda, los modos, las derivas consumistas y las preguntas menos inquietantes», lamentó Ravasi, que destacó que el secularismo, como el ateísmo, tiene dos rostros fundamentales. «El primero es el que para mí es más peligroso. El segundo, el más agresivo: es el que dice que hay que eliminar cualquier símbolo religioso, como, por ejemplo, el crucifijo... En ese sentido, creo que está mal ver el problema solamente en el ámbito religioso, porque es más bien de tipo cultural. T.S. Eliot tenía razón cuando decía que si cancelamos todos los símbolos religiosos, toda la herencia religiosa, no podemos entender nada ni de Voltaire ni de Nietzsche. Por eso, Europa es tan débil frente al Islam: al final, si se saca el crucifijo y las festividades, se introduce lo gris. Para mí, es ese el secularismo más peligroso, porque es inconsistente y es por negación, por sustracción. Por ser politically correct... Sí, pero al final este ser correcto se basa solamente en lo negativo: para no ofender, mejor nada. El otro ateísmo es la secularización agresiva, la que combate explícitamente. Yo prefiero confrontarme con alguien que niega, afirma y declara, con motivos: esto es lo que hace falta hoy. Es decir, hay un ateísmo que no es el de Marx ni el de Nietzsche, que era una visión de conjunto de la realidad, alternativa. Hay un ateísmo de sustracción o indiferencia a nivel popular, no uno que no es coherente o lógico. Diría que la Iglesia se enfrenta a esto».
Gianfranco Ravasi

–Como Ministro de Cultura del Vaticano, ¿cómo evalúa la cultura actual? 
–La cultura actual no corresponde más al concepto de la palabra cultura, que nació en el 700 en Alemania como Kultur, que era la alta cultura, las artes, las ciencias, la filosofía... Ahora el concepto de cultura es antropológico, es transversal. Es el artesano, el folclor, la cultura industrial, la economía, es todo, la actividad humana autoconsciente... Entonces, volvería al punto de partida: para los hombres de Iglesia y para los hombres de cultura, el gran problema es la indiferencia, religiosa y moral.

–¿Esta indiferencia, cómo se refleja en lo cultural? 
–Desde el punto de vista cultural, es esta actitud de lo efímero, que también se refleja en el arte. Habrá oído hablar del videoartista Bill Viola. La primera vez que hablé con él, me dijo que el arte contemporáneo intenta evitar dos cosas: primero, el mensaje; segundo, la belleza. ¡Esto es paradójico! ¡La belleza y el mensaje, dos cosas que no deben aparecer! Otro ejemplo: una de las expresiones artísticas más significativas es la performance. Miguel Ángel sabía que su obra era para los siglos venideros, pero la característica ahora es que debe morir... A lo sumo, quedará de ella una foto o una filmación, pero nada más.

–Muchos católicos lamentan que la Iglesia no oye sus pedidos de modernización y apertura... 
–Sí. De un lado están los principios. Es indispensable afirmarlos con fuerza, sobre todo en una sociedad como la actual, que es líquida, fluida. Aquí no hay consistencia y, al final, hasta aquellos que son totalmente indiferentes, ante los grandes interrogantes humanos reclaman los principios. Cuando una madre tiene un niño con un cáncer fulminante y no hay nada que hacerle. En esos momentos fundamentales, uno los necesita. Quizás al final uno llega a la blasfemia, pero, en ese caso, siempre habrá afirmado un principio o enunciado una pregunta esencial. Y esto vale para la Iglesia también en lo positivo.

–¿Por ejemplo en qué? 
–Cuando uno vive una fuerte experiencia estética, un enamoramiento auténtico, en ese momento, elige un camino de principios. Lamentablemente, la ruina de la sociedad actual boicotea esto. Reduce esta experiencia a una mera cuestión de piel, a pura sexualidad. El eros no es solo belleza, sino también el sentimiento, la ternura, la pasión. Entiendo que lo concreto de la experiencia pastoral exige que hay que tener en cuenta las situaciones, porque el cristianismo también conoce de perdón, misericordia, compasión y comprensión. Pero no se puede reclamar a las grandes instituciones religiosas -y hablo de la manera más genérica posible, no solo del cristianismo- por afirmar los principios. Si no, esa comprensión en la cotidianidad no tiene sentido.

–¿Pero cómo se explica entonces que la Iglesia pierda fieles, y, en América Latina, las sectas tengan tanto éxito? 
–Esto es un fenómeno típico si uno va hacia lo mínimo. ¿Sabe cuál es en Suecia el porcentaje de la presencia al culto dominical? Es del 1,5 por ciento, es decir, ya no va nadie. En Dinamarca, el 3 por ciento, y así en toda esa zona de Europa, donde concedieron todo en las cuestiones sexuales. En América Latina, en cambio, hay un fenómeno que indica que no es cierto que se esté totalmente secularizado y que ahora hay una inversión de la tendencia. Esos movimientos que te enredan y te dan experiencias místicas, que te dicen que si te sientes bien es una señal de que Dios te bendice... Claro, esto ciertamente pone también en problemas a la Iglesia. Pero digo que es mejor elegir la vía de los grandes interrogantes. No hay que ponerse a ese nivel. La Iglesia no debe renunciar a su función, ni a sus principios, ni a sus dimensión social.

