Lo que sigue es la traducción mía de un artículo del blog Skepticblog de Steven Novella (traducido y publicado con el permiso del Dr. Novella) que responde más o menos 10 de las más comunes críticas a la ciencia evolutiva que suelen expresar los detractores de la misma. En este post transcribo los 6 primeros puntos, dejando los demás y mis comentarios personales para las entradas posteriores. (Los argumentos antievolucionistas se muestran en negritas, y la refutación en texto normal).
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Los 10 mayores defectos de la Evolución – Una refutación.
El 12 de febrero es el 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin. Este año es también el 150 aniversario de la publicación del Origen de las Especies – posiblemente una de las más importantes publicaciones científicas de todos los tiempos. En honor a la idea de Darwin y el posterior triunfo científico de la teoría de la evolución, a continuación presento mi refutación de un popular meme creationista que circula en Internet. A los creacionistas les gusta imaginar que han destruido la evolución o que han descubierto sus “Mayores defectos” cuando lo único que han conseguido es exponer los 10 mayores defectos en su capacidad de entender la evolución y, de hecho, en su capacidad de razonar.
Los 10 mayores defectos de la evolución – una revisión.
Por Randy Alcorn (con edición adicional de Jim Darnall). Yo escribí el siguiente artículo hace muchos años, pero considero que hacía falta revisarlo y actualizarlo. Agradezco a Jim Darnall por añadir importante información más reciente.
Argumento 1: La complejidad de los sistemas vivos no pudo haber evolucionado por casualidad, por lo tanto, estos sistemas tuvieron que haber sido diseñados y creados. Un sistema que es irreductiblemente complejo precisa componentes que trabajan juntos para llevar a cabo la función básica de dicho sistema. (Un ejemplo simple puede ser una trampa para ratones) Faltando cualquier parte del sistema, éste dejaría de funcionar. Por tanto, el sistema no podría haberse formado por adiciones sucesivas de componentes. Tendría que haberse formado e integrado de manera conjunta desde un principio. Muchos sistemas biológicos demuestran esto (los ojos, la coagulación de la sangre, etc.) Cuando usted observa un reloj, usted asume que hubo un relojero. Un reloj es un objeto demasiado complejo para haber “ocurrido” por casualidad. Sin embargo, los sistemas biológicos son casi infinitamente más complejos que cualquier reloj, y por tanto no pueden ser fruto del azar, sino que tuvieron que ser diseñados y creados.
Esta declaración no es realmente un argumento, sino simplemente una afirmación. Es simplemente la afirmación de lo que parece ser el punto de esta lista de supuestos argumentos: que la evolución a través de las fuerzas de la naturaleza es imposible. Pero contiene muchas reivindicaciones implícitas. Se refiere a la complejidad irreductible y da los ejemplos de la visión y la coagulación de la sangre. No toma en cuenta el siglo y medio de edad que ha cumplido la refutación de este argumento: que los sistemas biológicos podrían haber evolucionado a partir de sistemas más simples pero funcionales que sirvieron para propósitos diferentes del actual. Además de que todos los ejemplos (los mencionados aquí y en otros sitios) de sistemas supuestamente irreductiblemente complejos han sido demostrados a partir de antecedentes más simples.
La declaración anterior, también implica que la evolución ocurre “al azar”., lo cual es falso. Las mutaciones ocurren al azar, y la variación puede ser aleatoria, pero la selección natural es un proceso decididamente no aleatorio y, por tanto, la evolución como tal no es aleatoria. La evolución es la supervivencia no aleatoria de los rasgos que proporcionan alguna ventaja para la supervivencia y reproducción en el entorno real. La evolución es una fuerza modeladora de diseños.
La analogía del reloj no es válida debido a que un reloj es un objeto inanimado, en tanto que la evolución biológica se produce en sistemas que son auto-replicantes en un esquema de variación, supervivencia diferencial y reproducción. La vida puede utilizar energía para crecer, reproducirse y, por tanto, evolucionar. Los relojes no.