Cuatro ateos en Asís

La psicoanalista y filósofa francesa Julia Kristeva, el profesor de Filosofía en la UCLA de Los Ángeles Remo Bodei, el economista austríaco y miembro del Partido Comunista de ese país Walter Baier y el mexicano Guillermo Hurtado, miembro de la revista de historia y filosofía Dianoia, fueron los elegidos para asistir al Encuentro Interreligioso que se celebró en Asís (Italia) el pasado 26 de octubre. Los cuatro participaron en una mesa redonda en el Aula Magna del rectorado de la Universidad Roma 3. Allí, junto con otros 300 líderes de distintas religiones procedentes de 50 países, rezaron por la paz y la justicia en el mundo. Y el Papa afirmó en su discurso final que el evento demostró que la dimensión espiritual es un elemento clave en la construcción de la paz. «A través de esta peregrinación, hemos sido capaces de comprometernos en el diálogo fraterno, a profundizar nuestra amistad, a venir en silencio y oración».
Lunes, 23 de Enero de 2012

Los dioses ateos



Eugenio Gómez Segura

Publicado en diario La Rioja digital


J. Ratzinger, teólogo cuya carrera profesional le ha aupado a la jefatura del Estado Vaticano, dijo en su reciente visita a Madrid: «Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos», ha asegurado. «Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias».
Quiero puntualizar la primera frase de este texto (la segunda se descalifica por sí sola viendo la actitud católica respecto a la labor legislativa de nuestro Estado y por asociar ateísmo con aborto).
Que alguien se reconozca como ateo no es cuestión de creerse un dios; quiere decir no poder precisar la presencia de divinidades, ni atender a juicios de valor que penden de ellas, y pensar que no hay razón para suponer que existen. Pero esta consideración del ateísmo como postura reflexionada no es la que abunda en el cuerpo de creyentes, que suelen afirmar que uno es ateo porque no ha experimentado la verdadera desgracia en su vida, dando a entender que es más bien una osada enfermedad que pasa con la madurez.
En realidad, esto no es cierto: los ateos pueden haber sufrido horrorosamente y haber actuado con una dignidad modélica para todos. Es más, estos humanos desafortunados afirman que son más ateos por su experiencia, y no parecen mostrar carencias de maduración, ni cognitivas, etc.; más bien han digerido ya lo que supone saber que, sin posibilidad real de entender, según la condición humana, una causa o un destino apropiados a cada vida y a cada conciencia, vivimos para morir. Pero el caso es que la decisión reflexiva, voluntaria, de recoger la experiencia vital tanto personal como social, analizarla y vivir según ese análisis exclusivamente humano y por fuerza humilde, no puede ser soportada por quien es infalible por definición humana y sanción ¿divina?, acostumbrado a ser temido, obedecido, acatado y aclamado por sus seguidores. Suena gracioso, pero no lo es.
Veamos quién es más dios: quien asume su imperfección física y mental, su imposibilidad de conocer lo que imperiosamente necesita conocer (su causa, su finalidad), o quien desde una atalaya que, construida con los mismos argumentos de búsqueda y la misma voluntad consciente, dicta moral tras dar un salto en el vacío intelectual que perfectamente puede ser interpretado como un fraude a uno mismo dada la voluntaria aceptación de un secreto inencontrable que arregla todo, panacea auténtica de nuestros límites, y que permite vivir anestesiado la realidad que podemos conocer.
Sencillamente, los ateos no se creen dioses y se contentan con lo que tienen; el católico, el creyente de cualquier religión, se cree su salto mortal y pasa a una postura que se resume en el axioma de que el ateísmo es una enfermedad de juventud.
Pablo de Tarso, el fundador del cristianismo, ya vio el problema de este salto (1 Cor. 15, 17-19): «Pues si los muertos no son resucitados, tampoco Cristo fue resucitado; y si Cristo no fue resucitado, nuestra confianza es equivocada, todavía estáis en vuestros pecados, y los que murieron Cristo mediante perecieron. Si en esta vida hemos confiado en Cristo solamente, somos los más dignos de compasión de todos los hombres».
Pero lo resolvió mediante un gracioso juego de palabras: los creyentes no son los más dignos de compasión sino quienes compadecen; son de hecho los más acertados, y lo demuestran con su camaleónica capacidad para llegar al éxito sin importar nada ni nadie, como ejemplificó su fundador (1 Cor. 9, 23): «[.] me convertí en cualquier cosa para cualquiera con la idea de salvar a algunos. Hago cualquier cosa por la buena noticia con tal de llegar a ser partícipe de la misma».
Un ejemplo de esto es el tramposo uso simbólico hecho de los jóvenes cristianos en Madrid, porque las actitudes mostradas, su felicidad y alegría, supuesta imagen de la acción de la gracia divina sobre los creyentes, también son demasiado tiernas, poco maduras; en realidad, ese joven vive con la soberbia de su plenitud física y su futuro por hacer, su voluntad poco domada por la vida, su inexperiencia del horror. Su alegría es, en efecto, tan sospechosa como el talante ateo.
Para terminar, el humilde jefe del Estado Vaticano también ruega por los ateos, y eso supone una envanecida mediación, pues se considera único intermediario o más próximo y eficiente ante el poder supremo. Aunque no es de extrañar: esa vinculación a la autoridad es natural según los postulados del fundador, que ya vislumbró la conveniencia de abrazar la erótica del mandar para sobrevivir a los siglos (Romanos 13, 1-6): «Sométase toda alma a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad no constituida por Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas. De modo que, quien se opone a la autoridad, se resiste al orden divino, y los que resisten se atraerán sobre sí mismos la condenación. Por lo tanto, es preciso someterse, no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia.».
Martes, 6 de Septiembre de 2011

Respuesta a los jóvenes católicos: Dios ¿una respuesta fácil?



Antes de continuar con la serie de respuestas a las opiniones de los jóvenes católicos quiero decir que estoy seguro de que son todos muy majos, muy buena gente, muy amigos de sus amigos y bellísimas personas pero... es que dicen cada cosa que... bueno son efectos de la religión, que por lo visto afecta a la capacidad de raciocinio al mismo nivel que algunas drogas duras y eso en un juicio sería un atenuante así que no se lo tengamos muy en cuenta. El tema de hoy es "Dios ¿una respuesta facil?

La primera chica dice que si solo fuera para solucionar aquellas preguntas para las que no tenemos respuesta nos buscaríamos algo mucho más fácil. vamos a ver...

- ¿Cuál es el origen del Universo?

- Dios

- ¿Cuál es el origen de la vida?

- Dios

- ¿Cuál es el origen del ser humano?

- Dios

- Jo, ¡cuanto sabes! seguro que te ha costado muchisimo saber tanto ¿cómo sabes todas esas cosas?

- Pues lo pone en la Biblia, que es un libro supergordo.

¿En serio hay algo más fácil? ¿aun más fácil? Bueno sí, es verdad que la Biblia podría ser un poco más corta pero aun así me sigue pareciendo demasiado sencillo. Es cierto que también está esa otra gente que para evitar esfuerzo y complicaciones se va por la vía más cómoda, esa que consiste simplemente en buscar pruebas, investigar, experimentar, reflexionar sobre lo que nos rodea y tratar de darle una explicación coherente con nuestras observaciones en lugar de tomarse la molestia de leer ese libro tan gordo, con esa letra tan pequeña y sin dibujos que es la Biblia ¡panda de vagos comodones!

Ah bueno, un momento, a lo mejor esta chica se refiere a que creer en Dios implica mucho esfuerzo y mucho sacrificio respecto a los demás, ya sabéis, preocuparte por los otros, ayudar a evitar el sufrimiento, ser bueno, ser justo, no ser egoísta... ahí sí, ahí tiene razón, todo el mundo sabe que los ateos son gente malvada que solo piensa en ellos mismos, se parten de risa viendo a los niños africanos muriendo de hambre mientras ellos, sin temor a Dios, beben champán en copas de oro con incrustaciones de diamantes, asesinan, violan y roban a discreción... ¿o no? Ah, pues no, a ver si va a resultar que nuestra idea del bien y del mal no tiene nada que ver con Dios, sería un buen momento para recordar un par de entradas anteriores "el origen evolutivo de nuestra conciencia moral" y "¿es la religión imprescindible para que seamos buenos?. ¿O acaso si esta chica descubriese repentinamente que Dios no existe se volvería una egoísta insensible al sufrimiento ajeno? seguro que no. ¿Es que los antiguos inquisidores católicos que torturaban y ejecutaban por motivos religiosos, o los reyes, emperadores y jerarcas de la Iglesia que sostuvieron por siglos (y aún sostienen) regímenes basados en la injusticia social no creían en Dios? me temo que sí, ¿A caso no era la misma Iglesia y el mismo Dios?.

A lo mejor los esfuerzos y sacrificios a los que se refiere esta chica son otros, como los de mantenerse virgen hasta el matrimonio, dejar de tener relaciones sexuales con tu pareja una vez que ya no puedas mantener más hijos, renunciar a tener relaciones sexuales con la persona a la que amas si esta resulta ser de tu mismo sexo, evitar tomar una píldora abortiva al día siguiente de haber sido violada porque las cuatro células que descienden por tu trompa de falopio ya tienen alma, aguantar en un matrimonio que te hace profundamente infeliz porque se trata de un sacramento indisoluble, etc, etc... y aquí no hay sarcasmo que valga, en esto la chica tiene toda la razón, un ateo no va a hacer caso nunca a semejante colección de patochadas.

Las dos chicas que hablan a continuación entrarían en el mismo saco, el del creacionismo puro y duro. ¿De verdad estas chicas son universitarias? ¿no había una cosa que se llama prueba de selectividad? ¿en qué instituto han estudiado física y biología? para no alargarme me remito de nuevo a unas entradas anteriores donde se responde a lo de la célula perfecta, los planetas perfectamente coordinados, y lo super o sea bien hecho que esta todo: "evolución vs. creacionismo", "debate sobre el diseño inteligente" y "la naturaleza cruel"... aún no doy crédito ¿Dios la respuesta más lógica y entendible? lo que hay que oír.

La última chica es en la que el efecto de la religión como estupefaciente se hace mas evidente, en su caso hay poco que decir porque se sale bastante del tema, aquí ya entramos en el campo de los amigos imaginarios, etc, etc... por lo menos la forma en la que le complica la vida es maravillosa, eso nos deja mas tranquilos.

Ver otras respuestas.

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Sábado, 17 de Septiembre de 2011

El "milagro" de Lanciano (2ª y última parte)



Hace ya casi un año publiqué una entrada sobre el supuesto milagro eucarístico ocurrido en un pueblo italiano llamado Lanciano en el siglo VIII, esta entrada a resultado ser, contra todo pronóstico,  la más comentada y una de las más visitadas. A causa de este interés y dada la cabezonería de los creyentes pero sobre todo dada la cantidad de mentiras que circulan por internet sobre este asunto, he decidido analizar la cuestión de un modo más riguroso acudiendo al artículo original en el que se publican los resultados de los análisis realizados a las reliquias (el artículo original, escrito en italiano, puede descargarse aquí). De este modo espero que todos los comentarios o críticas a mi argumentación se hagan en base al téxto del estudio publicado y no a las leyendas urbanas que circulan en foros católicos.