Argumento 2: El alto contenido de información en el ADN sólo puede proceder de una inteligencia. La ciencia de la información nos enseña que en todos los casos conocidos, la información compleja proviene de una fuente inteligente. Este es el concepto sobre el que se lleva a cabo la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI). El ADN es, por mucho, el sistema de almacenamiento y recuperación de información más compacto que se conoce. Una cabeza de alfiler de ADN contiene mil millones de veces más información que la que un disco duro de 4 Gigabites puede almacenar. Irónicamente, los evolucionistas recorren el cielo utilizando radiotelescopios masivos buscando alguna señal en patrones relativamente simples que podrían haberse originado en el espacio extraterrestre, ignorando por completo la increíblemente compleja evidencia de inteligencia superior que se encuentra en el ADN humano. Esperamos señales de inteligencia por comunicación interestelar mientras ignoramos la inteligencia que es evidente en nosotros mismos.
La ciencia de la información no dice que cualquier información compleja tenga que ser de origen inteligente. De hecho, se ha demostrado que la complejidad en la información pueden surgir espontáneamente de procesos naturales que siguen reglas relativamente simples. Los creacionistas abusan de la teoría de la información haciendo afirmaciones sobre la información sin haber siquiera definido el término, de las cuales derivan, según les haga falta, diferentes definiciones, consiguiendo llegar a analogías erróneas, tal como la que en este párrafo hacen en relación al SETI.
Existe una refutación detallada hecha por Jeffrey Shallit (se puede consultar aquí) sobre las afirmaciones de los defensores del diseño inteligente en referencia a las ciencias de la información. Yo escribí sobre la falsa analogía del SETI aquí.
Argumento 3: No se ha descubierto ninguna mutación que incremente la información genética. Las mutaciones que aumentan la información genética son la materia prima necesaria para la evolución. Para llegar desde una “ameba” hasta un “ser humano” se requiere un enorme aumento en la cantidad neta de información. Hay muchos ejemplos de supuesta evolución defendidos por los proponentes del evolucionismo. Hay variación dentro de una misma especie (como por ejemplo, el del pico del pinzón), o el hecho de que las bacterias adquieren resistencia a los antibióticos, personas que nacen con un cromosoma extra, etc. Sin embargo, ninguno de esos ejemplos demuestra el desarrollo de nueva información. Lo único que demuestran es, o bien una variación preprogramada, bien la producción de varias copias sobre información existente, o incluso la pérdida de información (la selección natural y la adaptación implican pérdida de información). La total ausencia de tales pruebas refuta la teoría de la evolución.
Todas las mutaciones incrementan la información genética (de nuevo vemos el uso indebido de la definición operativa del término “información”). Si iniciamos con alguna versión de un gen y a continuación vemos que muta en un determinado descendiente, y no en otro, tenemos como resultado dos versiones diferentes de este gen, lo cual representa un incremento en la cantidad de información total. Además, los genes completos pueden ser duplicados en el proceso reproductivo. Si se empieza con una sóla copia de determinado gen y se termina con dos copias, de nuevo tendremos un incremento en la información. Esto es especialmente aplicable a la evolución, ya que una copia puede seguir desempeñando su función original, mientras que la copia redundante copia puede mutar libremente y evolucionar hacia una nueva función.
La afirmación de que esos aumentos en la cantidad de información bruta representan “variaciones preprogramadas” es absurda. Se trata de una declaración sin sentido que no tiene incidencia alguna sobre la información. ¿Cómo exactamente pueden las nuevas mutaciones ser “preprogramadas”? Si esta declaración se refiere a la recombinación (la formación de nuevas combinaciones de genes sin mutaciones) se trata de un proceso que aumenta absolutamente la cantidad de información por medio del incremento de la variación, que es exactamente la materia prima para la selección natural.
La idea de que la selección natural elimina la variación del acervo genético es correcta, pero en este caso se trata de un “non sequitur”. Las mutaciones duplicaciones y recombinaciones aumentan la información y la variación, mientras que la selección natural provoca la supervivencia diferencial de las variedades que mejor se adapten a su nicho.
Aquí hay un artículo propio con argumentación adicional sobre el abuso de la teoría de la información por parte de los creacionistas.