En la primera entrada sobre este tema (puede consultarse aquí) mis comentarios no se basaban en el artículo original, que desconocía, sino en la información que de él se daba en distintos foros católicos, lo que en cierto modo era darles una ventaja aceptando de antemano todos sus datos. Aun con esa ventaja mi opinión era que aquellos resultados no demostraban que hubiese ocurrido ningún milagro, nada demuestra que esa carne acartonada ni esos coágulos fueran en el pasado pan y vino. Dado que eso resulta evidente, los creyentes se refugian en la creencia de que es inexplicable que esa carne y esa sangre se hayan conservado tan bien durante tanto tiempo, habría que preguntarse que entiende esta gente por bien. En fin, una vez conocido el estudio se puede decir que esa supuesta "conservación milagrosa" no se ha demostrado en ningún momento, ni eso ni muchas otras cosas, como su supuesto origen humano, por ejemplo. Pero vayamos por partes:

El artículo y su autor

El artículo se publico en 1971 en la revista "Quaderni Sclavo di Diagnostica Clinica e di Laboratorio", una revista italiana editada por un instituto toscano de serología, se trata de una revista sin proyección internacional, que publica sus artículos en italiano y que no está indexada entre las revistas con índice de impacto (cualquiera que se dedique a esto sabe lo que eso significa). En este tipo de revistas no suele aplicarse el sistema de revisión por pares mediante el cual dos o más expertos en el tema evalúan la calidad (y credibilidad) del trabajo antes de publicarlo. En este caso, a la vista de la cantidad de detalles que se ocultan, es más que evidente que esa revisión no tuvo lugar. Cualquier persona acostumbrada a leer artículos científicos se da cuenta enseguida de que este en particular es tendencioso, carente de rigor y orientado a obtener un resultado que ya se ha fijado a priori.

El autor del ánalisis, un tal Odoardo Linoli, trabajaba en el momento de la publicación del artículo en el Hospital General Provincial de "Santa María Sopra i Ponti", en la provincia de Arezzo. Echando un vistazo al historial de publicaciones de este caballero (cualquiera puede hacerlo buscando "Linoli O" en http://www.pubmed.com/) podemos ver que no es ninguna eminencia en histopatología, ni en nada, todas sus publicaciones (pocas) son en italiano y solo en revistas locales, carece de publicaciones en revistas internacionales y mucho menos en revistas indexadas con índice de impacto, cuando digo que carece de ellas quiero decir que no tiene ninguna. Puede que fuese un buen médico, no tengo datos al respecto, pero no parece que estuviese muy interesado en la investigación.

Los objetivos planteados en el artículo son:

- Verificar la estructura histológica del tejido duro que se ha considerado tradicionalmente como carne.
- Determinar si la sustancia endurecida que se considera sangre responde a las características de esta.
- Establecer a que especie pertenecen la carne y la sangre.
- Precisar el grupo sanguíneo de los dos tejidos.
- Analizar los componentes proteicos y minerales de la sangre.

Los supuesta carne


El artículo comienza con el relato del supuesto milagro, refiriéndose a las reliquias como carne y sangre milagrosas sin ningún rubor. Continúa con una descripción de la carne, circular con un diámetro de 55-60 mm, con un color entre amarillo y marrón con algunas zonas más oscuras. En la parte central aparece reducida y ampliamente rota a causa de la retracción del tejido hacia la periferia, donde aparece plegado. Pueden verse además una serie de puntos blancos que resultan ser colonias de hongos. El tejido presenta una dureza similar a la madera por lo que debe aplicarse mucha presión a la cuchilla para poder obtener fragmentos muy pequeños del mismo. Los fragmentos obtenidos se procesan para obtener secciones observables al microscopio que son teñidas mediante varias técnicas clásicas en histología.

Tras observar las preparaciones histológicas el autor reconoce que el tejido aparece notablemente modificado, ya que se muestra globalmente homogeneizado y los núcleos no son visibles pese a haberse utilizado un colorante que debería teñirlos, la hematoxilina. A pesar de eso aparecen zonas donde se distinguen fibras de longitud y orientación diversa que hacen pensar en tejido muscular estriado. Entre los rasgos utilizados por el autor para clasificar el tejido como músculo cardiaco en lugar de músculo esquelético se destacan unas supuestas uniones sincitiales que se observan en todas y cada una de las regiones analizadas, curiosamente la formación de sincitios es un rasgo característico del músculo esquelético y está ausente en el músculo cardiaco (Human Histology, A. Stevens and J. Lowe, página 72 de la segunda edición, 1997). Es cierto que antes de que se generalizasen los estudios histológicos con microscopía electrónica se pensaba que el músculo cardiaco, al igual que el esquelético, formaba sincitios pero esta suposición fue descartada gracias a los avances en esta técnica, por lo visto en una época posterior a la publicación del artículo del señor Linoli.

El otro argumento para descartar que se trate de músculo esquelético es la presencia de tejido adiposo entre las fibras aunque la única prueba que se ofrece es una fotografía más que cuestionable, entre otras cosas porque al no verse los núcleos ni siquiera podríamos decir que sean células. Curiosamente, en otras fotografías reconoce la presencia de artefactos en la muestra a causa de la antigüedad del tejido. En realidad las dos características principales que distinguen el músculo esquelético del cardiaco son las siguientes (Human Histology, A. Stevens and J. Lowe, página 70 de la segunda edición, 1997)

- Las células del músculo cardiaco presentan un único núcleo en posición central mientras que las células del músculo esquelético presentan varios núcleos en posición lateral. Como ya hemos dicho no se observaron núcleos en ninguna de las muestras.

- La unión de las fibras de células adyacentes da lugar a una estructura característica denominada "discos intercalados", que no aparecen en ninguna de las imágenes.

Pero en fin, a pesar de todas esas pegas, vamos a aceptar que se trata de músculo cardiaco, al fin y al cabo nos es indiferente el tipo de músculo que sea.

La supuesta sangre


La sangre se presenta coagulada en cinco fragmentos irregulares de color amarillo-marrón con puntos blanquecinos. En su conjunto pesan 15,85 gramos. Presentan también una dureza elevada que complica la obtención de fragmentos. Estos fragmentos son procesados para su observación al microscopio y se realizan pruebas bioquímicas para la detección de hematina clorhidrato, hemocromogeno, oxidasas y hemoglobina. Para determinar la especie a la que pertenecen los tejido se recurre a una inmunoprecipitación siguiendo el método de Uhlenhuth, desarrollado nada menos que en 1901. También se lleva a cabo una electroforesis para determinar el perfil de proteínas y una serie de análisis fotometricos y colorimétricos para determinar la presencia de minerales.

Tras la observación al microscopio se verifica la ausencia de cualquier elemento celular propio de la sangre, en su lugar se observa un material de color amarillo-verdoso junto con cuerpos extraños de posible origen vegetal.

Las reacciones de Teichmann y de Takayama se utilizan para detectar la presencia de sangre en base a la obtención de cristales de clorhidrato de hematina o de hemocromógeno respectivamente. En este estudio ambas reacciones dan un resultado negativo para la muestra del supuesto milagro pero son positivas para muestras de sangre control. El autor explica que esta negatividad puede deberse a una desnaturalización de la muestra (por lo visto la sangre no se ha conservado tan bien).

La detección de oxidasas, en cambio, resultó positiva tanto en la muestra problema como en los controles, sin embargo, y en un gesto de honestidad que le honra, el autor reconoce que esta reacción puede ser positiva en presencia de material vegetal, el cual se había detectado previamente en la observación al microscopio.

En fin, que las pruebas anteriores son un fiasco, afortunadamente aun queda la cromatografía en capa fina para saber si nuestra muestra supuestamente milagrosa contiene moléculas típicas de la sangre como la hemoglobina o la hematina alcalina. Tras hacer avanzar la muestra por el sustrato durante 90 minutos se observa (en este caso nos fiamos del texto porque la imagen deja mucho que desear) que la distancia de avance del pigmento de la muestra problema respecto al avance del frente (lo que se denomina valor Rf) es similar en la calle correspondiente a nuestra sangre "milagrosa" y en las calles que contienen los controles. Según el Sr. Linoli este resultado por si solo es suficiente para afirmar que estamos ante una muestra de sangre. Bien, la verdad es que esto no es cierto, si bien cada molécula tiene un valor de Rf característico, los valores de Rf no son exclusivos de cada molécula. Es decir, si dos valores de Rf son distintos, podemos estar seguros de que se trata de moléculas distintas pero si los valores de Rf son iguales las moléculas correspondientes pueden ser iguales o no serlo. La precipitación del autor en sus conclusiones es evidente.

Una vez más, a pesar de todos los resultados negativos o no concluyentes, vamos a aceptar que se trata de sangre, probablemente lo sea.

El supuesto origen humano


Para determinar si las muestras se corresponden con tejido de la especie humana o, en cambio, de alguna otra especie animal se procede a un sencillo ensayo de inmunoprecipitación. Las muestras de sangre y carne se mantienen durante un tiempo en agua para que liberen proteínas y este agua con proteínas se añade a tubos de ensayo que contienen un suero con anticuerpos producidos para unirse específicamente a proteínas humanas. En el caso de que el líquido añadido al suero contenga  proteínas humanas los anticuerpos se unirán a ellas y producirán la aparición de un precipitado.

Lo primero que me llama la atención en este caso es que en ningún momento se nos dice qué suero se ha utilizado en concreto (solo se menciona su casa comercial) y sobre todo que en ningún momento se dice la concentración empleada. Cualquiera que esté acostumbrado a trabajar con anticuerpos sabe que la titulación previa de los mismos para determinar la concentración de uso es algo fundamental para evitar falsos positivos. En este caso el autor confiesa que no pudo llevar a cabo esta titulación ya que no disponía de muestra suficiente.

Dicho esto, el resultado del experimento fue positivo para la aparición de precipitados en la muestra de sangre y en la de carne mientras que resultó negativa en una muestra con proteínas de toro. Para el autor el resultado de este simple experimento es suficiente para afirmar que las muestras se corresponden con tejido humano. El autor se olvida de que esta técnica tiene sus limitaciones, sobre todo si se lleva a cabo del modo en el que él lo ha hecho, mas propio del juego de "Quimicefa" que de un investigador serio. En el capítulo de un libro dedicado a este tema, la identificación de la especie en muestras de sangre, (descargable aquí), concretamente en la página 222, se hace referencia a los límites de la técnica desarrollada por Uhlenhuth ya que es bien conocida la posibilidad de reacciones cruzadas, es decir, inespecíficas. Los que trabajamos con anticuerpos no necesitamos leer ese capítulo porque casi todos nos hemos enfrentado alguna vez a reacciones cruzadas, por ejemplo un anticuerpo supuestamente específico para ratón que resulta reconocer también la misma proteína en rata o conejo, etc. El señor Linoli se limita a utilizar un control negativo de toro, bien, podemos decir que la carne y la sangre no pertenecen a un toro pero no podemos asegurar ni mucho menos que pertenezcan a un humano, podrían pertenecer a otro primate, un chimpancé por ejemplo, cuyo porcentaje de precipitación frente a anticuerpos anti-proteínas humanas es de más del 80% (ver aquí, página 17).

Para obtener más información se procede a un ensayo que determina el grupo sanguíneo de las muestras y el resultado es un grupo AB. Este resultado puede ser interesante ya que descarta a los chimpancés, que solo presentan el antígeno A y a los gorilas, que solo presentan el antígeno B. Quien sabe, tal vez lo que tenemos es miocardio y sangre de babuino, de orangután o de algún otro primate de los que presentan ambos grupos (ver comparación de secuencias aquí, artículo sobre grupos sanguineos en primates aquí). Reconozco que no dispongo de información sobre el  perfil de proteínas serológicas de los primates pero apuesto a que entra dentro de los valores utilizados como referencia en el estudio y que encajan con el perfil normal en humanos (si alguien lo conoce por favor que aporte la referencia).

Y una vez más vamos a darle el beneficio de la duda al autor y vamos a aceptar que se trata de un miocardio humano y de sangre humana a pesar de que no ha podido demostrar ninguna de las dos cosas. Seguimos sin tener nada parecido a un milagro.