Argumento 4: La evolución va directamente en contra de la entropía, la segunda ley de la termodinámica. Esta ley física establece que todo sistema, sea abierto o cerrado, tiene una tendencia al desorden (o al “estado menos energético”). Hay algunos casos especiales en que el orden local puede aumentar, pero esto es a expensas de un mayor desorden en otro lugar. La energía en bruto no puede generar los complejos sistemas que integran los seres vivos ni la información necesaria para construirlos. La energía sin dirección sólo puede acelerar la destrucción. Sin embargo, la evolución es un proceso constructivo, lo que sugiere que las cosas tienden a hacerse más complejas y avanzadas conforme pasa el tiempo. Esto es directamente opuesto a lo que nos dice la ley de la entropía.
Puedo ver por el párrafo anterior que, al menos, el autor está haciendo el intento de atajar en forma previa las críticas al argumento “(la evolución) viola la segunda ley de la termodinámica”, pero en el intento lo único que ha hecho es introducir más malentendidos, errores y falacias lógicas. En ésta muy confusa afirmación, sin embargo, se incluyen los retazos de verdad de los que se puede extraer el análisis correcto. El autor admite que “puede aumentar el orden local, pero a expensas de un mayor desorden en otro lugar”. Obviando el hecho de que el autor ha sobresimplificado la termodinámica al equiparar erróneamente la entropía con el desorden, la declaración es esencialmente correcta. Lo que esto significa es que la biosfera de la Tierra puede experimentar un aumento local en el orden porque está siendo más que compensado por una disminución del orden termodinámico (un aumento de entropía) en el sol. El sol quema su combustible arrojando energía hacia la tierra. La entropía del sistema Sol-Tierra (y del universo en su conjunto) está aumentando, pero no hay nada en la termodinámica que diga que la Tierra no puede utilizar la energía del sol para crear una disminución local de la entropía.
El autor manifiesta un atisbo de conciencia sobre esta falacia, por lo que se anticipa y trata de refutar este contra argumento afirmando que “la energía en bruto no puede generar los sistemas complejos en los seres vivos, o la información necesaria para construirlos. La energía sin dirección sólo acelera la destrucción”. Esta es una grave tergiversación. Los sistemas biológicos en la Tierra no son sólo cocinados por la energía “en bruto” (lo que sea que eso signifique). Los sistemas biológicos utilizan la energía solar y de otras fuentes en una forma dirigida y con objetivos, para crecer, reproducirse y evolucionar. La energía por sí misma puede no ser capaz de generar la información, sino que son los sistemas biológicos los que utilizan esa energía en los procesos de la vida.
Una bellota puede convertirse en un roble. Pero según el autor, la energía lo único que podría hacer es cocinar la bellota.
Aquí hay un artículo mío sobre el tema de la segunda ley de la termodinámica.
Argumento 5: Hay una falta total de ejemplos contundentes (fosilizados o vivos) de las millones de formas de transición (“eslabones perdidos”), necesarios para la demostrar que la evolución es verdad. Evolución no requiere de un único eslabón faltante, sino de innumerables de ellos. Deberíamos estar rodeados de un parque zoológico con formas de transición que no puedan ser clasificadas como alguna forma de vida en particular. Pero no vemos esto. Existen diferentes tipos de perros, pero todos los perros lo son claramente. Los fósiles muestran diferentes tamaños de caballos, pero todos son claramente caballos. Ninguno está a punto de ser otra forma de vida. El registro fósil muestra complejas formas de vida fosilizadas que aparecen de repente, y existen grandes diferencias entre los “tipos” fosilizados. Darwin reconoció que si su teoría fuera cierta, serían necesarias millones de formas de transición. Él creía que éstas serían encontradas en el registro fósil, lo cual no ha ocurrido.
La frase “no hay formas de transición” es un simple argumento mentiroso (y en realidad es una mentira que se vuelve progresivamente más audaz y desesperada conforme más y más fósiles son descubiertos). La realidad es que todas las especies lo son de transición. Decir que son de transición no significa algún monstruo imposible o un extraño híbrido (como el ridículo crockoduck de Kirk Cameron). Decir que son de transición sólo significa que una especie se puede ver como el puente entre otras dos especies (morfológicamente, genéticamente). Todas las especies de transición pueden ser existentes, la especie de transición puede ser el transitorio ancestro de las otras dos, o las tres especies pueden estar en una secuencia temporal.