La supuesta conservación milagrosa

Nos queda la baza de la inexplicable conservación a lo largo de tanto tiempo. Para empezar el autor ya ha dejado claro que el tejido muscular se encuentra muy deteriorado, duro como una tabla, o lo que es lo mismo, totalmente deshidratado, solo eso ya explica la conservación del tejido ya que sin agua no pueden actuar ni las enzimas encargadas de la autolisis ni los microorganismos (una presentación muy util al respecto aquí), además la notable retracción del tejido nos da una pista de que esa desecación se hizo de forma rápida. El tejido ha perdido su estructura en la mayor parte, apareciendo homogeneizado, no hay núcleos celulares visibles y se observan frecuentes artefactos microscópicos por la antigüedad de la muestra. Sobre el tejido muscular hay contaminación por hongos y se encuentra contaminación vegetal en los coágulos de sangre. Al observar la muestra de sangre al microscopio no hay ni rastro de células sanguíneas. El análisis del contenido de minerales en la muestra de sangre de Lanciano esta muy lejos de parecerse al obtenido en las muestras control, especialmente en lo que respecta al Calcio, el Cloro y el Fósforo. En la sangre "milagrosa" obtenemos 114 mg de Calcio frente a 4 mg en el control, 2,25 miliequivalentes/litro de Cloro frente a 34,5 en el control,  2 mg de Fósforo frente a 9 en el control, 1 mg de Magnesio frente a 1,5 en el control, 5,7 miliequivalentes/litro de Potasio frente a 6,88 en el control y 46 miliequivalentes/litro de Sodio frente a 73 en el control.

Lo más interesante es que el autor afirma que no hay rastros de sustancias momificantes, aunque no explica en que se basa para afirmarlo y no lleva a cabo ningún análisis específico, y la verdad es que ni falta que hace. Para conservar carne en estado de "momificación" no hace falta impregnarla con nada, la conservación por desecación es una de las formas más antiguas de conservar carne. Además, en el siguiente artículo (descargar aquí) podemos ver una serie de fotografías de muestras histológicas de momias con más de 1000 años de antigüedad halladas en Chile y cuya conservación se debe a momificación espontánea debido a las condiciones ambientales, algo similar al secado de carne para alimento. Se puede destacar que la conservación de los tejidos en estas momias chilenas es infinitamente mejor que la conservación de la estructura tisular de la muestra de Lanciano, tal vez sea otro milagro.

Pero sin lugar a dudas lo que yo destacaría de este artículo sobre histopatología en tejidos momificados es la siguiente frase:

"Lo primero que se observa microscópicamente es que los núcleos de las células han desaparecido prácticamente de una forma total en todos los tejidos"

¿a nadie le suena esto de algo?

La inexistente comisión de expertos y otras leyendas urbanas


Y para terminar, la parte más divertida, las leyendas urbanas. Una vez analizado el trabajo del Profesor Linoli cualquier científico serio se da cuenta de que a la luz de los resultados obtenidos podríamos hablar, como mucho, de probabilidades. Es decir, no se ha descartado que las reliquias sean  carne y sangre humanas, pero desde luego no se ha demostrado. Además la supuesta conservación es de todo menos extraordinaria.

Por lo visto la inconsistencia de los resultados debe haber sido evidente también para algún católico devoto ¿y que ha hecho entonces? pues mentir. Si solo tenemos el artículo de un médico de provincias (católico para más señas) en una revista desconocida de una empresa de serología toscana habrá que darle más peso ¿qué tal si decimos que el estudio ha producido un gran interés y asombro en el mundo científico y la Organización Mundial de la Salud ha realizado más análisis y confirmado los resultados? y aquí es cuando yo, hablando mal y claro, me descojono.

En todos los medios católicos en los que se habla de este milagro se reproducen como un virus los siguientes párrafos (pueden encontrarse por ejemplo en esta página que aporta un piadoso lector cátolico, o en esta otra donde hay tantas mentiras que el tipo que la escribió aún está confesándose):

"En 1973, el consejo superior de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró una comisión científica para verificar las conclusiones del médico italiano. Los trabajos se prolongaron 15 meses con un total de medio millar de exámenes. Las conclusiones de todas las investigaciones confirmaron lo que había sido declarado y publicado en Italia.


El extracto de los trabajos científicos de la comisión médica de la OMS fue publicado en diciembre de 1976 en Nueva York y en Ginebra, confirmando la imposibilidad de la ciencia de dar una explicación a este fenómeno."

Cada palabra de estos párrafos es simplemente falsa ¿es que no era pecado mentir?. Para empezar no existe ningún "Consejo Superior de la Organización Mundial de la Salud" y si existiese lo último que se plantearia es nombrar comisiones para verificar milagros. Por favor, la OMS es una organización seria, no es la Iglesia Católica, no va por ahi realizando exorcismos y confirmando apariciones. Las únicas referencias que encontramos sobre ese supuesto estudio son las menciones realizadas por los propios católicos en sus foros, que por cierto repiten de forma literal o casi literal retroalimentándose a si mismos. No existe ninguna publicación al respecto ni en 1976 ni nunca y reto a cualquiera a que la presente. Sería bastante curioso que el artículo del Profesor Linoli pueda encontrarse citado en  las bases de datos que utilizamos normalmente en ciencia, que es lo que de hecho ocurre (ver aquí), y sin embargo el trabajo de la OMS no aparezca en ninguno de estos sitios, ni en ningún otro, ni rastro.

Además, para eliminar cualquier duda de los incrédulos ateos, los católicos afirman que la supuesta comisión realizó nada menos que ¡500 análisis!, venga, cuantos más mejor. Los resultados de estos análisis inexistentes llevarían a la conclusión de que nos encontramos ante un hecho inexplicable, eso sí, desconocemos en que consistían los análisis. En algunos foros dicen que los resultados obtenidos indican que las muestras de Lanciano se comportan como tejido vivo ¡nada menos! ya hemos visto que eso no es así.

Otra afirmación común respecto a la muestra de carne es que "en la reliquia se encuentran el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el notable grosor del miocardio, el ventrículo cardíaco izquierdo: se trata, pues, de un corazón completo en su estructura esencial." Otra mentira, nada de eso se menciona en el artículo y además ¿se olvidan de que el pobre Sr. Linoli solo analizó unas virutas?

Algunos incluso afirman que aun hoy el peso de cada coágulo de sangre es identico independientemente de cual se pese y de cuantos se pesen. Es decir, que uno solo pesa lo mismo que tres juntos y estos lo mismo que cinco juntos. Este supuesto hecho extraordianrio fue descrito en el estudio que se realizó en el siglo XVI (las básculas de precisión no estaban muy perfeccionadas por lo visto) pero fue descartado ya en el que se realizó en el siglo XIX.

Para mi sorpresa aún hay más, ayer mismo aparecía un nuevo comentario en la entrada asegurando que se había analizado el cariotípo de las muestras y se había comprobado un hecho inexplicable ¡solo presentan un cromosoma de cada pareja y se corresponden exclusivamente con los de origen materno! ¡o milagro! La persona a la que pertenece el tejido solo tiene madre ¡una madre virgen!. La afirmación es evidentemente falsa, otra leyenda urbana, vuelvo a retar a cualquiera a que presente la publicación de ese estudio. La persona que ha hecho ese comentario no debe tener mucha idea de genética. Para empezar el individuo no habría sobrevivido, para continuar si no tiene cromosoma "Y" dificilmente podría tener barba o pene y para terminar, si solo tiene un cromosoma de cada pareja es imposible que sea de grupo sanguineo AB, dado que cada antigeno debe encontrarse en alelos diferentes. No merece más explicaciones.

Con esto queda todo dicho, si algun devoto católico seguidor de panes que se convierten en carne fresca desea hacer algún comentario le ruego encarecidamente que no se limite a pegar un enlace a un foro católico donde reproducen el texto de otro foro católico en el que se cita un foro católico anterior. Los resultados científicos, buenos o malos, se publican en revistas científicas, mejores o peores, pero se publican, y gracias a trabajar en una universidad puedo tener acceso a muchos de ellos así que no voy a responder a ninguna otra leyenda urbana, solo a publicaciones científicas.

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Martes, 6 de Septiembre de 2011

Respuesta a los jóvenes católicos: La píldora del día siguiente


Ahora que las Jornadas Mundiales de la Juventud Católica por fin han terminado, voy a comenzar una serie de entradas en respuesta a esos vídeos tan divertidos realizados por la organización de las JMJ pero que yo atribuiría más bien a algún grupo anti-Papa que quiere desacreditarlos. Es uno de esos casos en los que la realidad supera cualquier parodia posible, sería algo similar al caso de Tamara Falcó, por mucho que un humorista intentase parodiar su forma pija de hablar siempre quedaría muy por debajo del personaje real. Aquí ocurre lo mismo, cualquier ateo que hubiese intentado hacer un video ridiculizando la postura católica se hubiese quedado corto en irreflexión y cinismo. He visto que hay muchos (todavía no he visto todos), a cuál más tragicómico, y me resulta imposible elegir un orden así que los comentaré de forma aleatoria.

Voy a empezar por este sobre la píldora del día siguiente (PDS), que como alguien que trabaja en un laboratorio de embriología me parece especialmente "curioso" (aunque solo trabaje con embriones de ratón). Antes de nada vamos a dejar claro de que estamos hablando, existen varios fármacos cuya administración en las primeras 24-120 horas tras la relación sexual, según el caso, previene la ovulación o la implantación del embrión en el útero y por lo tanto evitan su desarrollo posterior. En España, el Levonorgestrel (ver información de la OMS), más conocido como píldora del día después, puede adquirirse en las farmacias sin necesidad de receta médica (siempre y cuando el dueño de la farmacia no pertenezca al Opus Dei). Una vez dicho esto estaría bien hacernos una idea de lo que es un embrión humano de 2 días, y es básicamente lo que vemos en esta imagen:


Sí, así es, un embrión humano de 2 días está formado por 4 células. Un embrión de 2 días no piensa, no siente placer ni dolor, no ama ni odia, aun no ha dado lugar a esa estructura compleja que se llama cerebro y que permite hacer todas esas cosas. Un embrión de 2 días no tiene mente ni consciencia, una mujer que se enfrenta a un embarazo no deseado sí.

Los cristianos suelen hablar del alma cuando se oponen a la interrupción del embarazo pero antes de hablar del alma de estas cuatro células, y dado que los jóvenes que participan en el video no recurren a ella, vamos a rebatir sus argumentos:

El primer chico del video habla de que a la mujer se le administra una "bomba de hormonas", no se si el termino bomba se refiere a la cantidad o a la variedad de hormonas que se le administran a la mujer pero la verdad es que el tratamiento mas simple consiste en una única hormona sintetica. Mas tarde dice que lo que seguro que hace es evitar que el embrión se implante, pues la verdad es que no, no siempre hace eso. Sería bueno establecer en este punto que es lo que consideramos un aborto, en muchos documentos de la Organización Mundial de la Salud hablan de aborto a partir del momento en que el embrión se implanta y consideran a la PDS solo como un anticonceptivo, dado que actúa en fases previas a la implantación. Los católicos, en cambio, hablan de aborto a partir del momento de la fecundación, para esta discusión vamos a aceptar la definición católica. Incluso aceptando esa definición la píldora del día después funciona en la mayoría de los casos como un anticonceptivo y no como un abortivo, ya que su principal forma de acción es la prevención de la ovulación, evitando que el ovulo llegue a fecundarse. El mismo chico, a pesar de admitir que la píldora actúa en ocasiones como anticonceptivo, cree que es discutible afirmar que evita abortos. La incoherencia esta clara, cada vez que la píldora funciona previniendo la ovulación ha evitado la necesidad de recurrir a un aborto ¿no les daban 10 minutos para pensar antes de hablar a la cámara?