La idea de que las categorías de seres vivos puede ser claramente divididas en “clases” (sin, por cierto, haber definido lo que se entiende por el término “clase”), es manifiestamente errónea. Las categorías de la vida son frustrantemente difusas (precisamente porque la evolución es un proceso caótico) ¿Son los ornitorrincos mamíferos palmípedos? ¿Qué pasa con los peces con pulmones? ¿Son peces o vertebrados terrestres? La idea de que los perros son perros no tiene sentido, porque no hay línea delimitadora ¿Qué pasa con los lobos, coyotes, hienas, zorros, etc? No hay ningún punto objetivo para trazar una línea y establecer que se tiene una “clase”. Lo que hay, más bien, es un orden de relación de ramificación.
El registro fósil ha servido para llenar las lagunas morfológicas entre las especies existentes, tal como predice la teoría evolutiva. Hemos descubierto que los primeros mamíferos son parte reptiles y parte mamíferos, que las primeras aves son en parte dinosaurios terópodos, que los primeros vertebrados terrestres siguen siendo parcialmente peces (Tiktalik). Hemos descubierto ballenas caminantes (Ambulocetus) que sólo están parcialmente adaptadas a la vida acuática. Hemos incluso descubierto numerosas especies de homínidos con una mezcla de características de humanos modernos y de simios ancestrales. Sólo un ciego puede negar intencionalmente el carácter transitorio de estas especies fósiles.
Argumento 6: Las ilustraciones de los “eslabones perdidos” de los simios a los humanos son muy subjetivas y se basan en hipótesis preconcebidas por los evolucionistas. A menudo son simplemente inventadas. La serie de modelos o imágenes que muestran el desarrollo progresivo de un pequeño mono al hombre moderno son un insulto a la investigación científica. Estos a menudo se basan en que fragmentos que pueden ser “reconstruidos” de un centenar de formas diferentes. La realidad es que muchos de estos supuestos “hombres-mono” son claramente simios. Ahora los evolucionistas admiten que otros de los llamados “hombres-mono” serían capaces de cruzarse con los humanos modernos, lo que los hace ser considerados de la misma especie con los seres humanos. La principal especies de las que, se afirma, llenan este vacío, el Homo habilis, es considerado por muchos como una mezcla de fósiles simios y humanos. En otras palabras, el “eslabón perdido” (aunque en realidad tendrían que existir millones de eslabones perdidos) sigue faltando. El cuerpo, el cabello blanco y las expresiones de esos modelos de sub-humanos no provienen de los huesos, sino de la hipótesis del artista. Prácticamente nada se puede determinar sobre el cabello y la mirada de alguien sobre la base de unos huesos viejos.
Este es un monstruoso hombre de paja. La evidencia para el status como transición de las especies de homínidos no depende de la reconstrucción de los artistas o de la interpretación de la apariencia que estas especies pueden haber tenido. Se trata de un monumental analfabetismo científico. Los paleontólogos han publicado innumerables, cuidadosos y detallados análisis anatómicos de los fósiles, en los que se demuestra claramente la transición entre los simios y la especie humana. Las especies que se han establecido claramente no están basadas en mezclas de simios y de fósiles humanos, sino de múltiples muestras recogidas y documentadas de tal manera que se puede demostrar que pertenecen a una especie. Lo que los creacionistas hacen con alguna secuencia es tomar la primera mitad y definirla como miembros del grupo ancestral (en este caso, de los simios), tomar la segunda mitad y definir a sus miembros como pertenecientes al grupo de los descendientes (en este caso el ser humano). Han hecho lo mismo para los dinosaurios y las aves. Pero esto no es más que poner etiquetas en donde no van. Llamar “humano” a un “Homo erectus” no cambia el hecho de que tiene características que no se han visto en cualquier humano moderno, y que tiene una capacidad craneal que fácilmente los ubica entre la de los humanos modernos y la de los simios modernos. Esa es la definición misma de transición.
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Continuará en el siguiente post.