La siguiente en opinar nos ofrece un bonito ejemplo de demagogia. A ella lo que le "llama la atención" es que "se lo dejen comprar a niñas como si fueran aspirinas". Me pregunto que entiende esta chica por "niña" pero supongo que al menos entenderá que ningún farmacéutico va a vender esta píldora a una  niña por debajo de la edad fértil. Por poner un ejemplo extremo, ya que su intervención invita a ello,  pensemos en una niña de 14 años, si esta niña va a comprar la PDS es porque previamente ha mantenido una relación sexual, bien sea consentida o forzada, en la que no se ha utilizado un método anticonceptivo o este ha fallado. Al margen de todas las cuestiones sobre educación sexual que han podido fallar para que esta niña haya mantenido relaciones sexuales a una edad tan temprana, que sería otra cuestión, el caso es que ha pasado y la niña se enfrenta a un posible embarazo no deseado. Supongamos que esta niña forma parte de una familia problemática, unos padres poco comprensivos o incluso violentos, supongamos que esta niña tiene terror a confesar a sus padres que puede estar embarazada o a ir a un médico que pueda avisarles, supongamos que por este miedo renuncia a tomar la píldora que podría evitar ese embarazo y acaba ocultándolo, dando a luz sola y abandonando al recién nacido en la calle a su suerte como ha ocurrido esta misma semana en Vélez-Málaga (ver noticia). Una niña sufriendo 9 meses un embarazo en secreto, una niña pariendo sola, sufriendo el dolor sola, una niña a la que el terror le impulsa a abandonar un bebe en la calle, un bebe que sí siente frío, y dolor y hambre, por no evitar la implantación de cuatro células a tiempo. Eso no es una infección de garganta que se cura con antibióticos. Por cierto que los antibióticos necesitan receta para evitar un mal uso que conduzca a la aparición de cepas resistentes, algo que afectaría a terceros, su comparación con la PDS está fuera de lugar. ¿y a que viene lo de la prohibición de fumar, beber y conducir? podemos prohibir a las menores que tengan relaciones sexuales y también podríamos obligarlas por ley a que en caso de embarazo tengan que decírselo a sus padres pero eso no significa que lo vayan a hacer, la alternativa para las que no quieran seguir tu prohibición o tu obligación vuelve a ser la de sufrir una experiencia dramática por no pedir una píldora a tiempo.

Las dos últimas chicas simplemente o mienten o no saben de lo que hablan, supongo que se limitan a repetir lo que les han dicho en sus clases de catequesis, como lo de que aumenta el riesgo de sufrir un embarazo ectopico, una afirmacion sencillamente falsa. Como cualquier otro medicamento la pildora del dia después se entrega con un prospecto obligatorio con la información pertinente, como muchos medicamentos puede tener efectos secundarios pero en ningún caso graves, por algo es un medicamento legal aprobado por la OMS. En todos los casos se informa de que no es recomendable su uso repetitivo, se trata de un método de emergencia. Al respecto la Organizacion Mundial de la Salud dice lo siguiente:

 "El uso frecuente de anticoncepción de emergencia tiene como resultado efectos secundarios, como irregularidades menstruales. No obstante, el uso repetido no conlleva riesgos conocidos para la salud."

pero vamos, si en catequesis les cuentan (y ellos se lo creen) que un señor caminó sobre el agua hace algo más de 2000 años ¿por que no les iban a mentir en esto?. Si a estos chicos su catequista les dice que pueden volar, esa misma tarde se tiran por una ventana agitando los brazos. Es muy triste que las mentiras que algún párroco, catequista, "opusiano" o "kiko" han contado a los jóvenes del video, y que ellos se limitan a repetir a modo de mantra, como un rosario, puedan hacer que una chica en una situación delicada no haga uso de un mecanismo sencillo y seguro de evitar un embarazo por miedo a riesgos inexistentes.

Una vez contestados sus argumentos vamos a profundizar un poco más en el tema. Por mucho que los jóvenes del video recurran a los efectos secundarios y al peligro de niñas tomando píldoras como caramelos, la realidad es que la Iglesia Católica condena el uso de la PDS por el mero hecho de que impide el desarrollo del embrión, daría exactamente igual que no tuviese ningún efecto secundario o que hiciesen falta 157 recetas y la firma del obispo, eso son excusas. La postura oficial de la Iglesia es que el embrión ya tiene alma desde el momento de la fecundación. Esta es una ocasión muy oportuna para recordar las palabras de Sam Harris en una conferencia que subí al blog hace no mucho, unas palabras que me hicieron gracia porque la misma cuestión la habíamos comentado los compañeros del laboratorio tiempo antes. Resulta que las cuatro células que forman el embrión de 2 días son totipotentes, es decir, que si las separásemos, cada una de ellas podría dar un nuevo embrión independiente ¿cuál de las cuatro se queda con el alma del embrión original? ¿infunde Dios tres nuevas almas en las células restantes? la cosa se puede complicar aún más porque resulta que si después de separarlas volvemos a unir dos de ellas, estas volverán a formar un solo embrión ¿desaparece una de las almas? ¿el futuro niño tendrá dos almas? También se pueden fusionar 2 o más embriones completos para obtener un único embrión ¿qué pasa con esas almas?. Como dice Sam Harris "la aritmética de las almas no parece tener ningún sentido".

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